Capítulo 19
Sabrina se encontraba con las chicas en el Spa, todo estaba preparado para que disfrutaran, y aunque al principio se sintió extraña, fue imposible no dejarse llevar. Eran cinco, Esme, Vicky, Tefi, Belén y ella, y todas la hacían sentir como si fuese una más del grupo.
—¿Eres la novia de Xavi? —inquirió Belén, la habían presentado como una de las mejores amigas de Vicky con quien llevaba un proyecto para ayudar a los jóvenes a salir de las drogas.
—No... solo soy una amiga —respondió ella.
—¿Una amiga especial? —inquirió Tefi, quien se había presentado ella misma como la mejor amiga de Esme, incluso mejor que Vicky, quien según sus propias palabras había llegado tarde a querer sacarle el lugar.
—No, solo una amiga —aclaró Sabrina.
—Pues él es genial —afirmó Belén—, no deberías dejarlo ir...
Ella no dijo nada, lo sabía, sabía que era genial, pero no había nada que pudiera hacer y no se sentía en confianza como para contarles más.
Decidió no pensar más en eso y escuchar lo que hablaban entre ellas, era un sueño estar allí, ser parte de un grupo de chicas que reían y hablaban de cualquier cosa, pero, sobre todo, que la incluían y la aceptaban como una más, incluso sin conocerla.
Le preguntaron sobre su vida, sobre como conoció a Xavi y se echaron a reír cuando les volvió a contar lo mal que tocaba la batería.
—¿Puedo preguntar algo íntimo? —dijo entonces Tefi, que parecía ser la más extrovertida de todas.
—Sí —respondió ella un poco avergonzada.
—¿También escuchas si está con una mujer? —quiso saber.
Sabrina sintió que sus mejillas se teñían de rojo, no dijo mucho, pero asintió.
—¡Oh! ¡Eso ha de ser genial! —exclamó la muchacha y se puso a aplaudir como una foca.
—Ay, no, qué incomodidad —dijo Vicky en medio de una carcajada.
—Yo lo que haría es gritar más fuerte, como para cortarles la onda —añadió Belén divertida.
—¡Esa es una buenísima idea! —asintió Tefi y luego miró a Sabri—. Deberías probarlo, gritas más fuerte o gimes como si estuvieras con alguien...
—No, no podría hacer eso nunca —dijo ella avergonzada.
—¡Puedes usar una grabación! —exclamó Belén.
—Ustedes tienen la mente muy sucia —se quejó Esme entre risas—. Yo me muero si alguien me escuchara —añadió y se llevó la mano a la boca.
—Tú has de gritar bien afinado, amiga, con el vozarrón que tienes —bromeó Tefi.
Esme le tiró una toalla que encontró a mano y Tefi fingió que cantaba y afinaba una especie de gemido como si fuera en una escala ascendente. Todas se echaron a reír, incluso Sabrina.
—Oye, Sabri, y ¿él lo sabe? ¿Qué lo puedes oír? —inquirió Belén.
Ella asintió.
—Se lo dije —respondió encogiéndose de hombros.
—¿Y qué dijo? —preguntó Esme.
—La primera vez no dijo nada, pero luego prometió que ya no llevaría chicas allí...
—¿Y lo hizo? —quiso saber Vicky.
—Hasta ahora... pero no ha pasado mucho de la última vez...
—Y a todo esto, ¿quién es la chica? —inquirió Vicky.
—Cualquiera... —respondió Sabrina—, cualquiera que conoce y tiene ganas.
—Vaya, no me imaginaba a Xavi así... —comentó Vicky sin ocultar la desilusión en la voz.
—Ni yo —respondió Belén—, se me ha caído un ídolo...
—Bueno, no sean exageradas —defendió Tefi—, es soltero y guapo, déjenlo disfrutar...
—Él dice que no quiere tener novia nunca más —comentó entonces Sabrina, sabía que eso no era algo que debiera haber dicho entre ellas, pero a la vez se sentía cómoda conociendo un poco la opinión de las personas que lo conocían mejor que ella—. Su regla es esa, no se acuesta con nadie que pudiera llegar a ser algo... No quiere volver a enamorarse.
—¡Imbécil! —se quejó Esme.
Vicky bajó la mirada.
—Es horrible saber que eso es mi culpa —susurró.
—No, no te culpes —zanjó Belén con decisión—, él es grande, a todos nos han roto el corazón y todo hemos salido adelante, si él se pone en plan idiota que se vea él.
—Concuerdo —añadió Tefi.
Sabrina miró a Vicky y sintió pena, las palabras de sus amigas no llegaron a animarla y ella lo notó.
—Cambiemos de tema, mejor —dijo Esme que también lo notó—, no vale que te pongas mal hoy —añadió.
La tarde terminó en más risas y bromas que Sabrina disfrutó, y pensó que nunca se había sentido tan libre como en esa tarde. Al menos debía agradecerles a esas chicas el haberle cumplido un viejo sueño de adolescente, tener amigas... Y aunque ellas no fueran en realidad sus amigas, esa tarde sí lo fueron, y eso le bastaba.
—Yo voy con Sabri a casa para que elija un vestido —dijo Vicky cuando se despedían de Esme—. ¿Nos vemos en un rato en tu casa?
—Les espero —dijo la muchacha y se marchó.
Belén y Tefi también fueron invitadas a la casa de la chica, pero irían a cambiarse a sus casas primero.
De camino, Vicky le preguntó si la había pasado bien y ella asintió.
—Todo esto te ha de parecer bien raro, ¿no?
—Sí, pero no te preocupes... lo disfruto —sonrió—. Además, tengo que ser sincera, tenía muchas ganas de conocerte.
—¿A mí? —quiso saber.
—Ajá...
—¿Qué te dijo de mí? —preguntó.
—Solo me contó lo que viviste... todo lo que pasaste, bueno, un resumen...
—Ah... sí... él siempre estuvo —admitió—, por eso me duele saber el estilo de vida que lleva ahora... no condice con el Xavi que yo conozco.
—Bueno, tú mejor que nadie sabes que la gente cambia —dijo Sabrina.
—Lo sé, pero lo ideal es que los cambios fueran para mejor, ¿no? —inquirió.
Sabrina solo asintió.
—Él dice que ya no tiene corazón —susurró encogiéndose de hombros.
Vicky negó.
—Lo tiene y es inmenso...
—Lo sé —admitió Sabrina.
—Y tú estás enamorada de él —añadió Vicky con seguridad.
—¿Yo? No... —respondió ella casi en un hilo de voz. Vicky sonrió—. ¿Es tan obvio? —preguntó rendida.
—No, pero tengo un don para leer a las personas —dijo con una sonrisa dulce—, no te preocupes, no diré nada.
Sabrina no dijo más.
Llegaron a la casa y ella la acompañó a su cuarto donde le mostró varias opciones. Sabrina optó por un vestido violeta, ese era su color favorito, era sencillo, con tirantes y caía flojo sobre su cuerpo.
—Te queda precioso, eres hermosa —dijo Vicky admirándola—. Yo me pondré este, ¿te gusta? —preguntó mostrándole uno azul.
—Sí, creo que combinará perfecto con tus ojos —admitió la muchacha.
—Gracias...
—Yo... quisiera darte las gracias por todo... —dijo Sabrina un poco avergonzada—, la pasé muy bien...
—No tienes por qué dármelas, si Xavi te eligió para que lo acompañaras es que eres especial para él, y como tal, eres una de nosotras —dijo ella con ternura.
—Estoy feliz de que ustedes hayan podido arreglarlo, Xavier me dijo que se sentía bien...
Victoria sonrió.
—Me alegra saber eso...
***
Por la noche, Sabrina conoció a los chicos, a Leo, el esposo de Esme y a Alex el novio de Vicky. Las otras dos chicas fueron solas, por lo que no llegó a conocer a Oscar, que era el novio de Belén.
Cuando llegó, vio a Xavi hablando con Alex, por lo que no interrumpió y se acercó a saludar a los demás. Un rato después fue él quien vino hasta ella y pidió permiso a las chicas para llevársela un momento.
Tefi y Belén entonaron un uhhh animado, pero Esme y Vicky solo rieron.
—¿Cómo la pasaste? Me preocupaba que no te sintieras a gusto, estas chicas pueden ser un poco...
—Abrumadoras —dijo Sabrina con diversión.
—Eso...
—Pero fue divertido, me caen bien —admitió—. ¿Tú?
—Bien... Alex vino a hablarme —susurró—, me dijo que tenía que agradecerme todo lo que había hecho por Victoria y que gracias a mí ella es quien es hoy.
—¡Wow! —exclamó Sabrina.
—Sí, le dije que no era así, que era gracias a ella misma. Él dijo que lo sabía, pero que yo le había pasado una mano cuando nadie más, y que eso es importante cuando uno está abajo, me dijo que me bendecía por eso y me estaría agradecido eternamente...
—Todos son muy raros aquí —susurró Sabrina—, pero me encanta. Entonces ¿todo bien con Alex?
—Sí, se nota que la ama mucho y ella a él, serán felices —admitió.
Sabrina lo miró con orgullo y sintió ganas de abrazarlo, pero se contuvo.
—Tú eres parte de este grupo de raros —añadió.
—¿Qué? —preguntó él sin comprender.
—Son gente muy buena, gente que se quiere, gente que perdona, gente que, como me dijo Esme, pone por encima del pasado la amistad y el amor... y tú eres así, por eso te necesitan y tú a ellos.
Xavier sonrió ante la belleza de sus palabras.
—¿Te he dicho que estás hermosa hoy?
Sabrina bajó la vista un poco avergonzada y él se acercó a su oído.
—Eres la más bella, ese color te queda perfecto —admitió.
—No soy la más bella, es imposible opacar a Victoria —bromeó—, pero lo del color lo admitiré, porque es mi color favorito.
—Es bueno saberlo, y no me discutas, mujer, que si yo dije que eres la más bella es que lo eres —insistió.
Sabrina se sintió halagada, y él la tomó de la mano para guiarla hasta la mesa donde los demás conversaban y se reían. Pasaron una noche divertida y amena, y ella, por primera vez, se sintió parte.
Hola, perdón que no actualicé ayer. Hoy les dejo dos caps por la tardanza.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top