No es romántico escribirte después de tanto tiempo; tampoco sé si sería amistoso, pero después de todo, realmente no sé lo que somos. Entre tantas cosas y tantos nombres nos desaparecimos, hasta que nos  volvimos a ver, enterramos el rencor, levantamos el ancla, cruzamos los caminos pero regresamos con alguien diferente a casa. Pasaron horas, miles y miles de horas, recordando lo feliz que me hiciste hasta que me heriste y aun así siempre me quisiste, aunque nunca me conociste lo suficiente como para saber todo de mí, corriste más rápido de lo que fui, yo detrás de ti. Pero mantendré la bandera
blanca entre tu espacio y el mío, guardemos las armas y un minuto de silencio por los sentimientos perdidos, expiraron los abrazos y el amor no tiene sentido.

Ahora vuelves, vuelvo y te escribo, rehúso los recuerdos escondidos,  me niego a olvidarte tal cual te había conocido; no es que ponga lo  malo delante de lo bueno, más allá de los daños fue verdadero y nos  amamos tanto, incluso después de los remedios. Todavía te recuerdo,  con un cigarro y el café en la mano hablando de tus sueños, decías
que un futuro seguro vale más que un presente incierto, sí, todavía lo
recuerdo, cómo luchabas por la esperanza de encontrar amor sincero después de un pasado con ilusiones marchitas y fuego convertido en hielo. Te imagino renegando a todos, haciendo espacio entre tu espacio para vernos sonriendo mientras me mirabas, dejando los remordimientos en el colchón de una habitación abandonada; los recuerdos saboteados y las memorias colapsadas. Conserva el último
beso para cuando se congelen las palabras.

Nuestras vidas no vuelven a empezar, continuarán después de
nosotros dos, entre piedras y papeles, dados y dedos cruzados, al  cruzar la puerta del otro lado, detrás de mis ojos y delante de tus labios, en cualquier lugar del mundo aunque estemos separados, nunca seremos olvidados. Pero prometí cuidarte siempre, incluso con  todos mis desastres y tus catástrofes te deseo lo mejor. Nunca olvides buscarme donde siempre te encontraste; el destino entenderá cuándo cruzarnos después de tomar caminos diferentes. Si te pierdes, confía en tus latidos y en el sonido de mi voz rezándote en las noches,
cuando estés lejos y no puedas verme, en silencio pronuncia mi
nombre para ser más valiente y tal vez se te escape alguna sonrisa al
recordar mis locuras en mitad de tus arranques cuando nadie puede verte.

Entonces pienso: ¿Cuánto tiempo crees que duren los sentimientos?  Porque estos sentimientos parecen no tener fin, contigo o sin ti,  conmigo o sin mí. Tus demonios seguirán siendo los mismos y mis  ángeles continuarán apostando por ti, el reloj jamás dará sus vueltas al revés, el karma siempre vuelve cuando no lo quieren ver, y no es
cuestión de cuentos ni de trenes, sé que vas a estar bien. Te deseo buena suerte, donde sea que estés.

**En el cielo habitan todos mis
recuerdos**