Igualdad
Cuando Daichi estaba a punto de nacer hubo una complicación. Ya que no tenia un vínculo con el padre de su cachorro sus hormonas se descontrolaron de la noche a la mañana, justo ese dia en el que tuvo la complicacion se encontraba solo en casa, Kusanagi había tenido que salir de la ciudad y Jin tenia algo que hacer, asi que estaba solo en casa.
Tal vez esa fue la primera vez que sintió síntomas parecidos a lo del celo. Sabía que si usaba un supresor en su estado podría afectar a su cachorro, pero si no lo hacía ambos morirían antes de llegar al hospital. Tenia que hacer algo, se inyectó un supresor y, como le fue posible, tomo su teléfono y marcó el primer número de su libreta.
- ¿Yusaku? ¿Estas bien? ¿Qué sucede?
- Ryo-Ryoken... ayuda...
Fue lo único que pudo decir antes de desmayarse.
Ryoken tardó menos de cinco minutos en llegar (nunca le dijo a Yusaku que había decidido visitarlo al tener un mal presentimiento), cuando llegó se apresuró a entrar con la llave para emergencias que Yusaku le había dado.
Tan pronto como encontró al Omega en el suelo, lo tomo en sus brazos y lo llevo al hospital tan rápido como le fue posible. Lo único que pensaba en ese momento era llegar al hospital, solo pensaba en salvar la vida de Yusaku y el cachorro.
- Me alegra que hayas llegado a tiempo - había comentado Kiyoshi cuando lo encontró en la sala de espera - Fujiki-kun pudo morir si llegaba unos minutos más tarde...
- ¿Como están Yusaku y el cachorro? - La pregunta sorprendió a Ryoken, no sabía porqué se preocupaba por un niño que no era suyo, tal vez solo porque era hijo de la persona que amaba, pero Kogami no parecía del todo sorprendido ante la interrogante de su hijo.
- Estables. Pero Fujiki-kun tendrá que permanecer en el hospital hasta el final del embarazo, parece que sus propias hormonas están actuando en su contra. Es una de las consecuencias de cuando un Omega que no esta enlazado queda en cinta y permanece lejos del padre de su hijo...
- Yusaku...
- Puedes pasar a verlo si quieres.
No espero nada más. Camino hacía la habitación que su padre le había indicado, tocó un par de veces antes de entrar, Yusaku lo recibió con una débil sonrisa.
- ¿Te sientes mejor?
- Algo - Yusaku trato de sentarse, pero fue detenido por Ryoken con la excusa que necesitaba descansar - Gracias... no sé qué hubiera pasado si no fuera por ti...
- Sabes que haría lo que fuera por ti - de forma casi inconsciente colocó la mano en el vientre del Omega - Me alegra que ambos estén a salvo...
- A mi también - susurró Yusaku tomando la mano de Ryoken sin apartarla - No me hubiera perdonado si algo le sucedía a este cachorro... Esta criatura... yo... es... es lo único que tengo...
- También me tienes a mi, nunca te abandonaría - susurro entrelazando sus dedos - y... también tienes a tu esposo...
- Algún día me abandonaras... encontraras a alguien para pasar el resto de tu vida y te olvidaras de mi...
- Nunca haría eso, no podría abandonarte - susurro besando la frente de Yusaku. Reaccionó y se alejó separando su mano de Yusaku - L-lo siento... n-no debí... hacer eso... debería irme...
- No. Esto es parte de nuestra relación, Shoichi lo sabe... Quédate...
Ryoken terminó aceptando.
Sin decir nada volvió a entrelazar su mano con la de Yusaku sobre el enorme vientre del Omega, esa fue la primera vez que Ryoken sintió a Daichi moverse. Por extraño que fuera sus ojos se habían llenado de lágrimas de emoción, no podía explicar porque desde antes que el pequeño naciera ya lo amaba.
Esa noche incluso se quedó a dormir en el hospital, se había recostado en la misma cama que Yusaku y habían dormido con las manos entrelazadas en una posición algo incomoda para el Alfa pero que no le importaba. Por una noche quería fantasear con la idea que estarían juntos para siempre, de tener una familia.
El día que Daichi nació había entrado a la habitación donde se encontraba Yusaku una hora antes que Shoichi, entró justo en el momento en el que una enfermera entregaba al pequeño cachorro en brazos de su progenitor. Cuando la enfermera salió de la habitación dejandolos a solas.
- Felicidades...
- Gracias... - sonrió Yusaku indicando a Ryoken que se acercara - ¿Quieres cargarlo? - Ryoken le vio sorprendido.
- N-no creo que sea lo correcto, Kusanagi-san no está presente y...
- No creo que le importe - susurró acercando el bebé a Ryoken, veía como el Alfa temblaba cuando se acerco - sujétalo de esta forma... bien...
- Es tan pequeño... Se parece a ti.
- Solo tiene unas horas, no se parece a nadie aun - rió - incluso, en este momento... podría decir que se parece a ti...
Ryoken negó con una sonrisa, no podía decir lo mucho que deseaba eso.
- ¿Ya escogiste un nombre? - preguntó mientras sostenía al pequeño cachorro en sus brazos.
- No... ¿Qué nombre crees que le quedaría bien?
- Debería ser Kusanagi-san con quien...
- Quiero tu opinión, Ryoken - le interrumpió tomando su mano.
- Me gusta... Daichi...
- Daichi - repitió Yusaku - Me gusta ese nombre...
- Entonces será Daichi - ambos se sorprendieron al ver a Kusanagi Shoichi en la puerta de la habitación - Gracias por cuidar de ellos, Kogami-san...
- Kusanagi-san - saludó Ryoken avergonzado - disculpe... debería irme...
Se despidió de Yusaku después de entregar al pequeño cachorro a su verdadero padre. Al menos tenía como recuerdo aquella fotografía que él mismo Shoichi había tomado antes de interrumpirlos, una foto en donde él estaba cargando a Daichi sentado al lado de Yusaku que sonreía... una fotografía en la que parecían una familia.
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Pero... ¿Por qué recordaba el día cuando nació Daichi justo cuando estaba estacionado frente a la guardería por la primera actividad escolar de este porque su pareja le había pedido que lo acompañara? Esas eran cosas que se supone un padre debería sentir en la primera actividad escolar de su hijo.
- No deberías estar nervioso - le regaño Yusaku mientras arreglaba la corbata de Ryoken - es solo una actividad de la guardería...
- Es la primera actividad de Daichi... no sé como puedes estar tan tranquilo.
- No lo estoy - suspiro - pero no quiero que esa mujer se de cuenta que estoy nervioso...
Yusaku le había hablado sobre la madre del amigo de Daichi, Ryu. Alfas como esa mujer hacía que se sintiera avergonzado de ser un Alfa. Desafortunadamente esas personas abundaban en Den City.
Uno de los motivos principales de Ryoken al estudiar en Inglaterra fue porque ahí había un seminario sobre la igualdad entre los Omegas, Betas y Alfas en las áreas laborales, Ryoken se había interesado en los derechos laborales de los Omega luego que Yusaku comenzara a vivir por su cuenta, después de ver lo difícil que era para este encontrar un trabajo de medio tiempo incluso con sus habilidades en la informática, además del mismo abuso que sufría por las autoridades de la universidad que asistía.
Yusaku no parecía un Omega, pero estaba obligado a presentar identificarse como uno cuando comenzaba un nuevo trabajo, muchas veces le habían rechazado solo por ese detalle aun aclarando los detalles referentes a su "enfermedad". Ver como su amigo era rechazado en cada lugar a donde iba por un trabajo de medio tiempo fue lo que lo hizo decidirse a no solo abrir una empresa, sino a encontrar una forma en la que Alfas, Betas y Omegas pudieran trabajar como iguales.
Y aunque había logrado mucho hasta el momento, aun tenia ciertos problemas por tener un asistente Omega y ahora un subordinado Omega en su empresa. Sin mencionar los otros Omegas que trabajaban en diferentes áreas de la empresa. Todos los Omegas eran igual de capaz de manejar un trabajo como lo haría un Beta o un Alfa, incluso mejor.
- Pareces un padre a punto de entrar a la primera actividad escolar de su hijo - susurro Yusaku cuando estaban a punto de entrar en la guardería.
- Lo siento... sé que no soy el padre de Daichi. No debería sentirme nervioso...
- No. Esta bien... ahora que estamos saliendo me gusta que... te sientas como el padre de Daichi... supongo que esta bien. Es lo que tiene salir con una pareja que tiene hijos...
- Sabes que siempre he amado a Daichi - tomo la mano de Yusaku - Daría lo que fuera por él...
- Daichi también te ama... por eso... eres el mejor padre para Daichi...
- Gracias... eso significa mucho para mi.
- Vaya... no esperaba volver a verle aquí, Fujiki-san.
Ryoken tuvo que detener a Yusaku antes que se girase a la mujer que había hablado para responderle de forma agresiva... o más bien sarcastica... si conocía bien a su amigo y ahora pareja, era que Yusaku no era de los que insultaban de manera directa o era agresivo a menos que fuera 100% necesario, era demasiado inteligente como para caer tan bajo.
- Veo que esta vez trae a su Alfa con usted... Al menos aun tiene un mínimo de comprensión sobre su posición.
- Agradeceríamos que guardara silencio - hablo Yusaku tranquilamente - con sus palabras pone en vergüenza a los otros Alfas presentes. Incluyendo a mi pareja.
- ¿Disculpe? - rió para luego ver a Ryoken - ¿Permite que hable así a un Alfa?
- Él puede hacer lo que quiera, siempre lo ha hecho... y debo darle la razón. Que sea un Alfa no le da derecho a creer que es mejor que nadie, ni a enseñarle a su hijo lo mismo...
- Veo que usted también ha sido influenciado por estas tonterías acerca de la igualdad de géneros secundarios... Es una lastima, cada día perdemos a más Alfas racionales en esta sociedad.
- No. Mi madre era una mujer tan desagradable como usted - Yusaku apretones mano de Ryoken al oír la mansión de la madre de este - y trato de enseñarme a ser igual a usted... Pero a mis 16 años conocí a un Omega del que me enamore. Un Omega inteligente, valiente y fuerte, que no se rinde ante nada ni nadie, que lucha por lo que ama y por lo que cree... Fue ahí cuando me di cuenta que no eres superior a nadie solo por tu genero secundario, sino por quien eres en realidad - paso su brazo por la cintura de Yusaku - vamos... No perdamos más el tiempo.
Yusaku dejo que Ryoken lo alejara de esa mujer, la sola mención de la madre de Ryoken le había dejado un poco transformado. Cuando se encontraban dentro de la guardería, cerca del salón de Daichi, se detuvo.
- ¿Yusaku?
- Gracias por eso... Esa mujer es realmente molesta.
- Odio que aun existan personas como ella... Realmente es una vergüenza ser un Alfa gracias a personas como ella...
- Lo que dijiste... ¿Era cierto?
- ¿Sobre?
- Sobre que... Antes de conocernos eras un creyente de la superioridad de los Alfas...
- De cierta forma lo era, a pesar que mi madre se fue cuando yo tenia solo 7 años, muchas de sus lecciones sobre el orgullo que debía sentir al ser un Alfa y lo superior que era sobre los Betas y, especialmente, Omegas permanecieron por mucho tiempo... Pero cuando te conocí me di cuenta que era un idiota... Lo dije antes, eres inteligente, independiente, fuerte y valiente... Eres todo lo que muchos Alfa desearían ser, eres tan buen padre como hacker, tal vez era solo porque estaba enamorado de ti desde la primera vez que te vi, pero pasar tiempo contigo... hizo que me diera cuenta que era un idiota.
- Vamos - tomo la mano de Ryoken - llegaremos tarde.
No dijo nada. Pero vio como Yusaku se sonrojaba por sus palabras. Odiaba a las personas como esa mujer... Incluyendo a su propia madre, pero... Por ahora no valía la pena pensar en ella. Por otro lado, Yusaku aun pensaba en lo que Ryoken había dicho de su madre... la sola mención de esa mujer hacía que se sintiera nervioso.
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Ryoken no pudo evitar reirse al ver a Daichi en su disfraz de perro bostezando del sueño mientras estaba en escena, completamente desinteresado de todo lo que ocurría a su alrededor.
- Realmente se parece a ti - susurro a Yusaku.
- Preferiría que no, soy un desastre...
- No lo eres...
- Pase casi 10 años enamorado de ti sin darme cuenta, me case con la intención de alejarme de ti para que pudieras enamorarte de alguien más, por dos años trate de olvidarme de ti... de alejarme... pero todo fue en vano.
- En ese caso, yo también soy un desastre.
- Si. Tienes razón - sonrío tomando la mano de Ryoken - Daichi no tiene esperanza con padres como nosotros...
- Al menos Kusanagi-san sé te confesó más rápido de lo que yo lo hice...
Tomo la mano de Ryoken en silencio y entrelazo sus dedos, aun no podía contarle la verdad completa a Ryoken, pero al menos dejaría de mentirse a si mismo...
- No había necesidad de confesarnos - susurro - yo estaba enamorado de tí y tu de mi, lo demostramos incluso frente a otros y nunca lo negamos...
- ¿Qué fue lo que cambio en mi viaje para que tu te enamoraras de otro?
- Nunca me enamore de nadie más... Simplemente - suspiro - simplemente entendí que tu merecías alguien mejor... así que... creí que si me "enamoraba" de alguien más... tu tendrías la oportunidad de hacer lo mismo
- Nadie es mejor que tu - sonrió sujetando el rostro del Omega para que lo viera a los ojos - te amo... Siempre ha sido así...
- También te amo...
La obra termino poco después con los aplausos de los padres presentes. Yusaku y Ryoken se acercarón a donde se encontraba Daichi junto a Ryu, el pequeño de cabello azul seguía dormitando mientras su amigo luchaba en vano porque no se durmiera.
- Buen trabajo, Daichi - felicito Yusaku besando a su hijo en la frente - lo hiciste muy bien.
- mmm... Tengo sueño... - susurro Daichi abrazando a su papá.
- Esta bien - susurro Yusaku. Ryoken miro a Yuya quien solo se encogió de hombros, dando autorización a los padres de llevarse a Daichi - Ven... Duerme.
- mmm...
- Gracias por esta noche, sensei - agradecionRyoken acercandose a Yuya y Yuzu - hizo un gran trabajo.
- Los niños fueron las estrellas del espectáculo - sonrió Yuya - gracias por venir, Fujiki-san, su hijo realmente es un niño muy inteligente.
- Eh... No... De hecho soy Kogami... Soy el novio del papá de Daichi.
- Oh... Disculpe... Pero el parecido con usted es increíble - Yuya agito las manos nervioso - di-digo... Daichi-kun sé parece un poco a usted... Creí que era su padre...
- Sensei - interrumpió Yusaku - esta bien... Gracias por todo. Ya es un poco tarde, Ryoken.
- Oh si... Deberíamos regresar a casa...
- ¡Ryu! - llamo una mujer desde lejos asustando a algunos niños, entre ellos al mismo Ryu que se puso de pie de un salto, Yusaku miro a Ryoken, con un gesto lo dijo todo - ¡Apresúrate, tenemos otras cosas que hacer!
Ambos vieron como Ryu miraba a su encargado rápidamente, luego a Daichi que aun seguía despierto y le miraba con tristeza. Tras otro grito de su madre, se apresuró a tomar sus cosas y correr a donde esta se encontraba.
- ¿No ha notado que su hijo es un Omega? - pregunto Ryoken a su novio - aun así cree en la supremacía Alfa...
- Dicen que los Omegas tenemos un mejor instinto para identificar el género secundario de nuestros cachorros... Pero ella parece que solo quiere ignorar que su hijo es Omega...
- Volvamos a casa - susurro Ryoken - Daichi necesita descansar.
- Si. Igual que nosotros...
Se despidieron nuevamente de los encargados de la guardería antes de salir de esta misma. Caminaron hacia el auto dejando a Daichi durmiendo en el asiento trasero y con la chaqueta de Ryoken cubriéndolo. Luego subió al asiento del copiloto, al lado de Ryoken.
- Me alegra que hayas cambiado... Ser un Omega no es fácil - susurro - todos... Te ven como una especie de parásito, una basura, incluso a mi que soy un error...
- No digas eso de ti... No eres un error.
- Sabes a lo que me refiero.
- Si - suspiro - me alegra haberte conocido, de no ser por ti no hubiera cambiado... Vamos a casa, Daichi necesita dormir.
- Vamos a casa...
Por alguna razón esas palabras le hacían sentirse bien. Había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que las palabras "vamos a casa" tenían un significado real...
Continuará...
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