Inefable

Observaba como las olas chocaban contra la costa, se abrazaba a si mismo por los fuertes vientos que soplaban a esa hora por el StarDust Road. Habían acordado tomar un par de días libres casi a solas en el StarDust Road, al menos esa noche y hasta las 6:00 de la tarde del día siguiente estarían solos, luego Daichi se uniría a ellos para pasar el "fin de semana" con sus padres, no querían tomar unas verdaderas vacaciones por ahora, el miércoles regresarían a la ciudad y a su rutina diaria y habían tres razones de esto. Primero: no querían tener un viaje de Luna de Miel demasiado largo sin Daichi. Segundo: Yusaku no podía viajar en su estado... era verdad que ahora con el vinculo realizado habían menos riesgos, pero seguían desconociendo todo acerca del estado de su pareja como "Omega defectuoso", así que preferían no arriesgarse. Y tercero: aunque fuera anti climático... tenían trabajo.  

- Todo esta listo adentro - suspiro Ryoken volviendo a salir - ¿preparado?

- Claro - camino hacía la entrada de la mansión, pero justo Ryoken lo detuvo cuando estaba frente a la puerta - ¿Sucede algo?

- Siempre quise hacer esto - susurro.

- ¿Qué?

Grito cuando Ryoken lo alzo en brazos, sujeto a su esposo por el cuello temblando ligeramente por el repentino movimiento de Ryoken, había visto aquello en películas viejas, no pensó que Ryoken podía hacer algo tan vergonzoso... se sonrojó al imaginar como se veía en esos momentos. Ryoken lo llevaba al estilo princesa dentro de la mansión, aquello era vergonzoso pero, de cierta forma, lo estaba disfrutando, era divertido que Ryoken fuera tan cursi a veces. 

.

Se abrazaron estando dentro de la habitación principal, simplemente era un abrazo, no tenian una segunda intensión, Yusaku había dejado todos los complementos del vestido tirados en algún lugar de la mansión, luego pensaría en donde lo había dejado. Ryoken también se había quitado el saco y la corbata, al igual que Yusaku, los había dejado perdidos en algún lugar de la mansión. Cuando entraron a la habitación lo primero que hicieron fue abrazarse sin decir ni una sola palabra.

- ¿Es como lo imaginaste? - susurró Ryoken sin separarse de Yusaku.

- Es... mejor de lo que imagine - susurró - ayúdame con el vestido... 

- Sera un placer.

Yusaku se puso de espaldas sujetando su cabello, las manos de Ryoken temblaban cuando tomo el cierre del vestido, después de tanto tiempo sus sueños se habían cumplido. Primero: se había casado con el Omega que amaba, su pareja destinada. Segundo: le había visto con un hermoso vestido blanco con el que ahora ayudaba a quitarse. Y tercero: tenía una familia al lado de la persona que amaba... Tal vez no habían surgido en el orden "correcto", pero para él era lo de menos, estaba feliz con la vida que ahora tenía.

Admiro la blanca espalda de su esposo mientras bajaba el cierre y el vestido comenzaba a deslizarse por los hombros de Yusaku, pronto este toco el suelo por completo, Yusaku se volteó un poco para ver a Ryoken por sobre su hombro. Se abrazaba a si mismo con una sonrisa y las mejillas sonrojadas, sus ojos brillaban por el reflejo de la luna y el fenómeno biolumicente  que se veía por el ventanal. 

Todo su poder de voluntad al tratar de no quedarse congelado con la belleza de su pareja habían llegado a su límite en ese momento. 

- Ryoken - llamo Yusaku con una sonrisa que casi le daba un ataque al corazón - ¿Estas bien?

- Solo... pensaba que... soy muy afortunado por tenerte a mi lado... 

- Yo también me siento afortunado por estar contigo - susurro girándose hacía Ryoken aun abrazándose a si mismo - vamos... no me dejes así... 

- Lo siento - reaccionó con una sonrisa mientras volvía a abrazar a su pareja - eres hermoso...

- Mi cuerpo esta cambiando por el embarazo... pronto no diras lo mismo.

- No - beso la frente de Yusaku rápidamente - porque te veras igual de hermoso de lo que te ves ahora... y seguiré haciéndote el amor tantas veces como sea posible... 

- Quitate la ropa también - susurro Yusaku quitando los primeros botones de la camisa de su ahora esposo - quiero verte... 

Ryoken asintió. Con un poco de ayuda de su pareja comenzó a quitarse lo que tenia puesto, la camisa, el pantalón, cuando ambos quedaron solo en ropa interior se miraron nuevamente con una sonrisa y sus rostros sonrojados, Yusaku seguia abrazandose a si mismo... aun era vergonzoso que su esposo le viera con los cambios que su cuerpo había sufrido. 

Respiraron profundamente antes de acercarse un par de pasos al otro y deshacerse de la ultima prenda que les quedaba, querían verse por completo, entregarse el uno al otro por completo como siempre debió ser, con sus corazones latiendo a más no poder y un sonrojo que era iluminado por la luz de la luna quedaron frente a frente, totalmente vulnerables. Fue Ryoken el primero en acercarse y abrazarlo de nuevo.

- Te importa si... ¿nos quedamos de esta forma por un rato?

- Vamos a la cama - susurro Yusaku - quiero... sentarme... 

- Claro...

Se sentaron a la orilla de la cama, solo sujetando su mano y observando a su pareja directamente a los ojos ¿Cuando fue la primera vez que se vieron desnudos el uno al otro? Seguramente uno había sido por error al entrar en la clínica de su padre cuando el Omega se estaba vistiendo mientras el otro lo habría visto al entrar de forma imprudente al baño cuando se quedaban a dormir en el mismo sitio. Conocían el cuerpo de la persona que tenían frente a ellos tal vez mejor que el propio, cada lunar y cada cicatriz... 

Yusaku había jugado varias veces uniendo cada peca en la espalda de su amigo, formando figuras que a veces hacían cosquillas a Ryoken. Ryoken había besado cada cicatriz por pequeña que fuera, había memorizado cada lunar que manchaba la perfecta piel porcelana de su esposo. Aquel cuerpo no era la primera vez que lo veían, pero seguían quedándose embobados al verlo una vez más.  

Cerraron los ojos acercándose lentamente, primero tocaron sus labios en un casto beso, abrieron los ojos para mirarse, casi de inmediato volvieron a unir sus labios otra vez, moviendo lentamente sus labios, besos inocentes que no buscaban ir más allá de aquello, moviendo sus labios lentamente, disfrutando del sabor de la boca del otro, besos cortos que siguieron uno al otro hasta que se separaron. 

Se vieron a los ojos mientras se alejaban lentamente, aquel beso les había recordado su primer beso cuando eran adolescentes y tenían curiosidad por saber como era un beso aunque lo hubieran experimentado mientras el otro estaba dormido. Ambos rieron al mismo tiempo, al parecer habían tenido el mismo recuerdo.

- Esto es... ridículo - susurro Yusaku abrazandose a si mismo - estoy... estoy nervioso... 

- Yo también - tomo la mano de Yusaku para colocarla en su pecho desnudo y que este sintiera su corazón palpitar - siento como... si fuera nuestra primera vez...

- No es la primera vez que lo haremos pero... siento como si lo fuera - sonrió - es... somos padres, mi primera vez fue contigo, estoy esperando un cachorro tuyo... ¿Por qué estoy nervioso?

- Porque... es nuestra primera vez como esposos - Ryoken comenzó a reir - realmente es ridículo... no debería estar tan nervioso por hacer el amor contigo, lo hemos hecho muchas veces... siento como... 

- Como si esto fue lo que debió pasar cuando regresaste de Londres - completo Yusaku con una sonrisa.

- Si... Es como si... regresara al pasado por una noche... pero en este presente todo es diferente a lo que ocurrió... 

- Te amo...

- También te amo... 

Volvieron a besarse, por un segundo se sintieron como aquellos adolescentes que se dieron su primer beso por curiosidad, aquella dulzura e inocencia con la que había comenzado su extraña relación, todo era lento aunque se encontraran piel con piel... no tenian prisa de nada, Ryoken recosto a Yusaku en la cama mientras los besos continuaban igual de lentos, como una danza que ambos disfrutaban. 

No era la primera vez que sentían aquel calor en su interior, un sentimiento que creía poco a poco en sus pechos hasta desbordarse en besos y caricias apasionadas en la privacidad de su alcoba, pero nunca habían sentido una sensación como esa antes, tan intensa y tan profunda que llegaba a doler. Querían ir lento, disfrutar de los segundos, los minutos y las horas que compartían demostrando su amor esa noche, la primera noche en la que hacían el amor siendo esposos... porque esa noche se volvían a entregar el uno al otro por completo con la diferencia que, esta vez, era para siempre.

Ryoken se separó para ver a su bello esposo, sus ojos cerrados, el rostro sonrojado y sus rosados labios ligeramente separados. Era hermoso, su pecho se llenó de un cálido sentimiento al ver como su esposo abría los ojos y le miraba, dibujando una sonrisa en sus labios, su pecho subía y bajaba en un ritmo que poco a poco aceleraba.

Lentamente los roces inocentes comenzaron a volverse apasionados, los besos dejaron de ser los de esos niños inexpertos que fueron hace mucho tiempo, una mordida en el labio inferior de Yusaku fue lo necesario para profundizar el beso, para que la danza inocente entre sus labios pasara a ser algo más apasionada ¿Recordaban acaso cuando habían tenido su primer beso francés? Tal vez había sido por la misma curiosidad que sintieron hace mucho tiempo, quizás había sido un juego como muchas veces. Eso no era importante ahora.

Ahogó un gemido al sentir la mano de Ryoken explorando su cuerpo, se sentía avergonzado por los cambios de su cuerpo, más aun cuando la mano de Ryoken comenzó a jugar con su pezón derecho, presionando el pequeño y sensible botón rosado. Libero sus labios bajando por el cuello de su amado dando pequeños besos, succionando y dejando pequeñas marcas rosadas que parecían un camino de pétalos sobre la piel del Omega.

- Eres muy sensible aquí – susurro en un tono burlón mientras aprisionaba el pequeño botón con sus labios - ¿Se siente bien?

- S-si... continua...

Ryoken disfrutaba de morder con suavidad y jugar con el pequeño botón rosa con su lengua, disfrutaba de como el pecho ligeramente abultado de su pareja subía y bajaba por su respiración agitada junto con los suspiros que Yusaku aun trataba de reprimir. Cosa que fue imposible cuando sintió como Ryoken succionaba como un bebé. Él conocía su punto débil, no recordaba lo sensibles que podían ser sus pezones en ese estado... se sentía increíble. Pero aun así no pudo evitar reír y provocando que Ryoken le viera confundido.

- Pareces un bebé. No saldrá nada de ahí, Ryoken – susurro con sus mejillas teñidas de carmín y sus ojos verdes brillando con un brillo especial en su mirada – aun no... 

- Al menos déjame intentarlo - bromeo su pareja besando la piel de su pareja - hoy eres completamente mío... 

- Espera - le detuvo. 

Logro cambiar de posición con su esposo, dejando a Ryoken abajo de él, se sentó sobre el pecho de su esposo y le observó por unos segundos admirando a su perfecto esposo. Sonrió, el brillo en los ojos de Ryoken que siempre le dedicaba a él, solo a él y a nadie más, le miraba con un amor casi infinito que el tiempo solo había logrado hacer más y más fuerte, beso el hueso de la clavícula de su esposo.

- Deja que yo también te haga sentir bien - susurro mirando a los ojos a su esposo. 

- Acepto el reto... 

Yusaku volvió a besar a su esposo. Esposo... Realmente le gustaba llamar a Ryoken de esa forma, comenzó a bajar por el cuello de Ryoken, saboreando cada uno de los besos, dejando marcas a su paso ¿Cuando fue la primera vez que dejo una marca a Ryoken? Había sido divertido... lo había hecho como una broma cuando eran adolescentes, toda la semana paso vistiendo una bufanda aun siendo inicios de verano.

Exploraba el cuerpo de su esposo con sus manos, tocaba suavemente sus costados logrando así sacar suaves suspiros de los labios de su esposo. Regreso a sus labios mientras continuaba besándolo mientras movía sus caderas siendo esto un reto para el Alfa a tocarlo. Ryoken aceptó, pronto sintió las manos de su esposo subir por sus muslos, acariciandolos hasta llegar a sus glúteos.

- Hey - lo regaño mirando a su esposo a los ojos - te dije que me dejaras hacerlo a mi modo...

- Eso hago... ¿Qué no puedo disfrutar de mi esposo también?

- Bien... pero no olvides que conozco todas tus debilidades.

- No te...

Comenzó a pasear sus dedos por los costados de Ryoken provocando que este se estremeciera un poco ¿Cómo había descubierto que Ryoken era cosquilludo? bueno... esa era una de las pocas cosas que había descubierto a las pocas semanas de comenzar a salir como amigos. 

Antes que Ryoken le pudiera advertir de nuevo que no se atreviera, Yusaku había comenzado una guerra de cosquillas con su ahora esposo, olvidando por completo durante unos segundos el acto que estaban a punto de consumar. Ryoken no se quedo atrás y atacó también los puntos débiles de Yusaku haciendo que perdiera el equilibrio y cayera a la cama, ambos terminaron riendo con Ryoken de regreso en la posición inicial, sobre el Omega aprisionando sus manos sobre su cabeza. 

No podía olvidar que la persona que amaba, el Omega que ahora era su esposo, también había sido desde hace mucho su mejor amigo. 

- ¡Eso fue injusto! - le reclamo Ryoken ligeramente sonrojado - ¡No puedes utilizar mis debilidades cuando estamos en una situación como esta!

- Acepto mi castigo - rió Yusaku librandose del agarre de su esposo para abrazarlo - continua... me gusta que tu tomes el control...

- No siento que tome el control cuando tu lo pides - sonrió besando un mechon del cabello de Yusaku - Eres hermoso... 

- Siempre dices eso... 

- Lo digo en serio - insistió - me encanta como te ves con tu cabello largo, amo tus ojos... podría perderme en ellos por la eternidad - beso de nuevo los labios de su pareja de forma rápida - nunca pude olvidar la sensación de tus labios, me encanta besarte desde que robé tu primer beso - continuó bajando hasta llegar al pecho de su esposo - sentiré celos que mi propio cachorro pueda disfrutar de tu pecho y yo no - Yusaku no pudo evitar reír ante ese comentario.

Sintió como Ryoken continuaba bajando, besando su abdomen y su vientre donde se detuvo por unos segundos, escucho a su esposo susurrar unas palabras que no logro distinguir para continuar con su camino de besos hasta llegar a la cicatriz que se hallaba en su bajo vientre, aquella cicatriz que había quedado después del nacimiento de Daichi, sintió como Ryoken la besaba tuvo que reprimir un gemido al sentir a su esposo besar aquel punto que aun era algo sensible. Aquella cicatriz causaba sentimientos encontrados a Ryoken, por un lado estaba la alegría de saber que Daichi era su hijo, que no se había perdido del nacimiento de su propio cachorro hacía 3 años, que había acompañado a la persona que amaba en ese momento tan especial, pero también estaba el sentimiento de haber perdido 3 años de estar al lado de su hijo... pero no volvería a pasar, volvió a besar la cicatriz en toda su extensión. 

- Sigo sin creer... que esto este sucediendo... - susurró.

- Pero esta sucediendo - susurró Yusaku tomando el rostro de su esposo para besar sus labios - estamos juntos...

- No volveré a perderte... 

- No volveré a alejarme - los ojos de Yusaku se llenaron de lágrimas - te amo... 

- También te amo... 

Se abrazaron mientras volvían a besarse. Querían amarse lentamente, disfrutar de su cercanía, piel contra piel, ardía estar tan cerca. Sus labios bailando sobre los del otro reprimiendo suaves jadeos de placer, sus erecciones una contra la otra, en un momento Ryoken llevo una de sus manos para masajear ambos miembros al mismo tiempo, Yusaku abrazó con mayor fuerza a su esposo. Quería más... quería sentirlo aun más... quería que el tiempo se detuviera en ese instante, que pasado y futuro se volvieran uno en ese presente, que el dolor y la felicidad se mezclaran en el sentimiento que ahora ardía en sus pechos. 

Estaba perdido en los hermosos ojos de su esposo, jadeando, gimiendo de forma suave, disfrutando de las caricias de su esposo sobre su cuerpo, disfrutando de sus besos. Perdido en el placer que le causaba y como una conocida calidez se formaba en su vientre, no reprimió el gemido que lanzó cuando se vino en medio de ambos vientres. Sujeto con fuerza a Ryoken aun sintiendo como su cuerpo temblaba a causa del orgasmo... miro molesto a su esposo.

- N-no te... corriste... - susurro.

- No hasta estar dentro de ti - susurro Ryoken mordiendo el lóbulo de la oreja de Yusaku.

- Tramposo - rió Yusaku - ¿Q-Qué esperas? ha-hazme... enloquecer... d-de nuevo... 

- Como usted ordene - beso los labios de su pareja mientras lo obligaba a ponerse de rodillas - Kogami Yusaku-sama... 

Nunca pensó que su nombre se escucharía tan bien con el apellido de su ahora esposo, había soñado muchas veces con eso cuando era adolescente, con compartir el apellido de Ryoken, a veces lo decía en voz alta solo para escuchar como se escuchaba y, aunque le gustaba, nunca pensó que escucharlo de los labios de Ryoken fuera mil veces mejor. 

Iniciaron aquel ritual que conocían tan bien, primero ingreso un dedo en la húmeda entrada de su esposo, Yusaku estaba tan sensible que por un momento pensó que se correría de nuevo... ambos estaban ansiosos, querían unirse por primera vez como esposos, un segundo dedo se abrió paso dentro del delicioso interior de su amado. Había dejado de contener sus gemidos, temblaba, abrazaba a Ryoken tan fuerte que comenzaba a dejar marcas con sus uñas por  la espalda de su esposo. Cuando el tercer dedo se abrio paso en su interior había llegado a su límite.

- Ryo-Ryoken... - suplico - p-por... por favor... en-entra...

- Estas muy exigente esta noche, Playmaker. Tal vez debería castigarte un poco más... 

- ¡Ca-Calla, Revolver!

 - Bromeo - rió Ryoken sacando sus dedos y mirando a su pareja - yo... también quiero... ser uno contigo... 

Se besaron. Ryoken ayudo a Yusaku a posicionarse, cuando el Omega sintió la erección de su esposo cerca de su entrada no pudo evitar soltar un gemido, su mirada se había nublado, sus ojos estaban llenos de lágrimas por la excitación, miro los ojos azules de Ryoken que contenian una silenciosa pregunta, sus ojos verdes y una sonrisa fueron la respuesta que este necesitaba para saber que podía continuar... que estaba listo para entregarse a él una vez más, pero esta sería la primera vez de muchas que se entregarían siendo esposos... como debió de ser desde hace mucho tiempo. 

Lento. Quería disfrutar del momento en el que su miembro era recibido por las calidas paredes de Yusaku, como estas abrazaban su miembro, recibiéndolo para que ambos, Alfa y Omega, principio y fin, fueran uno. Tuvo que contenerse para no correrse en ese mismo instante, la sensación de estar dentro de su amando nunca la olvidaría pero quería disfrutarlo... lentamente, casi dolorosamente como había sido su relación. Aquella era su primera vez, su primera vez como esposos, uno se sentía completo y el otro se sentía lleno... ambos se miraron a los ojos, con lagrimas y una sonrisa,  besos que sabían a dolor pero, sobre todo, el amor que se cultivo por 10 años. 

Las embestidas comenzaron lentas, la temperatura en sus cuerpos aumentaba, de sus labios los gemidos y las palabras de amor se mezclaban. Ryoken sabía donde tocar, sabía como moverse para volver loco a Yusaku, el aire llenándose del aroma de ambos combinado, las mantas blancas de la cama completamente arrugadas bajo de ellos, los sonidos de la cama chocando contra la pared, sus manos unidas como siempre debieron estar ¿Cuando fue la primera vez que se tomaron de la mano? No lo recordaba... pero no la volvería a soltar hasta el ultimo de sus días, el ultimo de sus minutos y segundos juntos. 

Sentían alcanzar el cielo, se sentían cerca del climax, cada vez estaba más cerca el final de aquel acto que habían repetido tantas veces, primero ebrios, después como sexo casual y hasta llegar a aceptar que estaban haciendo el amor desde el principio. 

- Ryo-Ryoken... n-no pu-puedo más... - logro articular Yusaku. 

- E-Espera - articulo Ryoken mirando a su esposo a los ojos - juntos... haga... hagamoslo... juntos... 

- S-si... 

Con sus manos entrelazadas, sus respiraciones agitadas sintieron como la calidez en sus vientres aumentaba, junto con suaves  "te amo" y un fuerte gemido que no intentaron reprimir de ninguna forma se sintieron liberados, Yusaku entre los vientre de ambos y Ryoken en el interior de su esposo sintiendo leves descargas debido al nudo que se había formado dentro de su pareja. 

Ryoken cayo rendido a penas soportando su peso en sus codos, Yusaku abrazaba con su mano libre a Ryoken mientras trataba de que su respiración volviera a la normalidad, siendo el sonido de su respiración agitada y sus corazones que palpitaban rápidamente los sonidos que se unían a las olas chocando contra las piedras y los grillos cantando en el exterior de la mansión.

- ¿Te sientes bien? - pregunto Ryoken mirando a Yusaku - Yu... 

Sonrió al darse cuenta que su esposo se había quedado dormido. Se recostó sobre el cuerpo de su esposo por unos segundos escuchando el corazón de Yusaku latir en su pecho, cuando el nudo se deshiciera podría salir del interior de su pareja... aunque le gustaba estar unido a Yusaku. Sonrió al pensar que no lo volvería a perder. 

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Lo primero que vio esa mañana al despertar podría ser la imagen más hermosa que jamás había visto, su esposo aun dormía sujetando su mano cerca de su rostro sujetándola con ambos brazos... como si temiera que lo que había pasado el día anterior fuera un sueño y que, al despertar, volviera a encontrarse solo. Beso la frente de Yusaku como una forma de calmar aquellos pensamientos, paso sus dedos por sobre la marca que se encontraba en la nuca de su esposo.

Miro el reloj que se encontraba sobre la mesa al lado de la cama... casi eran las dos de la tarde... aun tenian tiempo para disfrutar a solas antes que Daichi se uniera a ellos. Cerro los ojos con la intensión de dormir un poco más al lado de su esposo. Ambos despertaron una hora más tarde, se bañaron juntos, tardaron el doble o el triple de lo normal pues dentro del amplió baño de la mansión de la familia Kogami volvieron a hacer el amor, tuvieron que obligarse a vestirse y bajar a comer algo porque si, morían de hambre, pero no querían separarse del otro en ningún momento cosa que tardaran casi una hora preparando un simple huevo y pan tostado. Aunque al final se decidieron en preparar algo más complicado, de todas formas iban a tardarse. Eran lentos.

Cuando Daichi llego a la mansión encontró a sus padres desayunando a las 6:00 de la tarde en el jardín de la mansión. Corrió a abrazarlos, fue Yusaku quien recibió a su cachorro en brazos mientras lo besaba y daba vueltas con su pequeño en brazos, Ryoken también corrió a abrazarlos y besarlos a ambos, a su esposo y su hijo. Ni siquiera en sus sueños había sido tan feliz.

Los siguientes meses serían llenos de paz y tranquilidad para ellos. Una paz que solo era el preludio para una tormenta.

Continuará...

¿quien no se quedaría en blanco por alguien tan bello como Yusaku? xD iba a poner esta imagen en la escena pero me arrepentí... Igual la dejo por aquí...

4011 palabras... oficialmente el capitulo más largo que he escrito en mi vida, pero no me arrepiento de nada, la verdad es que me encantó como quedo... espero que a ustedes también.

Un enorme agradecimiento a @AnZuZuDragneel y a @LuciaLeagrove por ayudarme a crear el lemon de este capitulo!!! no habría sido tan especial sin su ayuda :3 gracias por todo, gracias a ustedes quedo hermoso. Los siguientes capitulos seran dos especiales, uno con Yusaku vistiendo la ropa de Ryoken y otro dedicado a Spectre y Takeru! 

Hasta la otra!!! Besos!!!

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