capitulo 10
Me fue imposible pegar un maldito ojo en toda la noche, estaba tan enojada, me sentía malditamente estúpida por obedecer al corazón ¿Cuántas veces más me jugaría una mala pasada para darme por enterada que es al cerebro al que debo seguir? Definitivamente yo no aprendo.
– Bien, me aburrí.
Seis de la mañana, tomé mi ropa y me vestí abrigada, fuera no llovía pero sí corría un frío viento de puta madre, Julian aún no llegaba, mi abuela estaba dormida aún y yo quería hablar con alguien, así que caminé hasta el establo donde los animales descansaban, les di comida, cambie sus aguas, limpié sus espacios y abrí las puertas para que estiraran las piernas, así alivianaría el trabajo de mi abuela.
– Carlota preciosa ¿Qué dices si me acompañas a la casa? – poniendo los cubre pesuñas que mi abuela le hizo para que no ensuciara la casa– así le cocinamos algo a la abuela mientras hablamos nosotras.
Mugió en respuesta siguiéndome en el ya conocido recorrido hasta la casa, paró en la entrada, le quité los cubre pesuñas y entró a la casa sentándose junto al sofá, su lugar favorito.
– Tan limpia como siempre preciosa.
Luego de quitarme las botas, calcé las pantuflas y cerré la puerta sintiendo el calor familiar abrazar mi cuerpo.
– Bien Carlota, mi abuela adora las masas dulces, le haremos un pie de limón ¿Qué dices?
Mugió bajito acercándose un poco, esta vaca es como tener un perro, entiende todo tan bien...
– Bien, esa respuesta me parece afirmativa, haremos la masa primero.
Buscando los ingredientes dentro de las gavetas, puse todo sobre el mesón, tomé el molde y comencé a armar todo, que buena sorpresa le daría a mi abuela Paula, ella se merece el cielo.
Nueve de la mañana, fui sorprendida quitando el pie del molde para cortar una tajada y ponerlo sobre el plato favorito de mi abuela, tenía el té de hoja listo, pan caliente, la mesa completamente ordenada.
– Princesa ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué despiertas tan temprano?
– Quería darte una sorpresa abuela, cociné esto para ti.
– Ay cariño – tocó su pecho acercándose a la mesa– ya sabía yo que algo estaba sucediendo, desperté por el olor delicioso de la comida, esto tiene buena pinta.
Frotando sus manos.
– Sientate, te serviré algo de té caliente, acabo de prepararlo.
– Deja ir a liberar los animales y regreso mi niña, serán solo unos minutos – apresurándose a la puerta– hola hermosa.
Acarició a Carlota.
– Abuela ya los solté, también los alimenté y les di agua, limpié los establos, y traje a Carlota a la casa, así que todo está listo para que te sientes a comer con total tranquilidad.
– Vaya... que hacendosa es mi pequeña, cuida esa panza cariño – acercándose a mí besó mi vientre– buenos días a mis retoños preciosos también ¿Dejaron dormir a su mami anoche? – acariciando mi panza sintiendo sus movimientos– tan enérgicos desde tan temprano, hacen muy feliz a su abuela.
Se estiró acercándose a la mesa.
– Yo te sirvo abuela, tu solo relájate y dime que te parece.
– El olor de esto ya me dice que está delicioso, hasta babeo cariño, imagínatelo – tomando un trozo lo llevo a su boca– está rico, muy rico hija, Dios... – tomó otro trozo– está en su punto justo de acides, el merengue está de puta madre ¿Dónde está Julian? Debería probar esto también.
– No llegó a dormir anoche.
Sonreí.
– ¿Qué no llegó? ¿Sabes si está bien?
– Yo creo que está de maravilla abuela, así que no nos preocupemos por él, es más, hoy saldré al centro comercial, quiero comprar un par de cosas a mis bebés.
– ¿Tú sola? Hace frío y podría llover, además no traes auto.
– Tomaré un taxi, no te preocupes, estaré bien.
– ¿Llegarás antes del almuerzo?
– Yo creo que sí, es temprano aún.
– En ese caso, te estaré esperando con una sopa calentita.
– ¿Es mucho pedir que...?
– Solo verduras, eres vegetariana preciosa, lo recuerdo ¿Era sobre eso?
– Sí – reí, cómo me conocía esta mujer– tus sopas son las mejores abuela, estaré deseando probarla cuando regrese.
– Entonces más nos vale comer rápido, entre más rápido comas, más rápido regresarás preciosa.
– ¿Qué esperamos entonces? A comer.
Así transcurrió mi mañana, comí, ordené las cosas con la abuela, me abrigué y salí a la calle tomando un taxi que me llevó directo al centro, pasee por cada tienda que tuviera ropa de bebé, compré pañales, chupones, mamaderas, termómetros, mitones, zapatitos... Dios... me estaba volviendo loca con las compras, esto me entusiasmaba como no tienen idea.
Estaba a punto de comprar un coche doble cuando mi móvil sonó llevándome de vuelta a la realidad ¿Dónde me llevaría el coche? No podía comprarlo, no aquí al menos.
– ¿Diga?
Sin observar el identificador.
– Cassandra, la jodí en grande.
– ¿Julian?
Observé la pantalla, era su número.
– ¿Qué pasó?
– ¿Dónde estás?
– Centro comercial, estoy comprando cosas para los bebés ¿Estás bien?
– Voy para allá, y sí, estoy bien, pero desperté desnudo en la cama de Camille, al parecer bebí demasiado anoche, ella es guapa y... terminé revolcándome con ella, ahora no sé cómo mirarle la cara.
– Mi amigo no es un cobarde, no puedes escaparte pendejo – tomando unos gorritos con orejitas– despiértala, hablen las cosas como dos adultos, no es como si la hubieras deshonrado ni nada por el estilo, ella te encuentra guapo, probablemente se desilusionará si despierta y no te ve ahí, pensará que algo hizo mal.
– Con toda sinceridad, ella no hizo nada de mal, es más, lo hace muy bien, todo joder, baila, se divierte, bebe como albañil recién pagado y no le pasa absolutamente nada, es caliente... es... es una maravilla en la cama, y tiene un tatuaje entre sus pechos, uno muy bonito.
– ¿Entonces amigo? ¿Serás un cobarde y te perderás del sexo mañanero y conversación agradable o te quedarás como todo un hombre?
– Irnos no, quedarnos – la malicia era palpable en su voz– Pero ¿Y tú?
– Yo estoy bien, disfrutaré del día con mi abuela.
– Mañana nos vamos ¿Cierto?
– Yo me voy, tú puedes quedarte cuanto quieras, mi abuela feliz te deja usar mi cuarto.
– Llegamos juntos, nos vamos juntos, no quiero que te sientas mal otra vez y yo esté demasiado lejos para socorrerte.
– No soy una damisela en peligro, aprovecha tus días aquí amigo mío, necesitas vivir tu vida y no cuidar la mía todo el tiempo, quiero que salgas y conozcas chicas sin preocuparte de cómo estaré yo.
– ¿Me estás diciendo qué...?
– Has lo que se te de la maldita gana Julian, solo quiero que seas feliz, yo estoy de maravilla y así seguirá siendo, así que no te preocupes por nada, disfruta tu día.
– Eso haré – casi podía verlo sonreír al otro lado de la línea– gracias Cass, por tu apoyo, por todo.
– Tú siempre has estado para mí, así que yo quiero estar para ti. Parece que Camille te agrada y necesitan tiempo para conocerse, tiempo para saber si es algo carnal y pasajero o realmente significa algo para ti, quédate todo el tiempo que necesites.
– Hablemos eso cuando te vea ¿Sí? Estaré por la tarde en casa.
– Está bien, nos vemos Julian.
– Nos vemos nena.
Sonreí ante la pantalla guardando el móvil otra vez.
– Ya es hora de que te busques una novia tarado.
Animada seguí viendo ropa de bebé, yo sería feliz si al menos uno de nosotros lograba rehacer su vida por completo, sería feliz si al menos él lograba conseguir su final feliz.
Once de la noche, ya lista para ir a la cama, Julian apareció por la puerta del cuarto sonriendo culpable, traía una bolsa entre las manos que puso frente a mí.
– Chocolate ¿Me perdonas?
– No tengo nada que perdonar, pero acepto los chocolates, me lavaré los dientes otra vez más tarde – tomando uno de la caja– Que delicia...
– Los compramos con Camille hoy, la invité a salir, quería saber si era algo físico pero la verdad es que me divierto mucho con ella, es divertida, hace locuras todo el tiempo, tiene un lenguaje tan... vulgar como el tuyo, ya entiendo por qué son amigas, a ambas les faltan tornillos.
– Siéntate conmigo – palmeando el lugar frente a mí– cuéntame lo que quiero escuchar ¿Qué has pensado hacer?
– Quiero conocerla Cass, pensé que quizás me obligaba a mí mismo porque era tu amiga, pero en la pista de patinaje me di cuenta de que ella hace que las personas se sientan cómodas a su alrededor, no la conocía pero ella hizo que fuera algo familiar y que pareciera cotidiano, tiene ese don, quiero conocer un poco más de ese don.
– Entonces cariño, quédate aquí, conócela, yo me encargaré de todo en casa, sé feliz, este puede ser tu final feliz.
– ¿Y tú? ¿Y el tuyo?
– Viene en camino – acariciando mi panza– esto es todo lo que necesito.
– Si algo pasa...
– Te llamaré enseguida – tomando su mano– y me iré mañana en la tarde, así que aún podemos hacer algo todos juntos ¿Compras el boleto por mí?
– Enseguida princesa, luego a la cama, es tarde y tienes ojeras enormes ¿No dormiste por esperarme anoche?
– Es que no llegabas y me preocupé, no quise llamar porque quizás interrumpiría – mentí– no pensé que tardarías tanto en llegar, luego pensé que quizás estabas realmente ocupado y... no llamé, decidí esperar al menos hasta mañana por la mañana, si no llegabas llamaría a la policía.
Demonios... debería decir lo que pasó con Jeff, pero simplemente no quería decir en voz alta que estaba durmiendo con ella, la rabia seguía en mi sistema y no era bueno perder los estribos.
– Bueno, pero te llamé más temprano... ¿Eso cuenta cierto?
– Así es, todo bien entre nosotros Aaron – sonreí subiendo ambos pies a la cama– siento que hace mucho tiempo no te llamo así.
– ¿Quieres jugar a los hermanos Julieta?
Tomó su móvil sentándose a mi lado, apoyé mi rostro en su hombro, viéndolo teclear.
– Siempre serás mi hermano.
– ¿Aunque estemos casados?
– ¿Crees que deberíamos separarnos ya?
Levanté la cabeza mirándole seria, sabía que tendríamos que tocar este tema en algún momento.
– No creo que sea necesario, no aún al menos, así estamos muy bien.
– ¿Lo dices en serio o por compromiso?
– Lo digo porque así lo siento Cass, además si nos divorciamos tendremos muchos problemas legales, dividir los bienes, el dinero, decidir quién se queda con el gato – rio– está todo eso de más, así como estamos todo bien.
– Y si en algún momento...
– Shh... – llevó su dedo índice a mis labios– tiempo al tiempo, no nos adelantemos a los hechos, todo está bien en estos momentos, vive la vida preciosa.
– Es difícil no pensar en el qué pasará.
– No pasará nada – acarició mi cabello– ahora vivimos bien, hacemos lo que queremos en el momento que queremos y cómo lo queremos, no hay límites ni restricciones, así que no hay motivo para estar preocupada – deslizando sus dedos por mi frente– y quita esa cara nena, te saldrán arrugas.
– Siempre te llevas todas mis preocupaciones – sonreí acomodándome a su lado– extrañaba esto también.
– Cuando tenía pesadillas sobre el oficial nazi, tu siempre estabas ahí para consolarme, cuando era herido me cargabas todo el camino hasta el cuarto, aún no sé de donde sacabas esa fuerza para llevarme en tu espalda sin tomar descansos, me bañabas cuando yo no podía, me cantabas para ayudar a conciliar el sueño, tú también te llevas todas mis preocupaciones, yo no entiendo como una extraña se convirtió en mi mundo entero, es tan... irreal, pero así es.
Observando nuestros tatuajes idénticos.
– Esto siempre nos unirá, estemos donde estemos, siempre seremos familia Julian, siempre habrá una historia que entrelaza nuestros caminos y dudo mucho que vaya a terminar, siempre tendremos algo que ver.
– Después de todo La Academia sí hizo algo bueno por nosotros – me abrazó apoyándonos en el respaldo de la cama– nos hizo compañeros, siempre le agradeceré eso.
– Podría haberme tocado un idiota, o una loca, pero fuiste tú, es de las mejores cosas que me han pasado en la vida.
Volteo la pantalla del móvil para que observara.
– Tu pasaje está comprado, primera clase mañana a las ocho de la noche ¿Segura no quieres que me vaya contigo?
– Estoy segura, hacemos todo juntos y creo que darnos espacio nos ayudaría a tantear la realidad ¿Qué piensas sobre eso?
– Me costará, porque estoy acostumbrado a estar contigo, pero esta vez no me iré tanto tiempo, regresaré para estar contigo, tenemos planes allá.
– Yo no te obligo a nada, si quieres quedarte, pues te quedas y espero que seas muy feliz, si te vas, te estaré esperando con los brazos abiertos.
– Me tientas a irme.
– No quieres irte, admítelo.
– Solo quiero conocerla mejor.
– Por eso debes quedarte.
– Si seguimos hablando de esto nos dará toda la noche – besó mi frente– a dormir enana, necesitas estar descansada para mañana, saldremos todo el día.
– Salir a dónde.
Corrió las mantas hacia atrás cubriendo a ambos, me recosté de lado y abrazó mi vientre besando mi hombro.
– Sorpresa Cass, ya lo verás mañana.
– No me gustan las sorpresas.
– Esta te gustará.
– Ya lo veremos – cerrando los ojos– buenas noches Julian.
– Buenas noches nena, descansa.
Ahora que no estoy sola sí que lo haré...
Definitivamente odio estar sola.
A la mañana siguiente, desperté estirándome cómodamente en la cama, estaba sola. Abrí los ojos viendo el cuarto vacío, extrañada salí de la cama, tomé mi bata atándola bien, calcé las pantuflas y salí del cuarto viendo a todos reunidos ahí, Camille, Jace, Julian, mi abuela, y claro, Carlota también, esa vaquita suertuda no podía faltar.
– ¡Sorpresa!
Reí caminando hasta ellos viendo la decoración, los globos, el cartel de "te queremos enana", la comida... me rugió la panza del olor que desprendía esa mesa.
– Vaya ¿A qué se debe todo esto? – abrazando a cada uno de ellos– gracias a todos, significa mucho para mí.
– Mi nieta se va hoy, tenemos que despedirla como corresponde.
– Te extrañaré mucho abuela, a todos – las lágrimas hicieron aparición– aún ni siquiera es la hora de tomar mis maletas pero ya me están haciendo llorar, soy una sensiblera.
– ¡Qué dices hombre! Coño que nos seguiremos viendo, además, ahora que me dejaste a este semental por estos lados, tendremos que hacer muchos viajes para no perder el contacto – tomando mi mano– ahora vamos a cambiarte de ropa mientras calientan la tetera, tenemos un itinerario completito para hoy y tu abuela se viene con nosotros.
La viejecita me guiñó un ojo.
– Vamos entonces, entre antes comamos, antes comenzaremos con los planes.
Entrando al cuarto.
– ¿Qué pasa? Te irás un día antes – cerrando la puerta– ¿Es por lo de Julian? – parecía acomplejada– yo... sé que están casados, él dice que entre ustedes no hay nada, que solo era una pantalla, cosas de La Academia, pero no sé cómo te sientes tú, no quiero que nuestra amistad se pierda por un chico, ya sabes lo que dices, amigos antes que novios.
– ¿Te gusta él? ¿Te llamó la atención Julian?
– Es un chico tierno, atento, divertido, un machote – puso los ojos en blanco sonriendo– tiene buen físico, sabe lo que tiene y lo mueve bien, pero más que físico... este chico es de los que te hace sentir que todo estará bien si te quedas a su lado, me hace sentir cómoda a pesar de no habernos visto jamás, es de esos chicos, de los que hace normal tu entorno.
– Julian dijo lo mismo sobre ti anoche, dice que quiere conocerte mejor.
Sonreí desnudándome.
– ¿Eso dijo? – rio como colegiala tomando una almohada para gritar– ¿Qué más dijo? ¿Mencionó si me encontraba guapa... o no? ¡espera! – extendiendo su mano abierta frente a mí para que no respondiera– dime cómo te sientes con esto, amigas antes que hombres.
A pesar de decir eso, parecía estar muy feliz con lo que dije antes.
– Camille, él y yo estamos casados pero fue por un acuerdo, nosotros nos queremos mucho, pero es más un amor de hermanos que otra cosa – vistiéndome– todo está bien, me encantaría que ustedes se conocieran, él es un buen chico y tú una chica extraordinaria, yo debo salir de en medio para que él deje de preocuparse y se centre en conocerte, estando yo aquí llegará temprano a casa, no querrá dejarme sola, dormirá aquí... yo no quiero eso ¿Me ayudas con los zapatos?
– Claro cariño.
Acercándose sonriente.
– Ambos debemos aprender lo que es ser independientes, por más de dos años hicimos todo juntos, absolutamente todo, así que no estamos acostumbrados a estar separados, casi no sabemos cómo es y creo que sería bueno estar separados un tiempo, sé que estará en buenas manos contigo.
– ¿Estás segura de esto? Después de todo él sigue siendo tu esposo, necesitarás de él cuando la panza siga creciendo.
– Puedo sola, no te preocupes por eso – levantándome– y no se lo menciones o se preocupará, él es demasiado aprensivo.
– ¿Entonces estás bien con esto? ¿Estamos bien?
– Todo bien preciosa, sigue adelante con esto, puede que Julian sea el chico que has estado esperando en tu vida.
– Puede ser – sonriendo soñadora– ahora vamos afuera y... gracias otra vez, por todo.
– Para qué están las amigas.
Enlazando mi brazo al suyo, salimos al exterior donde todos nos esperaban para comer.
En el fondo... debo admitir que sí estaba un poco celosa, Julian es un chico increíble, sí el decidía comenzar algo con Camille yo estaría sola, me quedaría sin pan ni pedazo... es un poco egoísta de mi parte decirlo, pero si Julian no regresa... viviría completamente sola, y eso me asustaba, estar sola era mi más grande temor y se estaba haciendo realidad.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
HOLA MIS NENAS HERMOSAS ¿CÓMO LAS TRATA LA SEMANA? YO DEBO APROBÉ EL EXAMEN QUE ME TENÍA LA VIDA DE CUADRITOS ASÍ QUE ESTOY MUY MUY FELIZ, ESPERO QUE SUS VIDAS TAMBIÉN SEAN MUY FELICES MIS AMORES BELLOS Y QUE TENGAN UN EXCELENTE TERMINO DE SEMANA.
UN BESOTE PARA TODAS Y... ¿QUÉ SERÁ DE JULIAN Y CASS? ¿QUÉ SERÁ DE JEFF Y CASS?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top