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Zenitsu miró la hora en su reloj. Ya había tocado la campana del final de clases, y Nezuko no había aparecido desde que se fue en la hora de la comida.

Le comunicó a Inosuke que no podría acompañarle a casa, que iría a buscar a su amiga. El chico se alzó de hombros, se despidió del rubio mientras silbaba una alegre melodía y se dirigió hacia donde Aoi y Kanao se encontraban.

Zenitsu buscó a Tanjiro por los pasillos, ya que a lo mejor él sabía dónde estaba, mas no lo encontró. Supuso que se habría ido a casa, pero le pareció extraño que se hubiese ido sin su hermana.

Sus pies lo guiaron hacia el hueco que había debajo de las escaleras, donde escuchó a alguien sollozar. Se detuvo al identificar la voz de Nezuko.

Se agachó a su altura y se acercó lentamente.

¿Nezuko?

La mencionada se tensó al escuchar la voz del chico, se puso en pie con la cabeza gacha y se dispuso a salir corriendo de allí, mas la mano de Zenitsu tomando su muñeca se lo impidió.

¿Dónde vas? Te he estado buscando—informó el rubio.

Nezuko trató de soltarse mientras seguía sollozando, lo que hacía que Zenitsu se sintiera triste. Se acercó a la chica, quien trataba de alejarse de él.

¿Por qué lloras?—el chico alzó su mano para limpiar las lágrimas de Nezuko.

Ésta apartó la mano del rubio bruscamente y chilló, sobresaltándolo:

—¡Debo proteger a Tanjiro, y si eso significa renunciar a ti, lo haré!

La azabache se dio cuenta que había metido la pata, y trató de forma desesperada librarse de una vez del agarre de Zenitsu. Éste aflojó su mano, lo que le permitió a la chica soltarse, pero en cuanto vio el rostro sorprendido de su amigo, sus pies se congelaron y no pudo moverse.

¿Protegerlo? ¿Renunciar a mí? ¿De qué hablas, Nezuko?—quiso saber el rubio mientras hacía una mueca de confusión.

Nezuko rompió a llorar de nuevo. Zenitsu frunció los labios y abrazó a la azabache con cariño. Ésta lloró en su hombro de una forma descorazonadora.

—U-Ume...—tartamudeó la Kamado con un nudo en la garganta.

Tranquila, Nezuko. Habla cuando estés calmada—habló Zenitsu con un tono suave.

Nezuko asintió mientras se desahogaba con su llanto y Zenitsu acariciaba su espalda para calmarla. Cuando la Kamado se sintió mejor, se separó un poco de su amigo y susurró:

Voy a contarte algo, pero nadie debe saberlo puesto que las personas involucradas en ello podrían meterse en problemas.

Nezuko procedió a contarle resumidamente la relación de su hermano con el profesor Tomioka y la amenaza de Ume hacia ambos Kamado. Zenitsu escuchaba con atención, y aunque en un principio se sorprendió, mantuvo su cara de póquer todo el tiempo.

Al terminar su relato, Nezuko comenzó a morderse la uña del pulgar derecho, nerviosa.

Así que es eso....—murmuró Zenitsu mientras se llevaba una mano al mentón—. Nezuko—dijo el chico mientras miraba a su amiga a los ojos—, entiendo que quieras proteger a tu hermano de todo este asunto, y si es tu decisión, no puedo oponerme. Sin embargo, no quiero dejar de relacionarme contigo sólo porque Ume te haya amenazado—el rubio acarició con delicadeza la mejilla de la chica—. Si quieres, lo que podemos hacer es dejar de relacionarnos a ojos de ella, aparentar como que nos hemos distanciado, ¿te parece bien?

Nezuko asintió mientras se secaba las lágrimas de las mejillas.

Bien. Ahora, debemos avisar a Tomioka-sensei y a Tanjiro sobre todo este asunto, y tratar de evitar que sean vistos de nuevo. Si Ume ve que has cumplido tus condiciones, no dirá nada, pero no podemos asegurar lo mismo de otros alumnos.

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Nezuko tocó a la puerta del despacho del profesor de gimnasia y abrió la puerta lentamente. Vio a su hermano sentado en el regazo de Giyū, pero se alzó de repente al verla entrar.

Nezuko, ¿ocurre algo?—preguntó Tanjiro, alarmado al ver restos de lágrimas en sus mejillas.

No pasa nada, estoy bien—dijo Nezuko mientras se pasaba las manos por las mejillas y se secaba las posibles lágrimas visibles.

Tanjiro se fijó en cómo Zenitsu también entraba al despacho, y alzó una ceja al ver su expresión de enfado, poco propia del rubio.

Zenitsu, ¿qué...?

—Ume os ha visto—lo cortó su amigo.

¿¡QUE QUIÉN HA VISTO QUÉ!?—preguntó alarmado el Kamado.

Ume os vio haciendo...esta mañana, y os hizo una foto—explicó Nezuko—. Me dijo que si quería que no desvelase el secreto, debía alejarme de Zenitsu.

—¿Por qué harías e...?—Tanjiro frunció el ceño mientras unía cabos—. Él, y tú...

—Eso no tiene nada que ver ahora—lo cortó de nuevo Zenitsu mientras movía la mano y miró con seriedad a Tanjiro—. Tanjiro, Nezuko ha sufrido bastante desde que comenzaste a salir con el profesor Tomioka. Le causaba ansiedad tener que estar atenta para que no os pillasen, y ahora, se encuentra entre la espada y la pared debido a la amenaza de Ume.

El Kamado miró arrepentido a su hermana y la abrazó.

Lo siento, Nezuko. No sabía que te sintieras así. ¿Podrás perdonarme?

La chica asintió con la cabeza, restándole importancia.

Giyū, quien hasta ahora había estado callado, se aclaró la voz antes de decir:

Quedan un par de semanas hasta la graduación. A partir de ese día, seréis considerados oficialmente mayores de edad, por lo que técnicamente no habría problema en mi relación con Tanjiro. Hasta ese día, dejaremos de tener encuentros para no dar pruebas a Ume y darle un respiro a Nezuko. Nezuko, no hace falta que te alejes de Zenitsu, pero ya que has mencionado que esa chica nos hizo una foto, evita cualquier movimiento que pueda hacerle pensar que no estás cumpliendo tu parte del trato, ¿de acuerdo?

Los tres estudiantes asintieron, contentos con las indicaciones del profesor de gimnasia.

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El día de la graduación llegó, y todos los estudiantes de último curso estaban nerviosos por el evento que se celebraría en apenas unos minutos.

Todos se iban preparando para la entrega de diplomas, poniéndose sus togas de graduad, cada uno en su clase o con sus amigos.

¡No voy a ponerme esa cosa!—chilló Inosuke mientras apartaba las manos de Aoi y Zenitsu, quienes trataban de ponerle la toga a su compañero.

¡Será sólo por un par de horas, cabezón!—replicó la de las coletas mientras trataba de pasar la toga por la cabeza de Inosuke.

Zenitsu se subió a la espalda de su amigo, y con un rápido movimiento le colocó la prenda negra en el cuerpo con éxito.

Te odio, Monitsu—farfulló el Hashibira.

El rubio le sacó la lengua mientras se dirigía a donde los Kamado se preparaban para la ceremonia.

¡Por fin nos graduamos, Zenitsu! ¿Te lo puedes creer?Nezuko aplaudía mientras daba saltitos—. ¡Estoy tan ilusionada por el día de hoy!

El rubio sonrió, puesto que sabía perfectamente a qué se debía esa emoción: lo primero, ella era la encargada de su clase para recitar un discurso de clausura del curso escolar, y lo segundo, por fin serían adultos al cien por cien, por lo que ya no debería preocuparse por la relación de su hermano con el profesor de gimnasia.

Zenitsu suspiró tranquilo para después acompañar a los Kamado al patio de entrada, donde sería la entrega de diplomas.

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En resumen, estoy muy agradecida con haber podido estudiar en esta academia, puesto que he entablado amistades fuertes y he podido mostrar todo mi potencial—decía Nezuko dirigiéndose al público.

La chica estaba finalizando su discurso, por lo que no se fijó en cuando una alumna de entre el público se dirigió al proyector para conectarlo a su teléfono.

Ume estaba cabreada, puesto que aunque Nezuko había cumplido su parte del trato, Zenitsu no había correspondido a sus intentos de atraerlo. Culpaba a la Kamado por haber "engatusado" al Agatsuma con sus encantos, por lo que ahora, proyectaría la foto de su hermano y el profesor Tomioka para ver si a Nezuko le daba un algo.

Inosuke, quien estaba cerca del proyector, se fijó en las acciones de Ume, y al ver la foto que estaba por proyectar, aunque no sabía el contexto de lo que pasaba en ella, no lo pensó dos veces antes de saltar sobre ella y gritar:

¡Ataque sorpresa de la bestia:Muerte a la zorra de la montaña!—todos los presentes se giraron hacia ellos, incluida Nezuko, quien interrumpió su discurso para prestar atención.

Ume chilló, asustada por la acción de Inosuke, quien la apresaba con su cuerpo en el suelo. El Hashibira lanzó el teléfono lejos, cayendo a los pies de Giyū. Éste tomó el teléfono, borró la foto a toda prisa de la galería y de la papelera y se acercó a Ume y a Inosuke.

Señor Hashibira, sabe usted que no puede usar técnicas de combate en el recinto escolar—dijo, tratando de parecer normal.

¡No he usado una técnica de combate, es que Ume tenía un mosquito en el brazo, y traté de salvarle la vida! ¡Ya sabe que los mosquitos transmiten enfermedades, como la malaria—replicó Inosuke mientras se levantaba y se sacudía el polvo de la toga.

Tomioka puso los ojos en blanco y le tendió el teléfono a Ume mientras decía:

La próxima vez, trata de no ponerte en el radar del señor Hashibira, de acuerdo, ¿Ume?

La alumna se puso en pie tras coger su teléfono y al darse cuenta que en este ya no se encontraba la foto comprometedora, chilló:

¡No puede ser, mis pruebas, mi plan!

—¿Plan?—preguntó Inosuke.

Es igual, lo gritaré—la alumna tomó todo el aire de sus pulmones para después gritar—. ¡El profesor Tomioka y Tanjiro Tamado tienen una relación romántica y sexual!

Una ovación de sorpresa y disgusto se escuchó de parte de todo el público. Tanjiro palideció, y Zenitsu aguantó la respiración mientras veía cómo Nezuko se aferraba al atril con fuerza, al borde del desmayo.

Ume sonrió al ver el estado de la Kamado, pero su sonrisa se borró al oír a Giyū reír con gana, lo que desconcertó a más de uno.

¿De qué se ríe usted, no ve que acaba de ser expuesto?—preguntó la alumna.

Adoro tu imaginación, Ume, pero eso que has dicho es imposible—dijo Tomioka mientras "se secaba" una lágrima de la risa.

—¡No lo es! ¡Te vi manteniendo relaciones con Tanjiro en tu despacho!—Ume apuntó con un dedo acosador al profesor de gimnasia.

Repito, adoro tu imaginación, pero por favor, no la uses para poner en aprietos—Tomioka hizo una pausa antes de proseguir—. Además, yo no salgo con un menor.

—P-Pero...—trató de replicar la alumna.

No salgo con un menor—dijo con dureza y pausadamente el profesor de gimnasia—. Ahora vuelve a tu sitio y deja que la señorita Kamado termine su discurso.

El azabache asintió hacia Nezuko, quién asintió de vuelta y con la voz temblando, finalizó su discurso con las palabras:

Ente estas paredes dejaré muchos recuerdos inolvidables. ¡A-Arriba la escuela Kimetsu!

Todos vitorearon y lanzaron sus birretes al aire.

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Zenitsu, Tanjiro, Nezuko e Inosuke se encontraban un par de horas después en una mesa de una cafetería no muy lejana a su escuela.

Ah, ¿pero de verdad sí salía contigo?—preguntó Inosuke con la boca llena de pastel de chocolate.

Realmente, yo comencé a insinuarle mi amor, pero hasta que yo no tuve los dieciocho cumplidos, el profesor Tomioka no aceptó mi propuesta—confesó Tanjiro mientras sus mejillas se coloreaban del color de las rosas.

Nezuko se recostó en su asiento y cerró los ojos.

¿Todo bien, Nezuko?—preguntó Zenitsu.

Sí, es sólo que aún tengo el susto en la garganta—la azabache sonrió mientras abría de nuevo los ojos y miró a Zenitsu—. Por un momento pensé que todo iba a desmoronarse.

Zenitsu pasó su brazo por los hombros de Nezuko, atrayéndola a él. Tomó sus manos con la suya libre y dijo:

Ahora todo ha pasado, ya no tienes que preocuparte por ello, Nezuko—el rubio sonrió con tranquilidad.

Gracias por haberme apoyado, Zenitsu—la Kamado besó una de las mejillas del rubio como agradecimiento.

De pronto, el menú del restaurante (sujetado por Tanjiro) se interpuso entre ellos al mismo tiempo que el Kamado mayor decía:

Está bien, tortolitos. Que fluya el aire.

Mira quién lo fue a decir—musitó la azabache, causando que Zenitsu riera en voz baja.

¿Tanjiro?—Tomioka asomó por la puerta del local.

¡Oh, Giyū! ¡Voy enseguida!—Tanjiro pagó su merienda, se despidió de sus amigos y su hermana y se dirigió a la entrada del local para ir donde Tomioka.

Le susurró una cosa al oído y tras ponerle ojos de cachorro al profesor de gimnasia y que éste asintiera, Tanjiro sonrió y arrastró de las manos a Tomioka para alejarlo de allí.

¿A dónde van?—preguntó Inosuke mientras cogía el plato a medias de Tanjiro y se lo comenzaba a comer.

Al cine, o eso me ha dicho antes—respondió Nezuko mientras hacía una mueca de asco y simulaba un escalofrío—. Le ha puesto los ojos de cachorro al profesor Tomioka.

Inosuke y Zenitsu rieron a la par por la reacción del rostro de Nezuko y unos segundos después, ella también se unió a las carcajadas de su amigo y su ahora novio.

Ahora podía reír tranquila, sin preocupación alguna sobre su hermano y Tomioka-sensei.

FIN

Dedicado a SoMoon1

Hace casi dos meses que no actualizaba este three shot, lo siento mucho 😢 

Como compensación, este es el capítulo más largo de las tres partes hasta ahora.

Pero por fin traigo la parte final, y os aseguro que haré un extra con más Giyuutan, lo prometo. Lo que no prometo es su actualización pronta, más que nada porque ese extra va a ser un lemmon y ese tipo de narración me cuesta un webo escribirla 😶‍🌫️.

Pero bueno, espero os guste este cap y muchas gracias a todas las personas que han estado leyendo, votando y comentando esta historia.

Adiós, y nos vemos pronto 👋 

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