Capítulo 15
La madre de Xavier los hizo pasar, se veía contenta y emocionada de ver a su hijo, lo abrazaba y le daba besos como si fuera un niño pequeño y a Sabrina aquello le resultaba tierno.
—Los esperaba para comer —dijo una vez que estuvieron dentro—. ¡Qué bella eres! —añadió y ahora le tocó el turno a Sabrina.
La mujer la abrazó con dulzura y le llenó de besos la cara, tanto que ella se sintió un poco incómoda, pero a la vez, halagada.
—¿Estás seguro de que desean quedarse en cuartos separados? Mira que yo no tengo problema si quieres quedarte con Xavi —comentó.
—Mamá, ya te dije que solo somos amigos —respondió él y Sabrina sintió el rubor subir por sus mejillas.
—Qué pena, esta chica es hermosa, Xavier —añadió la mujer como si ella no estuviera presente—, pero te he preparado el cuarto de Xiomara, mi hija, ella también está estudiando fuera, y como verás, la casa está muy sola...
—Bueno, pero estos días estaremos por aquí —dijo él abrazando con cariño a su madre y besándola en la frente.
—Espero que les guste la comida que preparé —comentó la señora y los guio a la mesa.
Allí se encargó de preguntarle a Sabrina a qué se dedicaba, de dónde se conocían, hacía cuanto tiempo y si le gustaba la comida. Xavier se puso un poco nervioso ante tantas preguntas, pero a su madre no parecía importarle, y Sabrina, al final, terminó divirtiéndose.
Luego la acompañó a la habitación y le dijo que cualquier cosa que necesitara, solo la llamara.
—Gracias, señora —agradeció la muchacha.
—Dime Gloria —respondió la mujer.
Xavier ingresó al cuarto unos minutos después de haber oído a su madre bajar por las escaleras.
—Es intensa... —murmuró—, lo siento...
—No te preocupes, me agrada —dijo ella con una sonrisa—. Qué bonita es tu hermana —añadió mirando una de las fotografías.
—No más que yo —dijo Xavier y la hizo sonreír—. Oye... Esme dice que Vicky me espera en el parque a eso de las cinco. ¿Vienes?
—Pero tendrías que ir tú solo... ¿no? ¿Qué haría yo ahí en medio?
—No... no quiero ir solo —pidió y puso cara de niño pequeño—, solo acompáñame y quédate cerca, puedes pasear por el parque... es grande y lindo...
Sabrina suspiró y sonrió.
—Pareces un niño...
—A veces lo soy —respondió él—. ¿Por favor? —insistió.
—Iré, de todas maneras, quiero conocer a la chica que se llevó tu corazón.
Él sonrió, contento por sus palabras, y sin pensarlo, le dio un beso en la mejilla.
—Gracias, eres la mejor —susurró.
Sabrina sintió que las piernas se le convirtieron en gelatina y solo pudo atinar a sonreír.
—Descansa un poco, has madrugado y has manejado mucho...
—Lo haré... —añadió ella y lo vio marchar.
Se recostó en la cama y suspiró llevándose la mano derecha a la mejilla. Estaba perdida, no había nada que hacer, estaba enamorada.
***
Cuando Sabrina y Xavier llegaron al parque, él se dirigió hasta el sitio donde habían quedado en encontrarse.
—¿Estás nervioso? —inquirió ella, pero sabía la respuesta, lo estaba.
Él no respondió, se recostó por un árbol y suspiró.
—Dime que todo irá bien —pidió.
Sabrina sintió ternura y tomó su rostro entre sus manos para que la mirara a los ojos.
—Tú puedes hacer que todo salga bien —afirmó.
Se quedaron entonces mirándose a los ojos, el contacto con su piel había infundido en Xavi una especie de calma, como si se hubiese tomado un tranquilizante, sus ojos miel lo atraparon y lo único que pudo desear en ese momento era atraerla hacia sí y plantarle un beso.
Sabrina también pensó que aquel gesto que hizo con el objetivo de atraer su atención no había sido el indicado, se perdió en sus ojos verdes y deseó con locura probar sus labios.
—¡Hola! —Una voz femenina los hizo volver en sí.
—Hola, Esme —dijo Xavi en un intento por recuperarse.
Sabrina, un poco avergonzada, se puso a un lado y miró a la muchacha.
—Hola... —saludó con las mejillas coloreadas.
Al lado de la pelirroja a quien ya había conocido en el loft de Xavi, había una muchacha de cabellos oscuros y ojos más celestes que el mismísimo cielo. Sabrina pensó que esa debía ser Victoria, y estuvo de acuerdo con Xavi, era una mujer hermosa.
—Hola... —sonrió la muchacha.
—Vicky... —dijo Xavi y también sonrió.
—Qué gusto verte, Xavi —dijo ella inquieta, parecía que quería correr a darle un abrazo, pero no se animaba.
Esme suspiró.
—Ella es Sabrina, una amiga —la presentó Xavier y las chicas la miraron.
—Hola —saludó Vicky con una sonrisa.
—¿Por qué tú y yo no vamos a pasear un poco? —preguntó Esme—, te mostraré los recovecos de este parque.
—Bueno... —dijo Sabri con incomodidad, no estaba en sus planes tener que hablar con nadie mientras esperaba a Xavi.
Él la miró, ella lo miró, él asintió.
Sabrina fue junto a Esmeralda, que la tomó del brazo y con una enorme sonrisa prometió que se divertirían.
Caminaron unos pasos en los cuales Sabrina se sentía un poco incómoda, pero no sabía qué decir, así que esperó a que la muchacha hablara primero.
—¿Eres su novia? —quiso saber.
—No... soy su vecina —respondió—, vivo en el departamento de al lado y nos hemos hecho amigos...
—Ahh, bien... ¿Cómo está él? —preguntó.
—Nervioso... —dijo Sabrina encogiéndose de hombros.
—Les hará bien hablar —comentó Esme con soltura—. Cuéntame de ti...
—¿De mí? —preguntó ella con sorpresa.
—Sí. ¿Qué haces? ¿También eres arquitecta?
—No... soy diseñadora gráfica, trabajo por mi cuenta... y pues, no hay mucho más que contar —añadió.
Esme rio con naturalidad y Sabrina sintió un poco de calma.
—Yo soy cantante —dijo—, y justo estaba pensando contratar a alguien que me ayude a desarrollar mi marca personal. ¿Crees que podrías?
—¡Claro! —respondió Sabrina con emoción, al final el trabajo sí era algo que no la ponía incómoda.
—Mira —respondió Esme y sacó su celular—, aquí están mis redes sociales... ha crecido bastante rápido...
Sabrina observó y sonrió.
—Vaya, tienes muchos seguidores —afirmó y la muchacha solo se encogió de hombros—. Si te interesa, me dejas tu número y tu correo y yo te mandaré un cuestionario para que lo llenes, en base a esa información, puedo prepararte algo y luego vemos si te gusta...
—Por supuesto —dijo Esme con entusiasmo y luego intercambiaron datos.
Caminaron un poco más mientras Esme le explicaba sobre su trabajo y lo que quería en cuanto a diseño y color, también le iba mostrando cosas del parque. Entonces, como si nada, Esme volvió a hablar de Xavier.
—¿Qué puedes decirme de él? ¿Tiene pareja? ¿Cómo es su vida? —quiso saber.
—No, dice que él no tiene novias —respondió Sabrina con un dejo de frustración en su voz que a Esme no le pasó desapercibido—, trabaja en un estudio y luego toca la batería o salimos a tomar fotos... es lo que hace, es lo que hacemos...
—¿Batería? —preguntó ella como si aquello fuera una sorpresa—. Lo de las fotos era algo que le gustaba hacer, pero no sabía que tocara un instrumento.
—No podría decirte que sabe tocar, solo que toca —rio Sabrina—, hace ruidos... creo que es su manera de sacar su enfado... Siempre está enfadado, irritado... ese día que fuiste a verlo, por ejemplo...
—Es que eso sucede cuando uno no arregla las cosas que tiene dentro —dijo Esme con soltura—, somos esclavos de todos los cabos sueltos que tenemos en el alma —añadió.
—Eso suena bonito... ¿Puedo preguntar algo?
—Claro...
—Él me puso al tanto de la historia mientras veníamos... ¿por qué ella quiere hablar con él?
—Porque ella lo quiere mucho, Sabri... al igual que todos nosotros. Xavier es un chico único, tiene un corazón enorme... —comentó Esme—, pero seguro que eso ya lo sabes.
Sabrina solo sonrió.
—Él dice que ya no lo tiene, que se le ha roto en demasiadas partes como para volverlo a unir.
Esme se echó a reír.
—Es un poco dramático, pero eso no es cierto... Si no, ¿por qué estarías tú aquí?
—Tienes un buen punto... —admitió Sabrina.
—Nosotros queremos que él sea feliz, ¿sabes? Como lo somos nosotros... No sé qué te dijo él de Vicky, pero ella es una gran mujer...
—Habló bien de ella...
Esme sonrió.
—Ella solo quiere saber cómo está él, quiere saber si es feliz, si hay algo que ella pudiera hacer por él... se siente en deuda —afirmó.
Sabrina asintió.
—Tengo otra duda... aunque bueno, no quiero molestarte y no sé por qué me he puesto curiosa. No soy así —se excusó.
—Dime... —rio Esme—, supongo que eso sucede cuando alguien te importa —dijo guiñándole un ojo.
Sabrina tragó saliva, ¿tan obvia era?
—Dime —insistió la muchacha tras el silencio de Sabrina.
—¿Acaso tú no eres la novia del ex de Vicky? O eso era lo que yo entendí... ¿Ahora son amigas? —inquirió.
Esme se echó a reír.
—Corrección, amiga —dijo deteniéndose y mirándola con un gesto divertido, luego le mostró el anillo—. Soy la esposa del ex de Vicky... y somos amigas, somos hermanas... —añadió.
Sabrina se sintió bien por la manera tan gentil con que ella le trataba.
—Eso es... extraño —añadió al tiempo que negaba con la cabeza.
—Si yo te contara la historia con detalles, te parecería incluso más extraño. Por supuesto que en su momento ella me odiaba, pero ya ves, la gente madura, la gente mejora, la gente comprende que hay cosas más importantes que guardar rencores infundados... la amistad, por ejemplo —afirmó—, y Vicky solo ha aportado cosas positivas a mi vida. Por eso queremos recuperar a Xavi, porque él es parte de nosotros...
—Xavi me dijo que eras genial, pero la verdad es que me sorprendes. Yo no sé si podría ser amiga de la ex de mi novio —rio.
—Espero que puedas, porque como ya te dije, queremos recuperar a Xavi, y en ese caso, Vicky y yo queríamos ser tus amigas —dijo ella con diversión.
—Xavier no es mi novio —respondió Sabrina sonrojada.
—Todavía... —susurró Esme como si contara un secreto.
Sabrina podía rebatir aquello y asegurarle que ella no sentía nada por el chico, pero ¿qué importaba? Solo negó divertida, aquella tarde con Esmeralda fue la mejor que había tenido en mucho tiempo con una chica. Quizá no eran amigas, pero se sentía bien solo pensar que podrían llegar a serlo.
Bueno, ¿qué les pareció? En el próximo cap Xavi habla con Vicky...
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