Capitulo 18

El frío recorrió desde la punta de mis cabellos hasta el dedo pequeño de mis pies, comencé a sudar frío, mis manos temblaban, mis bebés pateaban con insistencia, odiaban a ese sujeto al igual que yo.

– Me recuerdas, eso es bueno.

– Aléjate de mí, ya no te pertenezco, ya no soy parte de La Academia.

Observando a mi alrededor, la gente estaba observándonos curiosos.

– Vine en son de paz – Quitó su rostro siniestro extendiendo su mano hacia mí– aproveché la oportunidad, estabas sola, tenía que venir.

– ¿Crees que voy a creer eso? –Golpeando su mano, levantándome sola– sigues siendo el mismo bastardo psicópata de siempre.

Abrazando mi vientre, protegiendo a mis hijas.

– Lo sé, hay cosas que me ha costado cambiar, verás... estoy visitando a un psicólogo y a un neurólogo para tratar mis problemas, omitiendo claramente que fui un oficial de la academia, por cierto, mi nombre es Alain, no Oficial Nazi.

– A qué viniste.

Observando de reojo a Jeff, estaba haciendo su pedido completamente ajeno a lo que sucedía aquí.

– Dejé un regalo para ti en casa de Jeff mentirosilla – se acercó sujetando un mechón de cabello– ¿No que estabas embarazada de Julian? ¿No que estabas casada con él?

Apretó mi cabello cambiando su rostro otra vez.

Parecía un trastornado.

– Suéltame.

Quise hacerme para atrás pero no me soltó.

– Julian era un partido exquisito, siempre lo disfruté, su cuerpo era... majestuoso – gimió– el tuyo también, no creas que me olvidé de ti, oírte gritar siempre fue muy placentero para mí – bajó la mirada observando mi vientre– a mí no me gustan las mentiras ¿De quién son?

– Aléjate de mí ¡Ahora!

– Solo quiero saber eso, no haré nada malo ¿Está bien? No te asustes – cubriendo mi boca– No grites, solo estoy curioso, te he seguido porque quiero saber de quien joder son esos niños que llevas.

Un segundo... dos... tres...

No iba a caer en su juego, ya no tiene control sobre mí.

Levantando mi pierna con una agilidad que no recordaba tener, pateé sus pelotas con fuerza, aproveché la inclinación de su cuerpo para golpear con mi rodilla su nariz, entonces retrocedí dos pasos para alejarme de ese enfermo animal.

Ya con mi boca descubierta, reuní todo el aire en mis pulmones.

– ¡Jeff! ¡Ayuda!

La gente volteó, un par de señoras se acercaron para saber si estaba bien, otro grupo llamó a la policía.

– Cass ¿Estás bien? ¿Qué pasó?

Corrió hacia mí abriéndose paso entre la gente.

– El oficial, me estaba siguiendo, comenzó a decir cosas raras, dijo que dejó algo en el departamento, tu departamento, no confío en él, es un maldito psicópata, empezó a hablar de sexo de pronto – sintiéndome asqueada– él debe estar tras las rejas, es un peligro público.

– Llamaré al edificio para que registren el departamento, tú no te preocupes de nada – besando mi coronilla abrazándome– estás temblando nena, tranquila, sabes que nunca permitiré que te hagan daño.

– Señor, yo lo vi todo, ese hombre estaba acosando a su esposa, llamé a la policía así que pronto se lo llevarán.

Los padres de familia que salieron en mi ayuda, mantenían al Oficial Nazi bien sujeto y golpeado en el piso para que no se le quedaran ganas de volver a molestar a otra mujer en su vida.

– Gracias señora, por socorrer a mi esposa, sujetos como ese deben seguir sueltos, son unos malditos enfermos.

– Ella le decía Oficial Nazi ¿Es acaso la escritora que destapó las atrocidades de La Academia?

– Sí... soy yo...

Avergonzada.

– Benditos tus hijos por la fuerte mujer que es su madre – sostuvo mis manos– vi esos golpes que le diste, todas deberíamos saber un poco de defensa personal para defendernos de psicópatas como ese Oficial del infierno. Eres muy valiente linda, cualquier mujer en tus zapatos se hubiese congelado.

– Espero que mi libro logre llegar a todas las manos de las chicas que viven situaciones como estas a diario, que alcen la voz y logren decir basta, un psicópata es un hombre cobarde que utiliza la agresión verbal y psicológica para afectar a sus víctimas, un buen golpe y jamás volverán a saber de ellos.

Hablando con las mujeres sobre la importancia de saber defendernos a la hora de enfrentarnos a situaciones de peligro, pasé los lentos minutos hasta que la bendita policía llegó para llevarse al sujeto ¿Lo peor? No pudimos ir de compras, perdimos toda la mañana en la comisaría, dando declaraciones, testimonios de las personas, videos de los morbosos que capturaron el momento, todo lo necesario para que ese idiota se pudriera en la cárcel con el resto de bastardos de sus compañeros, lo siguiente en la lista de nuestras preocupaciones era el famoso regalo que dejó para mí en el departamento, los guardias revisaron cada rincón minuciosamente, todo lo que había era una enorme caja con diplomas dentro, todos llevaban mi nombre, cada uno era diferente, idiomas, danza, canto, bartender, barista... cada rol que aprendí en La Academia, por cada uno de ellos había un diploma, y revisando su autenticidad en línea, nos dimos cuenta de que todos estaban legalmente registrados en prestigiosas universidades ¿Favores que le debían al Oficial? Probablemente ¿Por qué? Jamás iba a saberlo, no pensaba ir a visitar a ese bastardo a la cárcel, pero al menos dejó un buen regalo Julian también tenía los suyos.

Maldito Julian.

– ¿Se encuentra bien señora Cassandra? No tiene buen rostro.

Observándome a través del espejo de mi camerino.

– Estoy bien, solo pasé un susto grande hoy.

– Yo... no debería mencionarlo, pero... creo que todos vimos el incidente que tuvo, está en línea, el video es tendencia ya que se trata sobre usted.

Maldita sea.

– Ya veo... – suspiré– bueno, será más fácil que estar dando explicaciones por todas partes.

– Cassandra, no quise molestar antes, pero ya que hablan sobre eso – Gabriel se acercó– tu móvil no deja de vibrar, llama tu padre, llama tu abuela, llaman tus amigos, tu esposo... – suspiró– ¿No quieres postear algo en tus redes sociales? Así todos tus familiares, amigos, conocidos y tus seguidores que te están reventando la bandeja de entrada sabrán que estás bien.

La que suspiraba ahora era yo.

– Está bien, grábame y súbelo a mis redes sociales, tienes razón, debería avisar que no me pasó nada.

– No fue algo simple Cassandra, te encontraste con uno de los oficiales, más aún, uno de los que te maltrató ahí dentro, todos deben estar preocupados.

– Lo sé, es que no tenía ganas de contar la historia una y otra vez – la chica terminó de maquillarme, el peinado estaba listo– grábame ya, en pocos minutos debemos ir al set.

– Claro – levantando mi móvil– tu cuenta todo lo que quieras, di que estás bien, tranquiliza a quien vea esto al otro lado de la pantalla, solo sé tú querida, brilla con esa intensidad que solo tú posees.

Sonreí ante sus palabras y un poco más tranquila comencé a relatar lo sucedido, agradecía tener un manager que se encargara de contestar todos los mensajes en mi móvil, así podría concentrarme en lo que se venía ahora.

– ¡Quince segundos para estar al aire!

Todos corrían de un lugar al otro, este era un programa en vivo, debía salir bien.

– Tranquila, lo harás estupendo – Jeff me animó– terminará pronto y ya podremos ir a casa.

Un chico comenzó a contar desde cinco para que supiéramos exactamente cuando debíamos comenzar. Primero una cancioncita molesta, luego la presentadora hizo su aparición.

– ¡Buenas tardes mundo! – aplausos falsos llenaron la instancia– Primero que todo, debo agradecer a Cassandra Scott y Jeff Parker por visitarnos el día de hoy y desnudar su vida privada a todos nosotros.

Saludando y siendo modestos en todo momento, nos levantamos y sonreímos a la cámara.

– Comenzaremos con las damas, luego iré por ti galán – rio. Que graciosa mujer, nótese mi sarcasmo– quiero comenzar hablando sobre el incidente que tuvo hoy ¿Se encuentra usted bien? ¿Ese hombre rubio era conocido suyo?

Probablemente ella sabía todo, pero aquí me tenía, Gabriel explicitó en más de una ocasión que debía responder a todas y cada una de sus preguntas, con buena disposición y sin mentir, así que debía de dar las explicaciones de nuevo.

– Sí... como verá, ese hombre fue uno de los oficiales a cargo de mí y de Julian cuando estábamos en La Academia, nos maltrató de todas las maneras que se les puedan ocurrir, fue... terrible, nos generó un trauma terrible a ambos. Hoy se apareció frente a mí exigiendo un montón de cosas, recordándome lo que hacía con nosotros cuando éramos... prácticamente sus juguetes, utilizó la fuerza conmigo sujetando mi cabello sin dejarme ir, pero como probablemente vieron en el video, me defendí, porque él fue mi agresor en mi pasado, uno que odio completamente, pero que me enseñó bien a como debía defenderme, recordé que ya nada me ataba a ese mundo, nada me impedía reaccionar como quería hacerlo. Que esto sea un ejemplo para todas las chicas vulneradas, jamás es tarde para decir basta, todas guardamos una fuerza interior, una valentía que está ansiosa por salir, no la guarden, cuéntenle a alguien lo que está pasando, enfréntenlos, verán que sus vidas darán un cambio radical, si no me creen, solo véanme a mí, yo soy el claro ejemplo.

– Lindas palabras señora Cassandra, pasó un susto de muerte hoy, por suerte el guapo hombre a su lado estaba para socorrerla – inclinándose hacia nosotros– yo creo que todo el mundo quiere saber sobre el tipo de relación que tienen ustedes dos, parecían muy cercanos en el video de nuestros caza noticias.

– Estamos saliendo.

Dijo Jeff sin inmutarse.

– ¿Saliendo? Pero ¿Cómo? La señora Cassandra está casada con su ex compañero, Julian Scott ¿Cómo es que están saliendo?

Esta mujer ya no me estaba agradando.

Tras de ella Gabriel repetía con mímicas mis ejercicios de relajación.

Lo sé Gabriel, no explotaré... aún.

– Julian y yo nos casamos para aparentar a los ojos de La Academia, era una de las formas de salir de ese lugar. Entre nosotros no existe más que amistad, es más, Julian es como un hermano para mí, siempre nos cuidábamos.

– Entonces ¿Los bebés no son suyos?

Gabriel, esta mujer me va a terminar tocando las pelotas ¡Y te juro que yo no respondo!

– Los bebés son de Jeff – las personas en el publico hicieron ese irritable sonido de sorpresa– él y yo éramos novios antes de casarme, si me embarazaba saldría inmediatamente de La Academia, y así fue –mostrando mi tatuaje– esta es la marca que le ponen a cada Liars que se embaraza, es una prueba de que ya no le servimos al lugar, pero al mismo tiempo prueba que fuimos humilladas por él.

– En cuanto supe que yo era el padre, retomamos nuestra relación, yo rompí con ella cuando se casó, creí que sería más fácil si entraba en su rol de esposa si yo estaba lejos.

– ¡Vaya... esto es toda una telenovela! ¿Ustedes sabían del libro que publicaría la otra persona?

– No teníamos idea – Jeff respondió– nos encontramos por casualidad en una de las ferias del libro, fue una gran sorpresa, no nos veíamos hace meses.

– Llámenlo destino, alguna fuerza cósmica quiere que ustedes continúen encontrándose hasta obtener su final feliz.

Estas mejorando perra sin filtro.

– Este puede ser nuestro final feliz.

Me sonrió feliz.

– ¿Su esposo está de acuerdo con esta nueva relación? ¿Siguen hablando?

– Julian y yo tenemos parejas en estos momentos, pero dudo mucho que logremos separarnos en un futuro próximo – mentí, no quería dar detalles de la pelea que tuvimos– él es muy importante para mí, un hermano mayor que quiero en mi vida. Podrá terminar nuestra relación como "Pareja" pero el lazo que nos une es aún más grande que un simple contrato.

– Vaya... Usted señor Jeff ¿No está celoso por como habla Cassandra de su esposo?

Me retracto, sí la odio.

– Claro que no ¿Por qué debería? Yo fui Player en ese lugar, entiendo como es la lógica de La Academia, entiendo por qué se necesitan el uno al otro, yo los vi sufrir y lamentablemente no podía hacer nada o ellos sufrirían las consecuencias. Le confié a Julian lo más importante que tengo en mi vida, y bueno, ya vio cómo resultaron las cosas.

– ¿Hace cuanto tiempo se conocen? ¿Cómo se conocieron?

– Esa historia es un poco larga.

– Pero es nuestra historia – mirándonos sonrientes– así que contaremos cada detalle.

– La primera vez que la vi fue en la fiesta de una de sus amigas, yo acompañaba a su ex novio, el chico aún estaba obsesionado con ella...

Pregunta tras pregunta, logramos superar esta difícil prueba, no estaba acostumbrada a que la gente hurgara en mi vida sin inmutarse, ni que yo estuviera obligada a responder a cada uno de sus ataques. Definitivamente odiaba hacer entrevistas.

Agotados mentalmente, fuimos directo a casa, nos bañamos, ambos nos pusimos ropa cómoda y comenzamos a revisar diploma por diploma, cada uno de ellos era real.

– ¿Cómo joder hizo todo esto?

Viendo los cuadros repartidos por todas partes.

– No lo sé nena, pero tranquila, estando yo cerca no te pasará nada.

– Entró a tu departamento, abajo hay guardias, hay cámaras por todas partes ¿Cómo lo hizo? No pudo haberlo hecho él solo.

Me abrazó.

– Pronto nos iremos de aquí nena, con esto que pasó, que te pasó a ti, ya que eres una figura publica ahora, las personas comenzarán a tener mayor cuidado, la policía abrió una investigación para verificar que arrestaron a todos los Oficiales – apoyando su mentón en mi hombro, estaba sentado tras de mí en el piso– en la entrevista diste buenas pistas para que supieran separar a los Oficiales de las personas normales, todo esto se acabó, si es que queda un próximo lunático, lo pensará muy bien antes de acercarse otra vez.

Mordí mi pulgar.

– No voy a tener miedo, hoy pude defenderme sola de ese Oficial, puede que sea a quien más le temía, era... muy cruel, así que, si puedo con él, puedo con todo quien se atreva a molestar mi tranquilidad.

Sonriendo otra vez.

– Así es, eres una chica realmente impresionante, no hay nada que pueda contigo.

– ¡Compré pizza! ¿Quién está listo para engordar conmigo?

– Me arrastró por todo el centro buscando comida, al final se decidió pizza ¿No creen que está loca? Me duelen los pies con estos malditos zapatos y aún así me obligó a ir con ella.

Apareciendo en nuestra visual.

– Ustedes dos deberían conseguir un cuarto con urgencia.

Riendo.

– ¿Yo con esa mandona? Ni que consumiera un kilo de coca y dos botellas de tequila.

– Con eso estarías muerto cariño – sonriendo con fingida gracia– además, mis estándares son demasiado altos para revolcarme contigo.

– Si lo hicieras intentarías atraparme, soy muy bueno.

– Si eres muy bueno, ayúdame con las cosas, iremos a la cocina a preparar la cena mientras la feliz pareja termina de hablar, interrumpimos su momento.

– Tú comenzaste a gritar y les reventaste la burbuja.

– ¿Me culpas a mí?

Sus voces poco a poco fueron apagándose debido a la lejanía.

– ¿Son todo un caso no?

– Claro que sí, y ahora que me iré de este departamento estos dos de seguro terminan cogiendo.

Levantándose para luego ayudarme a mí.

– ¿Y nosotros? Terminaremos cogiendo esta noche.

– Esta y todas las noches preciosa – besando mis labios con dulzura– oye nena, ay algo que quiero consultar contigo.

– Dispara.

Hechizada por sus hermosos ojos grises.

– Ya que vas a... divorciarte ¿Qué dices si nos casamos? No tengo dudas sobre esto, eres la mujer de mi vida, quiero pasar el resto de mis días contigo Cassandra.

Su mirada expectante, su sonrisa, sus manos temblorosas.

Jeff Parker estaba nervioso, pocas veces lograba verlo así.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top