La noche, ella me llama

La noche, ella me llama
Ella se balancea en su vestido de terciopelo
y me hala hacia ella en la oscuridad
Mientras los otros descansan





El peliplata descansaba con la vista perdida en el techo de su "habitación", su mano estaba sobre su abdomen, repasando las líneas que marcaban su vientre plano y una sonrisa escapo de sus labios.

-Gracias, padre...

Murmuro para sí mismo mientras repasaba las líneas azul brillante con la punta del índice, su vista viajo con frialdad a la puerta, donde Zetsu lo veía con curiosidad, Kakashi se levantó, su mirada tan seria despertó aún más dudas en el ser, quien negó internamente al ver la tensión en el cuerpo del joven, esa aura asesina que parecía apoderarse de el por momentos.

-No es una misión, Kakashi, cálmate.

Al escuchar esas palabras el peliplata sonrió levemente e incluso a su mirada pareció regresar parte de la vida que años atrás podía verse reflejada en sus iris, se recostó de nuevo antes de sentir el peso del cuerpo ajeno sobre la cama. El chico rodó los ojos antes de darse vuelta para recostarse sobre su costado y apoyar el rostro en la palma de la mano.

-Quieres preguntar algo ¿verdad?

Su expresión seguía tan neutra como la de un muñeco de cera pero interiormente le divirtió ver que ese sujeto solo afirmaba con la cabeza

-Madara estaba muy extraño ayer, pero hoy se veía normal... ayer, casi no parecía la misma persona... ¿Qué paso?

Kakashi solo rio entre dientes, recostándose de nuevo para evitar ver a ese ser, aunque lo negara le seguía causando cierta reprensión, prefería a los chicos blancos que la compañía de ese tipo.

-¿por qué no le preguntas a él?

-porque puedo preguntarte a ti

-hmmm... –la incomodidad le invadió, pero no se permitía olvidar las ordenes de quienes seguía, con un poco de pesar volteo a verlo- bien, fue por lo de mis 18, el jutsu del clan se activó por si solo y aun no aprendía a usarlo, así que... solo agradezco que tu no estuvieras cerca también...

La mirada de confusión del tipo casi le hace reír, negó suavemente, sentándose en la orilla de la cama.

-levántate- pidió antes de bajar su máscara, con disimulo hizo un par de sellos con la mano derecha, ocultándolos tanto como su habilidad se lo permitía.

Tan pronto termino las mejillas del Hatake se tiñeron de un fuerte color rosado al tiempo que de sus labios escapaba un jadeo, sus labios se curvearon en una sonrisa sínica, se mordió con fuerza el labio inferior antes de repasarlo con la punta de la lengua, sus ojos dejaban ver cierto fuego que encajaba perfecto con su expresión. El pecho del chico subía y bajaba al compás de su respiración acelerada, su dedo índice y medio subieron levemente su propia camisa dejando de nuevo su abdomen a la vista.

Al tiempo Zetsu sintió un enorme calor invadir su cuerpo y la atmosfera se tornó de pronto densa, se acercó al joven con ojos hambrientos, sin saber del todo el motivo de su necesidad, sentía su mente aturdida, casi como perdida y sus ojos parecían no querer mostrarle nada más que la sonrisa del joven y la picardía que reflejaba su mirada. El chico relamió sus propios labios mientras le veían con una expresión similar al anhelo en sus pupilas, el peliplata se dio el lujo divertirse un poco, le sujeto del mentón para acercarlo a su rostro, a escasos centímetros de sus labios y entonces un pequeño jadeo de esfuerzo se escuchó en la habitación. De pronto toda esa tensión que segundos antes parecía llenar el aire desapareció, la mirada del chico perdió ese brillo de insolencia y volvió a su neutralidad normal, una expresión de molestia mal disimulada se dibujó en su rostro y se apartó con rapidez del cuerpo de Zetsu, noto la duda en los ojos ajenos y se encogió de hombros

-Activarlo es más fácil que desactivarlo, ya que una sensación similar a la que sentiste tu, llena mi cuerpo-el chico desvió la vista con frustración- en serio este supuesto poder es un arma de doble filo...

Zetsu se tomó unos segundos para despejar su mente, buscando comprender que era exactamente lo que había sucedido, tras unos segundos logro recomponerse y sus ojos viajaron esta vez a la marca azul que se notaba cerca de la cadera del chico, quien sin necesidad de escuchar la pregunta respondió

-Al parecer mi padre sello parte de la "bendición" de mi clan- la palabra bendición salió cargada de rencor y tedio- y aparentemente solo se desbloque con un tipo de chacra... Él dice que ha de ser el de alguien de la aldea.... al menos no le molesto... dijo que me permitiría actuar con más libertad hasta que el plan estuviera listo...

Los ojos del chico mostraban su desagrado ante la idea, le molestaba el hecho de no ser lo suficientemente digno, de que el hecho de no ser un Uchiha provocara que tuviera que venderse como una prostituta, su mente le recordó con rencor las palabras de Madara y lo que se suponía que debía hacer, su mente se permitió soñar un momento y una ola de tristeza le invadió al pensar que quizás si no hubiera nacido justo en el clan Hatake no estaría metido en esa situación...

El chico fue arrebatado de sus pensamientos por una presencia abrumadora en la habitación, sintió como el aire parecía ser más denso y sus pulmones se llenaban con dificultad, a través del frio hielo de su mirada pudo traslucirse un rastro de miedo y al ver a Madara a la puerta, ese cristal de frialdad se quebró por completo y el pánico invadió su corazón, el miedo se reflejó en sus pupilas y una palidez mortal cubrió su rostro, con rapidez subió su máscara, pero era tarde y lo sabía.

-Orochimaru abandono la aldea... iras por el mañana

La voz sonó cargada de enojo y el joven no supo más que asentir, trago saliva con dificultad al ver como Madara le ordenaba a Zetsu marcharse; sus piernas temblaron de forma involuntaria al ver que se acercaba a él, se maldijo internamente mientras intentaba permanecer derecho, "eres un ninja, maldita sea, no puedes temblar solo por verlo..."

Su miedo se esfumo por un segundo pero al ver una sonrisa cruel dibujada en los labios de Madara su mente lo traiciono recordándole cada uno de los genjutsus en los que el Uchiha lo había atrapado en el pasado, sus piernas se doblaron dejándolo caer de rodillas.

Cada una de esas ilusiones le invadió como una ráfaga de recuerdos, podía ver el rostro de Rin ensangrentado, su aldea ardiendo en llamas, y casi podía sentir el tacto frio de la piel de Sakumo cuando lo encontró muerto en la sala, el olor a sangre pareció que impregnaba sus sentidos, vio a Obito bajo la piedra de nuevo y un grito desesperado escapo de su garganta









Obito estaba parado frente a la roca de los héroes, su mirada parecía clavada en un nombre en particular mientras el remordimiento le consumía, en más de una ocasión se había preguntado lo que hubiera pasado si hubiera obedecido las ordenes de Kakashi, si hubieran destruido primero el puente... tal vez todo sería diferente...

Su mirada se clavó en la piedra con frustración, la tensión recorrió cada musculo de su cuerpo cuando una mano se posó en su hombro, su vista viajo al chico con cabello de hongo que parecía querer darle ánimo con su presencia, forzó una sonrisa y asintió.

Llevaba años haciendo misiones con ese chico de carácter tan curioso y no podía más que agradecer que siempre intentara animarlo, con rapidez paso la manga de su camisa sobre sus ojos limpiando cualquier rastro de lágrimas y abrazo por los hombros al otro chico

-Manos a la obra, bestia verde

Río al tiempo que se encaminan hacia la puerta, ese día la misión debía ser fácil, su vista se dirigió al cielo, y una decisión se fijó en su mente, sonreiría, daría lo mejor de sí y evitaría que cualquier otro niño viviera una guerra, él sería el siguiente Hokage, el mejor de todos, así pagaría la confianza que sus amigos habían depositado en él.

Por un segundo se permitió recordar las palabras que ese sujeto de raíz le había dicho, que Minato había muerto por culpa del tercero, su vista viajo con tristeza al monumento de los Hokages y se permitió un suspiro.

-deja de juzgar y piensa en el futuro...- dijo en voz alta ganándose una mirada de reproche por el chico de ropa verde, Obito solo rio al tiempo que salían de la aldea, huyendo de la vista del la bestia verde en la primera oportunidad que tuvo, obteniendo quejas como respuesta de inmediato, y por un segundo se permitió pensar que tal es la vida no era tan cruel...













La espalda del joven de cabello plateado choco contra la pared, un hilo de sangre bajaba por su frente y bajo su labio inferior un cardenal comenzaba a aparecer, su mejilla izquierda estaba húmeda por las lágrimas, pero su mejilla derecha permanecía seca mientras intentaba sostenerle la mirada al mayor.

-Usted fue quien me ordeno coquetear con ellos...

Su voz sonaba casi desesperada, limpio con la manga un poco de sangre que escapaba por la comisura de sus labios, buscando fuerza en su interior para seguir hablando, sentia palpitar la herida en su frente.

Un gemido de dolor huyo de los labios del chico al sentir como Madara lo alzaba por el cuello

-Zetsu ya es fiel a esta organización ¿Por qué coquetearías a él? ¡¿Acaso eres estúpido?!

Kakashi cerró los ojos al sentir otro golpe, la cadera le dolió al chocar contra el suelo, ya que aun lidiaba con las consecuencias de perder su virginidad el día anterior, un poco de resentimiento logro traslucirse en su mirada, y eso le trajo un nuevo golpe como recompensa.

-Tú debes engatusar a un par los nuevos miembros, y sabes bien a quienes, eso es lo único que debes hacer- el tono de Madara cambio mientras su mirada se oscurecía- pero no, vas y te pavoneas como una zorra cualquiera, como todos los de tu clan, te vendes como una vulgar ramera.-

La mirada del Uchiha se perdió por un segundo y casi pareció suavizarse por un segundo, momento que Kakashi intento aprovechar

-solo le mostré el jutsu...

-No quiero que vuelvas a mostrarle esa cara de prostituta a nadie... a nadie me escuchaste, me importa poco si usas un jutsu de transformación, maquillaje, una peluca o lo que pase por esa mente tuya, pero no vas a salir así de nuevo...

Kakashi sabía que no valía la pena discutir, se quedó en el suelo mirándolo un segundo antes de atreverse a abrir la boca.

-El me reconocerá...

-Sé que lo hará, no soy estúpido, sé que el chico es listo... pero ya veremos qué hacer con ese problema sobre la marcha...

Madara había contestado tranquilo pero de pronto algo pareció hacer clic en su mente, sus labios se curvaron en una sonrisa, en un rápido movimiento atrapo el cabello de Kakashi y lo hizo levantarse de un tirón, robándole un jadeo de dolor

-Quieres que él te mire verdad...

-No, no es eso...-un nuevo tirón le hizo colocarse sobre la punta de los pies-  me duele, por favor...

-¡Cállate!

Le soltó de golpe y el chico volvió a caer sobre sus rodillas, la desesperación pareció crecer en su interior, Madara le vio por un segundo y una punzada de remordimiento le hizo darse la vuelta.

El chico hizo un esfuerzo por levantarse, sentía una punzada constante en su espalda baja, el Uchiha al fin se dio un momento para percatarse de ello y sonrió orgulloso al saber la razón, su mirada se suavizo y se acercó para alzar al chico al estilo princesa, el joven le vio con confusión bien disimulada, y desvió la vista al suelo, mordió su labio para mantenerse callado, no queriendo que el mayor volviera a explotar, su cuerpo se tensó mientras sentía como el adulto pasaba la punta de los dedos por su cabello, desenredando el mechón por el cual le había sujetado hace apenas uno segundos.

-No quiero que nadie más pueda ver lo bello que eres...

Kakashi solo asintió con la mirada perdida en el suelo, el dolor se propago por todo su cuerpo cuando lo dejo sobre la cama. Madara le acuno las mejillas entre sus manos con fuerza, sonriéndole de manera tranquila.

-Eres mío Kakashi, no lo olvides-la presión sobre sus mejillas creció, robándole un gemido de dolor- si no eres mío, no serás de nadie ¿entiendes?

-Soy suyo-concedió el adolescente con la voz quebrada

-Puede que otras personas te toquen, incluso les concederé el gran privilegio de conocerte como hasta ahora solo yo lo he hecho, pero no lo olvides niño, me perteneces

-Si, le pertenezco- repitió el chico antes de que sus labios fueran atrapados en un beso, corto pero brusco, como un sello, el chico lo correspondió y sonrió con dificultad cuando se separaron, sintiendo el alivio embar su cuerpo cuando Madara se marchó.

Se recostó en la cama de nuevo, dejando que su vista se perdiera en el gris oscuro del techo, quería llorar, pero sabía que no tenía derecho a hacerlo. Se dio valor a si mismo para llevarse la mano a la frente y una sombra de dolor cubrió su rostro al sentir la humedad entre sus dedos.

-¿Cómo la vida puede ser tan cruel?...

Por su mejilla corrió una lágrima, cerro sus ojos y la oscuridad le dio la bienvenida, poco a poco se dejó abrasar por la bruma de un sueño profundo y cayo dormido con una sola esperanza... que al despertar todo hubiera sido una pesadilla

























Hola

ya se que es muy raro que yo actualice seguido, la verdad ni yo me lo creo  ><

Pero, aprovechando que la universidad me esta dando un pequeño respiro, pues quiero intentar estar activa en agradecimiento a todas aquellas personas que aun me acompañan en esta historia

Quiero agradecerles por su apoyo y por darme un motivo para seguir escribiendo y tambien quiero decirles cuanto me alegran sus comentarios y votos, creanme que me alegran la vida

Muchas gracias a todos

Los quiere MisoraH



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