Capitulo 17
De camino a su casa, Mario se encontró con Pauline parada frente a una tienda de música, observando algo en los escaparates. Iba vestida con una camisa blanca de botones, una falda negra, medias y zapatillas del mismo color, y llevaba una bufanda roja alrededor de su cuello. Él decidió acercarse sin hacer mucho ruido, colocandose a la par de ella.
Mario : Y ¿que observamos?
Ella reaccionó dando un fuerte grito y lanzando una bofetada en la dirección donde sonó la voz. Por suerte, Mario logró detener su mano antes de que impactara en su rostro.
Mario : Uf, eso estuvo cerca.
Pauline (calmandose) : ¿Ma ... Mario? ... yo ... ¡lo siento!
Pauline retiró su mano rápidamente y le hizo una pequeña reverencia. Estaba roja de la vergüenza.
Pauline (hablando rápidamente) : Lo lamento, no pense llegar a verte por aquí y me asuste.
Mario (rasca su cabeza) : No pasa nada Pauline, de hecho esto es mi culpa. Debí haberme presentado primero, perdón por asustarte.
Pauline (lo mira a los ojos y se aclara la garganta) : Bien, em ... te perdono, antes de que esto se vuelva aún más incómodo.
Mario (rie suavemente) : Y que lo digas.
Pauline volvió a quedarse viendo al escaparate, en donde estaban exhibiendo unos micrófonos.
Mario (mira al mismo lugar que Pauline) : Buscando micrófonos ¿eh?
Pauline : Sí. Aunque ... no se ni porque lo hago ... creo que solo me genero falsas ilusiones.
Pauline dio media vuelta y comenzó a irse del lugar, pero Mario la sostuvo de la mano, causando que se le detuviera el corazón por unos insantes. Un leve tono carmesí se formó en sus mejillas, y apartó su rostro de la vista de Mario.
Mario : Lo siento Pauline, pero somos amigos y no voy a permitir que lances tus sueños a la basura.
Pauline (de espaldas) : Es mi desición Mario.
Mario : Se que tienes miedo, y que no sabes que haras cuando tu padre se entere de todo, pero ... creeme cuando te digo que vivir en las sombras, ocultandote y teniendo miedo de que alguien te descubra ... es algo que te destruye lentamente, hasta dejarte sin nada. Y cuando menos lo esperes, te daras cuenta de que jamás viviste tu vida ... sino la de alguien más.
Pauline : ¿Porque lo dices con tanta seguridad?
Mario : Porque ... yo también he guardado secretos por mucho tiempo, incapaz de compartirlos con nadie más. Me aparte de la sociedad, y fue hasta que las conocí a ustedes que me di cuenta de todo lo que me perdí por no tener amigos. Y ahora, me siento más vivo que nunca, porque ya no debo fingir ser alguien que no soy.
Pauline : Y ese secreto ... ¿lo se yo?
Mario se quedó unos segundos en silencio.
Mario : No ... pero puedo compartirtelo si me escuchas y entramos a esa tienda por el micrófono.
Pauline comenzó a voltear lentamente, topandose con la mirada de Mario. Él le sonrió de manera amigable, contagiandola de dicha sonrisa, la cual se comenzó a formar en su rostro.
Pauline : Bien ... entremos.
Mario soltó la mano de Pauline y ambos entraron a la tienda.
Pauline : Aunque no se si pueda pagar un micrófono ... tal vez sea mejor salir.
Mario (la toma del brazo) : Ya resolveremos precio luego, pero primero hay que preguntar.
Pauline (sonrojada) : Cla ... claro.
Ambos se acercaron al vendedor y Pauline le preguntó por un micrófono para principiantes. Este los guió hasta el escaparate donde estaban los micrófonos, y comenzó a hablarles de los mismos. Mario no estaba entendiendo ni madres de los términos que estaban usando, pero aún así sonreía en su interior al ver lo entusiasmada que estaba Pauline al hablar con el vendedor. Al cabo de unos minutos, terminó comprando un micrófono, y mientras esperaban a que les cobraran, ella se quedó viendo el resto de la tienda, soltando de vez en cuando un dato curioso sobre música.
Pauline (ve una correa para guitarra) : Mira esta Mario, se parece mucho a una noche estrellada ¿no crees?
Mario : Sí, es realmente curioso.
Pauline : Em ... dijiste que Rosalina tocaba la guitarra ¿verdad?
Mario : Sí.
Pauline : ... ... ... ... que bueno, tal vez puedas traerla aquí algún día.
Pauline se movió de lugar y comenzó a observar otras cosas.
Mario (en su mente) : 'Me tomará más tiempo convencer a Pauline de que comparta su secreto con otros, pero esto ya es un avance al menos.'
Finalmente, los llamaron a ambos para que recogieran y pagaran el micrófono. Una vez que todo terminó, salieron de la tienda y comenzaron a caminar hacia su casa. Pauline llevaba una sonrisa de oreja a oreja, lo que sorprendió a Mario pues nunca la había visto así de feliz.
Pauline : Gracias.
Mario (reacciona) : ¿Disculpa?
Pauline (lo voltea a ver) : Dije gracias, por haberme dado el valor de entrar a esa tienda.
Mario : De nada, veras, a veces solo necesitamos un pequeño empujón para hacer las cosas. Y supongo que ahora debo contarte mi secreto.
Pauline : No.
Mario volteo a ver a Pauline, quien tenía una mirada de determinación en su rostro.
Pauline : Me lo contaras después de mi primer concierto masivo.
Mario (sonrie) : Trato hecho.
Ambos continuaron su camino hasta que se toparon con un café.
Pauline : Oye ¿puedo invitarte a algo?
Mario : No hace falta.
Pauline : Insisto. Es lo menos que puedo hacer después de casi darte una bofetada.
Mario : Buen punto (sonrie) pues entonces vamos.
Ambos entraron al café y buscaron una mesa con dos sillas, tras lo que Mario se sentó.
Pauline : Bien, y ¿que quieres?
Mario : Una taza de café negro y ... una dona.
Pauline : ¿En serio?
Mario (sonriendo) : Es parte del paquete de policía.
Pauline (sonrie) : Por supuesto.
Pauline se dirigió a la caja registradora e hizo el pedido mientras Mario cuidaba la mesa. Unos minutos después, Pauline llegó a la mesa llevando dos tazas de café, una dona y un pastel de chocolate. Mario se levantó y tomó la bandeja, dejandola sobre la mesa, tras lo que él y Pauline tomaron sus cosas.
Pauline : Y ¿cuanta azúcar usas?
Mario (toma dos bolsitas) : No mucho. Y por cierto, veo que te gusta el pastel de chocolate.
Pauline : Es para variar un poco. No se que fijación tenga Peach con las fresas, pero solo hace pastel de eso.
Mario : Pues será mejor que no lo haga mientras viva con ustedes porque no me gusta la fresa.
Pauline : ¿En serio?
Mario (muerde su dona) : Muy en serio.
Pauline (le da un sorbo a su café) : Y dime Mario ... ¿podrías enseñarme una de tus pinturas algún día?
Mario : Eh ... claro. Aunque no suelo hacerlo muy seguido.
Pauline : Claro ... y solo por curiosidad ¿que cosas te gusta pintar?
Mario (bebe de su café) : Pues, paisajes, animales, ya sabes, cosas que existan. No tengo mucha imaginación la verdad. Pero aún me cuesta pintar personas, hay rasgos que me dan problemas.
Pauline (sin pensar) : Yo podría ayudarte siendo tu modelo.
Una vez que se dio cuenta de lo que habia dicho, la chica de pelo negro tomó su taza y le dio un buen trago, aguantando el calor de la bebida con tal de que Mario no la viera sonrojada. Él, por su parte, se quedó bastante confundido, pues no esperaba una propuesta tan atrevida viniendo de Pauline.
Mario : Pues ... em ... si no te quita el tiempo ... me gustaría tener tu ayuda.
Pauline bajó la taza y buscó rápidamente entre sus cosas una botella de agua, tras lo que le dio un buen trago. Aún seguía sonrojada, pero esta vez era por la vergüenza.
Pauline (suspira luego de tomar agua) : ¿E ... en serio?
Mario : Claro. Te tengo la suficiente confianza como para no sentirme raro al pintarte.
Pauline : Bien ... tu solo dime cuando vas a pintar y ... tratare de estar allí.
Ambos continuaron conversando durante un buen rato, tras lo que salieron para dirigirse a su casa. Una vez que llegaron, se toparon con Daisy sentada al reves en el sillón mientras miraba televisión. Sus piernas se encontraban sobre la orilla superior del sillón, y su pelo corto caía a los lados de su cabeza, quedando a pocos centímetros de tocar el suelo.
Pauline (suspira) : Nunca cambian.
Mario : No ... nunca cambian.
Mario decidió acompañar a Pauline hasta su habitación, en donde se quedó parado en la entrada. Pauline guardó el micrófono en su armario, y se dirigió con Mario.
Pauline : Gracias de nuevo.
Mario : No son necesarios tantos gracias ¿sabes?
Pauline : No importa, no tienes idea de lo que acabas de hacer por mí. Puede que aún no este lista para decirle a otros lo que hago, pero por primera vez en mi vida ... me sentí arrepentida de haber enviado la grabación de mi canción a la radio en vez de ir yo en persona. Hasta ahora no me habia sentido frustrada de escucharla en la radio y oír a los demás hablando de lo mucho que les gustaba la canción sin poder decir llena de orgullo : "yo la compuse y la cante." Y me ... gustaría que me escucharas mientras practico.
Mario (sonriendo) : Claro, sera un placer.
Pauline se acercó a Mario y le dio un tímido beso en la mejilla, tras lo que se metió a su cuarto rápidamente, cerrando la puerta.
Mario (en su mente) : 'Vaya ... eso no me lo esperaba.'
Rosalina:
La aprendiz de hechicera regresó sola a la casa, pues no vio a Pauline por ningún lado. Aún extrañada por la temprana desaparición de Lana durante las clases, entró a la casa sin hablar con nadie más, y se dirigió a su habitación.
Al entrar, dejó salir al destello y tomó su guitarra, tras lo que comenzó a tocar unos cuantos acordes sin un orden específico. El destello se quedó sentado en la mesa de noche, viendola fijamente.
Destello : Mamá ... ¿te encuentras bien?
Rosalina (deja de tocar) : ¿Porque preguntas?
Destello : Porque cuando te pones a tocar acordes al azar generalmente es porque algo te preocupa.
Rosalina : Pues estoy bien ... en serio.
Rosalina continuó tocando su guitarra, esta vez interpretando una suave melodía. El destello se dejó caer en la mesa de noche y comenzó a cerrar los ojos, cansado de estar todo el día metido en la gorra de su mamá.
Rosalina (en su mente) : '¿Porque Dylan desapareció al momento que llegó Lana? ... ella lo vió, así que no es mi mente jugandome una mala pasada por sentirme sola. Y luego esta Lana, llegando tarde a clases y saliendo antes de que terminen sin una excusa, simplemente se fue sin decir nada.'
Y así, Rosalina pasó un buen tiempo tocando su guitarra y pensando en lo que habia estado pasando. De repente, escuchó la voz de Mario en el pasillo, por lo que dejó su guitarra pegada a la pared y salió de su habitación para saludarlo. Una vez que salió se dirigió a la habitación de Mario para ver si él estaba allí. Para su sorpresa, él no estaba en su habitación, por lo que se volteo para ir a su habitación, y fue allí donde lo vio. Estaba parado justo fuera de la habitación de Pauline, y estaba hablando con ella. Rosalina comenzó a acercarse con la intención de saludarlos cuando Pauline le dio un beso a Mario, entrando rápidamente a su habitación.
Rosalina se quedó parada donde estaba, viendo como Mario parecía no moverse de donde estaba. De repente comenzó a voltear, por lo que ella se metió rápidamente a su habitación y se dejó caer en su cama. Esperó a que Mario fuera saludarla, pero lo escuchó seguir de largo a su habitación.
Mario:
A los pocos segundos de que Pauline se metiera a su habitación, Mario dio media vuelta y se dirigió a su habitación.
Mario (pensando) : 'Que raro ... juraría que había alguien viendome. Meh, como sea ... creo que iré a saludar a Lina.'
Mario se acercó a la habitación de su amiga, cuando vio a su hermano haciendole señas desde su habitación. Llevado por la curiosidad decidió ir a ver que era lo que quería.
Mario (al llegar) : Hola hermano ...
Luigi (lo interrumpe muy entusiasmado) : ¡Hola Mario! ¿A que no adivinas que pasó hoooooy?
Mario : Em ... no, no adivino.
Luigi : ¡Peach se me declaró!
Mario : ¿¡Que!? ... ... ... juraría que debía pasar al reves.
Luigi : Detalles, detalles, pero eso no es lo importante. Lo que importa es que somos novios ... y eso es maravilloso.
Luigi se dejó caer en su cama, aún incapaz de creer lo que estaba pasando.
Mario : Pues ... felicidades. Te veo luego Romeo.
Mario salió de la habitación de su hermano y se dirigió a su destino inicial.
Peach:
Una vez que dejó a Luigi en el gimnasio, subió a su habitación y se encerró en ella.
Peach (en su mente) : 'Bueno, eso fue más fácil de lo que pense. A veces olvido que algunos caen taaaan fácil en mis encantos jijiji.'
Ella se dejó caer en su cama, quedandose viendo al techo fijamente.
Peach (pensando) : 'Todo va según el plan. Si Luigi termina llamandome la atención realmente, espero que a Mario no le importe compartirme con su hermano. Y si Luigi me termina aburriendo, bueno ... sera una manera más fácil de llegar a Mario, y me servirá como buena práctica. Y en situación de emergencia tengo a Erick, jijijiji ... así, pase lo que pase, termino con novio el semestre...'
Ella se recostó en su cama y cerró los ojos momentaneamente, quedandose dormida. Para cuando despertó, la tarde ya estaba avanzada, por lo que decidió salir de su habitación. Al hacerlo se topó con Mario, quien parecía venir de su habitación.
Peach (pensando) : 'Vaya, que suerte la mía.' (hablando) ¡Hola Mario!
Mario : Hola Peach.
La princesa del reino caminó hasta interceptar a Mario.
Peach : Y ¿que tal estuvo la caminata?
Mario : ¿Disculpa?
Peach : Saliste de la casa ¿no? ... quería saber que tal te habia ido, es todo.
Mario : ¡Ah! ... pues, ya sabes, estuvo relajante. Me ayudó a despejar un poco la mente.
Peach : Que bueno. Y er ... no se si tu hermano ya te dijo de nosotros.
Mario : Ya.
Peach (jugando con su dedo) : Y espero ... que no te moleste.
Mario (sin que le importe en lo más mínimo) : Claro que no me molesta ¿porque lo haría?
Peach : Pues ... porque es probable que ya no pasen tanto tiempo juntos como antes. Y no se que opines de que una princesa salga con tu hermano.
Mario : Pues, ya estamos grandes y aunque me guste pasar tiempo con mi hermano, creo que ya va siendo hora de que tomemos caminos diferentes. Y la verdad, no me importa con quien salga mi hermano, siempre y cuando sea una buena persona, así que no tengo ningún problema con esto.
Peach (finge alivio) : Que bueno jijiji.
Ambos se quedaron en silencio por unos segundos.
Mario : Pues, interesante plática princesa, pero creo que seguiré con lo mío.
Mario pasó a la par de Peach y suguió avanzando hacia la habitación de Rosalina, tocando la puerta. La chica de ojos celestes abrió la puerta, saludando a Mario.
Mario : Hola Lina.
Rosalina : Hola Mario, veo que ya regresaste.
Mario : Sí, a veces es bueno salir a caminar un rato ¿no crees?
Rosalina : No se ... como vivo en (le susurra) el espacio (habla normal) no se si sea bueno o no.
Mario : Pues es momento de probarlo ... ¿quieres venir a caminar?
Rosalina : ¿Co ... contigo?
Peach (esta escuchando) : Em ... a mi sí me gustaría salir a caminar un rato.
Mario : ¡Claro! Puedes venir con Luigi.
Rosalina : Eso seguro será divertido ... entonces me apunto.
Peach (pensando) : 'Bueno, al menos ya no estaran ellos dos solos.'
Mario : Pues entonces hay que salir.
Mario bajó al primer piso y se quedó esperando al resto. Rosalina fue la primera en bajar, haciendolo sin el destello. Peach y Luigi bajaron a los pocos minutos, y luego de avisar a Daisy que todos ellos iban a salir, se fueron de la casa. Caminaron hasta el centro de la ciudad, en donde estuvieron caminando de un lado a otro hasta que oscureció.
Mario : Bien, creo que ya es hora de regresar.
Rosalina : Ahhhh ... realmente tienes razón Mario, salir a caminar puede ser relajante ... especialmente cuando vas con amigos.
Luigi : Sí, lo es.
Peach : Oigan ¿tienen hambre? Porque podemos pasar a comer algo antes de llegar a la casa.
Rosalina : Bueno, creo que podría comer algo.
Luigi : Esta bien, pero solo un poquito.
Mario : Venga, vamos alla.
El grupo comenzó a caminar hacia un restaurante que quedaba cerca del centro de la ciudad. Mientras iban caminando a este, pasaron cerca de un koopa troopa con dos cajas que descansaba en la calle. Miraba constantemente a su reloj, como si esperara a alguien ... o algo. Mario sacó su celular de su bolsillo, viendo que faltaban pocos segundos para las 8 de la noche. Rápidamente volteo a ver al koopa troopa, y notó que ya no estaba cerca aunque habia dejado sus dos cajas en el mismo lugar.
Mario : ¡Todos cubranse!
Los siguientes segundos fueron muy confusos. Mario tomó a Rosalina de la cintura y se arrojó al suelo, después de haber empujado a Luigi hacia el lado, quien cayó ensima de Peach. Luego se escuchó un fuerte estallido, seguido de un rotundo silencio. Escombros caían en la calle y habia ceniza en el ambiente, causando pesadez en el aire, el cual era difícil respirar.
Rosalina no sabía lo que estaba pasando, y fue recuperando la conciencia poco a poco. Lo primero que sintió fue a Mario abrazandola fuertemente y cubriendola con su cuerpo, lo que causó que se sonrojara, pues de los tres había decidido protegerla a ella. Luego vino un molesto pitido en los oídos, seguido de gritos y sirenas de ambulancias que se oían a lo lejos o como si estuviera escuchandolos con una almohada tapandole los oídos.
Mario comenzó a levantarse, dejando a Rosalina aún en el suelo. Al voltear pudo ver media calle destruida y un enorme cráter en donde antes estaban las dos cajas. Se escuchaban las sirenas de las ambulancias y los carros de policía a lo lejos, y varios toads se encontraban sin saber que había pasado. Algunos intentaban rescatar a los heridos, mientras que otros luchaban por no morir desangrados. Era una escena digna de una película sobre la guerra.
Mario vio hacia el lado, dandose cuenta de que Luigi y Peach estaban abrazados en el piso, siendo que ninguno de los dos quería ser el primero en levantar la cabeza. Mario se incorporó y le tendió la mano a Rosalina, ayudandola a levantarse.
Mientras todo esto sucedía, Ale vagaba por su casa cuando recibió una llamada.
Ale : ¿Aló?
Lana : Hola ¿ya viste las noticias?
Ale : ¿Disculpa?
Lana : Enciende la televisión y sintoniza el canal 7 ... te vas a quedar sin palabras.
Ale fue a la televisión y la encendió, buscando el canal antes mencionado. Al encontrarlo se recostó en su sillón mientras observaba el área de la explosión.
Ale (pensando) : 'Así que esta es su jugada ¿eh? ... ... ... hhhmmm ... realmente son astutos, atacar de manera fuerte a los inocentes sin dejar nexos visibles con Tenebrum para forzar a los hijos de los científicos a actuar, delatandose. Pues si quieren guerra, guerra tendran, y en el proceso, con las ganas de descubrirnos se quedaran.'
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