CAPÍTULO 20

El viajero caminaba por las calles de Inazuma con la cabeza gacha y un semblante preocupado. Sus pensamientos estaban llenos de frustración por haber perdido contra la Shogun Raiden y por haber sido utilizado una vez más como un peón en el juego de los demás. Se sentía impotente ante la situación, incapaz de encontrar una forma de enfrentarse a la diosa desconocida y de regresar a su mundo. De repente, una suave voz lo sacó de sus pensamientos cuando escuchó unos pasos detrás de él. Al darse la vuelta, se encontró con una sacerdotisa de cabello rosado que lo estaba siguiendo.

"¿Necesitas algo?", preguntó el viajero, un poco desconcertado por la presencia de la mujer.

La sacerdotisa lo miró con una expresión tranquila y amable. "No, no necesito nada", respondió. "Solo quería caminar contigo por un rato, si me lo permites".

El viajero dudó por un momento, pero finalmente asintió con la cabeza. Mientras caminaban juntos por las calles de Inazuma, la sacerdotisa le preguntó sobre sus preocupaciones y temores.

El viajero se sintió un poco incómodo al principio, pero poco a poco comenzó a abrirse y a hablar sobre sus miedos y dudas. La sacerdotisa lo escuchó con atención y paciencia, ofreciéndole palabras de aliento y apoyo.

"Entiendo que te sientas abrumado", dijo la sacerdotisa. "Pero debes recordar que no estás solo en esto. Hay muchas personas en Inazuma que estarían dispuestas a ayudarte si se lo permites".

El viajero reflexionó sobre las palabras de la sacerdotisa y se sintió un poco reconfortado. Agradecido por su compañía, se despidió de ella con una sonrisa y continuó su camino, con una actitud un poco más positiva y esperanzadora.

Luego de dos dias el viajero fue al templo en busca de esta sacerdotisa. Ella al verlo se presentó "Saludos, viajero. Soy Yae Miko, sacerdotisa de esta región. ¿En qué puedo ayudarte con mis consejos?" A lo que el viajero le respondio que le iba a contar sobre su último enfrentamiento contra la shogun.

Yae Miko escuchó con atención la historia del viajero sobre su encuentro con la shogun Raiden. Luego de un momento de silencio, la sacerdotisa comenzó a hablar con voz serena.

"Entiendo lo que sientes. La shogun es una enemiga formidable, pero no es invencible", dijo Yae Miko. "Te ayudaré a entrenar para que puedas enfrentarla con más fuerza y estrategia".

El viajero se sorprendió por la oferta de ayuda de Yae Miko y le agradeció de corazón. Ambos se dirigieron a un templo antiguo, donde Yae comenzó a entrenar al viajero en las artes de la espada y la energía electro. Pasaron días enteros entrenando juntos, mientras Yae le enseñaba los secretos de la técnica de espada más poderosa de Inazuma.

Finalmente, después de semanas de duro entrenamiento, el viajero estaba listo para enfrentarse a la shogun nuevamente. Yae lo acompañó hasta la puerta del Palacio de la Eternidad y le deseó suerte. El viajero avanzó con confianza, esta vez con la intención de derrotar a la shogun.

Al llegar a la cámara de la shogun, comenzó una intensa batalla entre los dos. La shogun usó sus ataques eléctricos y su espada, mientras que el viajero utilizó sus habilidades de viento y agua para esquivar y contrarrestar los ataques. La batalla fue muy reñida, pero el viajero logró mantenerse a la altura gracias a su arduo entrenamiento con Yae.

Finalmente, después de una larga y dura batalla, el viajero logró herir a la shogun y hacerla caer al suelo. Pero en ese momento, la shogun liberó toda su energía electro, hiriendo gravemente al viajero. A pesar de su valentía y entrenamiento, la shogun era demasiado poderosa para ser vencida.

Con la ayuda de algunos aliados de Yae, el viajero logró escapar del Palacio de la Eternidad y se retiró a recuperarse. Pero no había perdido la esperanza, pues ahora sabía que había un camino para derrotar a la shogun.

Después de la derrota, Yae Miko se acercó al viajero y le ofreció más información sobre la técnica de la Shogun y en qué había fallado en el combate. Le explicó que la Shogun era capaz de absorber la energía de su oponente, lo que la hacía aún más poderosa en la batalla. También le brindó algunos consejos sobre cómo podría aprovechar mejor sus habilidades para enfrentarse a ella.

Luego, como un gesto de amistad, Yae Miko le entregó un talismán de regalo, explicándole que podría ser útil en su próxima batalla. El viajero se sintió agradecido por la ayuda y el regalo, y prometió a Yae Miko que volvería a enfrentarse a la Shogun con más determinación y habilidad.

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