CAPÍTULO 28
El viajero, antes de partir de Mondstandt, decidió ir a la aldea agua clara para ayudar a cada uno de los aldeanos a salir del portal en el que se encontraban. Los aldeanos, al ver al viajero, le agradecieron por todo lo que había hecho y lo recibieron con los brazos abiertos.
En ese momento, apareció Draff, quien se había enterado de que el viajero era inocente y fue a pedirle disculpas de rodillas. El viajero decidió disculparlo ya que comprendía que nadie sabía nada del plan de Lumine.
Después de ayudar a los aldeanos, el viajero se despidió de ellos y de Mondstandt para continuar su viaje en busca de su hermana. Mientras caminaba por los campos, recordó todas las aventuras que había vivido junto a Amber, Kaeya, Venti y todos los demás amigos que había dejado atrás.
Después de la partida del viajero, Jean dio la orden a Kaeya de que fuera inmediatamente a Liyue a informar que el viajero era inocente y que la aldea Agua Clara estaba intacta. Kaeya asintió y se preparó para partir de inmediato, pero lamentablemente, se quedó dormido en el camino.
Mientras tanto, el viajero estaba entrando en la región de Liyue cuando fue detenido por la Geoarmada, quienes lo acusaron de ser un espía del Abismo. El viajero trató de explicarse, pero la Geoarmada no le creyó y empezó una batalla.
El viajero lucha con todas sus fuerzas contra la geoarmada, evadiendo los ataques de los soldados y desarmándolos con su habilidad en la espada. Sin embargo, la batalla se complica cuando aparecen dos señoritas que empiezan a atacarlo ferozmente. El viajero se defiende lo mejor que puede, pero de repente una flecha cryo se incrusta en su brazo, lo que le causa dolor y le hace perder momentáneamente la concentración.
La pelimorada se abalanza sobre él con su espada, causándole una herida profunda en el costado. El viajero intenta defenderse, pero el dolor y la pérdida de sangre empiezan a afectar su habilidad en la batalla. A pesar de todo, logra mantenerse en pie y sigue luchando, sin causar daño a sus atacantes.
En medio de la batalla, el dolor provocado por la flecha y el corte de la espada hacían que el viajero perdiera el control por un momento, y empezó a invocar una gran cantidad de piedras filosas. Sin embargo, logró recuperar el control y evitó causar daño a sus antiguas compañeras. Las dos señoritas se quedaron sorprendidas al ver que el viajero tenía un gran poder, pero no entendían por qué no las atacaba. El viajero les explicó que no quería hacerles daño y que solo estaba tratando de defenderse de su ataque.
Las señoritas seguían atacando al viajero sin creer su inocencia hasta que Kaeya llegó a la escena, aunque ya era demasiado tarde. El viajero cayó gravemente herido por una lanza anemo clavada en su pecho. Mientras tanto, a su lado apareció un enmascarado quien recogió al viajero y con tristeza le explicó que no le había dejado otra opción, ya que él era considerado un enemigo de Liyue.
Las dos señoritas se dieron cuenta de su error al ver al enmascarado y se arrepintieron de haber atacado al viajero. Kaeya, al ver la situación, se sintió culpable por haber llegado tarde e inmediatamente le informó sobre la inocencia del viajero, regresó rápidamente al lugar donde estaba el viajero herido, junto con Jean y Venti. Al llegar, se quedaron impactados por la gravedad de las heridas del viajero. Las dos señoritas que habían atacado al viajero también estaban allí, llorando y arrepintiéndose de sus acciones.
Jean se acercó al viajero y le pidió disculpas en nombre de Mondstadt y de todos los Caballeros de Favonius. Venti, con lágrimas en los ojos, se arrodilló junto al viajero y le ofreció una oración. Mientras tanto, el enmascarado que había llevado al viajero al lugar, se mantuvo en silencio.
Después de un largo momento de silencio, el viajero abrió los ojos y miró a todos los presentes. Les dio las gracias por haber venido a su rescate y les pidió que no culparan a las chicas que lo habían atacado, ya que ellas solo estaban haciendo su trabajo como soldados de la Geoarmada.
El viajero estaba descansando en la habitación de la cámara de jade cuando Ningguang entró de repente. La mujer se acercó a él con una expresión sombría en su rostro y se disculpó profundamente por lo ocurrido.
"Viajero, lamento mucho lo que ha pasado. Liyue no debería haber dudado de ti y menos aún haberte lastimado de esa manera. Me siento responsable de lo sucedido y te pido disculpas en nombre de mi nación".
El viajero la miró con frialdad antes de responder: "Ya es tarde para disculpas, Ningguang. Tuvieron la oportunidad de creer en mí y la desperdiciaron. Ahora, si no tienes nada más que decir, me gustaría irme lo antes posible".
La mujer asintió tristemente, entendiendo la posición del viajero y le aseguró que haría lo posible por ayudarlo en todo lo que necesitara.
El viajero salió de la Cámara de Jade y se encontró con sus antiguos amigos de Liyue. Ellos le pidieron que se quedara, argumentando que no habían sabido la verdad y que se sentían muy arrepentidos por lo que había sucedido. Pero el viajero respondió fríamente que no podía quedarse en Liyue después de lo que había pasado. Les agradeció por sus preocupaciones, pero les recordó que lo habían traicionado y herido gravemente, y que eso era algo que nunca podría olvidar.
El viajero se despidió fríamente de sus antiguos amigos en Liyue y se dirigió hacia el restaurante de Xiangling. Allí, entregó una carta a la joven chef explicando la situación y agradeciéndole por todo lo que había hecho por él. Xiangling leyó la carta con tristeza y le deseó lo mejor en su viaje.
Finalmente, el viajero partió rumbo a Fontaine, en busca de la gnosis hydro. A medida que se alejaba de Liyue, reflexionaba sobre lo que había sucedido y se preguntaba si alguna vez podría volver a confiar en las personas. Pero sabía que tenía que continuar su viaje y cumplir su misión de vencer a la Diosa desconocida y volver a su verdadero mundo. Con esa determinación en su corazón, siguió su camino hacia el futuro incierto que le aguardaba.
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