Sorpresas

Las primeras palabras de Daichi habían sido "papá" y "otto-chan", todo bien... excepto porque no fue exactamente al Alfa correcto a quien llamó "padre" esa primera vez.

Tenía solo nueve meses, ya antes había llamado a Yusaku "papá" y había balbuceado otras cosas. Ese día había llegado Ryoken de visita, era casi hora del almuerzo y habían ordenado algo para comer, mientras Yusaku arreglaba la mesa para que ellos tres comieran, Ryoken se había ofrecido en dar de comer a Daichi.

- Me alegra verte, Kogami-kun - inició la conversación Shoichi - escuché que tu empresa va por buen camino.

- Si, hemos tenido un buen comienzo gracias al apoyo de mis padres - afirmó cargando a Daichi - No habría logrado mucho sin ellos...

- De todas formas debe ser difícil empezar una empresa por tu propia cuenta. Realmente es admirable.

- Gracias - miro a Yusaku a la distancia mientras cargaba a Daichi - Aunque... tener una familia también es admirable, Kusanagi-san...

- Estoy seguro queserías un buen padre, Kogami-kun - sonrío Shoichi - después de todo... Daichi te ama.

- Otto-chan!

La voz de Daichi llamó la atención de ambos, este estiraba los bracitos hacia Ryoken repitiendo esa palabra una y otra vez, Yusaku se había acercado cuando escuchó el balbuceo de Daichi. Los tres presentes estaban paralizados, uno sonrojado, otro sin saber que hacer y el último sorprendido.

- C-Creo que... me confundes, Daichi... yo no soy tu papá... - trato de excusarse entregando al pequeño a Shoichi - l-Lo siento...

- Esta bien, no es tu culpa - restó importancia al asunto.

- Creo que... es la hora de dormir de Daichi - agregó Yusaku tomando al pequeño - regresaré en un momento...

Esa fue la primera y última vez que Daichi utilizó la palabra "padre" para referirse a alguien, pues después de eso, comenzó a llamar a Shoichi como "Sho-chan" o "Shoichi-chan", como se refería a él en la actualidad. No volvió a ver a Ryoken hasta después de cumplir 2 años, en ese entonces fue cuando lo comenzó a llamar niisan. Pero nunca olvidaron esa primera vez que utilizó la palabra "padre" para referirse a Ryoken...

.

Se recostó sobre Ryoken mientras jugaba un poco con el cabello del mayor. Era un domingo por las mañana, toda la semana había pasado tranquilamente con las pocas sorpresas que significaban la nueva relación entre Spectre y Homura, la amistad de Daichi con ese chico Ryu, ver a Johan cortejando a Judai-kun y ver a Astral ponerse nervioso por la visita de su joven y energético novio a la oficina para dejarle el almuerzo que había olvidado... Era la primera semana tranquila que tenían en mucho tiempo.

Por su parte. Ellos estaban progresando poco a poco en su relación, comenzaban a olvidar las excusas que se daban diariamente para no aceptar sus sentimientos, comenzaban a olvidar todo lo relacionado al experimento y que aquello sólo era un intento que esperaban que fallara. Pero ahora solo querían disfrutar su nueva relación ya sin nada que ocultar.

- Buenos días - saludó Ryoken abriendo los ojos y apartando un poco el flequillo del rostro de su pareja - Es raro que despiertes antes que yo...

- Creo que comienzas a contagiarme algunas de tus costumbres.

- Ojalá eso incluyera aprender a cocinar...

- Eres bueno arruinando estos momentos - gruñó mientras Ryoken lo sujetaba - déjame...

- Eres demasiado delgado - susurró deslizando una de sus manos por el costado y cintura de Yusaku hasta llegar a su cadera - aunque... creo que me gusta...

- Estoy embarazado... pronto engordare...

- Y seguiras siendo tan hermoso como ahora - escucho la risa de Yusaku.

Se quedaron recostados en la misma posición por un tiempo sin decir nada, pronto sintió como Yusaku comenzaba a besar su pecho, rió obligando a su pareja que levantara el rostro para besarlo.

- Daichi despertará en cualquier momento...- susurro Yusaku jugando con el cabello de su pareja con una sonrisa - no podemos seguir así...

- Tomemos un baño juntos - susurró recostando a Yusaku boca arriba en la cama - ¿Quieres hacer algo? Es nuestro día libre.

- Tomemos un baño y luego decidimos que hacer - respondió sentándose en la orilla de la cama.

- Bien... - suspiro sentandose en la orilla de la cama, pronto sintió a Yusaku abrazarlo y como continuaba besando su cuello - Si sigues así no voy a ser capaz de contenerme...

- No importa - susurro - ¿Sabías que el sexo tiene efectos positivos en el embarazo?

- Como hijo de tu doctor estoy seguro que eso solo es válido a partir del segundo trimestre del embarazo - en ese momento sintió curiosidad sobre algo - ¿Cuando tuviste a Daichi también...?

- Cuando esperaba a Daichi sufrí efectos adversos por no estar enlazado y por la separación con el padre de mi hijo, es decir tu, ya que yo decidí mentirte. En lugar de un aumento del libido mis hormonas comenzaron a actuar en mi contra, incluso cuando Shoichi me tocaba sentía nauseas... - detuvo sus caricias aunque no rompió el abrazo - Te lo dije... eres el único con el que me he acostado.

- Lo siento...

- No te disculpes... yo fui el idiota que decidió mentirte. Por tres años negué que Daichi fuera tu hijo... merezco todo lo que pase por esos meses... - sonrío - pero... no pensemos en eso... tomemos un baño. Vamos.

- Vamos...

Sonrió. Tomó la mano de Ryoken y lo llevó hasta el baño de la habitación. Tomar un baño juntos era una buena manera de iniciar el día aun después de ciertas conversaciones.

.

Fujiki Daichi no entendía muchas cosas. A sus tres años había vivido una extraña relación familiar con su papá Yusaku y Shoichi-Chan, estaba además, su niisan, Kogami Ryoken, desde que tenía memoria había querido a Ryoken como un hermano. La muerte de Shoichi-Chan era algo que no entendía por completo, lo recordaba, pero recordaba mejor como su papá sufrió por la muerte de Shoichi-Chan.

Tal vez por eso ver a su papá y Ryoken-niisan juntos le hacía muy feliz.

- Buenos días - saludó saliendo de su escondite y acercándose a sus padres.

- Daichi - saludo Yusaku sobresaltado alejándose de Ryoken - Buenos días.

- Despertaste antes de lo que creímos - saludó Ryoken.

Esta era la situación: Daichi se había levantado antes de lo esperado y había caminado a la cocina con Ai en las manos, buscando algo de comida para su conejillo, cuando estaba llegando a la cocina vio a su papá y su niisan besándose, Ryoken abrazaba a Yusaku por la cintura mientras lo besaba, Yusaku estaba girado hacia la estufa preparando algo... O quemandolo... Se había quedado escondido atrás de unos muebles mientras espiaba a sus padres. Le gustaba que su papá por fin fuera feliz.

- Estábamos... preparando el desayuno - Se excusó Yusaku sirviendo los panqués que había cocinado (con mucha ayuda de Ryoken) en un plato - ¿Quieres desayunar?

- Si. Pero necesito algo de comer para Ai - dijo elevando al conejillo negro con mechas moradas.

- Cierto... debemos ir a la tienda de mascotas - susurró Yusaku.

- Un poco de fruta o verdura debería bastar por hoy - hablo Ryoken mientras buscaba algo en el refrigerador, odiaba los conejillos de indias, pero amaba a Daichi, lo que significaba hacer que ese pequeño y molesto roedor no muriera de hambre - Podemos ir al centro comercial más tarde para comprarla...

- ¡Gracias, Otto-san! - agradeció Daichi con una sonrisa, pero pronto se sonrojó al ver la mirada sorprendida de Ryoken y su papá- niisan - Se corrigió - Yo... lo siento.

Ryoken entregó una manzana que encontró a Yusaku quien comenzó a pelar y cortar esta misma. Daichi seguía parado a mitad del comedor con el conejillo en las manos y sonrojado. No era la primera vez que Daichi llamaba a Ryoken de esa forma, la primera vez había sido cuando era muy pequeño, ni siquiera lo recordaba. Pero los adultos si.

- Esta bien, Daichi - Se puso de rodillas junto al menor y lo abrazaba - No importa... puedes llamarme como quieras, te quiero, bebé... - Daichi asintió sin corresponder el abrazo, pues aún tenía un conejillo de indias en las manos. Se separó y beso la frente del menor - Ahora... deja a Ai en su jaula y ven a desayunar.

- Esta bien... niisan - dijo con una sonrisa.

- Toma - Yusaku alcanzó un plato con manzana cortada a su hijo - asegúrate de cerrar su jaula y lavar tus manos antes de regresar.

- Si, papá.

Vieron como el pequeño corría de regreso a su habitación y esperaron a escuchar la puerta de esta cerrándose. En ese momento fue cuando Yusaku se puso de rodillas junto a Ryoken.

- Me llamó "padre"... de nuevo...

- Creo que deberías acostumbrarte - suspiró Yusaku - Después de todo... eres su padre. Y el nuevo bebé te llamara de esa forma...

- Es... extraño... pero se siente bien - sonrío - Puedo acostumbrarme a esto...

- Aun no sé como decirle la verdad a Daichi - susurro.

- Pensaremos en eso después...

- Esta bien - sonrió poniéndose de pie - vamos, es hora de desayunar.

- Esta vez hiciste un buen trabajo, Playmaker - felicito tomando un panqué y probandolo - Felicidades. Preparaste el desayuno sin causar un desastre.

- Alfa idiota.

Ambos rieron. Daichi solo observaba con una sonrisa desde su habitación como su papá y su niisan reían... Realmente se alegraba por su papá. Le gustaba que su niisan y su papá estuvieran juntos, se sentía como si fueran una familia.

.

Esperaban sentados en una banca a que Ryoken regresara del banco por quien sabe que cosa que tenia que hacer. Yusaku de vez en cuando revisaba su móvil mientras Daichi movía los pies de atrás hacia adelante mirando todo a su alrededor.

- papá - le llamo en cierto momento, solo tuvo un "mmm" como respuesta - ¿Eres feliz con Ryoken-niisan?

- ¿Por qué preguntas eso? - se giró a ver a su hijo.

- Porque... Cuando Shoichi-chan se fue tu lloraste mucho... Desde que vivimos con niisan sonríes más y eso es raro en tí.

- Ryoken... Ryoken es alguien especial para mi - respondió nervioso - fue mi primer amigo y quien me apoyó en todo desde hace casi 10 años cuando nos conocimos...

- Si eras feliz con niisan... ¿Por qué no te casaste con niisan? - la pregunta sorprendió a Yusaku - así niisan ahora seria mi otro papá... Y podría llamarlo otto-chan como hoy sin que sea vergonzoso...

- Esa es una historia para cuando seas mayor - beso la frente de su pequeño - además... Ryoken es tu papá... Al menos ahora lo es y es el padre de tu hermanito ¿recuerdas? puedes llamarlo otto-chan si tu quieres.

- ¿¡Entonces niisan y tu se van a casar!?

- Es posible - aunque esa era una conversación que tener con Ryoken - pero... Eso es algo que tengo que hablar con Ryoken primero...

- ¿Qué tienes que hablar conmigo? - pregunto Ryoken regresando.

- Sobre cuando se van a... - Yusaku cubrió la boca de su hijo.

- Cosas - interrumpió cargando a Daichi - ¿Terminaste?

- Si. ¿Quieren comer algo?

- ¡Si! - respondió Daichi quitando la mano de su papá con sus dos manitas.

- Hemos comido fuera demasiado seguido.

- Se supone que yo soy el que se preocupa por tus malos hábitos alimenticios - se quejó tomando a Daichi en sus brazos - y que cuides de tí mismo.

- Me preocupa más tu economía...

- Heredero de una fortuna, propietario de una empresa, inversionista... ¿En serio te preocupará mi economía?

- Alfa tonto, presumido - regaño tomando la mano de Ryoken - prefiero que cocinemos algo en casa.

- Esta bien. Pasemos al supermercado a comprar algunos ingredientes entonces...

- ¿Puedo ayudar? - preguntó Daichi.

- Claro - Ryoken beso los cabellos de Daichi con cariño - podríamos preparar algunos onigiris juntos.

- Quiero katsudon - Se quejó Yusaku.

- ¿Otro antojo?

- Déjame... estoy en cinta... debes cumplir mis demandas.

- Lo que usted diga, Yusaku-sama - suspiro - ¿Quiere algo más para cenar?

- Tal vez podemos pasar por un helado de camino a casa - miro a Daichi con una mirada complice - ¿No, bebé? ¿No quieres que otto-chan nos invite a un helado?

- ¡Si! - exclamo el menor - ¡Vamos por un helado, otto-chan!

Ryoken se sonrojo mientras veía como Yusaku comenzaba a caminar. Daichi solo sonrío mencionando que Ryoken tenía la cara roja, él suspiró caminando hacia su actual pareja con su pequeño hijo en brazos, tomando con su mano libre la del Omega.

- Eso fue trampa - Se quejó - ¡No utilices a Daichi para conseguir algo que de todas formas iba a darte!

- Ya deberías estar acostumbrado a que siempre tengo una carta boca abajo que me garantice la victoria - sonrío - Ahora, termina a tu turno.

- Trabajar en la publicidad de Kaibaland te afectó un poco - susurró - Pero no creas que me vencerás así de fácil, Playmaker...

- No serías tu si fuera fácil, Revolver.

Ambos sonrieron mientras caminaban por los pasillos del centro comercial. A vista de cualquiera ellos se veían como una familia feliz, habían pasado por mucho para llegar a eso... pero aun había alguien que podía destrozar toda aquella felicidad que en poco tiempo habían logrado construir.

Continuará...

No pregunten... simplemente estoy un poco deprimida y sus comentarios me animan, gracias por leer, besos y hasta la próxima...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top