🥀[12]🥀

P O V: Seishiro ____

No tardé en darme cuenta de que la ToMan se había dividido tras lo ocurrido con Pa. Por un lado estaban quienes seguían a Draken y estaban de acuerdo en que se dejara a Pa en la correccional, y por otro lado estaban los que apoyaban a Mikey y tenía la idea de pagar la fianza para liberar al idiota de mi amigo.

Yo por mi parte solo respetaba la decisión de Pa. Él quiso estregarse y cargar con las consecuencias de lo que hizo, lo cual es algo maduro de su parte (a pesar de lo tonto que suena luego de que literalmente apuñaló a alguien), así que lo dejaría. Después de todo sé que le ayudará, siempre y cuando no lo abandonemos.

—¡Sei-chin!  —escuché a mis espaldas el apodo que me puso Mikey, y por supuesto, un tono tan animado aún en esta situación solo podría venir de él mismo.  

—Hola Mikey, ¿cómo estás? —quizá la pregunta sonará tonta, pues obviamente no estaba bien, pero esperaba que me respondiera con sinceridad.

—¡Genial! Iba a ver a Takemicchi, ¿quieres acompañarme? —respondió con aquella falsa sonrisa de ojos cerrados.

Mikey se parecía a mí, y eso me preocupaba.

—Ahora mismo no puedo, va a venir a verme mi madre así que tengo que limpiar el basurero en mi casa —respondí y después suspiré, resignada— Cómo sea... Oye Mikey...¿ya arreglaste las cosas con Draken? —sabía que con esa pregunta estaba jugando con fuego, pero después de todo lo ocurrido no había podido hablar bien con mi amigo el menos inestable (nótese el sarcasmo).

Al momento en que escuchó el apodo de su mejor amigo, o quizá ex mejor amigo, se mostró bastante enojado e incluso noté que ya se quería ir, pero no lo iba a dejar.

—¡No tengo nada que hablar con ese titán.

Suspiré, esperaba exactamente esa respuesta.

—Escúchame Mikey, debes de entender que dejar en la correccional a Pa no significa abandonarlo. Debemos respetar la decisión de Pa, él quiso entregarse y está bien. Nosotros como sus amigos debemos apoyarlo en su decisión y por supuesto ir a visitarlo, platicar con él y animarlo a cumplir con su castigo... Solo de esa forma Pa podrá recuperarse... Si lo sacamos, estoy segura de que la culpa por lo que hizo lo perseguirá, aunque Osanai esté vivo, el idiota de Pa es tan bueno que no se perdonará. Estar en la correccional le hace sentir que está pagando, y cuando salga quizá se sienta libre de remordimientos. Por eso debemos respetarlo y apoyarlo, ¿entiendes? —Le expliqué mi idea.

Mikey se quedó varios segundos en silencio, y al final solo comenzó a caminar sin voltear a verme de nuevo.

También me quedé en silencio. En realidad ya me espera una reacción así. —¿Por lo menos lo pensarás mejor? —pregunté antes de que estuviera lo suficientemente lejos.

—Lo intentaré. —Él es completamente un orgulloso. Solo sonreí levemente, esa respuesta significaba que en serio lo estaba considerando y muy probablemente ya no se haría tanto el difícil para reconciliarse con su niñera.

Narrador omnisciente:

Sei-chin se esteró que al final, con un empujoncito de Takemichi con caca en la cabeza, las cosas entre Mikey y Draken se arreglaron. La ToMan estaba unida de nuevo, todos estaban de acuerdo con que Pa cumpliera su condena; todos excepto Peyan, pero aún nadie sabía lo que este ultimo estaba planeando.

Mientras tanto ____ tenía algo más tedioso con lo que lidiar: su madre. Ya había terminado de hacer limpieza en toda su casa, el piso incluso rechinaba de limpio, pero aún así sabía que no era suficiente. Incluso el baño lo dejó tan limpio que podrían comer en el (específicamente, sería a su madre a quien pondría a comer ahí, si tan solo pudiera).

Y el para nada esperado momento llegó.

Una preciosa mujer de apariencia elegante entró e la casa sin siquiera avisar que había llegado, mientras ____ estaba en la cocina sacando de hornear unas galletas; era evidente que aquella mujer era su madre, pues eran idénticas.

—Hump... Por lo menos ahora sí hiciste galletas y té para recibirme —dijo la mayor con cierta soberbia mientras entraba a la cocina. La chica ni siquiera se sorprendió, ya sabía que su madre tenía la mala costumbre de no anunciar su llegada. 

Ella observaba todo buscando tan solo una pequeña cosa fuera de lugar para criticar el estilo de vida de su hija, pero por ahora no lo lograba.

—Sí, ahora sé que te gusta tomar el té y hacer esas cosas de gente con dinero... —murmuró ____, sabía que estaba sonando un tanto grosera, pero aunque fuera educada su madre la seguiría menospreciando así que ya ni siquiera se esforzaba.

—No seas insolente —regaño su madre con una mirada severa— Menos mal que no ha venido Yukio, si no estaría completamente indignado con tu actuar.

La joven sonrió sin gracia. —Ojalá solo hubiera venido él, incluso es mucho más agradable su compañía —respondió. No mentía por molestar, en serio el esposo de su madre era alguien bastante agradable, ella no entendía como un hombre así acabó con una bruja como su madre.

—Tsk. Tenías que ser igual que el mediocre de tu padre —El rostro de la chica se volvió serio, ya sabía los comentarios que seguían—. Nunca dejó de pensar en que debiste ser tú en lugar de tu hermano. ÉL era un niño tan encantador, mientras que tu eres tan...innecesaria.

—No entiendo a qué vienes madre. Yo no te agrado y tu a mi tampoco, solo sigue con tu vida como lo has hecho y olvídate de mí —respondió lo más firme que pudo, aunque no era la primera vez que su madre le decía esas palabras nunca podría acostumbrarse. Le dolía y mucho, sobre todo porque ____ más que nadie creía que debió ser ella y no él. Pero debía resistir. —Soy fuerte, puedo con esto. —pensaba.

—Oh no creas que vengo a verte porque realmente quiera, pero tengo que venir a revisar que mi casa siga siendo funcional, así para cuando cumplas 18 años puedas irte y yo rentar este lugar a alguien que definitivamente será más útil que tú para este mundo. —Sonrió con malicia. Después comenzó a caminar fuera de la cocina— Reviso todo y me largo de aquí. Lo único bueno en este lugar era tu hermano, pero ahora que no está no tengo nada más que hacer a parte de revisar.

____ solo se quedó en silencio y sin moverse, apretando sus puños con rabia, enojada con ella misma más que con su madre. —Ya lo sé...si tan solo él estuviera aquí conmigo de nuevo... —Y ante esa tipo de pensamientos de nuevo sintió unas terribles ganas de desaparecer.

Por otra parte su madre cumplió con lo que dijo; solo revisó cada rincón y al final se fue sin siquiera despedirse, cosa que en el fondo la muchacha agradecía pues no quería escuchar más su voz en mucho tiempo, o de ser posible, nunca más.

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