✓ 09° Tokyo Meeting ━━━ ‹Varios›
TWO SHOTS?| SAWAMURA DAICHI
Temática — au|poliamor| semi-canon.
Shipp › kurodai, iwadai, daichi x oc.
Status: adultos con viejos amores.
Tokyo Meeting
Fiesta de reencuentro para graduados en el 2012
“Preparatoria Seijoh, Karasuno, Fukurōdani y Nekoma.”
Eso decían las luces led en lo alto del edificio.
Se la estaban rifando esa noche, no era una reunión convencional en la preparatoria. No iban a sentarse con música baja en el gimnasio de alguna institución y dialogar sobre los trabajos, hijos y nuevos proyectos. Alquilaron un club en la mejor calle de Tokyo y pusieron de temática: baile latino.
La idea fue sin duda de las fans de Oikawa Tōru, que no solo estaban en el Seijoh sino también en las tres preparatorias que se habían unido al reencuentro. Con su gran fama por ser un famoso jugador de la selección Argentina y ganar reconocimiento en las olimpiadas, su club solo había crecido; también el vínculo que hizo con Hinata Shoyo favorecía mucho, era alguien que había invitado personalmente. Sus buenas migas en Brasil habían cultivado un club de fans para el pequeño.
La temática se armaba sola.
El hecho de que Bokuto era un jugador de élite e Iwaizumi entrenador de la selección Japonesa, significaba que todo el mundo quería ir a la fiesta. Era lo mismo que estar entre estrellas. Además, se rumoraba que Bokuto llevaría a Atsumu, pero Sakusa se había negado rotundamente. Sin contar que Sugawara había convencido a Tsukishima para ir y este tenía sus propios seguidores por jugar con Sendai Frogs, un equipo de la División 2 en la Liga V. Pero no estuvo dispuesto en traer Perro loco y Koganegawa.
También en la división dos estaban Yutaro Kindaichi, Yuki Shibayama y Wataru Onaga, orgullo de sus propias preparatorias, que sin duda habían sido invitados.
Para sorpresa de todos, Kageyama también había asistido tras la invitación de su ex capitán, arrastrando a Ushijima a la agitada noche. Ambos querían ver a Oikawa irritado.
Era el paraíso de los fans del voley.
El plan fue perfecto, no hizo falta dinero cuando Kuroo se vió obligado a pedirle el favor a Kenma que alquilara el club, este ni dudó en hacer el pago. El resto de estudiantes hizo aportes más humildes a excepciones de los que ya estaban fichados por equipos profesionales.
Todo comenzó a partir de las siete. Había alcohol de todo tipo, comida, piscina, habitaciones privadas, era una locura.
La gran mayoría de los invitados estaban dispersos bailando y disfrutando. Habían grupitos riendo y las grandes estrellas ya estaban allí, así que nadie estaba aburrido. Pero habían tres personas que aún no llegaban.
El vuelo de Kuroo Tetsuro se había retrasado por negocios, así que venía corriendo desde el aeropuerto con un traje que le hacía sudar con estilo. Iwaizumi Hajime realmente no tenía ganas de ir, pero el teléfono no dejaba de sonar, sin embargo, estaba seguro que Hanamaki era capaz de irlo a buscar. Y luego estaba él, Sawamura Daichi, que salió de su guardia tarde y no tuvo chance de ir a casa para cambiarse el uniforme del trabajo, así que se dirigía al lugar robando suspiros.
La noche estaba agitada y los tres venían desde direcciones diferentes esquivando a aquellos que estorbaban el camino.
Definitivamente ahora eran la definición de hombres sexys. Tres tipos serios con porte varonil y de grandes musculaturas. Nadie podía decir que no estaban en forma, pero se sentían avergonzados por todas las miradas y piropos que les decían en el camino. Al ser Tokyo, la gente tenía menos pudor, sobretodo porque había muchos turistas.
Iban a paso acelerado, un poco demasiado.
Los tres chocaron frente al club y aguantaron la respiración cuando se vieron. Aquello era el jodido destino, no había otra forma de explicarlo.
Iwaizumi era un admirador secreto de Daichi desde la preparatoria, era el tipo de capitán que le fuera gustado tener. Fue su primer flechazo, pero le dió miedo confesarlo cuando tuvo la oportunidad. Kuroo se sintió atraído por Sawamura desde su primer apretón de manos, un tipo confiable con quién tenía una historia caliente, pero después de las nacionales no lograron coincidir de nuevo; cuando supo que era policía, solo había aumentado su interés.
El ex Karasuno por su parte, se había guardado su propio drama romántico cuando tuvo un crush con aquellos dos ex jugadores de voley en su último año de preparatoria. En esa época estuvo muy confundido porque también le gustaba otra persona; no quiso arriesgarse demasiado cuando no se comprendía a sí mismo.
Se escuchó un ruido a la lejanía que los atrajo al presente de nuevo.
El primero en reír fue Daichi, pero sin duda por los nervios, su corazón acelerado le decía que aún no había superado sus enamoramientos de adolescencia.
—Hola.
—Diablos, estás más guapo que nunca —murmuró Kuroo sin perder el tiempo en coquetearle al contrario—. Y viniste en uniforme, ¿seguro que no eres un calienta bragas?
Iwaizumi al escuchar aquello miró con intensidad a Tetsuro, fue obvio que el más alto sentía algo Daichi. Se rascó la ceja sintiendo la necesidad de competir por la atención, no se quedaría atrás. El tiempo le había enseñado lo mucho que dolía arrepentirse de no tener algo que quería.
—Sin duda vino con ganas de alterar a cualquier vagina allí dentro —Iwa se mordió la lengua por sonar tan descarado, él no era así al menos que estuviera en confianza, pero se sentía competitivo—. Bueno, quizás también algunos traseros masculinos.
Daichi soltó un jadeo, podía esperar cualquier cosa de Kuroo, pero de Iwaizumi jamás. Se puso colorado al instante y les miró avergonzado.
—¿Qué de-demonios? —bufó. Metió las manos en los bolsillos y se negó a mirarlos a la cara.
Kuroo e Iwaizumi se vieron, se evaluaron y se aceptaron al instante haciendo un asentimiento. Fue una conversación de gestos bastante clara: ¿te gusta? Sí ¿y a ti? Sí.
Rieron un poco y se acercaron al más bajo. Sawamura bufó de nuevo, le irritaba que quisieran intimidarlo de aquella manera, así que los enfrentó apretando los puños.
—Puedo patearles el culo ambos, así que piensen bien lo que hacen.
A Kuroo se le escapó una risita e Iwa apretó los labios. Los nervios estaban haciendo transpirar al más bajo, pero sus ojos se veían determinados.
—Sawamura-san, me gustas —Hajime no dudó ni un segundo más en picarle adelante a Kuroo, necesitaba una ventaja, porque era obvio que esos dos tenían más historia.
Daichi se atragantó y le miró con sorpresa. Uno de sus jodidos crush se le estaba declarando, debía estar soñando. Entonces vio como Kuroo con aquella mirada gatuna pasó un brazo por los hombros de Iwaizumi.
—Traidor, me dejaste atrás —murmuró al oído de Hajime. Kuroo era así, no perdía la oportunidad de importunar a alguien. Iwa le miró con intensidad y la tensión fue clara.
Daichi se excitó con tal escena, no le incomodaba que los dos hombres que le provocaban cosas se llevaran bien, o así de mal.
—Es claro que también me gustas, Daichi —dijo Kuroo al fin, dándole de nuevo su atención. El corazón del aludido retumbaba con fuerza.
Los tres comenzaron a mirarse, no les importaba el lugar, su compromiso previo ni la hora, estaban en su propia burbuja.
Pero alguien la pinchó.
—¿Se van a comer la boca ya o seguirán perdiendo el tiempo?
Tardaron un solo segundo en reconocer esa voz.
—Kiki —hablaron al unisono.
La aludida sí que tenía historia con aquellos tres.
Kiki había estudiado con Iwaizumi en secundaria, tenían muy buenas migas, solo cuando Oikawa no la estaba fastidiando. Por problemas económicos sus padres la inscribieron en la preparatoria de Karasuno, y en su segundo año quedó en el mismo salón que Daichi. Kiki había tenido su flechazo por Sawamura desde el primer instante, pero también notó que Michimiya estaba enamorada de él y por más tiempo, así que no tomó riesgos hasta que se graduaron y confesó sus sentimientos sin esperar nada.
Sin embargo, Sawamura había aceptado sus palabras y le había dado el botón de su chaqueta. Sin duda era un hombre de ensueño, pero ya era muy tarde para una relación entre ambos. Mantuvieron contacto hasta que las responsabilidades les alejaron. Sawamura se fue a la academia policial, y ella a la universidad en Tokyo.
Por cuestiones de la vida, allí conoció a Kuroo, pues compartían algunas clases a pesar de estar en carreras distintas. Nunca se cansaron de coquetear esos años, así era Kuroo, y a Kiki le gustaba seguir esos juegos, pero nunca pasaron de algún manoseo o pico en alguna fiesta.
Las vidas de todos habían tomado caminos distintos, pero volvían a colisionar.
Kiki había sido de las primeras en llegar. Sabía que aquellos tres estarían allí, y con su recién mudanza a la capital luego de trabajar en el extranjero un par de años, se sentía emocionada por recuperar por lo menos un lazo. Al pasar las horas pensó que no vendrían, así que salió a fumar y calmarse. Su sorpresa fue inmensamente grata cuando notó que sus personas favoritas estaban apunto de devorarse a su mayor crush.
Se abanicó con la mano y sonrió.
—Eso me puso caliente.
Daichi e Iwaizumi abrieron los ojos impactados. Tenían recuerdos de una chica linda, tranquila, callada, taciturna y jamás mal hablada. La mujer que veían frente a ellos con un escote sexy, unos pantalones que le quedaban de infarto, la boca pintada para devorarse y el cabello corto gritaba: soy tu maldito sueño.
—Gatubela —saludó Kuroo enviando un beso con su mano.
Kiki fingió atraparlo y se lo estampó en el trasero.
—Batman —le hizo un guiño y se acercó a ellos—. Increíble que mis muchachos preferidos estén así de hombresotes.
Iwaizumi soltó una risa, estaba flipando. No sabía quién era ella ahora, pero parecía estar por fin cómoda consigo misma, y eso le gustaba.
—¿Este cambio radical cuando ocurrió? —preguntó el ex Aoba tocando el cabello azabache corto, era sedoso—. Te recuerdo con un castaño claro, de hebras desordenadas y una boca de santa.
Kiki sacó la lengua divertida.
—Kuroo me corrompió.
El más alto soltó su risa de hiena ante esa mentira. Cuando la conoció en su segundo año de la U ya era así de alocada.
—Se te va a caer la boca por tantas mentiras —murmuró, fingiendo estar ofendido.
—Mientras me caiga en los labios de Sawamura, que así sea.
Daichi se sonrojó y se tapó la cara. Lo que le faltaba era tener a aquellos tres juntos, era demasiado para él.
—Mierda, más competencia. Espero sea la última porque realmente me estoy irritando aquí —vociferó Kuroo apretando tanto la mejilla de Kiki como la de Iwaizumi, este último se la quitó de un manotazo.
Kiki tomó aire e hizo puchero.
—Yo no soy competencia para ustedes, están demasiado buenos —fingió limpiarse una lágrima—. Además, Daichi ya me bateó.
Iwa y Kuroo soltaron un gritito de indignación y miraron al ex capitán esperando una respuesta. Sawamura negó con inocencia.
—No digas eso, solo que el tiempo no estuvo a nuestro favor.
—Que no me quería ni en calcomanía dice —se quejó Kiki divertida.
Sawamura bufó otra vez pero no pudo evitar sonreír. Miró a Kiki con detenimiento de arriba a abajo, estaba increíblemente atractiva.
Tetsuro pateó el piso.
—Mira como te está comiendo con los ojos, sí eres competencia, desgraciada —Kuroo jaló el cabello de Kiki mientras Iwaizumi reía.
La noche estaba más fresca y aquel cuarteto se sentía a gusto de esa forma. Muchos pensamientos flotaban en la cabeza, pero algunos había temor de decirlos en voz alta.
Daichi aplaudió para calmarlos.
—Basta, basta. Mi teléfono sigue sonando en mi bolsillo, tenemos que entrar a esa fiesta antes de que todo Karasuno salga a buscarme.
Iwaizumi asintió.
—También debo ir, Oikawa debe estar ahogándose de atención, necesita que le patee el trasero.
—¡Esperen! —gritó Kiki—. ¿Y el beso? Tienen que comerse la boca los tres, ahora tengo esta fantasía entre ceja y ceja, no podré dormir sin verlo.
Iwaizumi apretó su mano en el rostro de la fémina y comenzó a empujarla hacia atrás. Kiki no perdió el tiempo y le lamió la mano, Hajime le apretó los cachetes en advertencia.
—Controlate, pervertida.
—¡Kuroo! Di algo, bien que tú quieres —se quejó la azabache.
El ex Nekoma silbó divertido, pasó un brazo por los hombros de Daichi y comenzó a caminar tras ellos.
—Lo siento, pequeña. También me están esperando.
Kiki tomó mucho aire y los detuvo con las manos arriba antes de cruzar la puerta.
—Una cosa, solo una cosa. Allá dentro hay demasiado alcohol, y ustedes, bueno, excluyendo a Kuroo, son de los que se aburren rápido de este ambiente. No es por nada, pero se ven cansados.
Dejó caer su cabeza de un lado con fingida inocencia. Se tocó los labios con el dedo índice, pensativa.
»Bien, hagamos esto. Vivo lejos de la zona, así que lo primero que hice fue apartar mi habitación, es la 4-1-1. Un número de suerte, ahora que lo pienso. Pueden ir cuando se aburran, la clave es mi nombre.
Elevó los hombros como si les estuviera invitando al parque de diversiones. Aquellos tres se miraron a la cara sin decir nada, era claro que querían.
Daichi se mordió el labio y pensó que por primera ocasión debía ser agradecido con la oportunidad que se le estaba dando, además, solo era una noche. La noche que quizás haría realidad su maldito sueño.
—¿Y a qué hora nos vamos a aburrir? —preguntó como si nada.
Los ojos de Kiki brillaron de emoción, Iwaizumi y Kuroo se vieron al rostro rápidamente, eran capaces de chocarse las manos para celebrar, pero se contuvieron.
—Yo me aburro rápido —comentó Hajime como quien no quiere la cosa.
—Creo que tipo una es una buena hora para aburrirse —agregó Kuroo. No podían desaparecer tan temprano porque ya de por sí estaban llegando tarde a la fiesta, así que sería difícil dar una excusa para perderse.
La fémina se hizo a un lado, dejándoles espacio.
—Perfecto, pasen ustedes primero, nos vemos quizás en la pista de baile.
—¿Qué harás aquí fuera? —preguntó Kuroo.
Kiki sonrió.
—No pregunte tanto, no sea sapo.
Este se lanzó una carcajada y luego desapareció de último tras la puerta. Mientras tanto, Kiki temblaba de la emoción.
—Mierda, aceptaría hasta ser la mascota de una relación entre esos tres —murmuró a nadie en específico y luego caminó hasta alguna farmacia, debía ser precavida y comprar lo necesario.
N/A:
No he podido dormir pensando en esto una y otra vez. Pero esta idea fue la que me hizo revivir el libro, amo que todos estemos loquitos por Daichi. Pero dudo demasiado ¿debería terminar esta idea como lo tenía pensado (modo hot) o dejarlo hasta allí?
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