CAPÍTULO 19

El viajero se interpuso entre la Shogun Raiden y Thomas, decidido a proteger al joven. "No te permitiré que le quites su visión", dijo el viajero con determinación.

La Shogun frunció el ceño. "No me gusta que se interpongan en mi camino hacia la eternidad", dijo con desdén. Con un movimiento de su mano, invocó una espada que salió de su pecho y se lanzó hacia el viajero.

Pero el viajero estaba preparado. Invocó sus cuchillas hydro y las hizo girar en el aire, defendiéndose del ataque de la Shogun. "No te subestimes, Shogun", dijo el viajero mientras contraatacaba. "No me temblará el pulso al luchar contra aquellos que amenacen a los inocentes".

La Shogun miró al viajero con desprecio mientras esquivaba los ataques del viajero con su habilidad eléctrica. "Te has declarado mi enemigo, y eso no te dejará salir con vida", dijo mientras seguía atacando.

Pero el viajero no se dejó intimidar. Con una habilidad impresionante, logró esquivar los ataques eléctricos y contraatacar con sus cuchillas hydro. "No te subestimes, Shogun", repitió el viajero.

La batalla entre el viajero y la Shogun Raiden fue intensa. Ambos lucharon con habilidad y ferocidad, cada uno aprovechando sus habilidades y elementos únicos en la lucha.

El viajero seguía contraatacando con sus cuchillas hydro, aprovechando su habilidad de agua para curarse cuando era herido. Pero la Shogun era una oponente formidable, usando su espada eléctrica y su habilidad para controlar los rayos para mantener al viajero a raya.

La lucha continuó durante varios minutos, pero finalmente la Shogun comenzó a ganar terreno. Sus ataques eléctricos eran cada vez más precisos, mientras que su habilidad para evadir los ataques del viajero era impresionante.

El viajero estaba empezando a fatigarse, mientras que la Shogun seguía atacando con fuerza. A pesar de su determinación y habilidad, finalmente la Shogun logró encontrar una abertura en la defensa del viajero y lo golpeó con fuerza, haciendo que perdiera el equilibrio.

El viajero cayó al suelo, agotado y herido. La Shogun se paró sobre él, triunfante. "Así termina la lucha, viajero", dijo con desprecio. "Has sido un oponente digno, pero nunca debiste enfrentarte a mí".

El viajero intentó levantarse, pero no pudo. Miró a Thomas, quien estaba a salvo, y luego a la Shogun. "No importa cuán poderosa seas", dijo el viajero con dificultad.

La Shogun no respondió, pero su expresión dejó claro que había sido una batalla difícil. Con un gesto, hizo que sus soldados se llevaran al viajero, mientras ella se preparaba para seguir con su búsqueda de la eternidad.

Mientras los guardias se llevaban al viajero, este logró invocar ráfagas de viento y escapar, pero no sin antes ser herido gravemente en la batalla contra la Shogun Raiden. Con Thomas a su lado, el viajero se dirigió rápidamente a la residencia Kamisato en busca de refugio y ayuda.

Al llegar a la residencia, Ayaka y Ayato quienes se estaban alistando para ir havia la estatua de las visiones se sorprendieron al ver al viajero herido y a Thomas a su lado. "¿Qué ha pasado?", preguntó Ayaka con preocupación.

El viajero explicó lo que había sucedido y cómo había logrado escapar de la Shogun y sus guardias. Ayato observó las heridas del viajero con cuidado y reconoció que eran serias. "Debes descansar", dijo. "Te ayudaremos a sanar tus heridas lo mejor que podamos".

Ayaka asintió en acuerdo y condujo al viajero y a Thomas a una habitación donde pudieran descansar. Allí, los Kamisato atendieron las heridas del viajero y le dieron los cuidados necesarios para recuperarse.

Después de dos días, el viajero se recuperó lo suficiente como para continuar con su viaje. Agradecido con los Kamisato por su ayuda y que le van a dar información de la gnosis. Finalmente Ayato ingresó a su cuarto.

Ayato se acercó al viajero para hablar con él. "Quiero pedirte disculpas te hemos mentido sobre la gnosis electro. No sabemos dónde está, pero te prometo que haremos todo lo posible para ayudarte a encontrarla", dijo con una expresión de arrepentimiento en su rostro.

El viajero, visiblemente molesto, respondió: "Estoy cansado de que siempre me usen para resolver sus problemas y luego me dejen de lado cuando yo necesito ayuda. ¿Por qué debería confiar en ustedes ahora?".

Ayato entendió la frustración del viajero y respondió: "Lo entiendo, pero te aseguro que estamos en esto juntos. No te dejaremos solo y haremos todo lo posible para ayudarte en tu búsqueda".

Pero el viajero ya había perdido la paciencia. "No necesito promesas vacías", respondió enojado. "Prefiero seguir solo en mi búsqueda".

Con eso, el viajero se despidió y salió de la residencia Kamisato, enojado y desanimado. Los Kamisato se quedaron observando mientras se alejaba, sintiéndose impotentes al no poder hacer más para ayudar.

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