1. La Ruleta

Bienvenidos al mundo de los perdidos que viven sin pedir  permiso, apostando su poca suerte por todos sus sueños escondidos, resistiendo al grito de los bandidos y sobreviviendo de los amores prohibidos. Nunca me sentí lleno en este mundo tan vacío, soy un desafortunado y enamorado de todo lo que escribo. Nadie quiere nada y a la vez queremos todos lanzarnos
en paracaídas con nuestros miedos en la espalda, con un equipaje cargado de dramas y cartas abandonadas. Debemos crecer entre hiedras y veneno, aprender a resistir en mitad del desierto, encontrar lo perfecto en cada imperfección, jugar con piratas en su propio universo, sentirnos bien por fuera aunque
estemos rendidos por dentro.

Esta ruleta de la fortuna da más vueltas que una montaña rusa.
Apostamos por amor y terminamos convertidos en desdichados sin corazón, con nuestras barajas sin valor en un juego de traición, retamos a la suerte y perdemos por culpa de la obsesión. No vuelvo a jugar contra dos, retiro todos mis intentos en vestir de blanco la decepción. En mi jardín no crecieron los tréboles que enterraste aquel último año, no encontré las respuestas a tus preguntas después de ese corto verano. Desaparecieron las mariposas confundidas, llené mi calendario de fechas caducadas, escribí cientos de historias delicadas para las personas equivocadas, y lo reconozco: soy culpable de apostarlo casi todo hasta quedarme con un tin de nada.

Me miro en un espejo y mi cara es el cuadro de un animal extraño, es un héroe derrocado por sus virtudes, con miedo de volar entre las multitudes, confundiendo sus reflejos con los mal llamados errores. Esperamos recibir el cambio de las cuentas pendientes, invertimos toneladas de ilusiones en distanciasinalámbricas, tratamos de llegar a fin de mes con las deudas del alma, queremos convertir en vacaciones un fin de semana;
dejamos pequeñas equis en los mapas de nuestras pieles, hacemos cruz y raya en la casilla número siete, la cual toca esa puerta sin cerrar en tu vida para devolverte la suerte.

Nada para siempre recordar, todo para nunca olvidar. No te odio pero tampoco te quiero, te volviste inolvidable para mí, me volví indispensable en cada uno de tus juegos, donde jugué con tres barajas y olvidé la fe de mi piel, escapé para nunca volver, te quedaste y jamás regresé. Recuerdo los casinos llenos de tentaciones y juegos ilícitos, la ciudad con sus luces y estrellas
llena de carteles y propagandas falsas donde los chicos buenos
siempre regresaban endeudados a sus casas. Una exhibición de idiotas con manzanas contaminadas, rodeada por francotiradores con sus armas cargadas de balas con nombres, de marionetas hipócritas y payasos de sonrisas simuladas. Quién dice que los malos no pueden convertirse en buenos y que las promesas sin cumplir nunca se las lleva el viento. Un cordero disfrazado de lobo fue quien robó todos mis sueños.

Continuaré en esta ruleta del amor, al abismo de mis oportunidades y esperanzas desgastadas, al borde de cada una de mis palabras, con mis amores abandonados, justo en el lado izquierdo de mi corazón. Todo es cuestión de suerte y el afortunado soy yo.

**Mi suerte nunca fue tan agridulce**

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