Capitulo 1
Lo primero que hicimos al salir, fue darnos una relajante ducha para celebrar este nuevo episodio de nuestras vidas, lo siguiente que hizo Julian sin mi consentimiento fue pedir una hora para el ginecólogo en dos horas más, no le diríamos a nadie la gran noticia hasta tener una fotografía con el pequeño bichito creciendo en mi interior, estaba asustada como no tienen idea, Julian no se quedaría toda la vida a mi lado, nada lo amarraba a mí ahora, sumando que estaba enviando mensajes bastante coquetos con Jessica, estoy segura de que ella le gustaba, estuvo toda una tarde explicándole como debía salir de La Academia, y yo no pienso impedirle que siga su destino. Después de hoy... supongo que se acabó un nosotros y debemos tramitar el divorcio. Sin duda lo extrañaré.
– ¿Estás lista?
Acercándose a mi motocicleta. Llevábamos más de cinco minutos estacionados fuera de la clínica, aún no me sentía lista para bajar y afrontar todo esto.
– No lo sé, no tengo idea de cómo hacer esto.
– Tranquila, no te dejaré sola en el proceso.
– No eres el padre Julian, no tienes que amarrarte a mí, yo sé que te gusta Jessica, deberías... ir a ver a tu familia para darle la buena noticia y luego pasar tiempo con Jess, ella es una chica linda y agrádale, ayúdala a salir para que puedan conocerse ¿Quién sabe? Puede ser la chica destinada para ti.
Se sonrojó.
– ¿Tanto se me nota que ella me atrae?
– Te conozco demasiado amigo – bajando de la motocicleta– si tú eres feliz yo seré feliz, haz tu vida y busca tu destino, no hay que seguir perdiendo el tiempo, sigamos adelante.
– De que iré a ver a mi familia, no lo dudes, lo haré, pero vendrás conmigo, luego pasaremos por España para visitar a tu abuela, viajaremos a Argentina para darle la buena noticia a tu padre y quiero proponerte un negocio ¿No quieres ser mi socia?
– Cuéntame más, eso suena a un buen plan.
– Yo... me acostumbré a estar cerca de ti en todo momento, y a pesar de que yo no soy de por aquí, si tú estás aquí es mi hogar y no lo digo en plan romántico, te juro que ya superé esa etapa – reí– así que pensé en que quizás te gustaría formar una academia de baile conmigo, pool dance, baile en silla, zumba – reí– ya sabes, salsa, estilo libre, bachata, todo lo que se nos ocurra, bailar es una terapia, te ayuda a aumentar el amor propio, te entrega seguridad y te hace sentir sexy, estoy seguro de que nos iría muy bien aquí ¿Qué dices?
– Digo que sí, por supuesto que lo haré – abrazándolo– vamos a ser los socios más increíbles de toda la historia, nuestra academia será muy famosa.
– Piénsalo bebé, una academia propia, heredera de Cortés Enterprises, próximamente mamá – acariciando mi cabello– todo lo bueno viene junto y ya pasó nuestra racha mala, esa nube negra sobre nuestras cabezas ya se marchó, así que iremos ahí dentro y veremos que tal está el retoño.
– Me alegra saber que no estaré sola, tenía mucho miedo.
Admití.
– Jamás te dejaría sola, eres mi hogar Cass, y si no te molesta, no tengo intenciones de separarme de ti aún ¿Tu si quieres?
– No quiero – me encogí de hombros– no hay necesidad.
– Exacto – caminando conmigo hasta la puerta de entrada– Me alegra saber que estas bien con eso, pero que estés embarazada cambia un poco las cosas ¿No le vas a decir a Jeff?
– ¿Cómo? Nadie tiene contacto con él desde hace meses, dudo mucho tener la oportunidad de decirle que seremos padres, él ya debió olvidarme.
– El amor más importante de tu vida jamás se olvida.
– Pero sí se supera, así que... supongo que jamás lo sabrá, él debe tener su vida planeada a estas alturas, ya debería haberse recibido, tiene trabajo como boxeador y si es que ya tiene trabajo en una editorial también, es muy habilidoso.
– En mi mente sigue siendo el mismo chico que ama las peleas y la velocidad – sonriendo– Deja que le avise a la recepcionista que estas aquí, toma asiento.
– Puedo hacer todas las cosas aún ¿Sabías?
Divertida tomé asiento viéndole caminar de espaldas.
– Aun así seguiré cuidándote.
– Eres el mejor, te quiero mucho Julian.
– Y yo a ti nena.
Dio media vuelta apoyando su peso en el mesón, habló con la chica tras de este dando mi nombre y regresó conmigo cayendo sobre el asiento.
– En unos minutos nos atenderán ¿Estás nerviosa?
– Ni te lo imaginas, solo de ver el positivo en ese papel hizo temblar mis bragas, temblaba y sudaba... vi pasar toda mi vida, luego todo dio vueltas.
– Recuerdo que te desmayaste justo después de darme la noticia, pero es lo que queríamos ¿Cierto? Gracias a eso somos libres.
– Y yo tengo un hermoso tatuaje ahora – acariciando la zona, aún la cubría el plástico transparente– ahora que lo miro bien es como un trofeo, graduados de La Academia y con honores.
– Eso es cierto, si nos dieron el puesto de Oficiales es porque teníamos las capacidades de enseñarles a otros, viéndolo desde afuera, ahora libres, aprendimos muchas cosas que nos serán útiles en el futuro, sobre todo los idiomas.
– Y el dinero, nunca en mi vida tuve tanto dinero junto y como no teníamos oportunidades de gastarlo tenemos una suma bastante generosa, podremos cumplir todos nuestros sueños y caprichos con este.
– Hablando de sueños ¿Por qué no reconstruimos la casa de tu madre? El terreno sigue siendo tuyo, sería buena idea que las niñas crecieran en tu antiguo vecindario, queda cerca de la casa de los chicos, también de tus amigos y del departamento, es bastante central.
– Y el departamento lo pasamos a tu nombre, la casa seria de ambos también, tu sabes que vivir sola... nunca ha sido una necesidad para mí.
– En ese caso, cuando la casa esté lista el departamento podríamos arrendarlo, ingreso extra, y nosotros vivimos juntos.
– Me gusta esa idea, creo que te iría muy bien como empresario, eres habilidoso.
– Lo dices solo porque me quieres.
Sonriendo.
– Hay más razones que esa.
Antes de tener la oportunidad de responderme, un señor alto con su barba bien recortada y algunas canas en ella, salió estirando su bata mencionando mi nombre. Nerviosa me puse de pie junto a Julian entrando a su consulta.
– Buenos días señorita Cassandra Scott ¿Cómo se ha sentido estos días? Tengo entendido que es su primer control, pero tiene usted cuatro meses, usted debió concretar una cita hace mucho, los primeros meses de gestación son los más importantes.
Regañándome.
– Lo sé doctor es que yo... no tenía idea que estaba embarazada, no tenía síntomas, pero hace una semana me desmayé, me hicieron estudios y la hormona del embarazo salía positiva, así que... en lo que terminábamos allá, hice una cita y vine lo antes posible.
– ¿Dónde se encontraba usted? ¿A qué se dedica?
– Fuera del país, mi esposo y yo somos profesores de baile, estábamos en una competencia con nuestros alumnos.
– Ya veo... ¿Qué tipo de baile? Ya sabe que los movimientos bruscos pueden ser perjudicial para el bebé, pero tampoco es una mala disciplina si modera los movimientos, así su cuerpo seguirá siendo el mismo luego del parto.
– Nos especializamos en Pole dance, baile en silla, striptease, en sí reflejamos la sensualidad en la danza, es la mejor forma de hacer que las personas amen sus cuerpos y aumenten la seguridad y el autoestima.
Asintió complacido.
– En ese caso no hay problema en que continúe con sus clases ¿Cómo le fue en su competencia?
– Bastante bien, tuvimos muchos ganadores.
– Eso es bueno – levantando su cabeza, hasta ahora mantuvo la vista fija en mi ficha llenándola con la información que he mencionado– ¿Qué edad tiene?
– Veintiuno.
– ¿Casada?
– Así es.
– Nombre de su esposo por favor.
– Julian Scott.
– Edad del padre.
– Veinticinco.
– Bueno, acompáñeme entonces a la silla, iremos a lo que nos compete el día de hoy.
Levantándonos, Julian me ayudó a tomar asiento – siempre tan caballero– me recosté en esta silla y respiré profundo.
– Este gel nos ayudará a ver al bebé, está un poco frío – avisó– subiré su camiseta.
– Está bien.
Lo ayudé con su labor, puso gel en mi estómago – sí estaba bastante frío– y entonces, utilizando ese aparatito parecido a un vibrador, comenzó a observar.
– Ahí está, miren que preciosidad – Julian emocionado tomó mi mano– aún no se puede ver el sexo, no se deja... esperen...
– ¿Hay algo mal con el bebé?
Preocupada. He estado fumando y bebiendo un par de veces, me mataría saber que algo no va bien por mi culpa.
– No, tranquila, mire, ahí están sus dos bracitos, sus dedos, sus piernas, su cabeza, todo es normal, la cosa es que aquí hay otro pequeñuelo que también está completamente sano, si lo vemos de esta manera pueden verse los dos – mostrándonos en el monitor– y estos son sus corazones.
Presionó un botón y estos comenzaron a hacer eco por la habitación.
– ¿Me está diciendo que son dos?
Preguntó sorprendido viendo el monitor y el rostro del doctor ilusionado.
– Así es señor Scott, felicidades, son gemelos... o gemelas.
– ¡Son gemelos Cass! – besando mi cabello– son gemelos... ¡felicidades! Dios... no puedo creerlo.
Él estaba muy feliz, imaginen si fuera el padre, estaría flipando por completo.
– Gemelos – imaginando como sería tenerlos conmigo– van a ser muy felices – viendo mi vientre– eso se los prometo, nunca les faltará nada, ya los amo pequeños, los amo mucho...
Comenzando a llorar.
Sé que estaba muy asustada antes de entrar y no estaba segura de poder con esta labor, pero ver esas masitas en el monitor, escuchar sus corazoncitos... Dios... me superaba, estaba muy feliz, esto es lo mejor que me ha pasado en la vida.
– Dentro de unas cuatro semanas podrá comenzar a sentirlos, su estómago comenzará a abultarse y le sugiero utilizar cremas para hidratar su piel, beber mucha agua y no dejarse llevar por los antojos altos en grasa, eso le ayudará a mantener su figura.
Limpiando el gel en mi vientre.
– Gracias doctor, muchas gracias.
Julian acomodó mi camiseta, me ayudó a ponerme de pie y caminamos de regreso al mesón del doctor quien tecleó con rapidez un par de cosas en su computadora, metió un CD en esta, segundos después lo sacó, escribió mi nombre, lo guardó en un porta CD'S y tomó una carpeta metiendo los documentos calentitos que acababan de salir de la impresora calentitos.
– Esta es su ecografía – señalando el CD– en estos documentos va escrito el estado de los bebés, menciona que son gemelos, las semanas... toda la información que pudimos recopilar el día de hoy, nos vemos el próximo mes y felicidades por sus bebés.
Despidiéndonos felices, salimos de la consulta observando la carpeta ilusionados, dos pequeños... vaya... como cambian las cosas.
– Julian, quería preguntarte algo.
– Dime nena.
Viéndome guardar la carpeta en el asiento para que no se arrugara.
– ¿Quieres ser el padrino de mis bebés?
– ¡Bromeas! Claro que quiero.
Corriendo hasta mí, me elevó en el aire comenzando a girar, estaba famélico.
¿Jeff estaría así de emocionado con la noticia?
– No me imagino una ida sin ti, te lo juro – tocando el piso otra vez– ahí dentro, te veías como un padre orgulloso, me imagino si fueran tuyos.
– ¿Y si lo fuera?
– ¿A qué te refieres?
– Podrían ser míos, el preservativo siempre pudo fallar.
– No lo creo... yo... deberían ser de Jeff, lo hicimos muchas veces sin preservativo, deberían ser suyos.
– ¿Y si es infértil? Imagínalo, puede pasar, la cantidad de veces que tuvimos sexo no fue menor y está dentro del plazo.
La duda comenzó a carcomerme.
– ¿Crees que sea posible?
– ¿Deberíamos hacer un examen?
– ¿Pedimos hora enseguida?
– No tengo nada que pueda confirmar la paternidad de Jeff.
– Pero me tienes a mí aquí, somos los únicos.
– Tendrá que ser un examen de paternidad prenatal.
– Te harán una punción transabdominal ¿Estarás bien con eso?
– He soportado peores cosas, vamos adentro galán.
Me detuvo antes de dar la vuelta.
– Mejor cuando nazcan... es que he leído que hay riesgo de aborto, o pueden dañar a un bebé por accidente, yo no quiero que nada salga mal ¿Esperamos?
– Tú sembraste el bichito de la duda en mí ¿Hace cuánto estás investigando sobre esto? Yo solo sabía que existía ese método porque lo vi en las noticias.
– Cuando supe que estabas embarazada comencé a calcular y quise investigar – encogiéndose de hombros– nunca está demás informarse.
– ¿Y si no es tuyo?
– Siempre pueden llevar mi apellido, después de todo no tengo intenciones de separarme de ti.
– No seas tonto, Jessica es la chica que te gusta, saldrá en algún momento y no le hará nada de feliz saber que tienes hijos y estás casado conmigo, nadie entendería eso.
– ¿Entonces sí quieres separarte? Yo no quiero.
Hizo pucheros.
– Cuando tú quieras nos separaremos, pero mis hijos o hijas llevarán mi apellido porque será difícil de explicarle eso a ella, yo quiero que seas feliz.
– Por eso te quiero.
Plantando un beso en mis labios que nos dejó sorprendidos a ambos.
– Julian...
– Lo siento, es la costumbre, en La Academia siempre fingíamos... yo... aún no me acostumbro, recién salimos hoy, lo siento.
– Tranquilo, la costumbre es una vieja enemiga con la que lidiaremos con el tiempo ¿Qué dices de ir a casa de los chicos? Quiero darle ya las buenas noticias a Ali, vamos a tener a nuestros hijos casi juntos, no tiene ni idea que somos libres, hay que celebrar.
– No puedes beber ni fumar Cass.
– Lo sé Romeo, tranquilo, será solo jugo y gaseosa por los próximos meses, quiero que todo salga bien.
– Está bien, sé que lo harás bien nena, ahora vamos, quedan diez días para la boda de Ali ¿Qué mejor? Salimos en la mejor de las fechas.
– Así es, en mi época favorita del año.
– Tenemos que comprar un auto – mirando el cielo– hoy nos quedaremos en casa de los chicos, estoy seguro de que lloverá.
– Tienes razón, hay olor a lluvia.
– Nos quedaremos en el antiguo cuarto de Jeff.
– Después de todo está sin uso hace mucho.
– Al menos ya no pones ese rostro de a punto de llorar cuando lo mencionas.
– Hay dolores con los que aprendes a vivir, además debo salir adelante con mayor razón ahora, voy a ser madre, y no de un bebé, serán dos. Y ya te lo dije, él tiene su plan de vida hecho y yo no estoy en él, ninguno de nosotros, no pienso buscarlo, tampoco arrastrarme, cada quien vivirá su vida ahora.
– ¿Y si alguna vez coinciden en algún lugar y él está con otra chica? Eso te lastimará mucho.
– Somos extraños ahora Julian, pero con recuerdos – subiendo a mi motocicleta– debemos aprender a vivir con eso.
Sin más preguntas, montó su motocicleta, me sonrió y arrancamos.
Ya de pie fuera de la casa de los chicos, siendo las siete de la casa, hora en la que todos ya habían regresado de sus trabajos, tocamos el timbre y esperamos pacientes a que nos abrieran.
Oculté la carpeta a mis espaldas viendo a Luke abrir la puerta.
– ¡Vaya! ¿Qué hacen por aquí? ¿Tuvieron tiempo libre? Pasen, pasen, que alegría verlos, han sido meses sin verles los rostros.
Abrazando a uno, luego al otro.
– ¿Cómo estás? Ha sido un tiempo.
– Extrañábamos este lugar, ha cambiado mucho.
– Claro que sí, muchos meses Kai ya es un gato adulto.
El mencionado se paseó por nuestros pies, bostezó y regresó a su cama.
– Nos saludó, que ternura.
Derritiéndome por él.
– ¿Dónde están los demás?
– En la sala, vamos, estábamos por ver una película.
– ¿Cómo les va con el trabajo?
– Muchos manuscritos, para mí todas las historias son buenas, mi editor en jefe dijo que tengo que tengo que mejorar mi ojo de editor y muchas mierdas más que no entendí – suspiró– ¿Por cuánto tiempo pueden quedarse hoy?
– ¡Amor de mis amores!
Saltó Ali del sofá al verme estrechándome en sus brazos, provocando que la carpeta callera al piso.
– ¡Allison! ¡Te extrañé mucho! ¡Ya tienes panza!
– Come por diez así que no sé si sea solo embarazo eso.
Se burló Nate acercándose para saludar al igual que Logan.
– Cállate, debo comer por dos y joder Cass, llegaste en buen momento, mi súper sexy y ajustado vestido de novia no me cierra, debo añadir tela ¿Por cuánto te quedas? ¿Crees poder acompañarme mañana?
Carraspee levantando la manga izquierda de mi chaqueta.
– Adivinen quienes son libres.
Sonriendo.
– ¿No me estás mintiendo?
– No lo hago.
– ¿Estás segura?
– Ya firmamos el contrato de salida.
– ¿Eso quiere decir que...?
– No iremos más a ese maldito lugar, somos libres de hacer lo que queramos así que mañana te acompañaré donde quieras y los siguientes días también – me abrazó– Jamás pensé que llegaría este día.
– ¡Felicidades chicos!
– Esto hay que celebrarlo, Dios... estoy feliz por ustedes.
– Sabía que lo conseguirían, son los putos amos del lugar.
Muchos abrazos, muchas palabras de felicidad, pero llegó un punto en el que los cuatro intercambiaron miradas observándonos confundidos.
– ¿Cómo fue que salieron?
– No me digas – Luke tomó mi muñeca analizando– esto solo se lo ponen a aquellas que...
Sonriendo en cámara lenta como un idiota.
– Así es, estoy embarazada.
Ali saltó hacia mí otra vez, muchos abrazos más, muchos besos, Dios... hay muchas razones para estar felices hoy.
– ¿El padre? ¿Quién es el padre? ¿Cuánto tienes de embarazo?
Arrastrándome al sofá, Julian trajo la carpeta con él colocándola en mi regazo.
– Tengo cuatro meses, estoy segura de que es de Jeff, pero Julian dice que quizás uno de los preservativos estaba defectuoso y que Jeff puede ser infértil – riendo– casi entro a hacerme una prueba de paternidad prenatal, pero él dijo que existían riesgos así que mejor esperaremos a que nazca.
– Julian... yo sé que quieres que sea tuyo pero todos sabemos que con todo lo que Jeff y Cass follaron, es a prueba de idiotas, ese bebé chiquito es de Jeff, está más que claro.
Yo también lo sabía.
– No hay dudas, es de él, mi instinto me lo dice.
– Sí Julian, no es necesaria una prueba de paternidad, está más que claro de quien es... lo siento.
Su rostro se entristeció un poco.
– Lo sé, solo quería que Cass no estuviera triste, por eso no te dejé ir a hacerte ese examen, es más sano si creías que era mío.
– Dios mío, este sujeto es una ternura.
– Julian... sé que te preocupas, pero te juro que estoy bien, ya lo hablamos, estos bebés llevarán mi apellido de soltera.
– Espera ¿Dijiste mis?
Observándome perpleja. Todos voltearon el rostro para verme.
– Sí... después de la visita al ginecólogo vinimos directo aquí, – sacando las fotografías de la ecografía– son gemelos, no sabemos el sexo aún.
– ¡Poder gemelo! Sabíamos que nuestra hermosa existencia inspiraría a alguien.
Chocando palmas.
– Dios... Jeff sí que es poderoso, dos bebés... no me sorprendería, jamás vi a dos personas follar tanto.
– Nate... entre nos – susurró lo bastante fuerte– tú y Ali meten mucho ruido por las noches o por el día, les da igual, ustedes follan tanto como ellos.
– ¿De verdad se nota tanto?
– Sí cariño, follamos mucho y el mundo tiene que saberlo ¡Que viva el amor y los bebés! – Gritando al cielo, que divertida chica– ¿Cuántos meses tienes?
– Cuatro – mostrándole las hojas con lo que escribió el doctor– están sanos, no se dejan ver aún, pero todo va bien.
– Mi bebé tampoco se deja ver aún – acariciando su vientre– estoy muy feliz por ti amiga, por fin la vida te sonríe, no sabes qué feliz estoy por ti.
Abrazandome de manera sincera, estaba llorando.
– No Ali por favor... lloraré yo también.
Regresando el abrazo apretado.
– Hormonas modo On...
Susurraron entre sí los gemelos.
– ¿Chocolate? ¿Helado?
– Eso es para cuando estamos tristes gemelo defectuoso – sonrió Ali– pero de todas manera se me antoja el helado.
– Que sean dos.
Señalando la cantidad con mis dedos sin levantar la cabeza.
– Ay Dios... una embarazada como Ali es un dolor en el culo, dos ahora se potenciarán – rieron– ¡Y son gemelos!
– Me siento orgulloso y ni siquiera son míos.
Rieron.
– Por cierto ¿Cuándo se van a divorciar?
– No nos divorciaremos.
Observándonos entre sí.
– ¿Cómo que no lo harán?
– ¿Para qué? La chica que me atrae está en La Academia y ni siquiera es la de aquí, Cass está sola, es mejor seguir juntos, la apoyaré en todo, nos divorciaremos cuando sea necesario.
– Así es, así que... ¿Quién tiene hambre?
– Ahora entiendo por qué devorabas esos sándwiches del SubWay y tenías antojos todo el tiempo.
– Todo toma sentido ahora.
Y lo que no... el tiempo dirá.
Las cosas buenas tardan, pero llegan. Llegó nuestro momento.
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HOLA MIS AMORES ¡¡HE REGRESADO CON TODO!!
VOLVERÉ CON TODO ¿QUÉ PASARÁ DESDE AHORA? ¿POR QUÉ TENER UN FINAL FELIZ CUANDO SE PUEDE OBTENER UN INFINITO?
NUEVA ENTREGA DE LA SAGA CULPABLES.
¿DÓNDE ESTÁN MIS MENTIROSAS PELIGROSAS?
MUCHOS BESOTES BIEN BABOSOS, VOLVERÉ MUY PRONTO.
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