Capítulo 6 La última noche.
Keisuke tenía dos viviendas, una casa en Shibuya y otra más pequeña en el Santuario Meiji. dentro de una comunidad de hechiceros, que estos a su vez se dividían en aquelarres con el propósito de mantener el anonimato por lo que no es que vivieran todos en un sólo sitio como una villa, no. En realidad se esparcían por todo el bosque; la razón por la que se dividieran en aquelarres, era para separar las habilidades y especialidades de cada hechicero en una suerte de campamentito para entrenar a las nuevas generaciones. Claro está, que el propósito de dividir los aquelarres era cuestionada por quienes pensaban que hacer una cosa así sólo lograría crear prejuicios y dividir aun más la comunidad de hechiceros.
Entre los opositores de esta regla, era el mismo Keisuke quien estando en desacuerdo con esta política decidió ser uno de los muchos líderes de aquelarre que logró independizarse y vivir en la ciudad, claro está que estos son casos aislados, sólo algunos se han independizados y viven en estas u otra ciudad con el compromiso de ser leales y jamás abandonar su aquelarre, en especial si es un líder, por lo que, tienen permitido alejarse de la comunidad, pero no de la ciudad en la que ésta se encuentra. Otra regla que debe cumplir al independizarse es ser cuidadosos y no ser descubiertos ni de exponer su secreto con alguien normal... o "mortal", como le dirían ellos. Sin embargo, como en el caso de Keisuke sí se enamora de una simple "mortal" debe decidir sí contárselo o no a riesgo de ser delatados y en ese caso las consecuencias son severas tanto para el hechicero o hechicera que divulga su naturaleza, como para la persona que no lo es.
Al estacionar su coche , Keisuke bajó del vehículo y lo rodeó para abrir la puerta del copiloto, Chifuyu bajó enseguida tomando la mano extendida de su novio mientras le sonreía abiertamente.
A Chifuyu siempre le gustó la casa de Keisuke, por dos razones: una, era eso... una casa, no un departamento pues pese a que ella misma vivía en uno con sus amigas, no quería decir que los prefería antes que una casa real, con patio y jardín propio. La razón número dos , amaba aquel decorado acogedora al estilo rustico y natural de Keisuke que se plasmaba en todo su hogar.
La chimenea de la sala no era muy grande, pero tampoco pequeña; estaba hecha de piedra irregulares y una repisa de madera sin procesar, aun tenia pequeñas astillas y corteza del árbol del cual fue fabricada.
Los muebles no se quedan atrás en el estilo, el sillón de tres cuerpos que se hallaba frente a la chimenea, estaba cubierto de piel sintética en un tono blanco invierno, éste era felpudo y muñido como sí se tratara de piel sin procesar pero claro está, que aquel sillón y sus cojines estaban fabricado del mismo material con el que se hace los peluches y probablemente el mueble favorito de Chifuyu en esa sala. A los costados de éste había dos butacones más pequeños ambos de un color distinto; el de la izquierda era marrón oscuro y el de la derecha de color canela. La alfombra, por otro lado era un tejido de hilo de color marrón claro
En tanto a la iluminación, un candelabro araña se imponía en medio del techo pero éste estaba apagado, pues Keisuke prefería encender la lámpara de pie que estaba junto a la chimenea, ésta daba una luz tenue y suave dando al ambiente un toque intimo.
Apenas entró, Keisuke se quitó la chaqueta dorada y la colgó en el perchero mostrando por fin aquel atuendo que lo hacía ver como un verdadero artista de rock, Chifuyu hizo lo propio y tras ir al baño a lavarse las manos y la cara, volvió a la sala para sentarse junto a la chimenea en aquel gran sillón felpudo
— ¿Estás cansada? — Preguntó Keisuke sentándose a su lado — ella no respondió, sólo negó con la cabeza sonriendo silenciosamente— ¿por qué tardaste tanto? — le susurró mientras le acariciaba la mejilla
— Keisuke ... yo... quiero decir... — pero no se atrevió a decir lo que realmente quería confesar por miedo a arruinar la velada— si, en realidad sí, estoy un poco cansada — respondió ella finalmente — "Keisuke ... hay...hay algo que no te he dicho" — dijo Chifuyu mentalmente, pues sus palabras fluían fácilmente en sus pensamientos, pero no en sus labios a viva voz—" estoy embarazada, Keisuke , serás papá dentro de cinco meses pero no me atrevo a decírtelo por miedo a tu reacción"
— Vamos a la cama — dijo él sonriendo. Enseguida se puso de pie y la tomó de la mano para levantarla y dirigirla al dormitorio.
El dormitorio de Keisuke tenía el mismo estilo rustico que el resto de la casa, paredes blanco invierno decoradas con pequeñas pinturas de oleo; una pequeña mesita de luz a cada costado de la gran cama de doble plaza de color madera. El cubre cama era un tejido de hilo entrelazados en una especie de trenza de color café con leche y en los rincones del dormitorio pequeñas plantas tipo baobabs
Chifuyu comenzó a quitarse el pequeño abrigo y enseguida, mirando a Keisuke por sobre su hombro mientras le sonreía dijo: — ¿me ayudas con el cierre? — Keisuke en silencio sonrió y lentamente se acercó a ella por la espalda para bajar con lentitud el cierre del vestido al tiempo que besaba su hombro y su cuello rozando su rasposa barba en la piel de Chifuyu, ella se estremeció y cerró los ojos suavemente. Enseguida permitió que él deslizara el vestido por su dorso hasta hacerlo caer al suelo dejando a Chifuyu sólo con la blanca y sencilla ropa interior. Ella volteó hacia Keisuke y se acercó a darle un pequeño beso, que lógicamente pronto se trasformaría en otra cosa. Las manos de Keisuke se pasearon por el contorno de Chifuyu dibujando su silueta mientras se besaban. Al tocar su glúteo, lentamente acomodó la pierna de su novia sobre su cadera haciendo que esta perdiera un poco el equilibrio y cayera de espalda sobre la cama, Keisuke aprovechó esa instancia para posicionarse sobre la chica y continuar besándola casi con ansias, ella lo abrazó por los hombros y pasó su delgados dedos por la larga cabellera de Keisuke . Él se incorporó un momento y buscando la mirada de Chifuyu notó algo que le inquietaba.
— ¿Te sucede algo? — quiso saber mientras la miraba entrecerrando los ojos como sí sospechara de ella
— No, no, estoy bien... — dijo ella sonriendo débilmente, guardó silencio por unos segundos y le acarició la mejilla
— No me mientas, te conozco desde hace mucho tiempo — dijo él en un tono suave pero imperativo. Chifuyu se incorporó haciendo que Keisuke saliera de en sima de ella y se sentó a su lado a la orilla de la cama, para ella no era fácil abrirse ante su novio como ya sabemos y una vez más se sentía intimidada ante una situación complicada de sobrellevar. Keisuke se dio cuenta que a Chifuyu no le salía las palabras para confesar lo que le sucedía y él imaginaba la razón por lo que una vez más tuvo que demostrarle que no tenia porque temer.
— Aun me temes — afirmó el joven profesor universitario. Chifuyu desvió la mirada y él, tomándola del mentón suavemente le obligó a mirarlo — ¿hasta cuándo seguiremos así?
— Lo lamento — se disculpó ella.
Keisuke suspiró pesadamente al tiempo que inclinaba la cabeza hacia atrás y a continuación se acercó a Chifuyu para rodearla por la cintura y hacerla sentarse en sus rodillas; Chifuyu lo rodeó ligeramente por los hombros
— Escucha, sé que soy difícil, que tengo un carácter de mierda y que a veces no me soporto ni yo mismo — Chifuyu sonrió levemente ante ese comentario y él hizo lo propio — sí, bueno... supongo que nadie es perfecto ¿no?
— No, nadie lo es, pero tú para mí si lo eres — dijo ella
— Gracias por eso, amor ... pero como sea — continuó — el caso es que a pesar de eso yo he intentado no perder el control contigo, incluso cuando discutimos, nunca te he levantado la mano, pero actúas ante mí como si fueras una mujer golpeada y yo jamás te haría daño y lo sabes
— Lo se y lo siento mucho, Keisuke enserio...
— Shus— le interrumpió él poniéndole un dedo sobre los labios — no te disculpes tanto, en parte se que yo me busco esa mala fama, pero, amor te ruego que me digas lo que ocurre
— ¿Por qué piensas que pasa algo? — preguntó Chifuyu querido evadir el tema
— Porque te conozco... y porque tú y yo nos vamos a casar y me gustaría que mi futura esposa sea sincera conmigo — respondió él con su característica voz suave y seductora. Ante esa respuesta, Chifuyu no tuvo otra opción, era imposible engañar a su novio; así que, ella respiró profundo y cerrando los ojos suavemente, comenzó a decir:
— Keisuke... ¿me prometes que no te enojarás?
— Te lo prometo— respondió él sonriendo levemente mientras le acomodaba un mechón de su cabello detrás de la oreja.
— Bien — dijo ella mientras tomaba la mano de Keisuke con mucho cuidado — espero que no te desmayes — añadió en un susurro para aligerar un poco el ambiente, pero lo único que logró es que Keisuke borrara su sonrisa preocupándose más, pero entonces Chifuyu le hizo posar su mano sobre su vientre con la misma delicadeza que tuvo al tomársela, ella en silencio levantó la mirada mientras le retenía la mano. Ambos se miraron a los ojos intensamente; Keisuke sorprendido pudo sentir unos ligeros movimientos en el interior de su novia, ahí dentro no había solamente un individuo, eran dos.
— Keisuke se que debí decírtelo hace cuatro meses, pero tenía miedo a tu reacción si sabías que tú y yo...
— Shus... tranquila— le interrumpió él en un susurro mientras le sonreía. Enseguida, Keisuke acercó su rostro al de Chifuyu y besó sus labios.
— ¡Es que se que fue mi culpa, yo dejé de tomar las patillas porque comenzaron hacerme mal y debí avisarte y no lo hice porque... porque, ni siquiera sé por qué! — dijo ella desesperada. Keisuke la tomó suavemente por el rostro para calmarla y acariciando sus mejillas dijo con una voz pausada — Hey, no, no es tu culpa, no es culpa de nadie — dijo negando con la cabeza
— Sí, sí lo es, es mi culpa; sí yo te lo hubiese dicho antes...
— Pero eso no importa ... no importa, lo hecho, hecho está y tener un hijo ahora no estaba planeado, pero se dio y lo vamos a tener y lo vamos a querer ¿sí?
— Sí... — dijo ella tranquilizándose un poco Chifuyu se sorprendía de sí misma, muchas veces evitaba que Keisuke utilizara su poder de persuasión en ella, pero en ocasiones ella sentía que sus defensas bajaran y Keisuke lograba persuadirla a su antojo.
Sin duda era la mejor noticia que había recibido, Keisuke estaba feliz de saber que sería padre por primera vez, pero por otro lado se sentía culpable por el hecho de que Chifuyu le guardó el secreto de su embarazo durante cuatro meses por temor a que él reaccionara mal, eso sólo le hacía pensar que debía cambiar su actitud urgentemente y ser un poco más relajado y flexible en especial porque pese a su carácter tan rígido y serio, siempre mostró una cierta adoración por los niños, cuando estaba cerca de un niño, no importaba la edad que éste tenía, Keisuke era otra persona, más tierna y juguetona, era como ver a Peter Pan jugando a buscar Nunca Jamás con un niño perdido.
— Esto hay que celebrarlo — comentó mientras se inclinaba sobre la cama, aun con Chifuyu sentada sobre su regazo, lo que hizo que ella cayera de espalda sobre la muñida colcha.
Chifuyu tenía los ojos cerrados y podía sentir como los besos de Keisuke se esparcían por todo su cuerpo suavemente hasta acelerarse y convertirse en besos más apasionantes que, en ocasiones eran pequeñas mordidas juguetonas en los labios, cuello, hombros y pechos de Chifuyu, éstos últimos aun cubiertos por el inmaculado corpiño blanco. De vez en cuando, ella sentía cosquillas al sentir el largo cabello de Keisuke desparramarse en su piel. Se incorporó un poco y con un rápido movimiento logró quedar ahorcajada sobre él, dejándolo totalmente sorprendido por su osada reacción.
— Wow, tranquila, amor ve despacio — dijo el hechicero entre divertido y preocupado por el brusco movimiento de Chifuyu temiendo que afectara en su estado.
— Estamos bien — dijo ella en un susurro
— Espera — Keisuke comenzó a dudar — ¿segura que podemos hacerlo así en el estado en que estás? — ella sonrió y se inclinó para besar los labios de su novio brevemente
— Sí, sí estoy segura, descuida estaremos bien — respondió ella tranquilizándolo, enseguida ella, lentamente comenzó a desabotonar la camisa de Keisuke uno por uno y con ternura depositaba un beso en su piel por cada botón que quitaba. Comenzando por el cuello, el pecho, el esculpido abdomen tatuado y el vientre. En ese punto él se incorporó con Chifuyu sobre su regazo y comenzó a quitarle la poca ropa que ella llevaba encima, al tiempo que besaba sus labios con ternura y lujuria a la vez.
Estuvieron todo el resto de la noche haciendo el amor, y ya casi de madrugada se durmieron abrazados. Ella con la cabeza apoyada en el pecho de Keisuke y él acomodando su mejilla sobre la coronilla de Chifuyu, al tiempo que acariciaba su hombro suave y terso de manera inconsciente, mientras se quedaba dormido en una incómoda posición, que poco y nada le importaba porque en ese momento lo único que si importaba era que ella estaba con él. Celebrando su 6to aniversario de noviazgo, su compromiso de matrimonio y que muy pronto ambos tendrían un hijo gracias al fruto de su amor, en pocas palabras, él tendría una familia propia. No estaba planeado, pero era el hombre más feliz de la tierra en ese momento.
A la mañana siguiente Keisuke despertó bruscamente sobresaltado, se incorporó con rapidez, aun con Chifuyu entre sus brazos. Podía sentir su propio cuerpo frío, su frente se perlaba en sudor y la respiración se le aceleraba y no se trataba precisamente de la excitación que sentía al hacer el amor con Chifuyu, no... Era más bien un aviso, un presentimiento de que algo no estaba bien.
— ¿Qué pasa? — preguntó Chifuyu adormilada despertando con el brusco sobresalto de Keisuke
— Nada, amor, vuelve a dormir. — dijo él tranquilizándola. A continuación se levantó de la cama, se puso tan sólo un pantalón de algodón que solía usar de pijama y se dirigió a la sala principal. El sonido de unos extraños pasos proveniente de aquel lugar lo puso en alerta, pero en realidad para él aquello no era extraño, dado que no era la primera vez que alguien irrumpía en su casa. Muchas veces los avatares se presentaban en su hogar por orden del hechicero científico, pero esta vez Keisuke sentía que no se trataba de uno de los experimentos, era algo más poderoso.
— Sabía que era usted — dijo al ver a un hombre sentado en uno de sus butacones bebiendo un vaso de wisky que robó del minibar de Keisuke.
El intruso hombre era delgado, de piel canela y cabello oscuro, con un mechón dorado en la parte superior de su cabeza; tenía una mirada intrigante y fría, y pese a que sus ojos azules grisáceos estaban enmarcados por unos gruesos anteojos dorados oscuros, su antinatural y atractiva juventud no se opacaba.
— Buenos días, Keisuke — dijo el hombre sonriéndole al joven profesor como si aquella situación fuese de lo más normal.
— ¿Qué hace en mi casa? — Inquirió Keisukeen un tono cortante — ya les dije a ese par de... — se detuvo a la mitad de la frase — ya les dije que no estoy disponible — terminó por decir.
— Lo sé — dijo el hombre tras beber otro sorbo de whisky — no estabas disponible anoche, pero hoy es otro día
— Bien, ha entendido el mensaje... Solo hay un pequeño detalle, tampoco estoy disponible en este momento... Y lo cierto es que no creo estarlo en mucho tiempo, así que si no le importa, la salida ya la conoce — respondió Keisuke con algo de autoridad. A él no le causaba ninguna gracia que el hechicero científico abusara de su poder autoritario, incluso en su propia casa.
— Pero necesito tu colaboración para crear el último avatar — dijo el científico
— ¿El último avatar? — Repitió Keisuke con ironía — ¿qué? ¿Dejará de crear mas adefesios traga almas? — por primera vez Keisuke se atrevió a insultar los experimentos del científico en su propia cara.
— Algo así. — dijo el científico dejando su vaso ya vacío sobre la mesa de centro, enseguida se puso de pie — estoy en la investigación para hacer algunas mejoras — contestó el científico ignorando el sarcasmo de Keisuke, este último soltó una pequeña risotada amarga — vine hacer un trato contigo, Keisuke — continuó el hombre.
— Cualquier trato que quiera ofrecerme, no logrará convencerme de ir con usted ahora. Y le recuerdo que no soy un esclavo. Soy un asistente, y en estos momentos, no estoy disponible.
— Y yo te recuerdo, mi joven amigo; que ser mi asistente de por vida es el precio que tuviste que pagar para llegar a ser líder de tu aquelarre.
— Yo puedo ser líder de mi aquelarre sin la ayuda de nadie — respondió Keisuke con frialdad y firmeza.
El hechicero científico se acercó aún más a Keisuke con aire amenazante.
— ¿En serio lo crees? Qué arrogante eres, ¿quieres que te recuerde el pacto que has hecho conmigo para ser uno de los hechiceros más poderosos? Literalmente vendiste tu alma... asistente de por vida.
Keisuke no respondió, intentó tragar saliva, pero no lo logró.
— Todos pagamos un precio alguna vez... — continuó el científico caminando lentamente al rededor de Keisuke como si lo estuviese acechando, él, Keisuke se sentía intimidado, pero no lo demostraba. — Sabes muy bien que sin mí, tú no hubieses llegado al lugar en que estás — se detuvo frente a su asistente y le sonrió de lado. — El trato que te vengo a ofrecer es bien tentador y te conviene, créeme.
— ¿En serio? ¿Cuál es? — preguntó Keisuke en una actitud altanera, haciendo que el hechicero científico, cuyo nombre era Tetta Kisaki sonriera ampliamente esta vez. Pues este sabía que estaba logrando su cometido. — mi trato es, mi querido y rebelde asistente. Que me ayudes a crear al último avatar y yo te libero de ser mi asistente de por vida... incluso puedes seguir con tu liderazgo, la verdad es, que eres tan poderoso, que no necesitas pacto alguno para llegar a donde estás. — Dijo Kisaki sonriendo de lado — Piénsalo. Sí me ayudas con esto ya no me verás nunca más y podrás vivir tranquilamente con Chifuyu y tu futuro hijo
— Suena tentador. — Admitió Keisuke, — pero no meta a mi familia en esto. — Kisaki ignoró el último comentario de Keisuke y dijo con una sonrisa triunfante:
— Sabía que te gustaría mi propuesta
— ¿Y quién es el progenitor? — quiso saber Keisuke un tanto dudoso.
Kisaki guardó unos segundos de silencio mirando a Keisuke a los ojos mientras reprimía una pequeña sonrisa que pasó inadvertida para Keisuke
— Nadie que tú conozcas. — Respondió finalmente — Keisuke lo miró a la cara y en ese instante recordó una discusión que tuvo con su hermana Hina horas antes de su cita. Ella poseía el don del saber el futuro, por lo que intentó advertirle que no fuera con Chifuyu la noche anterior porque correría peligro, pero, según Keisuke, de toda la ciencia de la magia, la adivinación es la más imprecisa. Y era esa la razón, por la que no quiso hacerle caso a Hina.
«Después de todo, es uno el que forja su propio futuro y destino.» Pensó él.
— Algo más — dijo Kisaki sacando de sus pensamientos a Keisuke — es mejor que te despidas de Chifuyu.
— ¿Qué? — preguntó Keisuke incrédulamente
— El último avatar necesita de todo nuestra atención, por lo que no podrás verla en mucho tiempo
— Olvídelo, no lo haré... Búsquese a otra persona que si quiera renunciar a su familia en ese caso— respondió fríamente el joven hechicero.
— Eso es imposible, Keisuke. Es parte de tu deuda y lo sabes, no te preocupes, la volverás a ver antes de que nazca tu hijo, ya lo veras
— ¿Ah sí? Pues no le creo, le recuerdo que le prometió a mis padres buscar a mi hermano mayor y aún no lo ha hecho
—Esa es otra historia, Keisuke y lo sabes. Además, no es fácil hallar a una persona que fue dado por muerto en el momento en que nació
Keisuke reflexionó un poco ante la respuesta de Kisaki y llegó a la conclusión de que él tenía razón, la desaparición de su hermano mayor, una historia totalmente distinta y ahora debía concentrarse en su propia familia... Sus propios hijos, su propio futuro. Y por el bien de Chifuyu y toda su familia en sí, debía tomar una seria decisión.
— Está bien, iré con usted, sólo porque no quiero que lastime a mi familia y sé que lo hará si no accedo
— Que listo eres, Keisuke — dijo Kisaki, bien te espero
Keisuke volvió a su habitación y para ese entonces Chifuyu estaba saliendo de la ducha y entrando nuevamente al dormitorio
— Buenos días. — Dijo ella sonriendo.
— Buenos días. — Respondió Keisuke acercándose a ella para tomarla por la cintura y mirarla a los ojos — debemos hablar
— ¿Qué sucede? — preguntó Chifuyu en un susurro.
— Nada malo, amor. — dijo mientras hacía un ademán señalando que debía entrar a la habitación. Una vez adentro, él cerró la puerta tras de sí y nuevamente se acercó a su novia mirándola profundamente a los ojos, al tiempo que, le acariciaba el rostro y el cabello.
— Ah, ok, ¿entonces porque me miras así? ¿Intentas hipnotizarme o algo?
— No... — Mintió él — quiero que me respondas algo, ¿Qué nombres tienes en mente?
Chifuyu sonrió aún sosteniendo la mirada de Keisuke ante esa pregunta.
— Si son dos niños, se llamarán Sota y Nahoya... y sí son dos niñas... una se llamará Yuzuha... pero no tengo claro el nombre de la otra ¿Quieres elegírselo tú?
— Perfectos — respondió él — jamás los olvidaré... Y también estaré pensando en un lindo nombre para niña por si acaso. Ahora escúchame y pon atención — dijo penetrando aún más en los ojos de Chifuyu — ahora en adelante tú vivirás aquí y me esperarás a que vuelva— ¿de acuerdo? Repítelo — pidió de manera imperativa
— ahora en adelante viviré aquí y te esperaré a que vuelvas
— Ni siquiera te darás cuenta de que me fui
— Ni siquiera me daré cuenta de que te fuiste
— Volveré, amor. Te lo prometo, cuida bien de nuestros bebés, te amo... Los amo, a ti, y a ellos.
— Te amo — repitió ella un poco ida.
Tras oír eso, Keisuke besó a Chifuyu, la besó como nunca la había besado antes. Era un profundo e intenso beso de despedida, él se dio cuenta del efecto que causó en ella al besarla así y le sonrió de lado para enseguida irse a cambiar de ropa rápidamente y reunirse con Kisaki.
Miró a Chifuyu por última vez desde el marco de la puerta de su habitación al salir del baño, y reparó en que ella aún estaba ida. Chifuyu sin darse cuenta de que, acababa de ser hipnotizada, y que aquella charla, por muy sincera que ésta fuera, junto a ese beso, no era sólo una despedida, era una distracción para que él pudiera utilizar todo su poder de persuasión mental en ella y decirle el último adiós.
¡¡Gracias por leer!! ^^
Actualizaciones cada miércoles a las 19:00 hora chilena.
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