Capitulo 42

Mario:

El resto de los amigos de Mario, al igual que su hermano, llegaron a los pocos minutos de que él terminó su conversación con Ale. Todos pasaron a saludarlo, y probablemente el momento más incómodo se dio con Rosalina, pues ambos tuvieron que contener las ganas de besarse en los labios. Finalmente, Luigi se quedó algo apartado de Mario, quien simplemente levantó la mano y lo saludó. En respuesta a ello, Daisy se acercó a su pareja y lo tomó del brazo, hablandole al oído.

Daisy (susurrando) : ¿En serio? Estuvo a punto de morir ¿y tu sigues aplicandole la ley del hielo por lo de sus poderes y el haberte mentido?

Luigi no respondió, por lo que Daisy le apretó la mano.

Daisy : Se que dije que entendía que estuvieras molesto, pero esto es absurdo. No digo que te lances sobre él y lo abraces, pero al menos demuestrale que estabas preocupado.

Una vez que la castaña soltó su mano, el hermano de verde observó fijamente a su hermano, quien estaba hablando con Pauline, Rosalina y Peach. Recordó lo mucho que se preocupó al verlo herido, y recordó también todas las veces que él lo había ayudado. Así que comenzó a caminar hacia él, parandose enmedio de las chicas, quienes voltearon a verlo. Mario se quedó en silencio, y Luigi simplemente se agachó para abrazarlo. Todas las chicas sonrieron al ver a los hermanos reconciliados, y Mario correspondió al abrazo.

Luigi : Yo ... yo solo quiero que todo sea como antes.

Mario : No eres el único.

Ambos se separaron y se sonrieron, tras lo que chocaron los puños.

Mario : Menos mal que tu respuesta fue ignorarme, y no volver a emborracharte, porque esta vez estoy seguro de que Daisy sí te habría subido a patadas.

Daisy : Puedes apostarlo, porque si normalmente cantas regular, estando bolo parece que te estan matando.

Todo el grupo comenzó a reír, causando que Luigi se sonrojara.

Luigi (avergonzado) : ¡Dijiste que te gustaba como canto!

Daisy : Se llaman "mentiras piadosas" sweety.

Luigi (se cruza de brazos) : Como sea.

Peach : Bien ... em, ya que todos estamos bien con todos ¿cuanto tiempo vas a estar aquí, Mario?

Mario : Pues, eso dependera de lo que diga Ale. Pero me siento bien, así que espero regresar a la casa hoy, o a más tardar mañana en la mañana.

Peach : Bien.

Lana : Eso sí, es probable que enfrentes efectos secundarios, así que toma eso en cuenta.

Mario : Pft, Ale dijo que solo sería gripe, así que yo no me preocuparía por eso ...

Algunas horas después:

Mario salió de la sala médica de la nueva base a medio día, y regresó a su casa, en donde los efectos secundarios se dejaron sentir con fuerza, mandandolo a la cama. Así que estaba en su habitación, cubierto con una sábana delgada, y estaba junto a Luigi y Rosalina, quienes estaban cuidandolo. La rubia estaba sentada junto a él, y su hermano estaba parado en el marco de la puerta, vigilando por si Pauline se acercaba.

Mario (resfriado) : Esto es *cough, cough* absurdo ... ahhhh ... siento que voy a morir ...

Rosalina tomó un termómetro y le pidió a Mario que lo mordiera, tras lo que se lo retiró.

Rosalina : Vaya ... 42 grados centígrados.

Mario : Que irónico ¿no? ... antes con mi magia podía entrar en edificios en llamas sin lastimarme *achuuu* ... y ahora 42 grados de mierda me hacen sentir que me quemo por dentro ... ser normal apesta.

Rosalina : Si sigues con ese mal humor solo haras que esto sea peor. Mi mamá decía que llevar la enfermedad de forma positiva ayuda a alivianar el estrés.

Mario : Si tu lo dices ...

Rosalina tomó una bolsa de hielo que había traído de la refrigeradora y la envolvió con una toalla, colocandola en la frente de Mario.

Mario : Ahhhhh ... siiiii ... se siente frescoooo.

Rosalina : No sabemos cuanto durara esto, así que me encargare de hacerte sentir lo mejor posible.

Mario : Gracias Lina, eres la mejor ... te besaría si no fuera porque sería lo más desagradable del mundo.

Rosalina (sonriendo) : Tranquilo, estoy segura de que esto pasará pronto.

Ambos se tomaron de la mano, pero se separaron rápidamente cuando Luigi tocó la puerta con el pie. Y efectivamente, unos segundos después apareció Pauline llevando un balde lleno de agua y unas toallas en su brazo derecho.

Pauline : Hola Mario.

Mario : Hola Pauli ... te estaba hechando de menos ...

Mario sonrio levemente, lo que causó que la expresión de Rosalina cambiara por una fracción de segundo, luciendo triste. Pauline lo notó, pero pensó que se debía a su buena amistad con Mario, por lo que no lo tomó personal.

Pauline : Yo también te heche de menos, y me alegra que quisieras verme, pero estoy segura de que Rosa hizo todo lo que pudo para hacerte sentir mejor. Puedo ser tu novia, pero eso no te impide valorar lo que tus amigas hacen por ti.

Mario : Oh ¿mi comentario te molestó, Lina?

Rosalina : Eh ... un poco.

Mario (improvisando) : Pues ... no era mi intención. Aprecio que ... que ... *achuuu* ... ay ... ¿en que estaba? ... ¡ah, sí! Aprecio que estuvieras aquí conmigo, y estoy agradecido por todo lo que hiciste.

Pauline caminó hacia ellos, y Rosalina se levantó de la silla en donde estaba.

Rosalina : Gracias Mario.

Pauline : Bien Rosa, yo me encargare de él a partir de ahora. Y no es por mandarte, pero creo qur deberías aprovechar para hablar con tu papá sobre la universidad.

Rosalina (suspira agoviada) : Lo se ... aún no se como decírselo.

Pauline : Él sabe de tus poderes, seguro entendera.

Rosalina : Eso espero. Bien, supongo que hare eso ahora ... (voltea a ver a Mario) que te mejores.

Mario : Gracias.

Rosalina salió de la habitación y caminó hasta la suya, en donde buscó una mochila y metió su varita. El destello que vivía con ella salió de su escondite y flotó hacia su mamá.

Destello : Mamá ... ¿a donde vas?

Rosalina : Ire a hablar con mi papá, tu vendras conmigo.

Destello : ¿Es por lo que le pasó a Mario?

Rosalina : Sí, ... no puedo seguir exponiendolo a esos peligros, y tampoco debo exponerme yo.

Destello : Pero, él ahora esta bien ¿verdad?

Rosalina : Sí, solo esta algo resfriado, pero se le pasará.

Destello (suspira aliviado) : Menos mal.

El pequeño no recordaba todo lo que había pasado, pues al ver a Mario casi muerto después de su pelea con Bowsette lo había hecho entrar en shock. El resto era borroso, recordando claramente hasta que Mario estaba en la camilla, recuperandose de sus heridas. Aún no había podido hablarle, a pesar de que acompañó a su mamá a verlo consciente a donde estaba y a llevarlo de regreso a la casa.

Destello : Y ¿cuando podré hablarle?

Rosalina : Cuando regresemos, lo prometo (pensando) 'tal vez para entonces ya este mejor.'

Destello : De acuerdo.

El pequeño entró en la mochila de su mamá y ambos salieron de la habitación, dirigiendose a la puerta de la casa. Mientras, Luigi se quedó parado en el marco de la puerta de la habitación de su hermano.

Pauline : Em, Luigi, no es necesario que estes aquí todo el tiempo.

Luigi : No dejare a mi hermano solo, además, para algunas cosas se pueden necesitar dos personas.

Mario : Hermano, si quieres irte puedes hacerlo, yo estare bien. Pauline y Peach se quedaran aquí, y estoy seguro de que pronto me mejorare, así que ve a ver si Daisy quiere salir o algo.

Luigi : Em ... bueno ...

Mario : Hey, no me sentire ofendido si vas con tu novia (toma la mano de Pauline) yo tengo a la mía aquí.

Luigi sonrio levemente, tras lo que se acercó a su hermano y a Pauline.

Luigi : Bien, ire a ver si Daisy necesita algo ... que te mejores, hermano.

Luigi chocó su puño con la mano libre de Mario y colocó su mano en el hombro de Pauline, tras lo que salió de la habitación.

Mario : Y dime Pauli, ya que se fue ¿estabas preocupada por él, o solo querías que nos dejara solos?

Pauline evadió la mirada de Mario, sonrojandose levemente.

Pauline : No confirmare ni desmentire esa hipótesis.

Mario río suavemente, tosiendo un poco en el proceso.

Mario (suspira) : Como sea ... espero que al menos saque provecho de esto *cough, cough* no quisiera lidiar con el enojo de Daisy por acaparar toda la atención de Luigi.

Mientras, el hermano de verde se dirigió a la cocina, en donde encontró a Peach cocinando algo. Ella tenía su melena dorada recogida en una cola de caballo que le colgaba hasta la altura del cuello usando una banda de hule azul. Además, llevaba un delantal blanco con bordes rosados sobre su blusa rosada y sus pantalones azules. Al escucharlo entrando, la princesa del reino volteo a verlo, dandole una cálida sonrisa.

Peach : Hola Luigi ... ¿como esta Mario?

Luigi : Pues, igual que cuando comenzó con los síntomas, de hecho creo que peor ... lo cual es un poco bueno, pues significa que esta llegando al pico de la enfermedad. Y ¿tu que haces?

Peach (voltea) : Estoy cocinando un caldo, mi mamá solía hacer lo mismo cuando me daba un resfriado. Espero que le guste.

Luigi (sonriendo) : Creeme, la enfermedad jamás le quitara el apetito a nuestra familia ... jamás.

Peach (rie suavemente) : Eso espero, y también espero que esto lo haga sentir mejor ... y regresando a ti, Daisy salió de la casa.

Luigi : ¿Uh?

Peach : No te hagas el sorprendido. Si no estas con Mario, sino que estas dando vueltas por la casa, significa que estas buscando a Daisy.

Luigi (se rasca la cabeza) : Podría haber bajado por algo de comer, o para tomar agua ¿sabes?

Peach : ¿Bajaste a eso?

Luigi : ... ... ... No.

Peach rio suavemente, tras lo que Luigi también solto una pequeña risa.

Luigi : Pero solo fue casualidad.

Peach : Si tu lo dices.

Luigi : Y hablando de ello ... ¿a donde fue?

Peach : No lo se. Solo dijo que tal vez regresaría en la noche, y se fue.

Luigi : Um ... chale. Bueno, en ese caso ¿puedo ayudarte en algo? Seguro que Pauline me sacara de la habitación si voy a ver en que ayudo.

Peach : No lo se, Pauli es bastante calmada y seria, pero seguro que le molestaría. Así que sí, me gustaría tener tu ayuda.

Luigi se acercó a la princesa del reino y se paró a la par de ella.

Peach : Me alegra saber que podemos seguir siendo amigos.

Luigi : Digo lo mismo.

Rosalina:

La rubia aterrizó suavemente en la parte central de su hogar, y sin previo aviso cientos de destellos salieron volando hacia ella. Estos la abrazaron con fuerza, levantandola del suelo, y comenzaron a llenarla de preguntas y de "te extrañamos", mientras ella simplemente reía, pues también estaba feliz de verlos en persona nuevamente. Debido a todo este ruido, su padre y su hermano también se asomaron, sorprendiendose de que ella llegara sin avisar.

Una vez que pasó la euforia de los destellos, su hermano corrió hacia ella y la abrazó, tras lo que su papá también se acercó.

Hector : Vaya grata sorpresa, hija.

Rosalina : Lo se papá, pero debo decirte algo importante, tan importante que decidí venir a decirtelo en persona.

Hector : Entiendo.

Luis : ¿Pero vas a quedarte más tiempo, verdad? Porque estoy seguro de que tienes muchas historias que contarnos.

Rosalina (sonrie) : Sí, pero dejare que sea el destello quien se los cuente.

El pequeño destello que venía en su mochila salió flotando, y sus hermanos se acercaron a él para poder escuchar sus aventuras.

Luis : Bueno, algo es algo. Ya quiero averiguar si tienes nooooovioooo jajaja...

Rosalina se sonrojó al escuchar a su hermano hablar de novios, lo que causó que riera con más fuerza.

Rosalina : ¡Eso no te importa!

Su hermano salió corriendo junto al resto de destellos, dejandola sola con su papá.

Hector : Así que sí tienes novio ¿eh?

Rosalina volteo y vio a su papá a los ojos, parandose erguida para demostrar firmeza y serenidad.

Rosalina : Sí ... se llama Mario, y es como yo ... o lo era.

Hector : ¿Mario? ... ¿Uno de los hijos mellizos de los amigos de tu madre?

Rosalina : Sí. (respira hondo) Muchas cosas han pasado últimamente.

Hector (suspira) : Entiendo ... temía que este momento pudiera llegar, pero creo que era inevitable. Vamos a mi habitación, allí podremos hablar con privacidad.

Padre e hija comenzaron a caminar hacia el lugar indicado, y a los pocos pasos Hector se dio la vuelta repentinamente, hablando en un tono serio pero algo preocupado.

Hector : ¿Ya tuvieron sexo?

Rosalina (totalmente sonrojada) : ¡¡Papaaaa!!

Hector : Lo siento cariño, pero debo saber si sigues siendo mi pequeña o ... bueno ... si ya creciste.

Rosalina : ¡Claro que no lo hemos hecho! ¡Y no vuelvas a hacerme ese tipo de preguntas, son vergonzosas!

Hector : Esta bien, esta bien ... al menos este tal Mario parece ser alguien decente.

Rosalina (pensando en el hechizo y la vez que casi intiman) : Sí ... ... ... dentro de lo que cabe ...

Daisy:

La castaña iba caminando detrás de Lana en la isla yoshi, en una misión a la que las había mandado Ale.

Lana : En serio, gracias por acompañarme Daisy. Aunque este lugar sea pacífico, me siento más tranquila con alguien cuidandome las espaldas.

Daisy : No tienes que mencionarlo. Además, creo que en ningún lugar se esta a salvo de esta tal Bowsette.

Lana : Se llama Rojelia, por favor.

Daisy : Claro ... es solo que, bueno, es complicado que aún quede algo de Rojelia en quien los atacó.

Lana : Pues con que quede una pizca de ella, trataremos de salvarla.

Daisy : Je, suena a algo que Mario diría.

Lana : Lo se.

Daisy : Y ¿me puedes decir que hacemos aquí?

Lana : Ale comenzó a investigar sobre la estrella de luz que mencionó Rosa, y tal parece que la leyenda más fuerte sobre la misma se encuentra aquí en la isla yoshi. Así que vinimos a investigarla.

Daisy : ¿Y porque no vino él? Después de todo, él lo descubrió.

Lana : Porque involucra hablar con los yoshis, y ya sabes como es él cuando se trata de socializar.

Daisy : Pues habla con nosotras.

Lana : Es diferente. Se que es complicado de entender, pero básicamente no quiere relacionarse con nadie más.

Daisy (suspira) : Vaya molestia.

Mientras las dos chicas iban caminando por la selva, eran espiadas sin saberlo por Erick, quien se sorprendió al verlas. Sin embargo, no estaba seguro si debía acercarce: por un lado, era su oportunidad para compartir su conocimiento y avanzar en la búsqueda de su objetivo, pero por otro lado podía terminar siendo llevado preso a la base de ellos, perdiendo toda oportunidad de progresar. Y contra lo que pensaba, no fue necesario que tomara una desición, pues Lana se detuvo en seco, parando a Daisy.

Lana : ¡Sal ya, se que nos espías!

Daisy metió sus manos en sus bolsillos, sacando las dos pistolas que llevaba y poniendose espalda contra espalda con Lana.

Daisy (susurrandole a Lana) : ¡Pudiste haberme advertido antes!

Lana (susurrando) : Acabo de darme cuenta.

Erick (sale de su escondite con las manos en alto) : Tranquilas, solo soy yo.

Daisy fue la primera en voltear, apuntandole con sus pistolas.

Daisy : ¿¡Solo eres tu!? ¡Si eres el demente que secuestró a mi amiga!

Lana : ¡Quedate así Erick! (usa la flor de fuego) Un movimiento brusco y te reduzco a cenizas.

Erick : Esta bien, me quedo quieto, yo solo quiero conversar.

Lana : Claro, y trataras de convencernos de ayudarte ¿no es así?

Erick desvió la mirada. Era verdad, pero no de la manera que Lana estaba implicando.

Erick : Es cierto, pero quiero que me ayuden con algo de beneficio mutuo.

Daisy (tono sarcástico) : Sí, claro.

Erick : Es verdad. Tengo algo que puede interesarles, esta en el lugar donde me hospedo.

Lana : ¿Así que vas a llevarnos a un lugar que conoces muy bien y nosotras no?

Erick (gruñe) : Escuchame Lana, no les pediría ayuda si no estuviera acorralado. He estado investigando y descubrí un pergamino que podría guiarnos a la estrella de luz, pero no puedo descifrarlo solo ... no soy tan inteligente como Ale, o la otra chica que los acompaña, la de lentes.

Daisy (susurrando) : ¿Como sabe lo que vinimos a buscar?

Lana (susurrando) : Tal vez nos escuchó hablar. (le habla a Erick) Eso no es suficiente para confiar en ti.

Erick suspiró molesto, se le estaban acabando las opciones.

Erick : Bien ... ¿confías en los yoshis?

Lana : Sí. Son una especie pacífica, y son como familia para Mario.

Erick : Pues ve a hablar con su líder y preguntale por mí. Él los guiará hasta donde me hospedo.

Daisy (rie) : Tu no vas a ningún lado compañero.

Erick : Jamás dije que me iría. (mira a Lana) He cambiado, Lana. Sin la oscuridad en mi interior me di cuenta de que todo este tiempo solo fui una marioneta para la estrella oscura, un simple instrumento para que pudiera regresar. Tu estuviste en mi posición, pero cambiaste de bando y tus amigos te aceptaron.

Daisy : No lo escuches Lana, seguro intenta engañarnos.

Lana vio a Erick directo a los ojos, notando su expresión de súplica.

Erick : Por favor Lana ... debemos trabajar juntos si queremos terminar esto. Una vez que les de la información pueden irse y olvidar que me vieron, así como no compartir nada de lo que encuentren conmigo. Lo único que quiero es la satisfacción de que no dejamos que Selene ganara.

Lana : ¿Tu mamá?

Erick : No ... ella murió junto a mi padre, y jamás la recuperaré.

El grupo se quedó unos segundos en silencio, tras lo que Lana respiró profundamente.

Lana : Bien ... pero sigues siendo nuestro prisionero.

Erick : Gracias.

Lana se hizo a un lado y le hizo señas, tras lo que Erick se adelantó a las dos chicas y comenzó a caminar frente a ellas.

Lana (a Daisy) : Si intenta correr, le disparas, y yo le lanzare fuego.

Daisy : ¿Y si nos guía a una trampa?

Lana : Conozco el camino a la aldea de los yoshis, si nos desviamos demasiado, te dire para que le dispares.

Mario:

Los efectos secundarios habían comenzado a aligerarse, y la fiebre de Mario estaba bajando. Pauline dejó las toallas que había llevado en la palangana con agua, junto a la bolsa de hielo derretida que Rosalina había usado. Luego tomó el termometro y se lo colocó a Mario.

Pauline : Vaya Mario, ya solo 39 grados. La fiebre esta bajando.

Mario : Así parece ... aunque aún me siento terrible.

Pauline : Bueno, no se mucho de medicina normal, y menos de magia, yo solo se que 39 es menos que 42.

Mario (rie) : Como refutar eso.

Pauline (sonriendo) : Al menos ya esta regresando tu sentido del humor. Ire a dejar estas cosas ¿de acuerdo?

Mario : Claro, aquí espero.

Pauline tomó todas las cosas y salió de la habitación, momento en que Luigi y Peach subieron con el caldo que le habían preparado a Mario.

Peach (entrando) : Hola Mario, te traje algo que tal vez te ayude a sentirte mejor.

Luigi : Y yo ayude.

Peach se sentó en la silla, pasandole el plato a Mario.

Mario (se lame los labios) : Huele bien ... ¿que es?

Peach : Es caldo de pollo.

Mario tomó la cuchara y comenzó a beber el caldo.

Mario : Mmmmm ... esta delicioso, eres la reina de la cocina Peach.

Peach (sonrojada) : Gracias ...

Luigi : Y ¿como te sientes?

Mario : En definitiva mejor, ya no tengo tanta fiebre, aunque aún no estoy del todo sano.

Peach : Al menos ya hay avances. Seguro mañana ya estaras como nuevo.

Mario : Eso espero.

Mario continuo degustando lo que Peach le había preparado, quien lo veia en silencio. Ya iba por la mitad del plato, cuando la rubia rompió el silencio.

Peach : Oye Luigi ¿podrías ir a ver que esta haciendo Pauline? Tal vez necesite tu ayuda.

Luigi : ¿Segura?

Peach (lo voltea a ver) : Sí. Yo me quedare con Mario y me llevare el plato. Ya me ayudaste suficiente hoy.

Luigi (mira a Mario, quien asiente) : Eh, claro. Ya regreso.

El hermano de verde, algo confuso, salió de la habitación y fue a buscar a Pauline.

Mario : Y dime Peach ... ¿porque sacaste realmente a mi her... ?

Mario no fue capaz de terminar su oración, pues Peach se acercó a él rápidamente y le plantó un beso en los labios, casi causando que botara el plato. Como pudo, Mario lo dejó en la mesa de noche, y notó que Peach estaba llorando, pues notó sus lagrimas rozando sus mejillas. Sus labios eran los más suaves que había besado, y podía sentir el sabor a fresa de su lapiz labial. Luego del shock inicial, cerró los ojos y decidió entregarse al beso, pero a los pocos segundos de haberlo hecho Peach lo tomó de los hombros y lo arrojó lejos.

Más confundido que antes, Mario la miró fijamente, escuchandola sollozar. Ella tenía sus manos cubriendo su rostro, y veía al suelo.

Peach (llorando) : Yo ... yo lo siento Mario. Se que eres el novio de Pauline, pero ... pero yo ...

La princesa del reino levantó la vista, clavando sus ojos azules en él, los cuales estaban llorosos.

Peach : ¡Pero yo te amo, y este sentimiento me quema todos los días desde que te conocí! ¡Por favor deja a Pauline y ven conmigo!

Mario quedó en shock al escuchar la confesión de Peach, pues lo colocaba en una situación muy conplicada ... más complicada de lo que jamás imaginó ...


Fin de la segunda parte ... comienza el tramo final de esta historia jejeje, por lo que me tomare un pequeño descanso indefinido. Esten atentos, pues regresare algún lunes o viernes ... hasta la próxima ;)

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