Reasons to fight
El poderoso ruido de los motores de motocicleta estremeció el estacionamiento del Santuario Musashi. Sintió como Emma abandonaba el asiento mientras apagaba su motocicleta. El sonido reverberó por unos segundos.
—¡Vete a la mierda de aquí o te voy a matar! —escuchó gritar a uno de los soldados mientras se apartaba el casco.
"Escandaloso" pensó con irritación mientras mientras bajaba de la Ducati, ¿debería intervenir? le daba absoluta pereza. Revisó el mensaje de Mikey una vez más y miró a la pareja acosada y revisó su red de información.
Carajo, ese era justo su invitado.
Afortunadamente el capitán de la segunda división tomó el asunto en sus manos y les quitó al escandaloso de encima.
— ¿Qué crees que le haces al invitado del comandante? —regañó el de cabellos platinados mientras le propinaba una patada al sujeto.
Sip, Mitsuya al rescate
Negó con la cabeza divertida mientras estiraba sus brazos sobre su cabeza y la agitó a modo de saludo hacia Chifuyu y Baji que le devolvieron el gesto mientras esta caminaba en dirección a su capitán. Draken se estaba disculpando con la joven que acompañaba al tal Takemicchi quien entró en pánico ante el saludo de Emma.
—¡Hola gallina!— La chica junto a Takemicchi comenzó a arder de rabia.
—¿Acaso ustedes se conocen? —intervino Draken igual de sorprendido. La expresión de horror del tal Takemicchi casi le hace carcajearse.
— ¿A que se refiere con gallina?
Definitivamente esto se estaba poniendo bueno.
—Él huyó apenas me vió en ropa interior —Explicó la rubia como si fuera lo más normal del mundo.
— Así que eso fue lo que pasó... — Emma se estremeció cuando sintió una mano posarse en su hombro. Una sombra oscura se alzaba detrás de ella.
—N-no Mei, juro que no es lo que crees
—Adelanté mi trabajo, corrí a buscarte, ¿¡y me abandonaste en pleno centro de Shibuya para coquetearle en bragas a un desconocido!?
—Juro que tengo una buena razón —lloriqueó Emma intentando aplacar su ira.
—¡Los celos no son una buena razón!— regañó la muchacha mientras zarandeaba a la rubia. Muchos les veían divertidos.
—¡No lo vuelvo a hacer!
—¡No me vuelvas a hablar hasta que aprendas! —sentenció la morena apartándose de su amiga. Tras unos cuantos pasos volteó a verla —.¡Y discúlpate por esto!
La morena avanzó aún enfurruñada hasta su capitán y vice-capitán y extendió un par de hojas en su dirección.
—Aquí está lo que me pediste sobre Moebius capitán, ¿necesitas algo más? —Mikey negó con la cabeza una vez terminó de leer aquel reporte.
—Gracias Meichi, infórmame de cualquier eventualidad que encuentres sobre los malditos de Moebius ¿de acuerdo?
La chica asintió ante la orden y sacó su celular, comenzando a teclear con velocidad. A su espalda aún se escuchaban los golpes que recibía Takemicchi, ¿Cómo el chico había terminado con Emma? Hizo nota mental para averiguar lo que pasó. Su pantalla se tornó negra y sonrió, hora de buscar.
Números y códigos volaron sobre la pantalla mientras ella rastreaba cualquier información en la red que tuviera relación con esa pandilla. Moebius. Volteó a ver a Pah-chin, seguía frustrado por lo acontecido. Necesitaban escarmiento.
—Hey Takemicchi —Mei dio un salto ante el llamado de Draken —. ¿Terminaste?
El nombrado asintió ante la orden y se acercó a ellos. Mei suspiró y guardó su teléfono. Luego cazaría a esos desgraciados. Ahora era tiempo para la ToMan.
—¡Vamos reúnanse!, ¡es hora de comenzar con la reunión!
El efecto fue inmediato. Ante la orden de Draken todos corrieron a formarse en sus posiciones. Uno a uno, capitanes y vice-capitanes se fueron alineando frente a sus respectivas divisiones para honrar a su capitán.
—¡Buenas tardes, comandante!
Mikey se paró frente a todos, portando esa aura poderosa como siempre. Sonrió orgullosa. Ese era su líder.
—La reunión de esta noche se debe al incidente con Moebius —comenzó Mikey —. Si nos enfrentamos el conflicto será enorme, por eso deseo saber que piensan ustedes
Un golpe sordo interrumpió sus palabras.
Ay no puede ser
Pah-chin había pateado a Takemicchi.
—¿Tu eres Hanagaki?—increpó el capitán de la tercera división.
—¿El que echó a perder el negocio de Kiyomasa? —le siguió Peh-Yan
— ¿Cómo repondrás las ganancias pérdidas?
—Pah, es suficiente —intervino la castaña acercándose al conflicto —. El no tiene la culpa de lo de Kiyomasa
—Es cierto Pa, es culpa de Kiyomasa por usar el nombre de la ToMan en su club de peleas clandestinas —explicó Mitsuya. Mei asintió ante lo dicho
—¿Que? no soy muy listo así que no entiendo nada de eso —replicó el otro.
— Eso no es algo de lo que estar orgulloso zoquete —suspiró la chica llevándose una mano a la sien mientras Peh-Yan apoyaba a su capitán.
—¡Si no saben no se metan! —les recriminó Mitsuya en un grito. Definitivamente ese era el mejor método para hacerse escuchar con ese par.
Reprimió una mueca cuando sintió una pequeña vibración en su oído. Que molesto.
—Pa, cierra el pico —ordenó Draken volteando en su dirección. El nombrado se disculpó y retiró de inmediato.
—Disculpa Takemicchi, esta situación lo ha tenido bastante alterado —habló la muchacha dirigiéndose por primera vez al invitado.
—No parece muy razonable —respondió el chico inseguro viendo como el capitán de la tercera división volvía a su lugar.
—Un amigo de él se peleó con los de Moebius. Eso inició el conflicto —comenzó Mitsuya
—¿Eh? ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó el rubio
—El lider de Moebius, un tipo llamado Osanai se peleó con su amigo por alguna estupidez. Sin embargo, terminaron moliéndolo a golpes y lo obligaron a ver como violaban a su novia, también colgaron a su familia y hermanos —Mei apretó los puños ante el recuerdo. La información había timbrado en su celular en la madrugada y cuando le informó a Pa-Chin sobre lo ocurrido ya era demasiado tarde. Las náuseas renacieron en su estómago, en el de Takemicchi también.
—Es horrible...
—Así es como hacen las cosas los de Moebius, tienen dos generaciones más de antigüedad y controlan Shinjuku —Finalizó Mitsuya
—¿Qué la ToMan no controla el área?
—ToMan controla a Shibuya —explicó Mei esta vez —. Shinjuku es otra historia. Además nuestra pandilla es relativamente nueva.
—¿Qué es lo que quieres hacer Pa? —habló Mikey después de un rato. Toda la atención se volvió en su dirección. Lanzó la pregunta de gracia —. ¿Peleamos?
—Son mayores que nosotros —Contempló Pah mirando al suelo—. Es imposible que la ToMan salga ilesa. Solo les ocasionaría problemas, pero Mikey, esto es tan indignante...
Mei mordió su labio inferior. Pah de verdad estaba sufriendo con esto, y él también lo sabía.
—Eso no fue lo que te pregunté —dijo Mikey —. ¿Quieres pelear o no?
Pah no pudo más
—¡Sí quiero!, ¡quiero matar a todos los malnacidos!— confesó el mayor entre gritos y lágrimas de frustración
"Nunca cambiará" suspiró la chica internamente. Mikey se alzó frente a todos.
—¿Alguno de ustedes no cree que valga la pena vengar al amigo de Pa? —cuestióno —. ¿¡Es que alguno teme por lo que les pasó al amigo de Pa!?
Todos rieron con confianza. No había lugar para el miedo.
—¡Ninguno! ¿¡verdad!? ¡Acabaremos entonces con Moebius! —declaró orgulloso recibiendo los vítores de todos —. ¡El 03 de agosto correrá la sangre en el festival Muzashi!
Esas fueron las últimas palabras de su capitán antes de dar por finalizada la reunión. Mikey le dedicó una última mirada que ella entendió a la brevedad. Información, más profunda y a la brevedad, necesitaban conocer más a fondo a su enemigo y ella se iba a encargar.
Miró su moto y su celular.
No tecleas mientras conduces.
Solo que más tarde.
—Nii-san, ¿nos vamos? —preguntó la chica mientras tomaba su casco, la brisa nocturna agitó sus cabellos dejando ver sus mechones rojizos. Pah volteó en su dirección.
—Iré con Peh-Yan y nos veremos en casa hermanita
—¿¡Hermanita!?—la expresión de Takemicchi no tenía precio
—Sorprendente ¿verdad? —rió Mikey subiéndose a su moto. Mei suspiró en su dirección —. ¡Nos vamos ya!
Todos arrancaron en diferentes direcciones. La batalla estaba próxima a empezar.
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