Capitulo 4
El pobre estaba tan emocionado con la noticia, pero mis palabras lo hicieron perder cualquier rastro de felicidad en ese bello rostro, quiso tocarme otra vez, pero volví a apartarme, le haría saber que no soy la misma chica, el dolor te hace una hija de puta, lo haría sentir tal y como me hizo sentir él a mí tantas veces.
– ¿Quieres... comer algo?
– Quiero que me lleves a casa ¿O tomo un taxi?
– No... yo te llevo ¿Te sientes bien? No te ves bien.
– Me duele el estómago – comenzando a caminar– pero estaré bien, necesito descansar.
– Lo siento Cassandra... por todo lo que te hecho – caminando a mi lado– ¿Tienes frío?
– Solo un poco.
Se quitó el abrigo colocándolo sobre mis hombros frotando mis brazos, se sentía bien tenerlo cerca y me dolía mucho admitirlo.
– Llévalo contigo a casa, entrarás en calor así.
Metí mis brazos y dejé que él lo abrochara.
– Mira, está nevando.
Señalando tras de mí.
– Es cierto... que bonita vista.
– Es cierto... recuerdo nuestras nevadas juntos...
– Recuerdo cuando llegaste casi muerto a casa y tuve que limpiar todo tu desastre en una nevada.
Sonrió triste.
– Fueron muy astutos para engañarme esa vez.
– ¿Has hablado con Susan?
Cambiando de tema.
– Sí... bueno... no tanto como antes, es mi madre, pero está enojada conmigo por abandonarte, ella ahora sabe qué hacías y gracias a tu libro y el mío sabe qué hice yo, está enojada, dice que no me crío para ser así, menos contigo.
Mirando ambos por el ventanal del hospital.
– Es una mujer sabia, la he visto un par de días, he ido a cenar con ellos, Jake está muy grande, le va bien en la universidad, es un chico muy inteligente.
– Me alegro de escuchar eso... no he ido a visitarlos desde que salí de la ciudad.
– Tu madre sabe que estoy embarazada de ti – observándolo– le pedí que por favor no te dijera nada porque ya no teníamos nada que ver juntos, ni siquiera sabía si hablabas con ella así que... – soporté mis lágrimas– vieras lo feliz que se pone cuando voy a su casa, le encanta tocar mi vientre para esperar que los bebés pateen, Jake también está feliz, dice que será un buen tío ya que mis bebés no tendrán un buen padre.
– Vaya... – su voz se quebró– ¿Entonces ella sabe que será abuela?
– Está muy feliz...
Pasó sus manos por el rostro ¿Estaba llorando?
– Creo que deberíamos irnos.
No iba a abrazarlo, tampoco consolarlo.
– Sí... creo que sí, está haciendo frío para ti, vamos a casa... tu casa.
No quise esperarlo, caminé todo el camino hasta el auto frente a él, de vez en cuando escuchaba sus sollozos silenciosos, se me partía el corazón, pero debía aprender a pensar en mí, ya no podía seguir desgastándome como lo hacía antes, ya no podía cometer las mismas estupideces de ponerme en peligro, dejar de comer... eso no estaba en discusión, tenía otras vidas que cuidar ahora.
El camino a casa fue agotador psicológicamente, Jeff no habló en todo el camino, estaba sumergido en su propio mundo, pero cuando paró frente a la conocida casa no dejó que me quitara el cinturón.
– Dame tu móvil.
– ¿Por qué?
– Solo dámelo.
Busqué en mi bolsillo entregándoselo.
– ¿Cuál es la contraseña?
– Cero cuatro, diez.
– Esa es la fecha...
– De cuando me casé.
Viéndolo teclear con rapidez.
– ¿Por qué?
– Porque fue un nuevo comienzo, las cosas subieron a un nuevo nivel desde ahí.
– Ya veo...
Su propio móvil sonó enseñándomelo.
– Guardé tu número y también tienes el mío, si pasa algo por favor llámame, creo que vendré más seguido a la ciudad ¿Cuándo es tu próximo control?
– Julian irá conmigo.
– Yo soy el padre.
– Es en dos semanas, pero preferiría no tenerte ahí, ya me siento suficientemente mal, no quiero que mis bebés pasen un mal rato.
– Pero Cass... yo también tengo derecho de ver a mis bebés.
– Tus bebés – sonreí de mala gana tomando mi móvil– te acabas de enterar y ya son tus bebés.
– Serían mis bebés desde antes si hubiese sabido.
– Lo sabrías si no te hubieras ido.
– Me hubiese enterado si me hubieras buscado.
– ¡No voy a buscarte! ¿Sabes qué más? Adiós, no fue para nada un gusto verte.
Bajé del auto con mis cosas apresurándome a llegar hasta la entrada, toqué el timbre saltando de un pie al otro para entrar en calor, el abrigo de Jeff ayudaba, la puerta de la casa fue abierta, los gemelos salieron rápidamente observando el auto fuera de la casa.
– ¿Quién es?
– Nadie importante – frotando mis manos– estoy congelada ¿Quieren cenar?
– Pasa mujer, pasa ¿De quién es ese abrigo?
– De Gabriel, me lo prestó por hoy, ya se lo devolveré después.
Mentí.
– Tienes que tomar tus medicamentos, pedimos pizza porque era muy tarde, compramos vegetariana.
Entrando a casa con ellos.
– Gracias chicos, muero de hambre, tengo unos dolores horribles de estómago, no saben con qué idiota me encontré hoy.
Logan estaba por cerrar la puerta cuando un pie se interpuso en su camino.
– Cassandra, no quiero irme hoy... por favor escúchame, hablemos tranquilamente las cosas, hablemos...
– ¿Es un fantasma lo que veo?
Los gemelos no parecían nada de felices con su presencia aquí, deben estar dolidos por su repentina desaparición.
– De ser un fantasma podría haberle cerrado la puerta en la cara ¿Qué haces aquí? Cass no se siente bien, deberías irte.
Ambos a mis lados, protegiéndome.
Son una ternura.
– Ya sé que esos bebés son míos, estuvimos en el hospital hace un rato – levantando el papel de los exámenes – así que tengo todo el derecho del mundo a estar aquí y preocuparme de ella.
– Perdiste ese derecho cuando te marchaste ¿No ves que ella está pálida? Tiene dolores, y llegó demasiado tarde, Luke deberías darle sus medicinas, haz que coma algo.
– Está bien Logan, tú quédate con el fantasma aparecido.
Mirándole mal.
– ¿Qué sucede chicos? Pensé que ustedes me entenderían.
– Allison está furiosa contigo, ni si siquiera tuvo la oportunidad de invitarte a su boda, está de luna de miel ahora, Nate está desilusionado de ti, Susan también, Jake... le da una rabia terrible cuando te mencionan – escuchando desde la cocina– él quería ser cómo tú, una chica linda a su lado que te quería, una casa acogedora, muchos amigos, buenos trabajos... pero se dio cuenta de que no era tan así cuando nos abandonaste a todos y seguiste tu propio camino, eso no se hace – molesto– y no puedes regresar cuando se te dé la gana, las cosas no son así.
– Me fui porque pensé que era mejor para ella – la rabia era palpable en su voz– la culpa era notoria, ella casi no se casa, estuvo esperando que yo impidiera su boda y estoy seguro de que lo habría hecho si me hubiese quedado a ver como se daban el ¡SÍ! ¿Cómo iba a quedarme? Además... temía que se enamorara de Julian, él es perfecto para ella, la cuida, es bueno, yo soy una basura más, no podría soportar verle con alguien más, sé que no fue la mejor decisión, pero fue la única que encontré.
Tomé mis medicamentos observando a Luke.
– ¿Sabes? Me siento muy mareada, no tuve un buen día ¿Podrías ayudarme a llegar al cuarto? Tengo mucho frío, quiero descansar un poco.
– Claro, te acompañaré a tu cuarto ¿Te llevo pizza y té?
– Por favor – sonriendo– y gracias, sé que les doy muchas molestias.
– Hay que cuidar tu embarazo, y como vivimos juntos déjame decir que te ayudaremos en todo lo que podamos siempre, dame tu mano muñeca.
Tomé su mano, enlazó su brazo con el mío y lentamente me ayudó a llegar a las escaleras sosteniéndome bien cuando perdía un poco el equilibrio.
– Cass ¿Estás bien?
– Jeff, es hora de que dejes la casa, no querrás que ella aborte por tu culpa.
No sé qué habrá respondido, ya en el cuarto no logré escuchar más de su conversación, Luke encendió el calienta camas, corrió las mantas, me quité el abrigo de Jeff, y con su ayude quedé bien arropada.
– ¿Sabes? Podríamos acostarnos los tres aquí, trae pizza, té y gaseosas ¿Vemos Netflix?
– Podríamos ver Lucifer, mi editor está vuelto loco con esa serie, quiero ver que tan buena es.
– En ese caso le diré a Logan, haremos una pijamada hoy, que divertido.
Sonreí.
– Son los mejores chicos, no sé qué haría sin ustedes.
– La familia se cuida cariño, y a pesar de todas tus dificultades tú siempre estuviste cuando te necesitamos, hasta cuando rompí con mi novio estuviste ahí para ayudarnos a regresar, lo sacaste de la cárcel...– Acariciando mi cabello– hiciste mucho por nosotros, todos nosotros, por eso vamos a cuidarte siempre que nos necesites.
Lloré.
Putas hormonas, todo tenía mayor intensidad.
– Cuando quieras puedes confiar en mí, siempre nena.
– Lo sé, por eso eres mi gemelo favorito.
– Estoy ofendido, yo también te quiero mucho – Logan llegó al cuarto lanzándose a la cama– pero la idea suena bien.
– Logan, también eres mi gemelo favorito – acariciando su cabello– no sé qué haría sin ustedes.
– Por ejemplo sangrar en el piso, ya se fue – suspirando– está cambiado, hace mucho tiempo no lo veo con esa ropa elegante de pingüino.
– Me da igual lo que pase con su vida, no quiero tener nada que ver con él.
– Mañana vas a almorzar con Susan ¿Le dirás que viste a Jeff?
– Supongo que tengo de decirle, después de todo saldremos en las noticias, nuestros libros son la sensación luego de lo que pasó con La Academia.
– Mañana es la última cuota del apartamento, ella debe estar muy feliz, te quiere mucho.
– Estoy feliz por ella, ha vivido momentos muy tristes, me alegro de que la vida le sonría.
– Conozco esa mirada – señalándome– ni se te ocurra pensar en volver a decaer, tienes más responsabilidad que tú propio cuerpo solamente.
– Lo sé, no estaba pensando en eso – encogiéndome de hombros– le dije a Jeff que no volvería a caer, tampoco lo buscaría, es tiempo de que alguien pelee por mí alguna vez, mucho esperé de él y no recibí nada a cambio.
– Es la decisión más sabia que podrías tomar, maduraste mocosa.
Desordenando mi cabello se levantó.
– Iremos por la cena, busca la serie por Netflix.
– Y ponte en el centro para que nos hagas un lado, será noche de chicas.
– Ustedes no son chicas.
Riendo.
– Pero podemos hacer las mismas cosas que ellas, somos perrísimos corazón, ya verás.
Guiñándome un ojo, mis gemelos favoritos se marcharon.
Cuando por fin pensé que estaría en paz, mi móvil comenzó a sonar, asustada, miré la pantalla pensando que se trataría de Jeff, pero solo era Susan. Me relajé presionando el botón verde colocando el aparato junto a mi oreja.
– ¿Bueno?
– Hola Susan ¿Cómo estás?
– Bien cariño, perfectamente, solo... llamaba para preguntar cómo están tú y mis sobrinos, te vi en televisión y tu rostro me lo decía todo, no sabías que él estaría ahí ¿Cierto?
Suspiré.
– No tenía ni la menor idea, no sabes el disgusto que me di, además... no me creyó cuando le dije que eran sus hijos.
– ¿Mi hijo se golpeó en la cabeza o qué? Cass cariño... lo lamento tanto...
– Resumiendo, tuve que someterme a un examen de paternidad prenatal, no te imaginas el tamaño de la aguja, tengo el estómago duro y me duele un montón, quiero medicarme hasta caer dormida pero mi doctor me dejó muy en claro que tengo que evitar las pastillas que él no me ha recetado.
– Y tiene toda la razón – sonaba triste– mañana te haré algo delicioso para comer ¿Qué dices de una lasaña de berenjena? Es tu comida favorita.
Este tiempo en libertad Susan se ha comportado como una verdadera madre, se preocupa por mí, me acompaña a los controles, compra ropa de bebé... es... es como si mamá me la hubiese enviado para no estar sola.
– Suena delicioso, te queda muy rica esa lasaña, gracias Susan, y dime ¿Qué quieres que lleve para el té?
– ¿Una tartaleta de manzana? – río– Jake insiste en que es su favorita, le encanta como la preparas.
– Entonces eso llevaré – los gemelos regresaron al cuarto acomodando las mesas sobre la cama– ¿Nos vemos mañana entonces? Es noche de películas con los gemelos.
– Claro pequeña, y si ocurre cualquier cosa, no te sientes bien, te duele demasiado, no dudes en llamarme, estaré ahí para ti.
– Claro Susan, te llamaré si ocurre algo, pero ya me voy sintiendo mejor, gracias por preocuparte tanto por mí.
– No es nada cariño, tú eres como mi hija y esos bebés son mis sobrinos, siempre estaré para cuando me necesites, te quiero mucho.
– Yo también te quiero mucho Susan – acariciando mi vientre– nos vemos mañana.
– Nos vemos cariño.
Corté la llamada depositando el móvil en la bandeja frente a mí.
– ¿Susan? Esa mujer es un encanto.
– Lo es, se disculpó por Jeff, dice que me vio en las noticias –suspiré– ¿Sabían que Jeff sacó un libro?
– Ni puta idea ¿Es en serio?
– Lo peor es que se trata de nosotros, es como la versión masculina de mi historia – tomando mi bolso– este es, se llama Gritos de media noche.
– ¿Tú compraste esto?
– Él lo metió en mi bolso antes de ir al hospital.
– Así que comprobaste la paternidad.
Extendí el documento mostrándoselos.
– Era más que obvio de quien eran, pero con esto él me creyó, él pensó que eran de Julian... me dijo muchas cosas feas, me dijo puta... les juro que me sentí realmente humillada, me dijo que regresaría por mí, me reclamó que por qué no lo busqué y adivinen con quien estaba.
– ¿Qué mal nacida creyó poder con el Maddog?
– Melanie, la maldita estúpida de la fraternidad, le dijo bastardos a mis hijos – apretando los puños– estoy muy enojada, muy dolida... a pesar de que me defendió... ya no es lo mismo, no pienso buscarlo, ya es hora de que alguien pelee por mí, le dije que no me iba a separar de Julian y que él le daría su apellido.
– Pero todos sabemos que tus hijos tendrán tu apellido, no el de Julian.
– Lo sé – encogiéndome de hombros bebí un sorbo de té– solo quería herirlo, pero bueno... las cosas suceden por algo, además Julian llegará mañana, Gabriel lo llamó porque estaba preocupado, tomó un vuelo en clase turista, así que... esto quedará solo como un mal episodio nada más.
– Lo enfrentas mejor de lo que esperaba.
– De hecho te ves mejor de lo que pensaba antes de subir, estaba muy preocupado, Jeff no tiene derecho a ir y volver cuando se le dé la gana.
– Dejemos de hablar de él y concentrémonos en la serie – dando play– esto quedará en el pasado, no tengo intenciones de volver a verlo.
– Por la madurez de Cass, su fortaleza, su fuerza interior, los huevos de acero y los pequeños que están por venir.
Levantando sus vasos con gaseosa.
– Por nosotros.
Terminé el brindis chocando mi tasa con sus vasos, entonces comenzamos a ver Lucifer, lo único que puedo decir... diablo llévame.
Logan y Luke se durmieron abrazando mi estómago, era una escena muy dulce, estos chicos eran un completo amor, no sé qué haría sin ellos.
– Veamos qué tanto escribió en su libro – tomando este, busqué la primera página– me tomaste por sorpresa y no es fácil sorprenderme Jeff...
Entonces comencé a leer.
"Para el amor de mi vida, quien me hizo conocer la mejor versión de mí mismo, y qué perdí"
– Bueno... ya me interesó.
"PROLOGO.
Aquí, parado en una tierra extraña, en una casa que no es la mía.... Viví la peor despedida de mi vida, la mujer que amo firmó un contrato vendiendo su vida y su libertad a La Academia a cambio de mi vida ¿Saben la mierda que se siente eso? ¿Quedarse de brazos cruzados mientras sabes el infierno que ella va a vivir? Todo lo que pude hacer fue aconsejarla, amarla como se merecía, abrazarla por todo el tiempo que desperdicie alejándola y decirle por fin que la amaba... porque antes de ir a España jamás se lo dije, siempre intenté mantenerme al margen de los sentimientos, no quería reconocer que esa hermosa castaña de ojos verdes me volvía loco, no quería admitir que siempre ocupaba cada espacio de mi mente, y que únicamente ella regresó mi corazón a su estado original, latía por ella y jamás tuve la valentía para decírselo, y ahora... ahora que por fin se lo dije... la perdí"
– Vaya... creo que este libro será muy informativo después de todo.
Una de la tarde, tomé el auto de Allison y Nate para ir a comer con Susan, la tarta en una linda bandeja plástica para no estropearse por el camino, entonces emprendí camino, era bueno tener licencia y saber manejar, le agradezco a Jace por enseñarme, fue más fácil sacar la licencia en La Academia.
Estacioné en los lindos estacionamientos del condominio de edificios, saludé al portero, anunció mi llegada, Susan autorizó mi ingreso y entonces subí con mi linda tarta en las manos y bien abrigada, el frío me congelaba la nariz y la nieve no ayudaba nada.
– ¡Hola Susan!
– Hola cariño... ¿Cómo estás? ¿Te sientes mejor?
– Aún me duele el estómago, pero pronto estaré mejor.
– No deberías estar acá joder, apenas mamá mencionó a Cass te volviste loco, a ella no le haces bien ¿Lo entiendes?
– Yo soy tu hermano, yo debería estar aquí.
– Ella es mi cuñada y mis sobrinos son los que están en su vientre, y si le pasa algo a ellos por tu culpa jamás te lo perdonaré.
– Solo quiero hablar con ella, deberías ayudarme.
Miré a Susan sin dar crédito a lo que escuchaba.
– ¿Está aquí?
– Yo no lo invité.
Suspiré.
– Creo que debería irme.
– Cass – apareció por la puerta– Hola de nuevo ¿Cómo te encuentras?
– Te vas tú o me voy yo – entregándole la tarta a Jake– tu favorita, espero te guste.
– Gracias Cass... lo siento, intenté hacer que se fuera antes de que llegaras.
– Tranquilo Jake, es tu hermano y no lo ven hace tiempo, creo que yo debería irme – sonriendo– disfruten la tarta, vendré en otra oportunidad.
– Pero Cass, vine también para estar contigo.
Tomando mi mano.
– Cass, cariño, hice tu almuerzo favorito, al menos deberías probarlo.
– Jeff... suéltame.
– Cassandra, no voy a desistir, lo sabes.
Sujeté mi estómago.
– ¿Qué parte de no me haces bien no entiendes? – soltándome– lo siento Susan, vendré a verlos en otra ocasión – acariciando su mano– felicidades por la casa.
– Gracias a ti por lo que has hecho por nosotros, lo siento hija... no volveré a decirle que vendrás.
– Jake... deberías acompañarla a casa.
– Tienes razón, vamos cuñada, yo te llevo – rodeando mis hombros– ¿Pasamos por un helado? El de chocolate es tu favorito, te hará sentir mejor.
Caminando hasta el ascensor.
– Mamá... ¿Qué puedo hacer? La perdí.
Se escuchaba tan perdido... no quería ponerlo en contra de nadie, pero los hechos hablan por sí solos, Jeff... la jodió, metió la pata hasta el fondo, y no pensaba hacer nada para mejorar su imagen.
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¡HOLA NENAS HERMOSAS! CÓMO LES PROMETÍ, REGRESÉ LO ANTES POSIBLE PARA TRAERLES UN NUEVO CAPITULO, DEBO SER SINCERA, SE ME PARTE EL CORAZÓN PORQUE AMO A JEFF, PERO CASS ESTÁ EN TODO SU DERECHO DE SER HOSTIL CON ÉL ¿QUÉ CREEN USTEDES?
¡RECIBO TODO TIPO DE IDEAS! USTEDES SABEN QUE SIN USTEDES, ESTA TRILOGÍA NO SERÍA NADA.
LES MANDO UN BESOTE A TODAS USTEDES.
QUE TENGAN UN LINDO FIN DE SEMANA.
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