Capitulo 25
De vuelta en la Tierra, Mario y Rosalina caminaron hasta la ciudad, en donde se dirigieron al parque central. Mario decidió llamar a Luigi, para así avisarle que estaría fuera.
Luigi (contesta) : Hola Mario.
Mario : Hola Luigi ... em, veras, estoy en el parque junto a Rosalina y ambos vamos a estar fuera toda la tarde, así que si pudieras avisarle al resto te lo agradecería bastante.
Luigi : ¡Claro! No hay problema. Además, yo también estare fuera.
Mario : ¿En serio? Vaya, me alegra saber que ultimamente has estado saliendo de la casa jeje.
Luigi : Lo se. Y ... bueno ... hay algo que quisiera contarte, em ... pero no quiero hacerlo por teléfono.
Mario : Claro, me lo dirás cuando ambos regresemos a la casa.
Luigi : Ok ... hasta luego.
Luigi colgó el teléfono rápidamente, sin darle tiempo a Mario para que se despidiera.
Mario (pensando mientras ve su teléfono) : 'Que raro ¿que querrá decirme? Se oía bastante serio...'
En ese momento Rosalina se acercó a Mario llevando un vaso de refresco en sus manos, el cual estaba tapado y llevaba una pequeña pajilla roja para beberlo.
Rosalina : ¿Que pasa Mario? Luces preocupado.
Mario (reaccionando) : ¿Eh? ... Ah, bueno, estoy más pensativo que preocupado jejeje, (se rasca la cabeza) asuntos de hermanos.
Rosalina : Entiendo.
Rosalina le dio un sorbo a su bebida.
Mario : Y por cierto (señala la bebida) ¿donde compraste eso?
Rosalina (señala una caseta) : Lo compre por allí, tenía algo de sed y se me antojo un jugo (le ofrece el vaso) ¿quieres?
Mario : No gracias, no tengo tanta sed.
Rosalina : Si tu lo dices.
Ella volvió a darle un sorbo a su bebida.
Mario (viendo a su alrededor) : Y ... ¿que quieres hacer?
Rosalina : Bueno ... la verdad no se jejeje. Aún llevo mis cosas de la universidad así que no es buena idea ir corriendo por allí.
Mario (pensando) : ¿Sabes? Creo que conozco un lugar al que podemos ir aún con nuestras cosas.
Rosalina : ¿En serio?
Mario : Sí, tu solo sígueme.
Mario comenzó a caminar y Rosalina lo siguió.
Rosalina (bebe otra vez) : Y ¿a donde vamos?
Mario : Al centro comercial.
Ambos pasaron cerca de la región afectada por la explosión, la cual ya estaba reconstruida. Sin embargo, los toads habían hecho un pequeño altar en donde colocaron las fotos de todos los fallecidos sobre el lugar de la explosión, y los que pasaban por allí dejaban flores y velas. Sobre los cuadros se encontraba una pancarta con el mensaje "queremos justicia" en letras rojas y mayúsculas.
Rosalina (triste) : Realmente me da tristeza ver esto ... aún no puedo creer que la realeza no hiciera nada para dar con los culpables.
Mario : Quien sabe que favores se habran llevado por no decir nada sobre los culpables.
Rosalina : ¿Que? Pe ... pero eso es horrible ¿jugar con vidas solo por dinero o favores políticos?
Mario (serio) : Bienvenida al mundo real.
Rosalina le dio un último vistazo a todos los que pasaban cerca del lugar, tras lo que volvió a ver su camino.
Rosalina : Desearía poder hacer algo.
Mario (la voltea a ver) : No hay nada que hacer. Además, el frustrado debería ser yo.
Rosalina : Hiciste lo que pudiste para hayar a los culpables Mario, y se que de haberlos encontrado habrias hecho lo correcto ... porque es lo que siempre haces.
Mario sintió esas últimas palabras como una puñalada directa a su consciencia.
Mario : Bueno, tampoco soy perfecto.
Rosalina : Lo se, nadie lo es, todos fallamos en algún momento. Pero si tratas constantemente de hacer lo correcto y cuando te equivocas tratas de enmendar tu error ... eso te hace una buena persona, al menos para mi criterio.
Mario (desviando la conversación) : ¡Hey, mira! Ya llegamos.
Ambos entraron al centro comercial, el cual era bastante extenso. Decenas de tiendas se presentaban ante ellos, y cientos de toads se movían entre las tiendas.
Rosalina : ¿Y ahora?
De repente, ambos escucharon como una voz familiar los llamaba desde lejos.
Luigi : ¡Hey, Mario, Rosa, aquí!
Ambos vieron al lugar de donde provenía la voz, topandose con Luigi y Daisy, quienes también se encontraban en el centro comercial.
Rosalina (ocultando la frustración) : Vaya, veo que Luigi y Daisy tuvieron la misma idea.
Mario (ocultando su preocupación) : Siiiii ... así parece.
Las dos parejas comenzaron a caminar el trecho que las separaba hasta que se encontraron y se saludaron. Luigi estaba feliz de haberse topado con su hermano, Rosalina estaba algo molesta pues ya no estaría sola con Mario, y él y Daisy hacían lo posible por ocultar la tensión sexual que había entre ambos.
Mario : Y diganme ¿como llegaron aquí tan rápido?
Luigi : Tomamos un autobus, el transporte público en esta ciudad es bastante bueno y rápido.
Daisy (viendo a Mario) : ¿Saben que chicos? Creo que debo ir al baño.
Mario : Yyyy yo también. Em, Luigi, Lina, adelantense por favor.
Luigi : Pero ¿a donde vamos?
Mario : Vayan por allí y nos mandan un mensaje para encontrarlos. (se quita la mochila) Lina, guardame esto por favor ¡chao!
Mario y Daisy salieron corriendo en dirección a los baños, dejando al hermano de verde y a la rubia parados donde estaban, con cara de no entender nada. Rosalina se puso la mochila de Mario, dejando que Luigi cargara sus cosas por ella.
Rosalina : Yyyy ... ¿a donde vamos?
Luigi : Pues ... em ... ¿que te parece si solo caminamos por el lugar? El dinero que traigo es para el almuerzo, pero eso no significa que no podemos vitrinear.
Rosalina : ¿Vitrinear?
Luigi : Ya sabes, ver los productos en las vitrinas pero solo para verlos, no para comprarlos.
Rosalina (sorprendida) : Ohhhh ... tiene sentido, pero ¿no sería eso grosero con los vendedores?
Luigi : Si no entras a la tienda, no. De esa forma no los haces perder su tiempo.
Rosalina : Entiendo ... pues entonces vamos, se oye divertido.
Mario:
Una vez que estuvieron cerca de los baños, ambos dejaron de correr y se sentaron en unas bancas lo más lejos posible de oídos curiosos.
Daisy : Debemos hacer algo, no podemos ignorar lo que pasa entre nosotros para siempre.
Mario (haciendose el ofendido) : ¿Diculpa, entre nosotros?
Daisy (le golpea el hombro) : No quieras hacerte para atras ahora, cobarde.
Mario (se soba el hombro) : Como sea, yo no me preocuparía. Luigi es algo tonto, así que no se dara cuenta, y Rosalina es demasiado inocente como para pensar algo así.
Daisy : ¿Y que hay de nosotros? Yo no quiero pasar esta tarde con el sentimiento de ocultar algo constantemente.
Mario : Pues entonces habra que dejarlo pasar ¿sabes? ... olvidar ese pequeño error y seguir con nuestras vidas.
Daisy (tono burlón) : No creo que sea así de fácil.
Mario : Mira, si te molesta el tener una relación (mira a todos lados y se acerca a Daisy a susurrarle) basada solo en sexo conmigo, eso significa que sientes algo por mi hermano que no sientes por mí.
Daisy se sonrojo levemente, tras lo que desvió la mirada.
Daisy : No se de que hablas.
Mario : Claro que lo sabes. Te sientes mal, como si ... lo estuvieras traicionando o algo así.
Daisy (lo voltea a ver) : ¿Y tu, Mario? Porque parece que a ti también te molesta.
Mario : Sí, me molesta, más ahora que nunca. Cuando veniamos para aca, Rosalina me lanzó un cumplido diciendo que soy buena persona, y me hizo sentir más miserable que halagado.
Daisy : ¿Ella te gusta?
Mario se quedó unos segundos en silencio, tras lo que Daisy lo tomó del rostro y lo besó en los labios.
Daisy (separandose) : No parare hasta que me des la respuesta a esa pregunta.
Mario : ¿Y si me gusta alguien más?
Daisy : Te escucho ¿quien te gusta?
Mario volvió a quedarse en silencio.
Daisy : El silencio otorga ¿sabes? Y si no te gusta nadie entonces esto te incomoda a nivel personal, y no te dejare escapar por una hipocresía tuya.
Mario : Hice lo que hice para demostrarte que estas equivocada sobre la base de una relación saludable. Miranos, peleandonos aquí mientras que no tienes estos problemas con mi hermano. Y ya que te sientes mal, significa que yo tenía razón y ya no debemos seguir con esto.
Mario se levantó de la banca y comenzó a caminar lejos de allí.
Daisy (levantandose) : Le dire a todos.
Mario se detuvo, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia Daisy.
Daisy : Solo imagina lo que pensaran todos los demás cuando se enteren de lo que hicimos.
Mario : No serías tan hija de puta.
Daisy (en un seductor susurro) : Pruebame.
Daisy pasó a la par de Mario y comenzó a alejarse del lugar, dejandolo de pie donde estaba. Él empuño sus manos, aguantando la ira y la frustración.
Rosalina:
Ella y Luigi paseaban por todo el pasillo del centro comercial, viendo detenidamente las vitrinas de las tiendas por las que pasaban.
Rosalina (viendo unos vestidos) : Vaya, se ven bonitos.
Luigi (se para a la par de ella) : Veo que te esta gustando esto.
Rosalina : Sí, esto de solo ver es muy divertido.
Luigi : Sí...
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos.
Rosalina : Y Luigi ... ¿como estas llevando lo de Peach?
Luigi : Bueno ... bien, creo. Estas salidas con Daisy realmente me han ayudado bastante, manteniendo mi mente ocupada en otras cosas y eso.
Rosalina : Eso es bueno, no quisiera verte deprimido de nuevo.
Luigi (se rasca la cabeza) : Lo intentare jejeje ... gracias por preocuparte.
Rosalina (sonrie) : Eso hacen los amigos.
Luigi (sonrie también) : Y hablando de amistades ... eres muy cercana a Mario ¿verdad?
Rosalina (desvía la mirada) : Sss ... sí, somos buenos amigos.
Luigi (mira las vitrinas distraído) : Se han llevado muy bien desde que se conocieron. La única otra persona que es así de cercana con él es Pauline, al menos que yo me haya dado cuenta.
Rosalina (desanimada) : Sí ... ellos también son muy buenos amigos.
Ambos se quedaron en silencio, y al cabo de unos segundos, Luigi habló de improvisto.
Luigi : ¿Crees que sería estúpido enamorarme de nuevo?
Rosalina (lo voltea a ver) : No lo creo. No pienso que porque una relación salió mal debas darte por vencido (sonrie) seguro que encontraras a tu media naranja pronto jijiji.
Luigi (sonrie de forma melancólica) : Me refería a si sería estúpido enamorarme ahora.
Rosalina : Pues ... em ... no se sinceramente.
Luigi (suspira) : Una parte de mi me dice que me estoy enamorando nuevamente porque me siento mal, y confundo el amor con la necesidad de llenar el vacío que me dejó la ruptura con Peach. Pero otra parte me dice que realmente me enamore de nuevo, y ... no se que hacer.
Rosalina volvió a ver al mostrador de la tienda.
Rosalina : Yo ... jamás he tenido pareja, así que lo único que puedo decir es que hagas lo que creas correcto para ti. Si sientes que necesitas más tiempo para entrar a otra relación, tomatelo. Pero si crees haberte enamorado de nuevo ... creo que negarlo te hara más mal que bien.
Luigi : Gracias ... creo que ... lo pensare mejor. Y bueno, tal vez Mario pueda darme otro punto de vista.
De repente, el teléfono de Rosalina vibró, y al verlo se dio cuenta de que Daisy le había mandado un mensaje.
Rosalina : Parece que Daisy ya salió del baño.
Luigi (viendo su teléfono) : Igual Mario.
Ambos respondieron sus respectivos mensajes, acordando verse afuera de un restaurante de pizzas para ir a almorzar. Al cabo de unos minutos, todos se reunieron en dicho restaurante.
Mario (toma su mochila) : Gracias Lina.
Rosalina (toma sus cosas de Luigi) : De nada.
Mario (revisa su mochila) : Bien, a menos que comas como Luigi o yo creo que me alcanza para invitarte.
Luigi : Pues entonces ¿que esperamos? ¡muero de hambre!
Los cuatro entraron al restaurante, en donde se sentaron en una sola mesa, estando Daisy y Luigi de un lado y Mario y Rosalina del otro.
Mario : Luigi, compañame a pedir.
Luigi (se levanta) : Claro; Daisy ¿que vas a querer?
Daisy : Una de carne estaría bien.
Mario : ¿Y tu, Lina?
Rosalina : Una de jamón, gracias.
Los dos hermanos se fueron al mostrador a pedir las pizzas, dejando a las dos chicas sentadas en la mesa.
Daisy : Oye Rosa ¿te gusta Mario?
Rosalina se sobresaltó por lo fugaz y aleatorio de la pregunta, poniendose roja y comenzando a balbucear palabras sin sentido mientras intentaba decir que no.
Daisy (levanta la mano mientras sonrie) : Gracias por la respuesta.
Rosalina se dejó caer sobre la mesa, totalmente frustrada.
Rosalina : Por favor ... no le digas a nadie más ¿de acuerdo?
Daisy : ¿Y a quien podría decirle, a Pauline?
Rosalina (levanta el rostro y comienza a rogar) : Por favor Daisy, te lo suplico, no le digas a nadie.
Daisy : Wow, tranquila, solo bromeaba. No le dire a nadie, lo juro.
Rosalina (suspira aliviada) : Gracias.
Daisy se dejó caer en el asiento y se quedó viendo fijamente a los hermanos, quienes conversaban mientras esperaban su turno para pedir la comida.
Rosalina : Y ... ¿Porque me preguntaste?
Daisy desvio la mirada y vio fijamente a Rosalina. Un nudo se le formó en la garganta y no pudo responder con lo que habría querido responder. Decirle que lo hizo porque le había preguntado a Mario si ella le gustaba y él evadio la pregunta. Decirle que Mario no es el santo que ella cree y que por una apuesta ahora tiene sexo con ella sin ningún tipo de relación formal, como amigos con derecho. En vez de eso, simplemente apartó la mirada nuevamente, viendo a los hermanos.
Daisy : Porque venías con él.
Rosalina : Entonces ... ¿a ti te gusta Luigi?
Daisy (pensativa) : No lo se ...
Mario:
Él y su hermano estaban en la fila para pedir la pizza, cuando de repente Luigi habló.
Luigi : Oye Mario, em ... hay algo que quiero decirte.
Mario : Claro hermano, dime.
Luigi : Em ... veras, yo creo que ... que tal vez ... yo ... bueno, a mi ... me gusta Daisy.
Mario (lo voltea a ver) : ¿En serio?
Luigi (sonrojado) : Dije tal vez ... aún lo estoy pensando.
Mario : Por Peach ¿verdad?
Luigi (lo voltea a ver) : No, ... por mi.
Mario : No quieres que te lastimen de nuevo ... sí, creo que ya me lo habías dicho.
Luigi : Por eso necesito tu ayuda.
Mario : ¿Disculpa?
Luigi : Solo en ti puedo confiar en esto, dime ¿crees que debería ... arriesgarme a tener una relación con ella?
Mario (rasca su cabeza) : Yo ... no entiendo porque me preguntas esto.
Luigi : Tu te has relacionado más con ella, así que tal vez el lado que yo conozco no es el verdadero, así que dime ¿ella es del tipo que luego de iniciar una relación se aburriría rápidamente de mí?
Mario (nervioso) : Bueno, yo ... yo no ... no sabría que responder a eso ...
Luigi (sonrie) : Bueno, no pasa nada jejeje, creo que estoy poniendo demasiada presión sobre ti. Es solo que ... me gustaría tener el consejo de mi hermano, ya sabes, porque siempre me has cuidado.
Con cada palabra de Luigi, Mario se iba sintiendo cada vez peor.
Mario (habla rápidamente) : ¡Hey mira! Ya llegamos, hay que ordenar la pizza.
Ambos ordenaron una pizza personal para Daisy y una para Rosalina, y una pizza mediana para cada uno de ellos. Al tenerlas, regresaron a la mesa junto a dos botellas de gaseosa de dos litros cada una.
Mario (poniendo la comida) : Servidas, señoritas.
Rosalina (rie suavemente) : Gracias, caballero.
Los dos hermanos se sentaron y comenzaron a comer, seguidos de las chicas.
Daisy : Mmm, esto esta bueno ... ¿quieres probar un poco, verde?
Luigi : Claro.
Luigi extendió su mano para recibir un pedazo, pero en vez de eso Daisy le ofreció el pedazo para que él mordiera. Luigi se acercó y le dio una mordida al pedazo.
Luigi (traga) : Tienes razón, esta rica ¿quieres de la mía?
Daisy : Claro, pero hazlo como yo lo hice.
Luigi tomó un pedazo de su pizza y se lo ofreció a Daisy, quien le dio una mordida.
Daisy (comiendo) : Fi ... efta buena también.
Mario no pudo evitar reír, al igual que Rosalina.
Mario : Oye Lina ... ¿hacemos lo mismo?
Rosalina : Claro.
Ambos se ofrecieron mutuamente un pedazo de pizza, mordiendolo.
Daisy : Y ... ustedes dos, Mario y Luigi, son muy unidos ¿verdad?
Luigi : Je, puedes apostarlo ¿verdad hermano?
Mario (sonrie) : Claro, juntos hasta el final.
Daisy : Ya veo ...
Nuevamente, Daisy fue incapaz de decir que la razón por la que Peach botó a Luigi fue porque estaba interesada en Mario. Quería cagarse en Mario de cualquier manera, pero siempre se topaba con daño colateral de parte de personas que de verdad le importaban. Le arruinaría la ilusión a Rosalina, y le robaría su hermano a Luigi.
Luigi : De hecho, hubo una vez en que Mario decidió ser castigado en vez de mi.
Rosalina : ¿En serio?
Mario : Luigi, no creo que sea necesario hablar de eso.
Luigi : Sí, lo es. Veran, cuando nos mudamos, nuestro padre ... bueno ... cambió drasticamente. Se volvió pesado con nosotros, especialmente conmigo. Y un día, Mario y yo estabamos jugando pelota en el patio, y accidentalmente esta salió hacia la casa, pasó por la puerta del patio, y destruyó una bombilla y un jarrón. Nuestro padre bajó furioso, y fue a mí a quien culpó del incidente. Yo ... esperaba que el castigo fuera como siempre, pero ... él comenzó a calentar una plancha. Dijo que de esa forma recordaría siempre lo que tenía que hacer y lo que no, y justo cuando iba a tomar mi brazo, Mario pidió ser el castigado. Asumió toda la responsabilidad, por lo que me pude ir de allí a donde estaba mi mamá, y desde allí pude escuchar los gritos. Y esa noche, cuando lo encontré hechandose agua en las quemaduras, él solo ... me miró y sonrió, levantandome un pulgar. Actuó como si nada hubiera pasado, solo para que no me sintiera preocupado. (sonrie) No puedo pedir un mejor hermano.
Mario (sintiendose mal) : Bueno, tu lo cuentas con mucho drama jeje.
Rosalina : Eso ... es terrible, bueno, hablando de su padre. Ese tiempo debió ser horrible, pero por suerte se tenían el uno al otro ... realmente eres muy noble Mario ... y (se sonroja) tienes un gran corazón.
Mario (se levanta) : Lo siento ... ya no tengo hambre.
Mario se retiró del restaurante, dejando su mochila en su asiento. Rosalina se levantó, dispuesta a seguirlo, cuando fue detenida por Daisy.
Daisy : Tranquila, yo iré por él.
Rosalina : Claro ... solo ... se amable ¿de acuerdo?
Daisy : No prometo nada.
Daisy salió del restaurante y comenzó a seguir a Mario, quien al verla comenzó a caminar más rápido.
Rosalina : ¿Porque crees que pasó eso?
Luigi : No se ... Mario es un verdadero caso, él suele hacer cosas raras. Yo no me preocuparía, confío en que Daisy lo llevara de vuelta a la casa.
Rosalina : Igual yo.
Luigi y Rosalina se quedaron en el restaurante, en donde se terminaron toda la comida. Luego regresaron a la gran casa, sorprendiendose cuando ni Mario ni Daisy regresaron en todo el día.
Al día siguiente, todos en la casa se levantaron a desayunar bastante temprano, pues Erick iba a llegar en la tarde. Nuevamente, Mario y Daisy estaban ausentes, lo que comenzó a preocupar a todos los demás ... ¿donde pudieron haberse metido?
Daisy:
La castaña se encontraba desayunando tranquilamente en un comedor bastante grande, y de repente se acercó alguien y le sirvió un poco de jugo de naranja.
Daisy (con comida en la boca) : Grafiaf (traga la comida) Esto realmente esta bueno ¿como dices que se llama la cosa negra?
Ale (sosteniendo el jarrón de jugo) : Son frijoles, bueno, una variante de los frijoles. Yo los conozco como frijoles volteados, y suelo desayunarlos los fines de semana.
Daisy : Pues estan buenos, hasta me dieron ganas de venir a desayunar aquí todos los fines de semana.
Alfa (desde las paredes) : Jefe, el prisionero en la celda de máxima seguridad acaba de despertar.
Ale (serio) : Gracias Alfa, ya voy (suspira) creo que el desayuno deberá esperar.
El joven científico se dirigió a su cuarto, dejando a Daisy desayunando en el comedor, y a los pocos minutos regresó con un arma parecida a una escopeta, la cual llevaba apoyada en su hombro derecho.
Daisy (al verlo) : ¡Hey, hey, hey! ¿¡pense que Mario y tu eran amigos!?
Ale : Lo somos.
Daisy : Entonces ¿para que la escopeta futurista?
Ale : Es un por si acaso.
Daisy : ¿Un por si acaso?
Ale : Sí, (la cambia de aturdir a herir) por si acaso al llegar me encuentro con el imbécil con el que te acostaste anoche, y no con mi amigo.
Daisy se sonrojó por la vergüenza y desvió la mirada, tras lo que Ale continuó su camino.
Daisy : Reformulo mi pregunta: él puede usar magia ¿para que la escopeta?
Ale (voltea) : Sencillo: la celda donde lo tengo anula todos los poderes mágicos, así que le ofrecere un trato que no podrá rechazar; o se mantiene a más de 15 pasos de mí (carga el arma) o le vuelo el salami...
Fin de la primera parte
La segunda parte comienza el 30 de noviembre jeje...
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