Capítulo 5- 14 de febrero.
14 de febrero: el día en que las mariposas revolotean al rededor acompañadas de una lluvia de corazones que no se ven, el día en que las tiendas de flores tienen más demandas de ventas, y las chocolaterías se repletan y las plazas y parques se abarrotan de parejas dando paseos románticos a la luz del poco sol de invierno. Mientras que otras tantas celebran su aniversario de noviazgo o matrimonio.
Otros, los que no son muy afortunados en el amor, simplemente celebran el anti San Valentín organizando fiestas para los solteros y solteras que buscan a alguien a quien conocer.
Para Keisuke San Valentín simplemente era un día más, un día que fue inventado por los comerciantes con la excusa de ganar más dinero a costa de las parejas románticas que celebra el "día de los enamorados", así como el día blanco, el día de la madre, el padre o halloween, todas esas fechas eran boberías y consumismo innecesario para él. Sin embargo, para Chifuyu era importante celebrarlo porque en esa fecha comenzaron a salir y seis años de noviazgo no era cualquier cosa, por lo que su plan era llevar a Chifuyu a un lujoso restorán llamado Joel Robuchon Restaurant, uno de los restoranes de gastronomía extranjera más famosos de Tokio. Le pediría su mano en ese lugar, después de todo, esa misma noche también cumplirían seis años y ambos seguían tan enamorados como en la primera vez.
Como era su costumbre, Chifuyu llegó a su cita a tiempo (8:30 Pm) Originalmente Keisuke y ella se encontrarían a la salida de la escuela después de la última clase, pero una emergencia de último momento que involucraba a la familia del joven profesor, los obligó a cambiar los planes por lo que optaron en reunirse en el restorán; por fortuna él ya había hecho reservaciones. Pues seguramente estaría lleno... y así era. Cuando Chifuyu se bajó del taxi pudo ver que en la puerta la gente aún se aglomeraba frente al recepcionista; sin embargo, el hombre atendía a la gente con rapidez y los comensales se dirigían sin problemas y de manera fluida a sus puestos. Chifuyu se acercó a la puerta y se puso en la fila a esperar su turno, la cantidad de gente en ésta no era tanta, pero tampoco era poco y ella deseaba con todas sus ganas que avanzara rápido, pues afuera estaba helando y ella aun no llevaba abrigo puesto por lo que lo llevaba en sus manos mientras tanto. Su atuendo era elegante: ella llevaba puesto un vestido abombado largo hasta las rodillas y escote en forma de corazón de color blanco invierno, sin manga, que dejaban a relucir sus delgados brazos completamente. Otra característica del vestido, era que traía por accesorio un cinto grueso sin hebilla de la misma tela, logrando que éste esterilizara aun más la figura femenina de Chifuyu. Su cabellera tenía unos hermosos bucles dorados que infantilizaban aun mas su rostro, si no fuera por esos labios y uñas de color carmesí que la hacían ver más elegante y sutilmente sensual, y por último sus medias largas de blanco trasparente y un calzado cómodo pero elegante, unas sandalias bailarinas sin tacones.
— Su nombre, señorita — pidió el recepcionista cuando llegó su turno
— Chifuyu Matsuno — dijo ella
— Veamos... Chifuyu Matsuno y el señor Baji, Keisuke Baji — dijo el hombre delgado vestido de smoking frente a la puerta. Chifuyu confirmó la lista.
— ¿Él aun no ha llegado? — preguntó ella
— Me temo que no, señorita Matsunoh. Pero puede pasar y esperarlo en el lugar que reservaron esta noche — respondió él con un elegante ademan indicándole con el brazo el acceso al local
— Gracias, es usted muy amable — dijo Chifuyu, mientras pasaba al restorán
Minutos más tarde, Keisuke corría a la puerta del Joel Robuchon Restaurantr. Una vez que estacionó su coche, buscó en la guantera una pequeña caja forrada en género de plush de color negro. A continuación bajó de su vehículo y guardó la pequeña caja en el bolcillo de su chaqueta.
Él parecía una estrella de rock con su melena suelta (suele usarla amarrada normalmente) unos lentes oscuros, chaqueta de un tono café dorado y brillante, con un pañuelo rojo de seda en la solapa, camisa semi-trasparente y desabotonada en el cuello y pecho y pantalones ajustados de algodón negros. Su calzado era unas zapatillas negras con blanco de caña larga, y es que él suele vestir así, pero estaba tan ocupado con su asunto familiar, que apenas tuvo tiempo de conseguirse la chaqueta y el pañuelo para verse un poco más elegante. Su actitud y postura era tan atractiva que llamaba la atención de todas las jovencitas que lo miraban al pasar. Algo extraño en Keisuke porque él suele ser muy serio, de estilo clásico y elegante, pero esa noche, simplemente se veía jovial, como sí realmente representara menos edad de la que tiene y desentonaba con el ambiente y ocasión de la cita.
— Keisuke Baji — anunció al recepcionista. El hombre, quien ese instante revisaba la lista, alzó la mirada por un momento y miró a Keisuke con seriedad de pies a cabeza — señor, debe usar una corbata para entrar esta noche
« ¡Rayos, con el apuro olvidé ese detalle!» — dijo para sí mismo, sintiéndose frustrado porque ese día no estaba saliendo todo según sus planes, y lo único que deseaba era estar con Chifuyu y sorprenderla. — Pero mi novia está allá dentro esperándome — le dijo al recepcionista un tanto molesto — no puedo dejarla plantada por un tonto accesorio, es San Valentín y debemos vernos esta noche aquí
— Lo siento, señor. Es política del establecimiento, debe usar terno y corbata. Su atuendo es inapropiado, le pediría que venga como debe en un rato más o abandone el lugar. Lejos de entender aquella política, Keisuke se estaba poniendo furioso, pero entonces vino a su mente lo único que podría salvarlo en estas ocasiones... la magia.
— ¿Ah sí? — dijo Keisuke sonriendo con aires sarcástico. — No lo creo. — añadió quitándose los lentes oscuro para mirar al recepcionista directo a los ojos — Keisuke Baji — volvió a decirle, sin despegar su intensa mirada de los ojos del hombre que parecía hipnotizado e intimidado por aquellos intensos y almendrados ojos castaños, éste volvió a bajar la mirada a la lista de reservaciones y sonrió de manera amplia como si ese pequeño altercado jamás hubiese pasado — Ah, sí. sí pase usted, señor— dijo dándole una pequeña reverencia a Keisuke casi de manera sumisa — su cita lo está esperando en el lugar que reservó, señor.
— Gracias, es usted muy amable — respondió Keisuke mientras se volvía a colocar sus lente actuando con toda naturalidad.
Pasó por un corto corredor bordeado de pequeñas mesas en cuya base se centraban delgados floreros adornado de rosas blancas y rojas. El restorán estaba cuidadosamente adornado con la temática de "El día de los enamorados", en cada pared colgaba arreglos flórales y corazones ente medios de ésta como si fuesen parte de las plantas.
Se detuvo en un rincón apartado, desde ese lugar podía contemplar a Chifuyu hermosa y radiante sentada en una silla mientras tamborileaba con los dedos en la mesa. Keisuke sonrió enternecido al verla vestida de esa forma. Describiendo un circulo en el aire con su mano, hizo surgir una rosa roja pasión muy diferente a las de los floreros que adornaban el vestíbulo del Joel Robuchon Restaurantr. La magia de Keisuke se encargó de formar entre sus dedo una rosa ya abierta y majestosamente grande y aromática, cuyos pétalos eran tan suave como la seda, en tanto que las de los floreros apenas eran botones semi-abiertos y sin fragancia alguna.
Con una lentitud casi felina se acercó a Chifuyu por la espalda y puso la rosa frente a ella.
— La rosa más hermosa para la mujer más bella — dijo inclinándose sobre su novia para depositar un beso en su mejilla, Chifuyu sonrió con los ojos cerrados aspirando el aroma de la flor, y al abrirlos, Keisuke ya estaba sentándose frente a ella en su silla.
— Feliz aniversario, amor — dijo él
— Feliz aniversario, Keisuke. — dijo ella sonriendo. Keisuke se inclinó sobre la mesa y besó los labios de Chifuyu, ambos sonrieron entre besos contentos porque por fin llegó el día que tanto esperaban
— Keisuke — comenzó a decir ella con timidez — se que para ti estas fechas no son importantes y que no te...
— Chist— la hizo calla en un susurro muy cerca de sus labios mientras la tomaba del mentón con suavidad — si para a ti significa algo, entonces sí es importante — dijo él, besándola brevemente.— Además, no importa en qué fecha haya caído, seis años se deben celebrar de todas formas
Keisuke estaba especialmente cariñoso y romántico esa noche. Eso a Chifuyu le asustó pues eso no era algo usual en él, pero a su vez, le gustaba.
Esa noche comieron platos exquisitos, a pesar de que servían una cantidad pequeña, ambos pensaron que valió la pena reservar en ese lugar.
Keisuke era vegano, jamás usaba ropa cuyo material provenían de animales y sí usaba lana o cuero en sus atuendos, estos eran sintéticos; tampoco se alimentaba de leche o huevo o sus derivados, pues ser vegano es mucho más extremo que ser vegetariano. Así que esa noche la cena sería un plato libre de vacuno o carne de cualquier tipo. Chifuyu quiso acompañarlo pidiendo el mismo plato por lo que ambos se sirvieron de una exquisita lasaña vegetariana
— Por nosotros. — brindó Chifuyu alzando su copa de vino
— Porque esta noche sea inolvidable para ti — dijo él antes de beber de su copa
— Lo es, amor, te lo aseguro — dijo ella acariciándole la mejilla
— Sí, pero esto recién comienza — ella sonrió y tras comer su primer bocado, se quedó mirando su plato por varios minutos con el tenedor en el aire mientras masticaba lo que tenía en la boca con un poco de lentitud
— ¿qué pasa, linda? — Preguntó Keisuke preocupado — ¿hay algo malo en la comida?
— ¿Ah? No, no — dijo ella saliendo de sus pensamientos — está deliciosa... es sólo que me vino a la cabeza un cuestionamiento, hemos estado seis años juntos.... — ella suspiró — y siento que recién te vengo conociendo. — Keisuke suspiró apesadumbrado, dejando su tenedor a un lado y apoyando la espalda en su silla mientras ponía los ojos en blanco.
— Sé que no es tu culpa. No tenías opción. — se apresuró a decir Chifuyu arrepentida por haber dicho ese comentario que probablemente pudo haber arruinado la cita — es sólo que tengo muchas dudas y... aun eres un misterio para mí — añadió tímidamente con temor de no haber sabido expresarse o que Keisuke no hubiese sabido tomarlo bien. Él se percató de lo incomoda que se sintió Chifuyu y le sonrió de manera enigmática
— ¿Hay algo que me quieras preguntar? — inquirió Keisuke volviendo a su antigua postura
— Muchas cosas. — dijo ella, a lo que Keisuke volvió a sonreír
— ¿Algo a lo que pueda responder ahora?
— Esto por ejemplo. ¿ Eres vegano porque realmente odias el mal trato animal como esos activistas que intentan proteger el planeta, o tiene algo que ver con lo que ... eres?
— Puedes decirlo, amor, no me ofendo. Soy hechicero
— ¡Chist! Te pueden oír — susurró Chifuyu mirando al rededor de forma nerviosa
— Estamos en un compartimiento privado, amor. — Le recordó Keisuke en el mismo susurro — bueno, está ese gran ventanal detrás tuyo, pero es un compartimiento privado de todas formas nadie nos escucha
— Tienes razón... Sí, como sea... perdón, yo... aun no me acostumbro — Keisuke sonrió ante la reacción de su novia dejando a Chifuyu totalmente derretida.
Adoraba verlo reír o sonreír; le enternecía cuando arrugaba la nariz o cuando mostraba sus puntiagudos colmillos, según Chifuyu le parecían los dientes de un lobo y le encantaba. Adoraba también cuando sus enigmáticos ojos castaños se iluminaban como dos canicas de vidrios dando a relucir una ternura que contractaba con su ya conocida personalidad seria y hermética.
— Y respondiendo a tu pregunta, soy vegano porque poseo el don de la empatía con los animales y algunos seres humanos
— ¿El don de la empatía? — repitió Chifuyu confundida
— Me pongo en su lugar, su dolor se trasforma en el mío ya sea físico o emocional. Al tener el poder de los cuatro elementos, la naturaleza completa se conecta conmigo comunicándome así lo que expresa
— ¿Hablas con los animales? — preguntó ella abriendo los ojos de par en par como una niña sorprendida; Keisuke rió suavemente.
— No así como lo hacemos tú y yo. Pero de que puedo comunicarme con ellos, sí, sí puedo. — explicó él
— Eso... es maravilloso, tú... eres fascinante de verdad — contestó ella con admiración
— Y también soy adorable — bromeó él
— ¡Keisuke! — exclamó ella fingiendo que lo regañaba
— ¿Que? Lo soy — dijo él
— sí, lo eres — dijo ella con sarcasmo y ambos rieron
Y fue así trascurriendo la velada conversando de todo un poco como sí recién se conocieran, Chifuyu le hablaba de su vida, y Keisuke la escuchaba como sí no supiera nada de ella, y él por su parte le explicaba cómo es ser hechicero y que conllevaba serlo. Le habló de sus tradiciones familiares y como se enteró él de que pertenecía a un linaje poco usual en la humanidad. De vez en tanto detenían su charla en los momentos que eran interrumpidos por el mesero que los atendía.
Una vez que el mesero los atendió eficazmente y con una atención que Chifuyu sólo había visto en su natal Osaka, Keisuke prosiguió a preparar su segunda sorpresa, llevándose la mano al bolsillo de la chaqueta. Pero por desgracia para él, aquel momento se vio interrumpido cuando alzó la mirada un segundo sonriéndole a Chifuyu, y vio por sobre su hombro a dos personas que los observaban desde el otro lado del ventanal a lo lejos, lanzando miradas severas y furtivas.
A continuación, él volvió a dirigir la mirada hacia Chifuyu mientras guardaba nuevamente la caja en el bolcillo de manera disimulada y se puso de pie.
— Vengo enseguida, amor... voy al baño — anunció.
Cruzó la puerta del compartimiento y caminó en dirección a esas personas, una de ellas era Akane, la Amiga de Chifuyu, estaba acompañada de un joven de estatura mediana, cabello oscuro y unos profundos ojos azules que resaltaba en esa piel blanca que cubría su anatomía. Al acercarse a ellos, Keisuke no los miró directo, simplemente pasó frente a ellos y sigue de largo para doblar a una esquina, donde Chifuyu supuso, era el baño de hombres. Ella advirtió la presencia de Akane y sonriéndole la saludó con la mano, la albina le devolvió una sonrisa amable, enseguida, ella y su compañero se fueron por el pasillo donde momentos antes Keisuke entró.
« Tal vez los baños de hombres y mujeres están en el mismo corredor» — pensó Chifuyu.
Y efectivamente , ambos baños se ubicaban en el mismo lugar, pero , Keisuke no llegó a entrar, simplemente era una cortada para justificar su repentina ausencia con su novia.
— Él quiere verte — dijo Akane en un tono serio e imperativo a espaldas de Keisuke
— Cuida tu tono de voz, Akane. Recuerda cuál es tu lugar aquí. — Le dijo Keisuke aún dándole la espalda — ¿o debo decirte NÚMERO 22? — Añadió al voltear hacia ella mostrándole una sonrisa sarcástica. — Así tal vez si lo recuerdes — Akane lo fulminó con la mirada sin decir nada al respecto; simplemente se irguió y puso la frente en alto mostrando un poco de sumisión, porque en realidad, los Avatares le debían obedecía y respeto tanto al científico, como a su asistente, en este caso Keisuke.
— Sólo hemos venido a darte un mensaje — dijo el chico
— Bien, yo le daré otro, díganle a Kisaki que esta noche no estoy para él — dijo con resolución mientras se quitaba los lentes para mirarlo a los ojos
— Te recuerdo que eres su asistente de por vida — dijo Akane — y no me puedes hipnotizar, ya me estoy haciendo inmune a ese poder tuyo
Keisuke soltó una risa amarga.
— No te estaba hipnotizando, NÚMERO 22 — aclaró él — y como bien dijiste , asistente, no esclavo.
— ¿No temes que algo le pase a tu familia si no le obedeces? — preguntó el chico. Keisuke se dirigió a él y con las manos en la cintura caminó lenta y amenazantemente hacia aquel joven llegando a cortar la distancia entre ambos, por lo que Keisuke llevaba la ventaja por ser más alto
— ¿Me estas amenazando, NÚMERO 26?
— Takemichi, mi nombre es Takemichi y no te estoy amenazando sólo era una pregunta — replicó algo nervios el chico
— ¿Takemichi? — se burló Keisuke mirando al chico
— Se le activó la humanidad — aclaró Akane
— Como sea ... de todas formas, Kisaki no se atreverá a dañar a mi familia y sí lo hace... ya veremos
— Él desea verte, ahora mismo — dijo el joven al que Keisuke denominaba como NÚMERO 26
— Esta noche no estoy disponible — insistió el hechicero
— No podemos llegar sin ti — dijo Akane en un tono más de preocupación, Keisuke percibió un poco de temblor en esa voz
— Eso no me importa. Esta noche estoy ocupado, y no pienso dejar todo por el capricho descabellado de un loco hechicero, que juega a ser Dios juzgando a la humanidad e inventa extraños experimentos científicos.
— Eso no fue amable — dijo Akane con un dejo de amargura en su voz — nosotros también tenemos humanidad
— Ustedes no son más que una abominación creada por el hombre — respondió Keisuke con malicia, sabiendo que aquello le afectaría al avatar de Akane — largo de aquí — añadió como última palabra
— vámonos — dijo NÚMERO 26 tomando a Akane del brazo mientras fulminaba con la mirada a Keisuke. Akane obedeció y dio media vuelta
— Ah, y una cosa más, NÚMERO 22... ten más cuidado con tus potenciales víctimas, no querrás que vuelvan a huir para descubrirme justo en una iniciación ¿no? Perderías sus confianzas sí se enteran que eres en realidad — Keisuke dio alusión al encuentro que Chifuyu tuvo con él en el Santuario Meiji
Akane volteó y dijo:
— En el fondo quería que te descubriera, así te odiaría y sería mas fácil para todos seguir nuestra misión — admitió ella en un tono altanero mientras erguía la cabeza
— Lamento decepcionarte, ella me sigue amando a pesar de saber lo que soy — respondió Keisuke en un tono triunfal. — Nos hiciste un gran favor, porque así ya no tendré que guardarle más secretos. — Al decir eso , se adelantó a ellos y volvió con Chifuyu.
Una vez terminada esa tensa conversación, Keisuke prosiguió con lo que iba a hacer antes de ser interrumpido. Sacando del bolsillo la pequeña caja negra, se arrodilló frente a Chifuyu, y le mostró un hermoso anillo de oro con un pequeño diamante coronando la punta. Chifuyu no lo podía creer y sin esperar lo que seguía sus lágrimas comenzaron a salir de la emoción.
— Chifuyu Matsunoh. — dijo él con solemnidad, — ¿querriaas darme el honor de ser mi esposa? — Chifuyu apenas podía hablar de la emoción, se estaba ahogando en sus propias lágrimas y su cuerpo temblaba tanto que sin darse cuenta había caído de la silla , estando también de rodillas frente a su novio
— Sí... sí quiero — respondió ella hipeando de la emoción. Keisuke sonriendo y seguro de sí mismo colocó el anillo en el dedo anular de la mano izquierda de Chifuyu. Enseguida besó el dorso de ésta y ella beso sus labios como respuesta. Keisuke tomó el rostro de la chica entre sus manos mientras la besaba y luego pegó su frente a la de ella — te amo — susurró él sobre sus labios, vámonos de aquí — propuso
— Sí — susurró ella riendo y llorando a la vez.
Una vez pagada la cuenta se largaron del Joel Robuchon Restaurantr y se fueron a la casa de Keisuke esa noche, donde la celebración continuaría en la cama.
¡¡Gracias por leer!! ^^❗💖
Actualizaciones cada miércoles a las 19:00 hora chilena.
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