Capitulo 37
Daisy:
La princesa de Sarasaland llegó hasta la habitación de Luigi, tocando la puerta. Al no recibir respuesta volvió a tocar, y continuo haciendolo hasta que escuchó ruido del otro lado y Luigi abrió la puerta.
Luigi (molesto y confundido) : ¿Que quieres ... Daisy?
Daisy (se cruza de brazos) : Ayudarte ... pense que era obvio.
Luigi : Yo ... quisiera estar solo.
Daisy : Tal vez, pero eso no te va a beneficiar. Nadie tiene porque estar solo ¿sabes?
Daisy dio un paso hacia el frente, haciendo retroceder a Luigi, y continuo así hasta que lo hizo sentarse en la cama. Ella se sentó a la par de él y posó su mano en su muslo, acariciandolo.
Daisy : Mario y tu ... son muy unidos ¿verdad?
Luigi : La verdad ... ya no se que responder a eso.
Daisy : Haz de cuenta que esto nunca pasó, y responde a la pregunta.
Luigi : Mmmm ... pues ... sí ... Mario y yo ... era ... somos muy unidos. Siempre nos cuidamos las espaldas ... y nos contabamos todo ...
Daisy : Oye, se que es difícil aceptar que te haya ocultado cosas sobre él ...
Luigi (la interrumpe) : ¡No solo sobre él! Pudo decirme de nuestros padres, quienes eramos, de donde veníamos, el porque del cambio de actitud de nuestro papá adoptivo ... eran cosas que yo también merecía saber.
Daisy : Lo se, y comprendo que eso te moleste, pero creeme, si vieras de lo que las personas que querían a Mario son capaces de hacer, entenderías porque nunca te contó la verdad. Ya viste que secuestraron a Rosa, y además ... Mario estaba avergonzado de tener esos poderes.
Luigi : ¿E ... en serio?
Daisy : Bueno, no fue hasta que llegaron aquí que comenzó a ser más social, al menos según lo que me has contado.
Daisy tomó las manos de Luigi con las suyas.
Daisy : Lo que trato de decir es que, si bien duele que las personas en las que confias te oculten cosas que quieres saber, eso no borrara todo lo bueno que has vivido con Mario. Son hermanos, y los hermanos nunca se abandonan, se pelean, cierto, pero eso lo hacemos todos, hasta las mejores parejas.
Luigi : No lo se Daisy ... no creo que todo vuelva a ser como antes.
Daisy : No lo sera, pero estoy segura de que saldremos adelante. Mario te quiere, y creo que eso es lo que importa.
Luigi sonrió, tras lo que abrazó a Daisy.
Luigi : ¿Él te dijo que vinieras?
Daisy (lo abraza) : No, yo me ofrecí a venir en su lugar. No quiero verte triste de nuevo, y creo que a él no lo habrías escuchado.
Luigi (rie) : Tienes razón.
Mario:
Después de unos cuantos segundos, Mario se separó rápidamente de Rosalina.
Mario (arrepentido) : No ... no ... esto no es correcto ...
Mario iba a incorporarse cuando Rosalina lo sostuvo de la espalda, pegandola a ella de nuevo. Mario la vio fijamente, notando que estaba sonriendo y lucía muy feliz. Un nudo se le hizo en la garganta y fue incapaz de hablar, por lo que ella tomó la palabra hablando de forma dulce y llena de ilusión, se notaba que estaba enamorada.
Rosalina : No debes preocuparte por robarte mi primer beso ... porque no lo hiciste, yo te lo di. Desde que te conocí me lleve bien contigo, y le agradaste mucho a destellín jiji ... los destellos no suelen confiar en cualquiera ¿sabes? Siempre has sido bueno con él y conmigo, y a pesar de tus defectos sigues siendo una buena persona, amable, atenta y que piensa en los demás antes que en si mismo. Yo ... yo te amo, Mario ...
Mario se sentía entre confundido, feliz y terrible, cerrando los ojos para no verla a los ojos. Pero Rosalina levantó su rostro y pegó sus labios a los de él, besandolo de nuevo. Mario la tomó con sus brazos y la levantó, recostandose él en la cama y quedando ella ensima. Movió sus manos hasta su pelo y comenzó a jugar con el, acariciando además su cabeza. Ambos estaban muy sonrojados, y Rosalina secaba las pocas lágrimas que salían de los ojos de Mario mientras se besaban tiernamente. Y esta vez, Mario se sintió diferente, era como si este beso fuera el más especial que le habían dado. Todos los momentos que pasó junto a Rosalina llegaron a su mente, y con cada uno de ellos recordó lo bien que se había sentido, la calidez que ella le transmitía cuando le sonreía.
Ambos se separaron luego de unos segundos, para así poder recuperar el aliento. Y entre los jadeos, Mario finalmente susurró sus verdaderos sentimientos, aceptandolos.
Mario : Te amo ... Lina ...
Rosalina sonrio, y lo habría besado de nuevo de no ser porque él la detuvo, poniendose su dedo índice frente a sus labios.
Mario : Pero no podemos estar juntos, no ahora.
Rosalina (se quita el dedo de Mario de los labios) : ¿Porque? Yo tengo poderes, y espero que Ale pueda enseñarme a usarlos. Soy parte de tu equipo, así que no trates de hacerme a un lado con la excusa de que quieres protegerme.
Mario : Es que ... no es por eso.
Rosalina (confundida) : ¿Y entonces porque es?
Mario comenzó a levantarse de la cama, por lo que Rosalina se incorporó también, quedando de rodillas sobre la misma. Una vez que Mario se sentó en la cama, vio hacia abajo, pues no quería verla a los ojos cuando le explicara la situación.
Mario : Ve ... veras, como ya sabes, mis poderes venían de magia oscura, una muy poderosa pues yo tenía dos fragmentos de la estrella oscura en vez de uno. Lo que eso causó fue que tuviera otra personalidad, una basada en esa magia oscura. Y la consecuencia de ello fue que, sin querer, hechice a Pauline, Peach y Daisy para que se enamoraran de mí, y la única manera de quitarles el hechizo es saliendo con ellas. A Daisy ya se lo quité, y ahora estoy saliendo con Pauline. El día que te secuestraron me confesó sus sentimientos y yo acepte, así que técnicamente somos novios.
Mario cerró los ojos y apretó las sábanas de su cama esperando un golpe que jamás llegó. En vez de eso, la calmada voz de Rosalina llegó a sus oídos.
Rosalina : Y al quitarles el hechizo ¿que pasa?
Mario (abre los ojos) : Pues que olvidan lo que hicimos juntos, y dejan de amarme.
Rosalina : ¿Y si ya te amaban sin el hechizo?
Mario : Pues ... no recordaran que fuimos pareja, así que mala suerte para ellas, porque solo hago esto para librarlas del hechizo, pues mientras lo tengan no pueden enamorarse de nadie más. Aprendí a identificar quienes tienen el hechizo, y así se que tu no lo tienes. Y bueno, ahora que perdí mis poderes pues es posible que el hechizo se halla roto, o que Ale encuentre otra forma de romperlo que no involucre salir con ellas.
Rosalina : La primera lamento decirte que no es posible, pues Pauline parecía muy decidida a venir a verte.
Mario : Oh ...
Rosalina : Dices que a mi no me hechizaste ... ¿porque?
Mario : La verdad ... no se. Aún no puedo explicar el porque. Solo recuerdo aquel día en que te di el cuadro y me besaste en la mejilla. Nos separamos muy rápido, tuve una rara sensación y ... bueno ... (se sonroja) soñe contigo.
Mario notó que Rosalina también se sonrojó, pero en su caso todo su rostro se puso colorado.
Rosalina : Pues ... yo ... yo tam ... también soñe co ... contigo.
Ella comenzó a jugar con su blusa, se notaba que estaba nerviosa por algo.
Mario : Yyyyy cambiando de tema ... dime, ¿como te sientes con ... bueno, esto?
Rosalina comenzó poco a poco a regresar a su color natural, tras lo que volteo a ver a Mario.
Rosalina : No ... no lo se. Aunque sepa que tu me amas a mí, y que esto lo haces por remendar un error que cometiste por culpa de lo que somos ... sigo teniendo sentimientos y ... aunque Pauline y Peach sean mis amigas yo ... yo no ... no se si podre verte con ellas ... abrazandolas ... y ... besandolas ...
Rosalina bajó el rostro, y Mario se acercó a ella, abrazandola. La rubia recostó su cabeza en su hombro, y él le susurró suavemente en el oído.
Mario : No puedo permitir que ellas vean que te amo. El hechizo es de magia oscura, y no quiero imaginar lo que podrían hacerte para quitarte del camino y quedarse conmigo. Ya empece con Pauline, y me temo que ya no hay vuelta atrás.
Rosalina : Lo entiendo, en verdad.
Mario : Me gustaría estar libre de esto, pero no puedo. Y lamento haberte besado...
Rosalina (lo interrumpe riendo) : ¿Bromeas? ... no planeaba darle mi primer beso a otra persona que no fueras tu, y creeme que jamás lo olvidare. Prefiero verte con ellas sabiendo que me amas, a hacerlo sin tener ni idea de lo que sientes por mí. No es lo ideal, pero sí es mejor.
Mario : Soy malo con esto de las relaciones, pero tal vez te sirva saber que esos besos fueron los mejores que he tenido.
Rosalina volvio a reír suavemente y se separó un poco de Mario, topando su frente con la de él.
Mario : Con ellas debere improvisar, seguirles el ritmo y ver a donde nos lleva, pero contigo ... contigo soy yo mismo. Mis abrazos, mis besos y mis cumplidos ... vienen de mi corazón y son solo para ti. Tu tienes mi mejor versión, y para mí no hay nada mejor que estar contigo, pues a mis ojos tu eres perfecta.
Rosalina sonrio y sus ojos brillaron, sonrojandose un poco.
Rosalina : Podría besarte otra vez ... pero no se que tan seguro sea.
Mario : Ayudar a alguien deprimido toma tiempo ... yo no me preocuparía.
Mario volvió a besar a Rosalina en los labios, y ambos se recostaron en la cama.
Daisy:
Daisy (se separa del abrazo) : Y ahora que ya estas algo mejor, dime ¿vas a ayudar?
Luigi : ¿Con que?
Daisy (le da un toque en el hombro) : Vamos, ya sabes con que, con los tipos malos.
Luigi : No se ... creo que no sería de mucha utilidad.
Daisy : Pues ahora solo dos miembros de todo el equipo tienen poderes, y me aceptaron a mí antes de que eso pasara, así que no digas que no serías de utilidad. Así que preguntaré de nuevo ¿vas a ayudarnos?
Luigi se quedó callado por un par de segundos, tras lo que vio a Daisy a los ojos.
Luigi : Sí. Si estas personas son tan malas como Mario y Rosa dicen, hay que hacer todo lo posible por detenerlos.
Daisy abrazó a Luigi y le dio un beso en la mejilla.
Daisy : ¡Sabía que aceptarías! Esto va a ser muy entretenido.
Luigi : ¿Entretenido?
Daisy : Sí, disfruto mucho esto de pelear contra los malos, y si puedo hacerlo junto a mi sweety, pues mejor aún.
Luigi : Oye ... me gusta ese apodo jeje.
Daisy : Pense en el porque eres como un caramelo: dulce y difícil de odiar.
Luigi : Gracias.
En ese momento alguien tocó a la puerta de la habitación de Luigi.
Luigi : Yo abro.
El hermano de verde se separó de su pareja y caminó hasta la puerta, sorprendiendose de ver a Pauline del otro lado.
Pauline : Hola Luigi ... eh ... ¿como estas?
Luigi : Pues, algo mejor ... aunque aún es temprano para que todo vuelva a como era antes.
Pauline : Lo se, pero me alegra que lo estes llevando bien.
Daisy (se acerca) : Y por cierto, y no es por ser grosera pero ¿que haces aquí en vez de con Mario?
Pauline : Pues, Rosa decidió hablar con él ya que bueno, ambos tienen poderes y pasaron por eso de ocultar su verdadera naturaleza a los demás. Me pareció razonable.
Daisy (pensando) : 'Ay no, esto podría ser la receta perfecta para el desastre.' (Hablando) Sí, tienes razón, pero creo que él también espera que su novia se preocupe por él.
Pauline : Lo se, y por eso quería hablarle también, pero vine aquí primero pata hacerle tiempo a ellos de que hablen sus cosas.
De repente, la puerta de la habitación de Mario se abrió y de la misma salió Rosalina, aún terminando de arreglarse el pelo. Al ver a Pauline en el pasillo dio media vuelta y se fue rápidamente a su habitación, evitando cualquier contacto con ella.
Daisy : Parece que ya terminaron.
Pauline : Sí ... aunque eso fue ... raro.
Luigi : Sí, parecía que quisiera evitarte.
Daisy (pensando) : 'Pelo desordenado, evadir contacto visual ... esto no me gusta.'
Pauline : Bueno, ire a ver como esta Mario y luego hablare con Rosa para decirle de nosotros.
Daisy (pensando) : 'Sí, esto se pondra feo.' (hablando) Claro, seguro será lo mejor, nosotros nos quedaremos aquí para no molestar.
Daisy tomó a Luigi del brazo y lo metió rápidamente a la habitación, cerrando la puerta.
Pauline (pensando) : 'Eso fue rudo ... '
Pauline comenzó a caminar hacia el cuarto de Mario, y al estar cerca del marco de la puerta lo vio tirado en la cama, viendo fijamente al techo.
Pauline : Hola Mario.
Mario se incorporó en la cama, sentandose.
Mario : Hola Pauli.
Pauline : Ya hable con Luigi, y dice que esta mejor.
Mario (sonrie) : Gracias. Yo también estoy mejor, Lina me convenció de que no debo odiarme por esto y que Luigi no me odia.
Pauline (entra a la habitación) : Claro que no te odia, eres su hermano (se sienta a la par de él) y me alegra de que Rosa te ayudara en esto.
Mario : Sí, pero (pone su mano en la pierna de Pauline) al igual que mi hermano, tener también el apoyo de mi novia me gustaría.
Pauline : Lo se, y por eso vine.
Pauline abrazó a Mario, quien correspondió el abrazo.
Mario : Te quiero Pauli.
Pauline : Y yo te amo, Mario.
Peach:
La princesa del reino se encontraba en su habitación, viendo fijamente a la bolsa de cosas que Daisy le había dado en vez de tirarlas. Con Erick siendo el malo de la historia que estaba viviendo, la probabilidad de verlo de nuevo era casi nula. De sus tres candidatos iniciales ya solo quedaba Mario, quien estaba con Pauline. Nadie más le interesaba, y ahora que solo se estaba centrando en Mario, el hechizo comenzó a crecer en ella, más de lo que había crecido en Pauline. La idea de intentar seducirlo en secreto y convencerlo de cambiar a Pauline por ella rondaba más seguido su cabeza.
Era obvio que a Mario no le agradaba mucho su forma de ser, pero cambiarla no sería fácil. En vez de eso, tal vez podía ofrecerle la oportunidad de tener una aventura con ella, de empezar como su amante que le daría lo que Pauline no estaba dispuesta a darle, y con el tiempo lo haría caer ante ella. Sí, eso parecía una buena idea, pero para que funcionara no debía ser una novata en el tema sexual. Al menos algo debía saber, así que tomó su computadora y comenzó a buscar "material de referencia."
Luigi:
Daisy sentó al hermano de verde en su cama, y ella se quedó parada frente a él.
Daisy : Bien, escucha lo que voy a decir a continuación porque si vas a estar con nosotros, en definitiva debes saber esto...
Daisy fue interrumpida por alguien tocando la puerta, y se sorprendio cuando dicha persona habló.
Rosalina : ¿Daisy, estas allí?
Sin decir nada, la castaña abrió la puerta y metió rápidamente a Rosalina a la habitación, cerrando la puerta de nuevo.
Daisy : Menos mal que viniste.
Luigi (confundido) : ¿Alguien me explica que pasa?
Daisy : Lo mismo estaba por preguntarle a Rosa.
Rosalina (calmandose) : Bien, bien, aunque primero (señala a Luigi) ¿el sabe del hechizo?
Daisy : No, pero este es un buen momento para decirle así que no te preocupes.
Luigi : ¿Hechizo?
Daisy (le tapa la boca) : ¡Shhhhh! Ya dije que te explicaremos. Prosigue Rosa.
Rosalina : Bueno. Mario me contó del hechizo y el hecho de que él y Pauline son pareja.
Daisy : Aja ...
Rosalina : Pero antes de eso él ... y yo ... bueno ... nos besamos y confesamos nuestros sentimientos por el otro.
Daisy : ¿¡Queeeeeee!?
Luigi también dio un grito apagado, tras lo que Rosalina le tapó la boca a Daisy y puso su mano sobre la mano de Daisy en la boca de Luigi.
Rosalina : ¡Shhhhhh! No griten.
Daisy se quitó la mano de su amiga de la boca.
Daisy : ¿Porque? Bueno, se que tu estas enamorada de él pero ¿tienes idea de cuanto complicara esto las cosas?
Rosalina : Ya te dije que fue antes de saber esto. Él estaba triste, y se me acercó y ... me paralize. No supe que hacer y cuando me besó me sentí tan feliz que ya nada más me importó.
Daisy : Madre santa, en verdad estas enamorada.
Rosalina : Y por eso vine, para pedir tu ayuda. Soy mala fingiendo, y Mario no solo debe hacer esto con Pauline, también con Peach.
Luigi se quitó la mano de Daisy y la de Rosalina de la boca, hablando molesto.
Luigi : ¿¡Pueden explicarme que esta pasando!?
Las dos chicas pusieron sus manos nuevamente sobre la boca de Luigi al mismo tiempo.
Rosalina y Daisy : ¡Shhhhhhh!
Luigi no tuvo otra opción más que calmarse, para que lugo las chicas retiraran sus manos de su boca y le explicaran toda la historia del hechizo (incluyendo la parte de Daisy, pero omitiendo la parte donde ambos perdieron la virginidad juntos. Ya que ninguno recordaba como había pasado, era algo que se podía quedar como una mala pesadilla)
Luigi quedó casi un minuto en silencio luego de la explicación, tras lo que decidió hablar.
Luigi : Entonces (a Daisy) ¿Mario y tu salieron?
Daisy : ¡Arghhhh! ¿De todo lo importante en eso te fijaste? ... pues sí tontito, salí con tu hermano pero ya no lo recuerdo.
Luigi : Pero él sí.
Daisy : ¡Y eso que, hace unos minutos se estaba besuqueando con Rosa, hasta le desordenó el pelo, es evidente que no le intereso así que deja esos celos y concentrate!
Luigi (asustado) : Claro ... y, em ... hablando de Rosa ... ¿que vas a hacer ahora?
Rosalina : Por eso necesito ayuda.
Luigi : Pues, no hay mucho que hacer. Si quieren evitar que Pauline se de cuenta de esto, sería una mala idea que quieras estar con Mario.
Daisy : A menos que lo haga en secreto.
Luigi : ¡No! Las aventuras siempre se descubren.
Daisy : No si nosotros la ayudamos. Así, Mario saldra con ella y con Pauline sin que Pauline se entere.
Rosalina : No lo se ... no me siento cómoda con esto.
Daisy : ¡Vamos! Tu amas a Mario, él te ama, y Pauline esta bajo un hechizo que cuando se rompa no recordara haber estado con Mario, y lo que siente ahora es culpa del hechizo. No lastimaras a nadie.
Luigi : ¡Oigan, ya dije que me opongo a... Mmmfmfmfmfm ...!
Daisy (le tapa la boca) : Deja que Rosa decida.
Rosalina : Pues ... primero quiero saber que opina Mario sobre esto.
Luigi (se quita la mano de Daisy) : Bien, sabia desición.
Daisy : ¿Seguro? Porque de lo poco que conozco a tu hermano, puedo intuir cual será su respuesta.
Luigi se dejó caer en su cama, suspirando.
Luigi : ¿Como nos metimos en esto, hermano?
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