Padre

- Daichi es tu hijo...

La confesión de Yusaku lo había dejado congelado. De cierta forma lo sospechaba, nunca había hablado con Yusaku sobre el tema, lo que ocurrió esa noche... Muchas veces quiso preguntar a Yusaku sobre quien era el padre de Daichi, pero había abandonado toda idea de que Daichi fuera su hijo, la abandonó incluso después de ver sus ojos celestes.

- ¿C-cómo?

- Ryoken... por favor, puedes dejar de hablarme, despedirme de tu empresa, incluso... incluso me iré tan lejos como desees - suplicaba - Pero... salva a Daichi, es lo único que te pido.

- Pero... es mi hijo... ¿Como?

- Aquella noche... - iba a ser difícil hablar de eso, pero Ryoken tenía que saberlo todo - yo... no estaba seguro al principió... pero cuando tu padre me dijo que estaba embarazado... supe que era tu hijo... porque... porque no tuve sexo con Kusanagi-san la noche de mi boda... de hecho... nunca pude llegar hasta el final con él, lo intenté... pero solo sentía asco al pensar que él no eras... tú... has sido el único que ha... entrado en mi... Eres con el único con el que he... he-hecho el amor...

Tartamudeaba, no sé había sentido tan nervioso nunca en su vida, sus ojos se llenaron de lágrimas y sujetaba el borde de su vida, se veía como un pequeño gato indefenso bajo la lluvia... Viéndose vulnerable comenzó a explicarlo todo.

Aquella noche. Días antes de la boda de Yusaku y Kusanagi-san ellos, habían acordado reunirse una última vez. Podría decirse que era la despedida de soltero del Omega, Yusaku no tenía muchos amigos, por lo que lo había invitado a cenar en su casa disfrutando que su padre no estaría, quería hablar con Yusaku por ultima vez, tal vez darle el último beso, disfrutar de sus labios por última vez antes que Kusanagi Shoichi se lo quitara para siempre.

Las horas pasaron y, cuando se dieron cuenta, era pasada la media noche y habían bebido un poco de más de la cuenta. Lo suficiente para no estar al tanto de sus acciones pero recordarlas a la perfección...

- Tengo un poco de miedo - había confesado Yusaku con la copa de vino en la mano - digo... me entregaré a Kusanagi-san aún sin sentir nada por él...

- Fujiki... ¿Alguna vez te enamoraste de alguien?

- Si... pero no debe corresponderme... todos esperan mucho de él y no quiero que pierda todo por mi culpa... - sonrío - Si pudiera elegir... desearía perder mi virginidad con él...

- Creo que nos hundimos en el mismo barco - había respondido Kogami acercándose a Yusaku y abrazándolo - El Omega que amo se casara este fin de semana y no puedo hacer nada para detenerlo porque es demasiado necio y no escucha nada de lo que digo...

- Es una lastima... porque estoy seguro que él te corresponde... Y... te ama tanto como tu lo amas...

- Si... es una lastima que... - susurro cerca de los labios del menor - no puedo demostrarle que lo amo aquí y ahora mismo...

- Hazlo - susurro besando los labios de Kogami - hazlo... hazme tuyo...

Ambos estaban ebrios. Ambos estaban enamorados uno del otro. Ambos tenían miedo de perderse.

La combinación entre el alcohol y el deseo logró que cayeran por primera vez, volvían a besarse como antes lo habían hecho, sus labios bailaban uno junto al otro, sus cuerpos buscaban el contacto, sus manos trataban de explorar el cuerpo del otro por debajo de las ropas que comenzaron a ser un estorbó.

Al llegar a la cama de la habitación de Ryoken toda la ropa había creado un camino desde la cocina. Ryoken besaba, lamia y mordía suavemente el cuerpo del Omega que solo gemía con cada caricia que le propiciaba.

- Estas muy húmedo aquí abajo, Yusaku - habia gruñido el alfa cerca del oido del Omega mientras introducia uno a uno sus dedos en la entrada del Omega.

- Eso... es lo que... que tu provocas en... mi... Ryoken...

Ryoken besaba a Yusaku, explotaba el hermoso cuerpo del Omega, la pálida piel de su en ese momento amante ardía, su olor lo embriagaba y sus gemidos lo enloquecía.

Quería hacerlo suyo, quería marcarlo, quería que Yusaku estuviera por siempre con él... Pero la poca cordura que aun le quedaba le decía que aquello era imposible. Cuando Yusaku sintió los dedos de Ryoken retirarse de su interior y ser reemplazada por el miembro del mismo se había olvidado por completo de todo, de Kusanagi-san, de su boda... Ni siquiera el dolor provocado por la penetración le importaba en ese momento. Solo Ryoken llenaba sus pensamientos.

- ¿S-se... se siente... bien? ¿D-duele?

- S-si... s-se... se siente... increíble... - a penas podía hablar, trato de moverse un poco lo que causó que un gemido escapara de sus labios - E-esta... muy adentro - gimió abrazando a Ryoken con fuerza, clavando sus uñas en la espalda del Alfa - Podríamos tener un bebé - susurro Yusaku besando a Ryoken.

- Sería un bebé hermoso - se movió lentamente provocando un suspiro de Yusaku - Te amo... Yusaku - había susurrado Ryoken sobre los labios del Omega.

- También te amo... Ryoken...

Esa noche se entregaron el uno al otro. Yusaku no reprimía sus gemidos, no ocultaba lo bien que se sentía hacer eso con la persona que amaba. Cuando sintió el miembro de Ryoken hincharse en su interior, anudando para después llenarlo con su semen, se sintió realmente feliz... había olvidado por completo porque trataba de alejarse de Ryoken, simplemente deseo que esa noche nunca acabara. Cuando cerro los ojos para caer en los brazos de Morfeo, deseó que, cuando despertara, Ryoken fuera su esposo... deseo un final feliz que no llegaría.

Nunca olvidaría esa noche.

Al día siguiente que despertaron solo recordaba lo que habían hecho, las marcas en sus cuerpos los delataban, permanecieron en silencio por un largo rato, Ryoken sentado en la orilla de la cama y Yusaku cubriéndose con la manta. Ambos avergonzados de sus acciones, avergonzados, pero no arrepentidos, uno por perder la virginidad con la persona que amaba y el otro por haber sido el primero en la vida del Omega.

- No volveremos a hablar de esto - hablo Ryoken sin mirar a Yusaku - S-si eso quieres...

- Es lo mejor... Esto... nunca tuvo que suceder...

- Lo siento - susurro besando rápidamente los labios de Yusaku - espero me perdones por lo sucedido...

- No es necesario perdonar nada Ryoken... - le detuvo sujetando su mano - Solo... No hablemos de esto, jamás...

Y así paso. Yusaku se casó ese fin de semana como había sido planeado.

Pero cuando se encontraban en el hotel para su luna de miel aun tenia miedo de ser tocado por Shoichi, estaba sentado a la orilla de la cama solo con una bata mientras su esposo se duchaba en la habitación de al lado.

- No te voy a tocar si es lo que quieres - había suspirado Shoichi cuando vio a Yusaku temblando al oir la puerta cerrarse - No te voy a obligar a que te enamores de mi, Yusaku...

- Tuve sexo con Ryoken - confesó - Lo siento...

- No... yo lo siento - suspiro sentandose al lado de su ahora esposo - sé que nunca llegare a reemplazar a Kogami-san... ustedes se aman demasiado.

- Al menos... lo intentare - prometió mirando a su esposo.

- No te fuerces a nada... no voy a interferir en tu relación con Kogami-san, tu y yo sabemos que él debería estar aquí... no yo... por eso - suspiró - respetare la relación que has llevado hasta ahora con él.

- Gracias...

- Solo quiero que seas feliz - beso la mejilla de Yusaku y sonrío - duerme bien...

Asintió. Esa noche Shoichi le dejo a solas en la habitación, se recostó en la cama tocando ciertos puntos donde aun persistían algunas marcas que Ryoken le había dejado... quería estar con él, quería que fuera Ryoken quien lo abrazara esa noche, quería volver a hacer el amor con Ryoken una y otra vez, que lo llenara con su esencia y crear una familia a su lado... Quería estar con Ryoken, no con Shoichi.

Fue dos semanas después cuando comenzó a sentir los síntomas. Mareos, nauseas, ciertos olores le eran insoportables y estaba demasiado sensible, había acudido a ver al doctor Kogami para que confirmará sus sospechas.

- Estas en cinta - fueron las palabras del Doctor - Y, por lo que veo... Debes de tener ya un poco más de dos semanas, felicidades... Tendré que referirte a alguien para que lleve el control de tu embarazo, con el tema de tus hormonas no sabemos que puede resultar de esto.

- Un cachorro...

- Es posible que tu pareja ya haya comenzado a sentir la presencia del cachorro. Comportándose más protector de lo normal, queriendo estar a tu lado y ese tipo de cosas...

Yusaku asintió, desde hacía una semana Ryoken estaba muy pendiente de todo lo que le sucedía, cubrió su vientre con ambas manos... miro a su doctor.

- Kogami-sensei... Este cachorro no es de Kusanagi-san...

- ¿No es de tu pareja? ¿Has tenido relaciones con otro hombre?

- S-si... Ryoken... este cachorro es de Ryoken...

El doctor Kogami había sido el primero en enterarse y el único que lo sabía hasta ese momento fuera del mismo Yusaku y Shoichi. Los tres juraron mantenerlo en secreto hasta que fuera el momento indicado.

Cuando termino de relatar la historia Ryoken aún le veía sorprendido, Yusaku se abrazaba a si mismo y sus ojos estaban llenos de lágrimas.

- Por favor, Ryoken... Abandonaré tu apartamento, me iré lejos... Lo que tu quieras... Pero salva a Daichi - rogaba - él... Daichi es lo único que tengo, fue lo único que pude conservar a mi lado de la persona que amo cuando me aleje de ti, Daichi ha sido lo único que día a día me recuerda que... que tú me amaste tanto como yo te amo... No quiero perderlos a ambos ahora que lo sabes... Por... Por favor... Te lo ruego... No necesito que seas el padre de Daichi, solo quiero que lo salves...

- No tienes porque rogarme, Yusaku - susurro abrazando al Omega - aunque Daichi no fuera mi hijo... lo haria con gusto porque lo amo... porque te amo y no te volveré a perder...

- Ryoken...

- Hablaremos de esto después - Lo beso en la frente - No hay tiempo, ya debieron entregar los resultados.

Ambos corrieron a reunirse con los otros justo en ese momento el mismo doctor había salido de la sala con una hoja en manos.

- Kogami-san - le llamo al verlo - los análisis resultaron positivos, necesitamos que nos acompañe.

- Ryoken - susurro Yusaku tomando sus manos - gracias... por salvar a Daichi...

- Hablaremos después de esto - susurro besando a Yusaku en la mejilla, no le importaba que todos lo vieran - todo saldrá bien... Primero: porque me acabas de hacer el hombre más feliz en la tierra. Segundo: si lo hacemos juntos no hay nada que temer... Nunca lo hubo. Y tercero: Te lo dije ¿no? No te volveré a perder, Yusaku...

- S-si...

El doctor volvió a llamar a Kogami, este lo siguio rápidamente despidiéndose de Yusaku, no tenían tiempo, debían salvar a Daichi.

Yusaku se sentó al lado de Jin, se sentía tranquilo... Pero al ver al hermano de su antigua pareja sintió culpa.

- Jin... Yo...

- Esta bien - suspiro - siempre estuviste enamorado de Kogami-kun, niisan sabía que no podía reemplazarlo. Él me dijo que Daichi no era su hijo... aunque eso cualquiera lo notaría...

- ¿Qué?

- Niisan me lo confesó una tarde, me dijo que Daichi no era su hijo, yo lo sospechaba desde antes, pero no dije nada porque creí que eso destrozaría a mi hermano... - suspiro Jin - pero... niisan te amaba... él quería que fueras feliz... creo que... más que el amor de una pareja, niisan te amaba como un hermano... quería protegerte.

- Que extraña forma de amar a alguien - susurro - no sé como sentirme con esto...

- Tendrás oportunidad de estar junto a Kogami-san... Como siempre tuvo que ser - Jin sonrió - nii-san fue feliz a tu lado, Yusaku... ahora es tu turno de ser feliz junto a la persona que amas.

No sabia como tomar todo aquello, cerro los ojos con una sonrisa.

- Si... Creó que... También ame a Kusanagi-san como un hermano... y agradezco lo que hizo por mi y por Daichi...

Ahora tenía la oportunidad de estar junto a quien amaba. Ya no dudaría.

.

Cuando abrió los ojos no pudo identificar donde se encontraba, se giró buscando algo conocido. Y lo encontró.

- Pa-papá - susurro al ver a su papá a su lado.

- ¡Daichi! - exclamó Yusaku con los ojos rojos por llorar - despertaste...

- ¿Q-que sucedió?

- Sufriste un accidente... Te trajeron al hospital, acabas de salir de una cirugía - narraba mientras acariciaba el cabello de su hijo - Has dormido por un día entero... creí que te había perdido, bebé...

- Estoy bien, papá...

- Trata de no hablar mucho, Daichi - entro Ryoken a la habitación seguido de Aoi - aún necesitas descansar - tomo a Yusaku de los hombros - Y tu también.

- Pero...

- Has estado aquí por más de 24 horas, no has dormido - lo regaño Ryoken - te llevare a casa para que descanses quieras o no.

- No puedo dejarlo solo... Yo... casi lo pierdo, no puedo...

- Yo me quedare con Daichi, no te preocupes Fujiki - trato de calmarlo Aoi - necesitas descansar.

- Daichi estará bien, es un niño muy fuerte...

- Esta bien - suspiro, se acercó a Daichi y beso su frente con cuidado - descansa...

- has sido un niño muy fuerte - ahora fue Ryoken quien lo beso en la frente - cuando te encuentres mejor te llevaremos a donde tu quieras...

- ¿Donde quiera?

- Si... No importa donde...

- Mientras sea dentro de Japón - completo Yusaku mirando a Ryoken, este sonrió.

- Mientras sea dentro de Japón - repitió.

- Gracias papá... Ryoken-niisan...

Se despidieron y salieron de la habitación. Yusaku estaba realmente cansado, tanto que cuando llegaron al auto cayó en un profundo sueño del que no despertó hasta esa noche.

Despertó en la cama que compartía con Ryoken, aun traía la ropa del día anterior puesta, se sentó en la cama buscando al dueño del apartamento. Pronto lo encontró saliendo del baño solo con un pants puesto y una toalla en los hombros, sin camisa.

- Oh... Despertaste - saludo acercandose a Yusaku - realmente estabas agotado...

- ¿Daichi...?

- Esta bien. Acabo de hablar con Kusanagi-kun... Dijo que lo darían de alta mañana por la tarde... - vió a Yusaku relajarse un poco - Es noche, deberías volver a dormir.

- No tengo sueño...

Silencio. Había tantas cosas que querían decir, de tantas cosas que querían hablar... Pero antes que nada, tenían que decir algo.

- Yusaku/Ryoken yo...

Se miraron a los ojos, ambos sonrieron.

- Lo siento... Dime ¿Qué sucede? - pregunto Kogami.

- yo... Quería agradecerte por lo que hiciste... No hay palabras para agradecerte, sin ti... Daichi tal vez ya no estaría aquí... Gracias.

- No pienses en eso - susurro - haría lo que fuera por mi cachorro... - aparto la mirada - claro... Si tu me lo permites...

- ¿A qué te refieres?

- Daichi también es mi hijo ¿cierto? - Yusaku asintió - Bueno... Quería ser parte de sus vidas de ahora en adelante... Solo si tu me lo permites...

- Ryoken... Tu... ¿Quieres ser el padre de Daichi? ¿No me odias por mentirte?

- Nunca podría odiarte... te amo demasiado como para hacerlo... quiero estar a tu lado para siempre, tener una familia a tu lado. ¿Me permites permanecer a tu lado y el de mi hijo?

Esas palabras había querido escucharlas por años. Sonrió al mismo tiempo que las lágrimas cubrían su rostro, Daichi diría que se veia raro, pero no le importaba. Era feliz.

- Si...

Se volvieron a besar, una y otra vez. Los recuerdos de la primera vez que estuvieron juntos vinieron a su mente, se miraron a los ojos antes de volver a besarse con mayor pasión, Ryoken bajo por el cuello de Yusaku y lo escucho gemir.

- mmm... estoy seguro que no estas cerca de tu celo, pero parece que estas un poco ansioso - susurro Ryoken - aun así... tu aroma es delicioso...

- E-eso es tu culpa... - logro articular - tu... Solo tu... Causas esto...

- Entonces tratare de hacerlo más seguido.

- Quiero hacerlo... - susurro Yusaku.

- ¿Ahora?

- Si... pero esta vez quiero sentirte de verdad... no quiero que utilices protección... quiero que te corras en mi interior, como la primera vez...

- Si eso es lo que quieres... así será.

Ryoken se puso arriba de Yusaku con mucho cuidado, se observaron mutuamente y comenzaron a besarse lentamente, disfrutando la sensación que desde hace mucho tiempo anhelaban.

Continuaron besándose, brindándole caricias el uno al otro por sobre la ropa. Poco a poco la ropa fue estorbando y cayendo al lado de la cama.

Ryoken observaba el cuerpo de Yusaku mientras una de sus manos se encargaba de dilatar la entrada del Omega, estaba tan húmeda y caliente, quería entrar ya.

No era la primera vez que lo hacía, varias veces había entrado por error a la consulta de su padre cuando examinaba a Yusaku y tenía que mantener la calma para no saltar sobre el Omega en esos momentos, pero aquel delgado y frágil cuerpo seguía fascinandolo, la tersa piel blanca sin ninguna marca sobre ella, las pocas veces que había hecho eso con el Omega recientemente no había tenido valor de observarlo, ahora no podía dejar de hacerlo. Yusaku era hermoso.

Aparto su mano de la entrada de Yusaku y le observo por unos segundos.

- Deja de verme - susurro Yusaku - es... vergonzoso...

- No puedo evitarlo... Eres hermoso - Yusaku río.

- Es... La primera vez que lo dices... Y no termino con el té derramado... Sobre mi... - Ryoken sonrió, beso a Yusaku en la clavícula y se abrazo a su cuerpo - Ryoken...

- Te amo, Yusaku...

- También te amo - susurro acariciando los cabellos del alfa - Recuéstate... quiero intentar algo...

Ryoken obedeció, soltó a Yusaku y dejo que este se pusiera de rodillas sobre su cadera. Con la ayuda de Ryoken se autopenetro, tuvo que morder su labio para no gemir al sentir el miembro de Ryoken abriéndose camino en su interior, cuando estuvo completamente dentro trato de moverse... Pero sus piernas y brazos temblaban demasiado...

El solo tener a Ryoken dentro ya lo dejaba tan débil...

-Es-estas... Muy dentro... - colocó la mano de Ryoken en su vientre - podríamos... Tener otro bebé...

- Eso seria grandioso - lo beso, Yusaku gimió.

- N-no puedo... Moverme...

- Déjame ayudarte - dijo Ryoken con voz profunda sosteniendo la cadera de Yusaku, ayudándole a moverse.

No sabia como describir esa sensación. Ser penetrado, sentir en lo más profundo de su ser a la persona que ama, la excitación, el calor... La sensación de felicidad de estar con quien ama, volvió a besar a Ryoken sin dejar de moverse.

La habitación se había llenado de la esencia de ambos, los gemidos y sus respiraciones era una melodía que resonaba por todo el apartamento. Cuando sintió que el climax se acercaba abrazo a Ryoken con fuerza.

- Muérdeme - rogó.

- Yu-yusaku... No es... Necesario que...

- Quiero que lo hagas - rogó, sus ojos estaban llorosos - qui-quiero... Ser tuyo... Por siempre...

- Te equivocas - susurro Ryoken lamiendo el cuello de Yusaku, en un movimiento rápido, recostó en la cama para que quedara de espaldas - yo soy... Quien siempre te ha pertenecido...

Cuando sintió la dolorosa mordida del Alfa un sentimiento nuevo lo lleno, felicidad, aquella mordida representaba su unión... Se sentía tan bien, tanto que aquella sensación lo llevo al clímax, casi al mismo tiempo sintió como Ryoken anudaba y se corría dentro suya... La cálida esencia de Ryoken en el interior de su vientre, otra cálida sensación en su pecho... Nunca había olvidado esa maravillosa sensación... Y ahora no volvería a extrañarla.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando sintió como Ryoken lamia la sangre al rededor de la marca. Dejándolo sobre el colchón y saliendo lentamente de su interior.

- Yusaku - susurro Ryoken cuando su pareja lo abrazo.

- Si aquella noche... Hubiera dejado que me marcaras - susurro volviendo a ver el rostro de su pareja - ahora...

- No pienses en eso - susurro besándolo de nuevo - Ahora estamos juntos... Por siempre...

- Ahora... Podremos construir un nuevo... Futuro... juntos - susurro.

Ryoken asintió. Beso los labios de su ahora pareja como una promesa. Después de tanto tiempo... Al fin podrían estar juntos...

O al menos eso era lo que esperaban.

Continuará...

Rayos... Me hicieron sentir tan culpable que no pude evitar publicar esta parte hoy mismo (╥_╥) no quería dejarles sufriendo por mucho tiempo...

Se podría decir que aquí inicia otro ¿arco? Donde se revelará cierto misterio que no es tan misterioso(?) ahora... Si me disculpan, tengo que correr de la ira de mi amivecina que viene a matarme por lo que le hice a Daichi en el cap anterior. Cuídense! Hasta la otra!

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