Claire se dedicaba a seguir los pasos de Jill, dirigiéndose hacia la oficina de la rubia. Una vez llegaron, la pelirroja se sentó sobre el escritorio mientras que Valentine buscaba un par de carpetas.

—Oye, ¿has hablado ya con Jordan?

—Me temo que no...—suspiró la chica.

—Claire, ya va siendo hora de que hables con él, ¿no crees?

—No, no se lo merece. —dijo encogiéndose de hombros.

—¿No crees que es suficiente con no hablarle durante un mes? —se cuestionó Jill.

—Desde luego que no, así aprenderá.

—Claire, no seas una cabezota como tu hermano; un mes sin contestarle las llamadas no solucionará nada y lo sabes.

—Lo sé, pero quiero que sepa cómo me sentí yo durante todos esos días... —confesó ella.

—Yo creo que tendrías que hablar con él para aclarar las cosas. —le aconsejó la rubia, mirándola fijamente.

Claire lo pensó por dos segundos, dándose cuenta de que ella no era así; estaba siendo algo inmadura, y a pesar de querer creer que hacía aquello para darle una lección... la verdad es que tenía cierto miedo de afrontar la realidad.

—Tienes razón, hablaré con él. Creo que necesito un tiempo para pensar y aclararme... no puedo casarme con él estando en esta situación. —explicó ella más difícilmente.

—Redfield, ¿estás segura? —preguntó Jill sorprendida, aunque profundamente contenta, sonriendo para sus adentros.

—Por más que me duela... necesito ponerle pausa a esta boda. —decidió ella algo dudosa.

—Ya entiendo...—susurró. —Necesitas tiempo para decidirte entre él o el galanazo, ¿no es así? —sonrió pícara.

—Ya era raro que no lo metieras en una conversación...—dijo negando con la cabeza. —Leon no tiene nada que ver.

—¿Ah, sí? Pues este mes os lo habéis pasado cenando juntos...

—¿Y qué? Solo somos amigos. —contestó frunciendo el ceño, mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.

—Pues que Leon ha aprovechado este mes al máximo contigo. —le guiñó el ojo, haciendo que Claire la mirara muy mal.

—Piensa lo que quieras, diga lo que diga siempre me juntaréis con él. —comentó mientras enviaba un mensaje.

—Es porque sabes que tenemos razón...

—No lo creo. —le sonrió falsamente. —Listo, acabo de escribirle a Jordan. Hoy por la tarde hablaré con él.

—¿Me lo contarás todo?

—Puede... —le sonrió burlona. —Me voy, tengo que mucho trabajo que hacer.

—Bien, nos vemos luego.

Jill tenía ganas de gritar al mejor estilo Sherry Birkin. Por fin se habían quitado a Jordan de encima y Claire dejaría de sufrir por aquel hombre, que a pesar de ser casi perfecto, nunca le había caído bien, pero por respeto a Claire debía aceptarlo.

La rubia sonrió, imaginando su próximo perfecto plan para unir a Leon y Claire. Rápidamente sacó su teléfono, y llamó a Helena unos pocos segundos después.

—¿Hola? —saludó la joven desde el otro lado de la línea.

—Helena, escúchame. Necesito que después del trabajo vengas a mi casa. He decidido organizar una reunión importante. La haremos sin Claire puesto que tiene que ver con ella... es muy urgente. —le explicaba Valentine.

—Entendido, nos vemos luego.

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Los nervios de Claire se aceleraban con cada paso que daba, pues no sabía cómo reaccionaría Jordan con aquella noticia. Seguro que ya se lo debía imaginar; un mes sin contestar llamadas, ni abrirle la puerta cuando iba a su departamento a visitarla era demasiado evidente...

La joven entró al elegante restaurante y vio a Jordan saludándola con un ademan. La pelirroja le respondió de la misma manera, y con paso firme y decidido, caminó hacia la mesa donde se encontraba el hombre tomando asiento.

El rubio estaba algo nervioso, ya que podía ver claramente cómo chocaba las yemas de sus dedos con la mesa.

—Hola... —saludó Claire sin ánimos.

—Claire, perdóname. —se disculpó él.

—No, Jordan. Seré directa contigo... debo decirte algo y tenemos que hablar seriamente. Escúchame, te he amado locamente desde el primer día en que te vi, cuando accidentalmente me choqué contigo en la oficina y casi te llevo por delante. Me has hecho realmente feliz durante estos años, pero... ahora nada es igual a como lo era antes. Ahora ni siquiera me llamas ni te acuerdas de mí... Si yo no me preocupase por ti apenas sabríamos el uno del otro, además de que no contestas mis mensajes y utilizas el trabajo como si fuera una excusa. Hay cosas que no encajan, y por eso, necesito un tiempo... —dijo firmemente.

—Ven a vivir conmigo. —la interrumpió él.

—¿Qué? —preguntó muy desconcertada.

—Quiero estar contigo toda mi vida y sé perfectamente que me he portado como un cretino. Quiero recompensártelo de esta manera, Claire. —le confesó apenado.

—Jordan, no lo entiendes... No confío en ti y no sé cómo decirte esto pero necesito saberlo. ¿Hay otra mujer en tu vida? Quiero que seas sincero conmigo. —le preguntó directamente la pelirroja.

—Por supuesto que no, yo solo tengo ojos para ti y lo sabes. —dijo tomándole la mano derecha. —Por favor, dame una oportunidad. Me han ascendido en TerraSave y tendremos mucho tiempo para nosotros...

—Jordan...

—Claire, te lo pido enserio. Sé que quieres estar conmigo tanto como yo lo quiero estar contigo. —le dijo mirándola a los ojos. —Podemos adelantar la boda si es lo que deseas, ya sabes que haría cualquier cosa por ti...

La pelirroja desde luego que no se esperaba aquello, es más, ella quería tomarse un tiempo y olvidarse un poco de él, pero sentía que no podía decirle que no... Errores los cometemos todos, y él estaba arreglando los suyos con aquella bonita proposición. Al cabo de unos segundos Redfield decidió tomar una decisión.

—Está bien, acepto.

Jordan se acercó hacia la chica, dándole un tierno beso en los labios, para luego acariciar su anillo con una sonrisa.

—«A la mierda todo, dentro de unos meses seré la señora Williams...»

Aquel era el mejor momento de su vida, y jamás dejaría marchar a ese hombre tan maravilloso. Todo su rencor y despecho se habían ido, pero a pesar de aquello, seguía sintiéndose insegura; sentía una gran mezcla de emociones a las que ella decidió no prestar demasiada atención.

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Después de una extensa charla haciendo su gran ronda de amigas, el grupo de las chicas se encontraba esperando a Claire en la entrada de la B.S.A.A, para así poder recibir la tan esperada noticia. Helena no le había dicho nada a su amigo Leon, y por ahora debería mantenerse así.

—No puedo esperar a que llegue. —sonreía Rebecca.

—¿A ti tampoco te ha avisado? —preguntó Jill.

—¿Qué? ¿No era que lo había dejado?—preguntaba Sherry confundida.

—No, yo os conté que ella me había dicho que lo iba a dejar, o al menos que iba a tomarse un tiempo. —corrigió al instante Valentine.

—De todos modos hay que celebrarlo, puede que se haya pasado todo el fin de semana llorando... —supuso Helena.

—Quién sabe... Chicas, mirad quién llega por ahí. —indicó con la mirada Jill.

Claire bajó de su Harley Davidson color rojo con una gran sonrisa, sorprendiendo a sus amigas por tal estado de ánimo. Sin embargo, esa sonrisa también podía ser fingida o falsa, lo que las animó un poco. Rápidamente, todas las integrantes del grupo corrieron hacia ella, abrazándola.

—¡Claire! Cuéntanos, que ya lo sabemos todo... —decía Sherry, sonriendo alegremente.

—Está bien... —le sonrió devuelta Claire y prosiguió. —Me voy a vivir con Jordan. Ah, y no solo eso... también vamos a adelantar la boda para dentro de tres meses. —comunicó emocionada.

Todas las chicas, que en ese momento sonreían, quedaron asombradas, mientras terminaban con sus sonrisas. Jill golpeó literalmente la palma de su mano contra su frente.

—Estoy muy feliz, de verdad... Me ha pedido perdón y me ha dicho que me mude a su casa, ¿no es tierno? —rió ella.

Jill la miró decepcionada, así que prefirió darse media vuelta e irse de allí con la excusa de que tenía una reunión. Esa mirada fue captada por la pelirroja; ella sabía que algo le pasaba a su amiga.

—¿Qué le pasa? —preguntó algo preocupada.

—Nada, pelirroja. Me alegro por ti. —la felicitó Helena sin demasiadas ganas.

—Bueno, cuéntanos... Vamos a tu oficina. —intentó animar al grupo Sherry.

—Yo debo darle un par de carpetas a Leon pero después me cuentas, ¿sí? —dijo Helena desapareciendo de allí.

—Bien, vámonos. —sonrió Rebecca al igual que Sherry, muy alicaídas.

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Lunes... un día que Leon odiaba al igual que cualquier otra persona. Estaba muy cansado últimamente y no podía dormir bien. Todas las malditas noches pensaba en aquella chica de ojos azules, ¿por qué no se la podía sacar de la cabeza? La conocía de toda la vida, pero cada vez que la veía su corazón se aceleraba, y eso no era muy normal en él cuando hablaba o cuando incluso ligaba con una mujer.

Realmente le preocupaba su comportamiento con la menor de los Redfield. Al principio simplemente sentía pura atracción y la emoción del reencuentro, sin embargo, ahora sentía algo más que atracción... quizás, ¿amor?

Leon negó con la cabeza, borrando aquel pensamiento de su mente. Al instante escuchó que estaban tocando la puerta.

—Adelante.

La puerta se abrió de par en par y detrás de ella apareció Helena acompañada de Jill, que lucían muy preocupadas.

—Leon... tenemos una mala noticia para ti. —le advirtió de antemano Harper.

—¿Qué ocurre? —preguntó extrañado.

Un silencio incómodo se formó entre ellos mientras que las dos chicas se miraban preocupadas, irritando así a Leon.

—¿Se lo dices tú o se lo digo yo? —dijo preguntándole Harper a Valentine.

—Ya basta de suspenso, ¿qué pasa?

—Bueno, Claire...—comenzó la morena.

—¿Claire, qué?

—Claire va a mudarse con Jordan y van a adelantar la boda para dentro de tres meses. —soltó directamente la rubia.

—...

—...

—...

—¿No vas a hacer nada? —protestó Helena indignada, cruzada de brazos.

—No. Al fin y al cabo terminaran... ese hombre no podrá sostener su infidelidad. —respondió seguro de sí mismo.

—¿Y te quedarás de brazos cruzados?

—Sí, ella es una amiga...

—Leon, sabemos perfectamente lo que sientes por ella. —le reprochó esta vez Jill, molesta con el agente Kennedy.

—Yo no siento nada por ella. —protestó él.

—Sí, claro. ¿Acaso no te acuerdas de nuestro pacto? —le recordó Helena.

—Yo... yo no sé lo que siento. —confesó finalmente, llevándose las manos a la cabeza, suspirando.

—No puedes seguir así...—le dijo Jill, para al instante salir del despacho por una llamada urgente. —Disculpad.

—Claro que puedo. —dijo molesto Leon, una vez que la rubia se había marchado.

—Por supuesto que no, mira cómo estás actuando ahora.

—Y de todas formas... no sé qué se supone que debería hacer con Claire. —admitió el chico.

—¿Y por qué no la besas para saber cuáles son tu sentimientos por ella? —propuso Harper.

—¿Estás loca? Ya lo intenté y casi me cuesta mi amistad con ella. No lo haré, me niego rotundamente.

—Pero Claire nunca se enterará...

—¿De qué hablas?

—En unos días van a organizarle una gran fiesta de bienvenida a Jill y será temática, ¿adivinas de qué se trata? De máscaras...

—¿Me estás diciendo que la bese con una máscara? Claire no es tonta, y a pesar de llevar máscara me reconocerá.

—No, la mayoría de los hombres irán con traje así que podrás camuflarte con los demás, solo cambiarás de corbata y podrás utilizar algún sombrero para tapar tu pelo. De esa forma, seguro que no te reconocerá.

—No lo sé... es arriesgado, pero me lo pensaré. Por otra parte, también deberíamos separar a Claire de Jordan, tenemos que conseguir que su infidelidad salga a luz. No sé tú, pero yo no pienso quedarme de brazos cruzados ante todo lo que está pasando.

—Leon, eso aún no lo sabemos con certeza.

—Yo creo que sí, y tenemos que averiguarlo... pero, ¿cómo lo hacemos?

—Hunnigan podría ayudarnos. Ayer me contó que ha creado un programa que puede vigilar los mensajes enviados y recibidos, además de las llamadas. Lo bueno de ser sus amigos es que la información nos la podría mandar a nuestro teléfono, o con suerte, a nuestro e-mail...

—¿Le pedirías eso por mí? —sonrió él.

—Claro, tan solo necesitamos su numero de teléfono. Descuida, ya lo tengo yo.

—Gracias... Te debo una.

—Con que acabes con Claire, me vale. —rió ella. —Te dejo, tengo trabajo. Ah, y ni una palabra de la fiesta de Jill.

Leon asintió sonriendo. Acto seguido, Harper salió de la oficina, dirigiéndose a su despacho y a hablar con Hunnigan.

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Este ha sido un capítulo mucho más corto, lo sé, y no ha sido gran cosa, sin embargo, es necesario para la historia. Normalmente subiré un capítulo al mes, aunque puede que suba más de vez en cuando...

P.d: ¿Qué vais pensando de la novela? ❤️