𝘵𝘸𝘰: 𝘵𝘩𝘦 𝘳𝘰𝘨𝘶𝘦 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘦

゚🐉・:* the rogue prince *:・゚🐉

❝  lo que no se está diciendo,
es más probable ha ser sentido.
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Ambas figuras se encontraban desnudas y entrelazadas, sencillamente cubiertas por la fina tela de la clara sabana que anteriormente adornaba inmaculadamente la cama. Dyanna entrelazaba su mano con la contraria, ocasionalmente besando los nudillos del platinado, aún extasiada con la idea de haber volado hasta Dragonstone y ahora estar viviendo tranquilamente con él. Daemon se limitaba a mirarla, su respiración siendo lo único que ella podía escuchar.

    —Gracias por pedirme acompañarlo, mi Príncipe—expresó Dyanna, perdida en la idea de todo lo que había vivido desde que llegaron. Habían sido días de completo bliss en compañía del antiguo heredero Targaryen, largas caminatas, largas charlas, comidas lo suficientemente ostentosas y deliciosas; y tiempo que el tan deseado Príncipe había decidido otorgarle—. No sabría como pagar tanta gentileza de su parte. He pasado los mejores seis meses que podría haber vivido solo en mis sueños.

    —Ya habrá momento y forma en que puedas hacerlo, Dyanna. De momento solo debes disfrutar del tiempo que te ofrezco—dijo tomando las manos de la joven, besando las heridas de las manos de la contraria a causa de la corona de flores, que en aquel punto ya habían cicatrizado—. Nunca mencionaste que conocias a los Cole—dijo ahora acariciando sus manos con suma delicadeza, trazando patrones sobre los relieves de las cicatrices.

    —No lo vi necesario, mi Príncipe. Los tres somos amigos desde que eramos solo unos niños. Antes de que mi madre decidiera que iríamos a King's Landing, vivimos en Dorne, su tierra natal, después comprendí que veníamos...—suspiró, procurando no mencionar nada referente a que su padre era Otto—. Mi madre pensó que conseguiría mejor trabajo, mejores clientes si ibamos a la capital.

    — ¿Los Cole se movieron con ustedes?—preguntó regresando la atención al tema que a su parecer era el importante.

    —No. Quisieron hacerlo, pero no lo hicieron. Dejamos de comunicarnos durante mucho tiempo... años en realidad; hasta que un día Philip visitó el burdel, lo reconocí al instante a pesar de ya no ser el jovencito que yo solía conocer. Había embalesado, pasó de ser un joven delgado y algo gracioso a la vista a lo que es actualmente—dijo sonriendo mientras mentalemente renombraba el momento en que lo volvió a ver.

    —¿Reconectaron en el burdel?

    —Así es. ¿Por qué tanto interés?

    —Philip Cole es uno de mis capas doradas—dijo con obviedad, aquella misma tarde llegaría a Dragostone, hacía tiempo que lo había mandado a llamar para que cuidara de ambos en la isla, sin que Dyanna supiera.

    —Lo sé.

    —¿Qué puedes decirme de Criston?

    —Debo confesar que no fui tan cercana con él como lo fui con Philip. Philip podía interesarse en muchas cosas al mismo tiempo, prestar atención incluso a lo que yo deseaba comprender, él me enseñó a leer y me introdujo al placer del aprendizaje. Criston, por otro lado, dedicaba día y noche a practicar, o al menos de lo recuerdo de mi infancia con él, siempre deseó ser un caballero leal. Creo que pudiste ver que dicha práctica dio sus frutos—el tacto del platinado se tornó brusco, retirando las manos de la joven, a la vez que se ponía de pie, abandonado la habitación, retirándose a la propia donde buscaría ropa limpia.

    De todo lo que había dicho la joven, hubo un pasaje que lo detuvo y que se repitió constantemente en la cabeza del platinado: me introdujo al placer. Daemon no se había permitido prestar la atención correcta y había dejado que su propio celo le consumiera. No se había imaginado que su capa dorada, en realidad, se convertiría en un rival interno.

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Rhaenyra subió al pequeño escalon que le ayudaría a ver más allá del balcón en dirección a donde se encontraban los caballeros que el Lord Comandante Harrold estaba por presentar para que, alguno de ellos, se convirtiera en su caballero, su protector.

    El mayor movió una figurilla, presentando al primero de los candidatos, esperando lograr impresionar a la Princesa.

    —Ser Desmond Caron, un buen caballero, Princesa—explicó el hombre—. De un paso al frente, Ser Desmond—pidió y su orden ejerció poder en los hombres bajo el balcón; a sus espadas Otto Hightower apareció colocándose a un costado de Rhaenyra—. Hijo de Ser Royce Caron, Ser Desmond ha demostrado fuerza y destreza en ambas, dentro de las listas de torneo y fuera de ellas. Mientras viajaba por Kingswood, de camino a King's Landing, Ser Desmond recientemente trajo a un cazador furtivo ante la justicia—el mayor guardó silencio, en espera a que la Princesa dijera algo.

    Junto a él, los candidatos guardaron silencio absoluto. Ser Desmond miraba en dirección a la Princesa expectante por lo que habría que decir. Cada par de ojos se concentraron en la figura de la platinada, quien no sabía muy bien que es lo que debía hacer. Otto dio un par de pasos al frene para susurrar al odido de Rhaenyra.

    —Quizá debería agradecer por su leal servicio, Princesa.

    —Le agradecemos por su leal servicio a La Corona, Ser—dijo inmediatamente que el susurro en su oido cesó, causando que Desmond hiciera una reverencia y regresara a su lugar, Otto nuevamente regresó un par de pasos hacia atrás.

    Una nueva figurilla fue movida al centro, presentando al siguiente caballero.

    —Ser Rymun Mallister—un nuevo caballero se movió al centro, tomando el lugar de Desmond—. Hijo de Lord Lymond Mallister de Seagard. Ganador de la contienda en Cider Hall, fue vencedor de veinte caballeros—Rhaenyra se paró en la punta de sus pies para poder ver mejor al hombre—. Ser Rymun fue hecho caballero a los diez y ocho—declaró y Otto no pudo más que dejar divagar su mente a dieciocho años antes cuando cometió adulterio, dando como resultado a Dyanna con quien no había logrado consultar nada desde hacía seis meses exactamente, temiendo la realidad que ya conocía. Dyanna estaba desaparecida, y llevaba desaparecida el mismo tiempo que Daemon había dejado King's Landing.

    —¿Alguno de estos caballeros tiene experiencia de combate?—la voz de Rhaenyra no solo interrumpió al Lord Comandante, sino, que también logró hacer a Otto salir de sus cavilaciones—. Más allá de capturar cazadores—Otto miró como una nueva figurilla se colocaba al centro en el tablero, mientras simultaneamente, un joven caballero se presentaba al centro de la pista.

    —Ser Criston Cole—el dorninense hizo una reverecia—. Hijo del ayudante de Lord Blackhaven, hermano de Philip Cole, un capa dorada de su tío, Daemon Tagaryen.

    —Sea bienvenido, Ser Criston—el hombre se limitó a hacer un gesto con la cabeza, la Princesa se recargó en el balcón hablando con él—. ¿Estuvo en combate en Stormlands?

    —Las marchas de Dorne, Princesa. Luche un año como infante en contra de las incursiones de Dorne, junto a mi hermano Philip. Ser Arlan Dondarrion me hizo caballero tras derribar dos torres en Boneway—expuso a la joven, quien tenía su completa atención en él.

    —Escojo a Ser Criston Cole—declaró Rhaenyra, bajando del escalón.

    —No nos apresuremos, Princesa—habló Otto deteniéndola—. No hay duda de que Ser Criston es un buen guerrero, pero casas como Crakehall y Mallister son alianzas importantes para La Corona. Seagard, por ejemplo, es la primera defensa del reino contra saqueadores de las Islas de Hierro—explicó.

    —Son caballeros de torneo. Mi padre debe ser defendido por un hombre que sepa de combate real. ¿O no debería?

    —Por supuesto, Princesa—respondió dandole la razón entre dientes.

    —Si desea alguien fuera de torneo, Princesa. ¿Por qué no elegir a Philip? Me parecería que sería más adecuado el hermano mayor, que el joven Criston—sugirió finalmente, Harrold Westerling—. Al igual que Criston estuvo durante las marchas de Dorne.

    Rhaenyra volvió a subir al banco y miró entre los caballeros, buscando al hombre que había visto en el torneo, que había perdido contra su tío.

    —¡Ser Philip Cole!—exclamó llamandolo. Aguardó unos minutos donde no hubo más que silencio, como era de esperarse nadie avanzó—. A causa de que Ser Philip no se encuentra, además de que ha jurado lealtad a mi tío, yo propondría comenzar a planear la investidura de Ser Criston—dijo volviendo a bajar de su escalón—. Ser Harrold—, dijo llamando al mayor quien la miró con atención—, creo firmemente que si tiene que enfocarse en uno de los hermanos Cole, quien vale la pena en realidad es Criston, ya que fue el único que logró vencer a Daemon—dijo finalmente retirándose.

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Ocurrió en la oscuridad de la noche, mis lores, durante la Hora del Murciélago. El ladrón eludió nuestra persecución—declaró en Alto Valyrio, siendo pocos en la sala los que podían comprender que es lo que se estaba contando, sin embargo, conociendo de antemano el acontecimiento que se anunciaba al Rey.

    —¿Cómo es posible que un huevo de dragón fuera robado frente a más de cincuenta entrenadores de dragones?—demandó saber el Rey, notablemente molesto por la noticia que acababa de recibir.

    —Fue el Príncipe Daemon el culpable, Su Alteza.

    —¿Daemon?

    —El príncipe dejó una misiva que creo que lo explica—dijo Otto mientras que un pergamino se abría con el fin de dar la explicación al Rey.

    —"Es el placer de Daemon Targaryen, el Príncipe de Dragonstone, y el legítimo heredero del Trono de Hierro, anunciar que va a tomar una segunda esposa según la tradición de la antigua Valyria. Ella será nombrada Lady Dyanna de Dragonstone" —Otto bajó las manos, escondiéndolas debajo de la mesa, apretando los puños sin que nadie se enterase, tras escuchar el nombre de su bastarda—. "Su Alteza está embarazada y tendrá un huevo de dragón en la cuna del bebé como es la costumbre de la Casa Targaryen". El Príncipe lo está invitando a su boda, Majestad. Y a usted, Lord Hightower. Se celebrará en dos días.

    —¿Por qué están invitando a Lord Otto?—preguntó Rhaenyra, confundida, pero su pregunta fue ignorada.

    —Que los Dioses sean buenos.

    —¿Quién es Lady Dyanna?—preguntó Corlys—. Y alguien responda a la Princesa, ¿por qué Otto ha sido invitado?

    —Creemos que...

    —La puta de Daemon—interrumpió Otto a Mellos, declarando un nuevo título para su bastarda —. Esto no es más que una sedición, Su Alteza. Si he sido invitado, es por lo que se ha puntuado con anterioridad; Daemon hace deporte de hacerme molestar.

    —No entiendo como podría hacerte molestar esto a tí, Otto—dijo Corlys con el entrecejo unido, con evidente confusión y molestia.

    —Estoy de acuerdo con Otto, Ser. Creo que todo se trata de una provocación.

    —Mi hermano desea provocarme. El contestarle, es darle lo que quiere—determinó Viserys tratando de mantenerse sereno y en paz.

    —El reino está observando, Su Alteza.

    —¿Que es lo que esperan que haga? ¿Que lo envíe al Muro? Quizá pueda poner su cabeza en una lanza—contestó el Rey con sarcasmo y molestia.

    —Daemon ha tomado Dragonstone, se ha rodeado con un ejército de capas doradas, y ahora ha robado un arma peligrosa...

    —¿Qué huevo fue el que se llevó?—la jovén voz en Alto Valyrio llenó la habitación, interrumpiendo a la Mano del Rey—. ¿Qué huevo fue el que se llevó Daemon?—volvió a cuestionar cuando la sala entera se mantuvo en silencio por lo menos un prolongado minuto, las miradas centradas sobre la platinada.

    —El huevo era Dreamfyre, Princesa—se decubrió—. El mismo que usted escogió para la cuna del Príncipe Baelon.

    —Reúne un destacamento, Otto—ordenó el Rey poniéndose de pie, causando que el resto del Consejo lo hiciera también—. Iré a Dragonstone y arrastraré a Daemon ante la justicia yo mismo—dijo caminando a la salida con el fin de hacer cumplir su palabra.

    —Su Alteza—lo detuvo Otto, recibiendo una mirada molesta del Rey—. Mis disculpas, Su Alteza, pero no puedo permitirlo. Es muy peligroso. Daemon no tiene límites. Déjeme ir a Dragonstone—pidió, confiaba que al llegar ahí y encontrarse con su hija, lograra hacer cambiar la jugada a favor de Viserys al regresar a King's Landing con Dyanna.

    Así fue como terminó preparandose para partir hacia Dragonstone y prontó zarpó con 20 hombres más.

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El lúgubre ambiente los recibió abrazandolos por gruesas capas de neblina y aquel frío aire comparado junto al de King's Landing. El cielo nublado haciendo que el escenario al que entraban se sintiera más peligroso de lo que quizas era.

   Caminaron por la muralla, Otto Hightower encabezando y las capas blancas detrás de él. Desde donde se encontraban podían escuchar las olas romper en la costa, tryendo consigo la incertinubre del enfrentamiento que se podía esperar de Daemon, ya que era algo más digno de él pelear antes que debatir.

    Se detuvieron en el instante en que a través de la neblina apareció Daemon y la gente que había decidido traer consigo, al igual que Otto, él encabezando a su gente. Se detuvo a pocos metros de distancia. En su mano derecha cargaba a Dreamfyre, a su izquiera, por lo menos dos pasos atrás, por primera vez bien vestida, se encontraba Dyanna con la mirada en alto a pesar de ver a Otto, quien con naturalidad lograba intimidarla. Para Otto fue la primera vez donde le pareció ver a Dyanna como digna de ser llamada una mujer, el atuendo que Daemon había mandado a hacer para ella le sentaba a la perfección, el color verde del vestido, sorprendiendo a la Mano, no era una coincidencia y definitivamente la invitación a la supuesta boda, no era más que una provocación, así como el mismo hecho de que estuviera con Dyanna.

    Daemon jugó con el huevo de dragón, lanzándolo de una mano a otra, antes de mirar a Otto, una pequeña sonrisa tirando de las comisuras de su boca.

    —Bienvenido a Dragonstone, Otto. ¿Vienes por la noticia de las nupcias?—preguntó sorprendiendo a Dyanna la idea de una boda.

    —Tu ocupación de esta isla llegó a su fin. Debes entregar el huevo de dragón, desmantelar a tu ejército, desterrar a tu puta..—dijo conectando miradas con Dyanna, quien finalmente cedió bajando la mirada al suelo.

    —¿Es así como tratas a tu sangre, Otto? ¿Llamándola puta? Me pregunto si así tratas a Lady Alicent—cuestionó y detrás de Otto comenzaron los susurros, Dyanna miró sorprendida a Daemon, puesto que jamás había desvelado aquel detalle al Príncipe.

    —Debes abandonar Dragonstone por orden de Su Alteza, el Rey Viserys...—continuó ignorando el secreto que había sido desmantelado.

    —¿Dónde está el Rey? Yo  no lo veo.

    —Su Alteza jamás se rebajaría para entretener semejante farsa.

    —Ser Crispin, ¿no es así?—, interrumpió el platinado, mientras que detrás de él, Philip miró a su hermano, suspirando.

    —Ser Criston Cole, mi Príncipe.

    —Correcto, si, hermano de...—se giró mirando directamente detrás de Dyanna, donde muy cerca se encontraba el hermano de quien acababa de hablar—Philip, mi buen capa dorada. Mis disculpas. No podría recordar.

    —¿Tal vez mi Príncipe recuerde cuando lo derribé del caballo? Por cierto, mis felicitaciones, Lady Dyanna por sus futuras nupcias—Daemon rió entretenido por las respuestas disparadas.

    —Es un espectáculo patético, Daemon—declaró Otto—. Estás tan desesperado por la atención del Rey que recurriste a merodear como un vulgar ladrón.

    —Yo solo mantengo las tradiciones de mi casa, lo mismo que hizo mi hermano con su heredero.

    —Esas tradiciones son para los hijos nacidos de la realeza, no para los bastardos engendrados con una puta, bastarda corriente.

    —Lady Dyanna va a ser mi esposa. Tu hija será mi esposa—Dyanna miró con confusión a Daemon sin poder evitarlo.

    —Esto es una abominación, con cada respiro manchas tu nombre, tu casa, y el reinado de tu hermano.

    —Nuestro amor no conoce de títulos y tradiciones. No conoce de apellidos, ¿cuál sería el apellido de Dyanna? ¿Sand por engendrarla en Dorne? ¿O ya le hiciste el favor de darle Hightower?—la diversión evidente al ver que Otto no se esperaba que supiera tanta información.

    —¿Qué hay de ustedes, hombres de la Guardia de la Ciudad?—interrumpió girtando, centrando su mirada en Philip—. ¿Y usted, Ser Philip? ¿Ayudando a al Príncipe con su traición?

    —El Rey me nombró su comandante. Ellos me son leales a mi—dijo y caminó acercandose con el huevo extendido—. Han venido por el huevo. Aquí está.

    —¿Estás loco? Nunca sobrevirás.

    —Bueno, alegremente, tampoco tú.

—Escoger la violencia aquí es declarar la guerra en contra de tu Rey—explicó Otto.

    —Maravilloso.

    —¿Aún si termina en la muerte de tu hijo nonato y de su madre?—Daemon desfundó su espda, alzándola en dirección a Otto, no fue la única espada que salió de su funda, Philip, Criston y Harrold imitaron la acción; consecutivamente los pequeños ejercitos.

    La mirada de Dyanna se alzó al cielo cundo el llanto de un dragón se hizo presente. Entre estruendos, Caraxes salió con el fin de defender a su propio equipo, frente al nuevo grupo invasor, quienes vieron a la increible criatura roja, mucho más que imponente, especialmente tras soltar un primer rigido de advertencia.

    —¡Todos ustedes, guarden las putas espadas!—se hizo caso a la orden de Otto.

    Un segundo dragón se hizo perceptible, todos lograron escucharlo. A la distancia, entre la neblina se alzó cerca de ellos el tan conocido dragón de la Princesa. Las doradas escamas familiares para Dyanna quien solía admirar al dragón volar sobre el orfanato junto a los niños.

    El dragón pronto se estableció detrás del pequeño ejército de su padre, la mirada de su tío perforándola con una mezcla de molestia y admiración al presentarse con su dragón.

    Rhaenyra bajó de Syrax y caminó en dirección donde se encontraba su tío, deteniéndose frente a Otto quien la observaba desaprobatoriamente.

    —¿Qué esta haciendo aquí, Princesa?

    —Previniendo una matanza.

    —Ser Criston, escolte a la Princesa a un lugar seguro.

    —Tengan cuidado de no alarmar a Syrax, mis Lores. Ella es muy protectora conmigo—les informó, ignorando a la Mano del Rey y a su orden, caminando donde su tío la miraba.

    —Mi padre me nombró Princesa de Dragonstone—habló en Alto Valyrio, manteniendo la costumbre con su tío—. Es mi castillo en el que estás viviendo, tío—dijo cuando ambos se encontraron, esta vez un solo paso separándolos, sus acompañantes muy por detrás de ambos.

    —No hasta que cumplas la edad.

    —Has enfurecido a tu Rey.

    —No veo porque—respondió a la defensiva Daemon—. Este es un día de celebración. Voy a casarme—dijo señalando con la cabeza a Dyanna.

    —Entonces, ¿es ella ma mujer misteriosa del burdel de la que todo mundo hablaba antes?—preguntó centrando momentáneamente su atención en Dyanna—. Debo admitir, tío, es una mujer demasiado hermosa. ¿Por qué querría conformarse con ser la otra mujer? Ya tienes una esposa.

    —No llegaste lo suficientemente temprano. Es hija bastarda del buen amigo de tu padre y Mano del Rey, Otto Hightower.

    —Entonces sales con ella para... ¿molestar a su padre? ¿Y de paso al mío? Confórmate con tu mujer.

    —No quiero conformarme con una mujer que no fue de mi elección.

    —¿Y es de tu elección desposar a la bastarda de uno de tus "enemigos"? ¿Y robar el huevo de mi hermano?

    —Tú compartiste tu cuna con un dragón cuando naciste. Yo quiero lo mismo para mi hijo.

    —¿Vas a tener un hijo?—Daemon miró a Dyanna y su expresión cambió a una de disgusto y molestia.

    —Algún día.

    Dyanna no necesitaba comprender lo que decian para entender el disgusto pintado claramente en el rostro y los ojos de Daemon. Con verguenza golpeando las facciones de Dyanna, sonrió y se disculpó, tomando la mano de Philip para regresar al castillo.

    —Tú vienes conmigo—habló Otto llamando la atención de todos.

    —En realidad, deseo quedarme aquí, Lord Hightower—respondió aún tomada de la mano de su amigo, guiandolo al interior del castillo con ella.

    —Estoy justo aquí, tío. El objeto de tu ira la razón por la que fuiste desheredado. Si quieres recuperar esa herencia necesitas matarme. Así que hazlo y acaba con todo este fastidio—dijo Rhaenyra regresando la atención a ambos platinados, Daemon guardó silencio, sopesando las palabras de su sobrina durante unos extensos segundos; continuamente miró a Otto con molestia y siguió el mismo camino de Dyanna, dándoles la espalda, lanzando descuidadamente el huevo de dragón a su sobrina.

    Daemon entró al castillo, empujando a todo aquel que se le atravesara en busca de la joven mujer y del caballero que había desobedecido la orden que les había dado de quedarse con él durante todo el enfrentamiento.

    Finalmente los encontró en el que funcionaba como comedor para ambos. Dyanna se encontraba seria y seguía sujetando la mano de su amigo, aún cuando escuchó a Daemon entrar.

    —Estoy seguro que te di una orden de no moverte, Cole—dijo con molestia el platinado, caminando donde él, arrancando su mano del agarre de la joven, quien se separó un par de pasos.

    —Lady Dyanna me necesitaba, mi Príncipe.

    —Lady Dyanna—rió sacudiendo la cabeza—. Ella no es una Lady y a ti por tu deslealtad debería quitarte el lugar dentro de la Guardia—dijo y suspiró, por conveniencia, le parecía mejor tenerlo cerca—. Retírate antes de que lo haga realmene, ¡ahora!—Philip no se movió.

    —Solo haz lo que se te ha pedido—pidió Dyanna en un suspiro, apretando el puente de su nariz.

    —Como digas, Dyanna—dijo acercándose y besando la frente de la joven antes de retirarse.

    —¿Entonces Otto tenía razón? No eres más que una p...

    —Anunciaste que nos ibamos a casar.

    —El día de mañana—confirmó.

    —¿Y que estaba embarazada? De tu hijo.

    —Bueno, cuando estemos casados podemos hacerlo realidad—dijo acercándose, abrazándola.

    —¿Eso es lo que quieres? Después de llamarme puta.

    —Te he defendido de tu padre quien fue quien dijo eso.

    —Y acabas de repetirlo en nuestra privacidad, Daemon. Realmente no quieres tener hijos, no estas listo.

    —Bien. Los niños pueden ser criaturas irritantes.

    —Dijiste que me habías traido aquí porque me necesitabas... porque me amabas. La realidad es que me trajiste para hacer molestar a Otto—dijo separándose, empujándolo con suavidad—. Demostrarle que sabías su secreto y en el transcurso humillarme frente a todos. Ahora Lord Hightower podría ser una amenaza para mi.

    —Dragonstone es un lugar seguro.

    —Hasta que el Rey decida reclamar su lugar ancestral. Sus hombres quizá no pongan la cabeza del Príncipe e una lanza, pero ¿qué le harán a la puta bastarda corriente que dijo haber tomado como esposa y a quien embarazó?

    —No sufrirás ningún daño, Dyanna. Te he elegido por algo. Me siento seguro a tu lado, porque puedes ser intocable como el resto. En ti corre sangre Hightower, y ahora todos lo saben. Le dirán a mi hermano que la bastarda de Otto apareció.

    —Daemon, muchos de mis años los he vivido con temor. He tenido que trabajar más de un trabajo para sobrevivir en King's Landing. He corrido de hombres que han querido o han abusado de mi. No quiero que esto sea lo mismo. No quiero huir o esconderme.

    —Estás segura conmigo, te lo juro.

    —Tu eres un Targaryen. Tú puedes jugar con el Rey, pero yo no. Sin importar que comparta sangre con la Mano. Lord Hightower jamás me va reconocer, moriré siendo una puta y una bastarda por estar contigo. Yo no llegué a ti buscando oro... o poder... o posición—suspiró y se sentó al filo de la mesa, cerca de donde Daemon se había sentado tiempo antes—. Vine porque te amo.

    —¿Me amas? ¿Por qué?

    —Estar contigo me quita el miedo. Pero si estar contigo no hará más que traer más temor a mi vida, no sé si estoy haciendo lo correcto—dijo con una lagrima recorriendo su mejilla; con rapidez la limpió y salió en dirección a sus aposentos.

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NOTA DE AUTORA:
Y con ustedes... ¡ese fue el capítulo número 2! Espero que lo disfrutaran tanto como yo al escribirlo. Procuré no tardarme mucho desde el siguiente capítulo para poder acostumbrarme a escribir semanalmente para ustedes, al menos mientras aún pueda hahaha.

Creo que a diferencia del capítulo anterior, este fue relativamente un poco más corto, pero creo que en esta ocasión nos pudo ser más perceptible la idea de Daemon y Dyanna. Espero comiencen a ver la referencia ¿histórica? Que inspiró esta historia. Si la detectaron me haría muy feliz saber, dejando un comentario aquí al respecto.

Les menciono, nuevamente, que la historia está conectada con Empty Gold, por lo que aparecerá un personaje de una casa totalmente nueva en los siguientes capítlos por venir, así como tendrá otro peso en la historia de Game of Thrones.


Se agradecen de antemano los:
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¡Y nos vemos en el siguiente capítulo!

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