Capitulo 28

Ale subió al primer nivel de su casa, en donde se topó con Daisy.

Ale : Bien, es hora de que regreses a tu casa.

Daisy : Espera ¿y el monstruo?

Ale : Mario se quedara aquí el fin de semana para aprender a controlar su lado oscuro. Tu, para mientras, le diras al resto que tuvo que quedarse conmigo para terminar de afinar unos detalles sobre un caso complicado en el que trabajamos ¿hecho?

Daisy (molesta) : Hecho ... grrrr, siempre odie guardar secretos.

Ale : Pues lamento decirte que es importantisimo que lo hagas, si se llega a saber esto muchas vidas correran peligro.

Daisy : Hare lo mejor que pueda, pero debo decirte que soy una persona muuy curiosa.

Ale : Pues menos mal que sabes pelear, porque de lo contrario creeme, ninguno de nosotros se esforzaría por salvar tu entrometido trasero.

Daisy sonrio levemente ante el comentario.

Daisy : Me agrada tu actitud.

Ale (levanta los brazos) : Que puedo decir, soy bastante honesto.

Daisy (rie levemente) : Y bien ¿como vas a llevarme?

Ale (saca un pequeño cubo metálico de su bolsillo) : Con esto, ahora dame tu mano y pase lo que pase no me sueltes o tus moléculas se dispersaran por el planeta, y no garantizo descubrir donde terminaran las partes de tu cuerpo.

Daisy, algo desconfiada, tomó la mano de Ale, tras lo que el científico presionó un pequeño botón rojo en el cubo. Lo siguiente que Daisy vio fue un vórtice de color azul enorme, sintiendo como una fuerza invisible la jalaba hacia atras, intentando separarla de Ale. Y de repente, sintió piso debajo de ella, todo se puso borroso, y al abrir los ojos se dio cuenta de que estaba frente a su casa. Se separó de Ale y se tambaleo un poco, siendo sostenida por él.

Ale : Tranquila, el primer transporte estando consciente suele ser rudo.

Daisy (se levanta quitandose a Ale de ensima) : Sí, gracias ... pero estoy bien, solo algo ... mareada.

Ale (molesto) : Bien ... como quieras. Y recuerda, no menciones nada de lo que te dije, especialmente sobre el hechizo de amor. Si ellas estan bajo el mismo, solo conseguiras que te odien.

Daisy : Esta bien, intentare tener algo de tacto al momento de averiguar ¿de acuerdo?

Ale : Ni lo intentes, porque a como yo lo veo, tienes hasta menos tacto que yo, y eso ya es decir bastante.

Antes de que Daisy pudiera golpear a Ale por el comentario, él desapareció de su vista, apareciendo nuevamente en su casa.

Ale : Fuuu, menos mal que fui rápido o me habría llevado su mano conmigo. Tal vez deba hacerle caso a Catherine y revisar la manera en que entrego la información.

Ale se dirigió a la celda en donde había dejado a Mario, indicandole que saliera y lo siguiera.

Mario : Y ¿a donde vamos?

Ale : A una habitación donde puedas recostarte y estar cómodo. La única manera de lidiar con tu parte oscura es atraves de tu mente, así que te ayudare a entrar en ella.

Mario : ¿Tu hiciste lo mismo?

Ale : Sip. En caso de que no conozcas a alguien con poderes mentales, pues puedes esperar a que tu parte oscura trate de poseerte y batallar contra ella, pero llegar a ese extremo no sera necesario gracias a mis poderes.

Mario : Ok.

Los dos llegaron a la habitación para huéspedes de la casa del científico, quien le pidio a Mario que se recostara en la cama.

Ale : Escucha atentamente: No podras salir de tu mente hasta que derrotes a tu parte oscura, y si dejas que ella gane entonces sera ella la que comience a controlar tu cuerpo ¿quieres hacer esto ahora o quisieras perfeccionar más tu técnica de combate?

Mario (respira profundamente) : Quiero hacerlo ahora ... ya es hora de que aprenda a controlarme.

Ale : Pues en ese caso, suerte.

Ale colocó sus manos sobre la cabeza de Mario, quien sintió un leve cosquilleo en su cabeza, tras lo que comenzó a sentir mucho sueño, cerrando sus ojos. Al volver a abrirlos se dio cuenta de que estaba flotando en un vacio negro, el cual comenzó a transformarse en la casa en la que él vivia con el resto, dejandolo lentamente de pie en el suelo. Habia un silencio absoluto en el lugar, lo que inquietaba a Mario. Sin embargo, este sentimiento no duro mucho, pues de repente comenzó a escuchar pasos detras de él, quedandose sorprendido al voltear.

Parado detras de él, y viendolo fijamente, se encontraba él mismo, pero sus pupilas eran totalmente rojas, tenía garras en las manos, una cola negra llena de espinas y dos alas negras de dragón en la espalda. Esa otra versión de él le sonrio de manera burlona, avanzando unos pasos.

Mario O. : Así que, decidiste venir ¿eh?

Mario (tenso) : Pues sí, ya decidí que estoy harto de ti tomando el control de mi cuerpo.

Mario O. (rie) : Actuas como si te hubiera perjudicado de alguna manera, cuando no lo hice. Te defendí en situaciones de máximo peligro, y te conseguí un grupo de chicas muy bonitas para que escojas la que más te guste.

Mario : Jeje, no trates de excusarte en eso. Lo que haces es de forma egoísta, lastimando a los demás para estar bien tu, y eso no va conmigo.

Mario O. : Entonces supongo que quieres demostrarme que solo tu mandas en este cuerpo ¿verdad?

Mario (se pone en posición de combate) : Exacto.

La parte oscura de Mario comenzó a reír, y sin previo aviso se lanzó contra Mario...

Daisy:

La castaña casi se va de cara al momento en que su puño no impacto con nada, pero luego de dar unos cuantos trompicones logró estabilizarse.


Daisy (entre dientes) : Idiota.

Ella volteo a ver a su casa y comenzó a caminar hacia la misma, entrando por la puerta principal. Dejó sus llaves junto al resto, y al momento de entrar a la sala vio como Peach salía corriendo hacia ella y la abrazaba fuertemente.

Peach (aliviada) : ¡Ay amiga, por fin apareciste, me tenías tan preocupada!

El resto de sus compañeros se fueron acercando, quedandose a una distancia prudente. Pauline se tapó la cara con su mano derecha, suspirando aliviada; Luigi se quedó un poco más atras, debatiendo como debia comportarse; y Rosalina se quedó a la par de Pauline, sonriendo al ver lo cercanas que son Peach y Daisy.

Daisy (exhausta) : Hola Peachy, a mi también me da gusto verte de nuevo pero ... me estas asfixiando.

Peach (la suelta) : A claro ... lo siento jeje. Es solo que estuviste desaparecida por mucho tiempo, y realmente me preocupe.

Pauline : Nos preocupamos.

Rosalina (buscando con la mirada) : Sí, ... estabamos asustados por no poder contactarlos y ... ¿donde esta Mario?

Pauline (desvia la mirada a la entrada con cautela) : Siii ... ¿donde esta él?

Daisy (rasca su cabeza) : Bueno, él se quedó con su compañero, pues usaran todo el fin de semana para trabajar en un caso algo complicado, aunque no quisieron decirme que. Debe ser algo confidencial, supongo.

Rosalina y Pauline : Oh.

Daisy comenzó a avanzar y llegó a donde estaba Luigi, quien bajó la cabeza al tenerla cerca.

Luigi : Yo ... em ... también estaba preocupado por ti y por mi hermano. Pero si dices que él esta bien, entonces ya me siento más aliviado ... gracias por seguirlo.

Daisy, en vez de responder, abrazó al chico de verde, quien se sonrojó, pues no esperaba esta muestra de cariño de parte de la castaña.

Daisy : Gracias por preocuparte por mi.

Luigi (nervioso) : Em ... de ... de nada jeje ... es lo que hacen los amigos ...

Daisy : Sí ... amigos ...

Daisy soltó a Luigi y se dirigió a su habitación.

Daisy (pensando) : 'Bien, Rosa ya me dijo que esta enamorada de Mario, así que ella fijo tiene el hechizo. Peach ... bueno, ella es un misterio y dudo que alguna vez se haya enamorado realmente de alguien, así que la dejare en un tal vez. Y Pauline, a juzgar por su reacción al no ver a Mario es probable que también este bajo el hechizo, pero debo asegurarme. Sin embargo, ella es más seria y madura que Rosalina, así que debere buscar otra técnica para sacarle sus sentimientos por Mario.'

Mientras la castaña se dirigía a su habitación, el resto se encargó de arreglar su casa para la visita de Erick.

Luigi (pensando mientras barre el piso) : '¿Porque me abrazó? ... Daisy suele ser bastante brusca ... me pregunto que trama ...'

Rosalina (pensando mientras sacude) : 'Mario ... espero que estes bien ... ojala respondieras las llamadas ...'

Pauline (pensando mientras limpia la cocina) : 'Y justo el fin de semana que le voy a decir que hay ensayo el lunes, él decide no venir. Mmmm ... solo espero que en algún punto decida contestar mis llamadas...'

De repente, sonó el timbre de la casa.

Peach (emocionada) : Yo voooooy.

La rubia salió corriendo hacia la puerta, y al abrirla se encontró con Erick del otro lado, quien venía usando una camisa negra y unos pantalones azules con tenis blancos.

Erick (sacude su mano a manera de saludo) : Hola.

Peach (lo abraza y le da un beso en la mejilla) : Hola ... gracias por venir.

Erick (separandose) : Mas bien gracias a ti por invitarme, creo que ya me hacía falta conocer nuevas personas jeje.

Peach (sonriendo) : Ya lo creo ... ven, pasa adelante.

Peach comenzó a guiar a Erick atraves de su casa, presentandole a sus amigos.

Peach : Ellas son Pauline, hija del alcalde de Nueva Donk, y Rosalina.

Erick (les da la mano) : Hola, es un gusto conocerlas.

Pauline y Rosalina correspondieron al saludo, y Erick sostuvo por unos segundos más la mano de Rosalina, viendola fijamente a los ojos. Rosalina retiró su mano algo confundida y nerviosa, causando que por unos breves segundos Peach frunciera el seño, relajandolo al momento en que Erick la volteo a ver. Después de eso, ambos siguieron avanzando.

Peach : Este chico de aquí es Luigi.

Erick (le da la mano) : Hola, es un gusto.

Luigi (serio) : Lo mismo digo.

Una vez que terminó el saludo, Luigi comenzó a avanzar, y al momento de pasar cerca de Erick le susurró algo al oído.

Luigi (en tono despectivo) : Ten cuidado con ella, te botara en cuanto dejes de divertirle.

Él siguio su camino, dejando a Erick parado donde estaba.

Peach (lo voltea a ver) : ¿Que te dijo?

Erick (reaccionando) : ¿Uh? ... ah, este ... bueno, me dijo que no muchas personas suelen ser invitadas aquí.

Peach : Bueno, eso es cierto, esta casa es un poco "exclusiva", pero tu no te preocupes, no vamos a sacarte ni nada jijiji.

En ese momento, Daisy bajó del segundo piso y se topó con la pareja. Ella iba vestida con un pants azul y una blusa naranja que dejaba su estómago al descubierto, llevando además un sueter blanco.

Peach : Y ella es Daisy, princesa de Sarasaland.

Erick (le tiende la mano) : Hola, es un placer.

Daisy (le da la mano) : Lo mismo digo.

Erick : Y ¿ya no hay nadie más?

Peach : Bueno, falta Mario, el hermano de Luigi, pero él esta fuera este fin de semana.

Erick : Ya veo ... pues me lo saludan de mi parte.

Peach : Por supuesto.

Una vez hechas las presentaciones, todo el grupo pasó a la sala, en donde se pusieron a conversar entre ellos. Se sentaron en un orden arbitrario, con la excepción de Peach y Erick, quienes se sentaron juntos, y Luigi, quien se sentó lo más lejos de estos dos que pudo.

Erick : Así que ¿que estudian ustedes?

Pauline : Política.

Rosalina : Magia.

Luigi : Medicina.

Daisy : Yo no estudio, yo entreno para un día ser la mejor atleta del mundo.

Erick : Interesante ... entonces, veo que Rosalina nació con el don de la magia, uno muy raro en humanos.

Rosalina : Bueno, realmente no nací con él, yo ... lo obtuve en un accidente luego de que mi madre murió.

Erick : Oh ... yo ... lo lamento, no queria ...

Rosalina (lo interrumpe) : Esta bien, ya lo supere.

Pauline : Y tu Erick ¿no consideraste otras opciones aparte de chef?

Erick : Bueno, considere durante un tiempo hacerme abogado para llevarle justicia a aquellos que lo necesitaran, pero luego descubrí que leer demasiado no es lo mío jeje, así que desistí. De allí, pues descubrí mi pasión por la cocina y eso me ha traído hasta aquí.

Pauline : Interesante.

Daisy : Y dinos Erick ¿de donde eres?

Erick : Pues soy originario del reino de Amissa, pero me quedo aquí en un pequeño apartamento rentado.

Daisy (levantando una ceja) : ¿Amissa? ... jamás había oído sobre ese reino.

Erick : Pues es normal, queda al otro lado del mundo jeje, y realmente no hay nada interesante que ver allí.

La plática continuo de manera normal, y de esa manera fueron conociendose mejor. Una vez que llegó la hora del almuerzo, Peach fue a la cocina para comenzar a prepararlo todo, y Erick se ofreció a ayudarla. El resto del grupo se quedó en el comedor, y Daisy no pudo evitar notar que Luigi miraba de vez en cuando a Peach y a Erick de forma melancólica, pues ambos estaban divirtiendose bastante, conversando y riendo mientras preparaban la comida.

De repente, Luigi se levantó de la mesa y se fue del comedor, tras lo que Daisy se levantó y sentó a sus dos amigas.

Daisy : Yo me encargo, tranquilas.

La castaña comenzó a seguir a Luigi, viendo como subía al techo de la casa. Ella también subio, encontrandolo sentado en la orilla del techo, viendo atentamente al cielo. Daisy se acercó lentamente a él y se sentó a su lado, quedandose en silencio, pues no queria presionarlo. Ambos estuvieron sumidos en total silencio por unos minutos, hasta que Luigi decidió hablar.

Luigi (serio) : Lamento haberme ido tan de repente, es solo que ... bueno ... dudo que te importe.

Luigi se sorprendio al sentir la pequeña mano de Daisy colocarse sobre la suya, lo que lo hizo voltear.

Daisy (sonriendo) : Sí me importa Luigi ... porque tu me importas.

Luigi (algo sonrojado) : Oh ... gracias. Bien, lo que pasó fue que ... bueno ... no puedo creer lo fácil y rápido que Peach esta llevando esto. Parece como si ... yo no hubiera significado nada para ella, digo, aún trato de asimilar el hecho de que me botó y ella ya esta coqueteando con alguien más, y no pretendo que se quede estancada pensando en mí pero ... da la impresión que ni le afectó.

Daisy : Oye, tu no eres el problema ¿de acuerdo? Ella ha pasado por varias relaciones, así que esto ya es normal para ella; en cambio, esta fue tu primera relación, es normal que te cueste más aceptar lo que pasó.

Luigi : Bueno ... creo que tienes razón. (rie) Creo que apunte demasiado alto para mi primera relación jeje, una princesa ¿en que estaba pensando?

Daisy colocó su otra mano en el rostro de Luigi, tocandolo con delicadeza, lo que causó que ella se sonrojara y que el rubor en el rostro de Luigi se hiciera aún más grande.

Daisy : Claro que no, chico miedoso, ... porque realmente conseguiste conquistar a esta princesa.

Sin previo aviso, Daisy se acercó a Luigi y le dio un suave beso en los labios, cerrando los ojos. El chico de verde intentó quitarsela de ensima, pero terminó rindiendose y comenzó a cerrar los ojos lentamente, entregandose al beso. Luego de unos segundos, ambos comenzaron a separarse, respirando agitadamente.

Daisy : Vaya ... besas ... bastante bien.

Luigi : Tu ... igual ... para ser una broma.

Daisy : ¿Que?

Luigi (se quita las manos de Daisy de ensima) : Te conozco, alguien como tu jamás se interesaría por alguien como yo ... seamos honestos.

Daisy se levantó rápidamente, y desde donde estaba vio a Luigi fijamente.

Daisy : ¿Eso crees? ... pues adivina que, tonto, te equivocas. Tu ... eres dulce, amable y comprensible, y eres de las pocas personas que me ha conocido y aceptado tal y como soy, sin pedirme que cambie. No te molesta que sea yo quien te proteja, y aunque eres algo tímido y asustadizo ... pienso que eso es tierno.

Luigi se levantó también, estando más confundido que antes.

Daisy : ¿Sabes que? Te propongo algo. El lunes es mi primer encuentro por la clasificatoria, así que dejare una entrada en tu habitación. Si quieres ... intentarlo conmigo, ven al encuentro, y si crees que solo te molesto o simplemente no te gusto por no tener tan buen cuerpo como Peach pues ... ni te asomes.

Daisy dio media vuelta y se fue caminando hacia el interior de la casa nuevamente, limpiando unas lágrimas que salieron de su rostro. Luigi, en cambio, se quedó unos segundos más de pie en donde estaba, tras lo que comenzó a entrar lentamente en la casa.

Mario:

Él salió volando atraves de una pared en la casa imaginaria en la que estaba, aterrizando en la calle, la cual estaba totalmente vacía. Su camisa estaba desgarrada y tenía moretones en el rostro, un ojo morado y la nariz hinchada, además de tener unos arañazos en su abdomen.

Rápidamente se puso de pie como pudo, esperando a que su parte oscura saliera también, y efectivamente así fue. Esta tenía sangre escurriendo por su rostro, la cual provenía de un fuerte golpe en su cabeza. Además, ya no tenía camisa y llevaba el pantalón roto, de manera que parecía pantaloneta, y su piel estaba llena de polvo de madera, teniendo algunos raspones en las rodillas y piernas.

Mario (escupe sangre al suelo y se limpia la boca) : Realmente eres fuerte.

Mario O. (rie) : Creo que esa debería ser mi línea, pues realmente no esperaba que aguantaras tanto, estoy realmente sorprendido. Una lástima que ya te estes cansando.

Mario (sonrie) : Ya quisieras.

Mario extendió sus brazos y creo cientos de dagas de hielo, las cuales lanzó hacia su versión oscura, quien se lanzó contra él mientras lanzaba fuego hacia las dagas, derritiendolas. Al estar cerca de Mario lo tomó del cuello y lo lanzó con fuerza hacia arriba, tras lo que se elevó con sus alas y al alcanzarlo le dio un fuerte golpe con su cola, lanzandolo hacia el suelo. Mario se hizo de metal, impactando fuertemente el suelo, tras lo que su parte oscura se lanzó contra él, por lo que Mario se hizo a un lado. Rápidamente se puso de pie y comenzó a lanzar golpes a su parte oscura, quien también se volvio de metal y bloqueo todos los ataques, terminando con un fuerte golpe al abdomen de Mario, lo que lo lanzó hacia atras.

Mario O. : Me temo que "tus poderes" también son míos.

Mario se puso de pie y sintió como sus heridas comenzaban a pesarle, sintiendose cada vez más cansado. Sus ojos comenzaron a cerrarse, pero recordó lo que Ale le había dicho: no podía perder o su parte oscura tomaría el control. Por ello, intentó concentrarse todo lo que pudo, y recordó las palabras de su rival.

Su parte oscura se lanzó contra él, y se sorprendio cuando su ataque fue detenido por Mario, quien ahora tenía garras en sus manos.

Mario : Tienes razón, mis poderes también son tuyos, pero me temo que eso también funciona al reves.

Mario lanzó una rápida patada al aire, cubriendo toda su pierna de fuego, e impacto en el abdomen de su rival, haciendolo escupir un poco de sangre. Este, sin embargo, usó sus alas para quitarse a Mario de ensima y ganar algo de espacio.

Mario O. (se limpia sangre de la boca) : Este sera un fin de semana entretenido.

Mario (con las energías restauradas) : Ya lo creo.

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