• Día 4 •
Atención:
1- Un pequeño error técnico con este día es que en realidad es "parallels" (o sea, paralelos), pero cuando hice los separadores por alguna razón lo recordaba como paralelismo. Pero bueno, ya que xD
2- Este OS tiene un poco más de sentido para aquellos que leyeron el primer día de mi DabiHawks Week.
* * * *
—¿Estás seguro que no hay nadie en casa, Sho-chan?
Todoroki se detuvo de la acción que estaba llevando a cabo. Estar desnudo, encima de su novio Midoriya, en la cama, no era lo más fácil de llevar a cabo en el mundo.
Pero vaya que era placentero.
Midoriya le miraba con el rostro medio enterrado en la almohada con las mejillas llenas de pecas sonrosadas. Todoroki no era ningún hombre de impulsos mundanos, pero utilizó su mano libre para removerle el cabello pegado a su frente perlada por el sudor con extremo.
Le dio un largo beso en ese mismo lugar. Midoriya carcajeó bobamente al sentir el contacto de la boca con su cálida piel.
—No estás respondiendo a mi pregunta —notó el chico—. Tienes demasiados en casa, Sho-chan. ¿Estamos muy seguros que ninguno de ellos estará escondido en alguna habitación y saldrá en el momento en que grite tu nombre como conejo en celo?
Todoroki exhaló un largo suspiro. Su novio podía ser bastante paranoico.
—Sabes que Natsuo y su novia salieron de viaje con mamá y el viejo hasta la montaña por el fin de semana —respondió con paciencia—. Fuyumi pasará estos días con Tensei. Y Dabi... pues me dijo que estaría drogándose por ahí. No debemos preocuparnos por él.
Midoriya arrugó la nariz al escuchar la mención de su hermano mayor. Dabi —nacido como Touya— era un ser humano bastante complicado a sus veinticinco años de vida.
Puede que ninguno aprobara su estilo de vida lleno de porros y bebidas energéticas; pero, ¿qué más se podía hacer?
Al menos tenía a Hawks —Keigo— su novio desde la adolescencia para mantenerlo un poco cuerdo en el camino.
Midoriya no se dejó amargar más, y exhaló una carcajada de alivio. Seguía sorprendido de que tuvieran la increíble mansión Todoroki a disposición solo para los dos —en un fin de semana que apenas estaba comenzando ese viernes por la tarde.
—¡Es increíble que tu padre no te obligara a que viajemos con él! Técnicamente, era nuestro turno de ir con ellos —exclamó el chico—. En algún universo paralelo, Izuku y Shouto están sufriendo la constante interrupción de dos padres sobreprotectores.
Él sabía perfectamente que era su turno de acompañar al matrimonio Todoroki en uno de sus viajes —sus padres solían turnar a sus hijos para que les acompañaran, junto a sus parejas, cada vez que tocaba salir de la ciudad a descansar.
Pero ese fin de semana era su aniversario de dos años junto a Midoriya, y Natsuo sólo hizo la tarea del señor cuando lo descubrió.
Alteró el calendario personal de su padre para fingir que le tocaba a él —y su novia— acompañarlos en su tonto viaje para ancianos.
Shouto sabía que tendría que pagar por ello más tarde, pero no se sentía del todo culpable. Sabía que Natsuo sabría cómo escabullirse para tener un sensual momento en el sauna con su amada.
En lo que refería a él, tenía toda una casa para sí mismo desde... nunca jamás.
Los Todoroki eran tan abundantes y tenían tantos empleados de servicio —las mucamas, la chef, el mayordomo, el cochero...—, que la privacidad en esa casa se escuchaba como un utópico sueño.
—Deja de preocuparte por todos ellos —Todoroki fue depositando un camino de húmedos besos entre los omóplatos de Midoriya, sintiéndolo estremecer bajo sus caricias—. Preocúpate por nosotros dos, y nada más.
Midoriya rio como adolescente enamorado, pero sonrió con tanta malicia que Todoroki debió haber predicho que algo ocurriría a continuación.
Le dio vuelta como pancake en una sartén, y de repente fue Todoroki el que quedaba atrapado entre los pliegues de las humedecidas sábanas a causa del sudor.
—No eres el único que puede divertirse, Sho-chan. Déjame cuidar un poco de ti.
Todoroki no era un hombre que se dejaba llevar, pero por Midoriya Izuku hubiera bajado las estrellas si se lo pedía. Con aquella vocecita tierna, pero la mirada de un felino al ataque, lo tenía a sus pies y disposición con más facilidad que quitarle el dulce a un niño.
Dejó caer sus párpados mientras sentía las caricias y besos de Midoriya bajando desde la línea de su mandíbula, pasando por el pecho y el estómago plano, hasta llegar al centro de su placer.
La primera vez que Midoriya le practicó sexo oral se avergonzó más de lo que se esperaba; tenía el corazón tan acelerado y la cara tan roja que podría haber explotado.
La boca de Midoriya era lenta para torturarlo, pero lo suficientemente rápida cuando se requería.
Se contuvo de dejar escapar jadeos y suspiros —hasta que recordó que estaban completamente solos. Todoroki podría haber sido todo lo ruidoso que deseaba, y podía hacer gritar a Midoriya hasta que los vecinos sintieran vergüenza de todos los sonidos proferidos por dos muchachos enamorados.
Midoriya siguió con su tarea: succionando en la punta y pasando su lengua por todo el largo y ancho de su miembro erecto, hasta que Todoroki tuvo que sujetarle suavemente del cabello para que se detuviera. No quería correrse tan pronto, y si la cosa continuaba de esa forma su sesión de intimidad terminaría en cualquier momento.
—¿Tú también quieres? —preguntó Shouto jadeando, con el pulso todavía acelerado por el subidón de adrenalina.
Midoriya se apartó los cabellos apelmazados de la cara, pero sólo rio. Estaba limpiándose la saliva de los labios.
Su novio solía decirle que era demasiado franco gran parte del tiempo.
—No, Sho-chan —contestó—. Prefiero pasar ya a lo importante.
Lo importante. Indirecta captada.
Todoroki no era tan lento como todos le hacían parecer que lo era.
Midoriya se acomodó sobre sus rodillas. Todoroki sacó una botellita de lubricante desde el cajón de la mesa al lado de su cama —se llenó los tres primeros dedos con el líquido y los utilizó para preparar toda la situación.
Durante su «primera vez», ambos habían intentado meterla sin haber usado lubricante. Por supuesto, no había sido una primera vez en absoluto ya que no consiguieron meterla bajo ninguna circunstancia.
Todoroki escuchó a Midoriya suspirar mientras le trataba con delicadeza. Se aproximó a buscar también un condón, pero Midoriya estaba tan ansioso que no dejaba de darle golpecitos con el pie sobre la pantorrilla para que se apresurara.
—¿Qué tanto apuro tienes? —preguntó Todoroki mientras enderezaba la espalda de Midoriya sobre el colchón de plumas, y se preparaba para embestirlo con delicadeza—. Tenemos un montón de horas para hacerlo todo el tiempo que quieras.
—No lo sé, Sho-chan —contestó Midoriya con algo de seriedad y el rostro sobre la almohada—. Llámale presentimiento, o lo que sea. ¿No sientes que algo malo está a punto de pasar?
—Presiento que algo muy bueno está a punto de ocurrir, Izuku.
Midoriya se sopló un mechón de cabello.
—Quizá nuestras versiones de universos paralelos acaban de vivir algo malo, pero en nuestro universo ocurrirá dentro de unos minutos.
—¿Qué hay contigo y los universos paralelos en este día...?
Midoriya no respondió. Se dedicó a resoplar y hacer un gesto con la mano para que Todoroki se ocupara cuanto antes del asunto.
Deslizarse en el interior de Midoriya se volvía más sencillo con los momentos compartidos, pero la explosión de sentimientos siempre era tan intensa como aquella primera vez juntos.
Las cosas se pusieron más ruidosas. Todoroki empezó a respirar más fuerte, y Midoriya ya no tuvo ningún pudor en jadear su nombre contra la almohada.
—Shouto —susurró con gran placer y agonía—. Mi Sho-chan.
—Izuku —dijo él entonces, mordisqueando la piel de su hombro para contener los jadeos más fuertes mientras le embestía con más velocidad—. Te quiero.
Escuchó a Midoriya sonreír. Su novio estiró la mano hacia atrás para acariciarle una mejilla de forma dulce, pero aquel gesto fue opacado por un gemido de placer que debió hacerse eco por toda la casa.
Si bien su colchón de plumas era silencioso, el soporte de la cama no lo era tanto.
Todoroki continuó con su rítmico vaivén de entrechocar las caderas de ambos; cuando Midoriya le anunció que no quedaría mucho tiempo hasta que llegara al clímax, intentó acelerar el proceso para regular su propio orgasmo y llegar más o menos juntos a la cúspide del placer.
No es como si alguna vez ese plan saliera como esperaba, pero por lo menos lo intentaba.
—Shouto —exclamó Midoriya con más intensidad—. Oh, Shouto.
La respiración entrecortada de su novio solo le daba la pauta de que estaba demasiado cerca. Todoroki utilizó una de sus manos libres para rozar el miembro de Midoriya y ayudarle a sentir todavía más satisfacción.
Ya casi podía sentir su propio cosquilleo. Solo sería cuestión de segundos.
Como cuando enciendes un fuego artificial, y te alejas corriendo para mirar la mecha prenderse fuego desde lejos antes de la inevitable subida y la explosión en los cielos.
La última punta de su mecha acababa de consumirse. Solo quedaba la ida cuesta arriba.
—Izuk-...
Todoroki podía sentir que estaba ya rozando el éxtasis con los dedos, pero la puerta siendo pateada de par en par le sacó un susto tan fuerte que casi le estalló el corazón en un infarto.
Midoriya también chilló y se metió bajo las mantas. Todoroki no era capaz de procesar lo que estaba ocurriendo, pero lo descubrió más pronto de lo que esperaba.
Y si bien el estómago se le hundió hasta los pies, toda la sangre se le subió a la cabeza. De repente se sentía mareado.
La oscura presencia de Dabi les miraba sobre el marco de la puerta. Iba tan zaparrastroso como siempre —con la misma camiseta blanca manchada de quién sabe qué sustancias y los pantalones tan caídos que dejaban ver sus raídos bóxers.
Todoroki jamás había detestado tanto a uno de sus hermanos.
El gesto de horror en los ojos de Midoriya era algo que no podría olvidar jamás.
—¿Podrían hacer menos ruido? —preguntó Dabi, hastiado—. Estoy intentando dormir.
Todoroki se tomó su momento para inflar el pecho con aire. Tenía que contenerse, o su padre estaba a punto de quedarse sin primogénito.
—Dabi —dijo Shouto con serenidad—. ¿Qué haces en la casa?
Su hermano mayor arqueó una de sus oscuras cejas. Sus pequeños ojos azules siempre eran algo intimidantes.
—¿Ahora debo dar explicaciones de por qué estoy en mi casa?
—Dijiste que estarías drogándote por ahí —agregó Shouto.
Dabi hizo una sonrisa ladina y muy maliciosa.
—Jamás dije que no estaría drogándome en nuestra casa, Shou. Estaba en la oficina del viejo.
—Podrías haber agregado que ese «por ahí» era nuestra maldita casa.
Midoriya se hundió todavía más debajo de las sábanas, aunque era innecesario. Dabi ya le había encontrado en el peor de los momentos.
La tierra no era lo suficientemente profunda como para desear ser tragado por ella.
Dabi giró sobre sus propios talones. Antes de irse, les habló una última vez por encima del hombro:
—Consíganse un cuarto de motel —dijo—. Cuando yo tenía tu edad, debía robarle dinero al viejo para poder llevar a Hawks al antro menos asqueroso que pudiera encontrar. ¡La juventud está perdida...!
Dabi empezó entonces a alejarse. Nadie dijo nada mientras su oscura presencia desaparecía entre los pasillos de la mansión de estilo tradicional que pertenecía a los acaudalados Todoroki.
El silencio entre él y Midoriya estaba siendo demasiado incómodo de soportar. Al menos, su miembro se había bajado lo suficientemente rápido a causa de los nervios y el terror.
Midoriya asomó los ojos verdes y la nariz por entre el borde de las sábanas azules. Se quedó observando a un abochornado Todoroki que no terminaba de procesar qué diablos acababa de ocurrir.
Su novio esbozó entonces una sonrisa pícara. Como si no hubiesen sido atrapados follando hacía tres minutos atrás.
—Mira el lado positivo, Sho-chan —empezó a decir Midoriya—. Tal vez en un universo paralelo, tú atrapaste a Dabi teniendo sexo con Hawks en un probador de ropa.
—¿Por qué un probador de ropa? —preguntó, fascinado por la mente perversa de su novio.
Midoriya solo se encogió de hombros.
—No lo sé —habló él—. ¿Para que sea más vergonzoso?
—Creo que de repente me gustan los universos paralelos, Izuku.
Su novio entonces carcajeó con fuerza. Todoroki sonrió casi olvidándose del bochorno con su hermano mayor.
—¡Vivimos en un multiverso, Sho-chan! —exclamó Midoriya con ojos brillantes—. Tal vez en un universo paralelo, tú y yo somos superhéroes.
—Eso es fantasear demasiado, cariño —contestó Todoroki—. Creo que está saliendo tu lado fanboy.
Sintió un golpe en el hombro. Midoriya le fulminaba con la boca fruncida como un pato, todavía tapándose el pecho con las sábanas azules.
—¡Te apuesto mi colección de mangas y figuras de acción a qué sí! —gritó, indignado—. ¡Hay un montón de universos paralelos conviviendo entre sí ahora mismo!
Todoroki no dijo nada más. Se limitó a darle un beso sobre la coronilla que robó otra carcajada al mejor novio que podría haber elegido jamás.
No estaba seguro si existieran los tan dichosos universos paralelos. Pero, si lo hacían, Shouto Todoroki estaba seguro que en todos ellos elegiría amar a Izuku Midoriya.
* * * *
Hiper mega tarde, pero acá todavía rige el día 4! Todavía sirve, todavía >:v9
Ya, hoy sí fue gran parte por flojera que terminé esto tan tarde xD luego tuve visitas inesperadas -3- así que lo terminé de forma flash desde el celular mientras todos comían la pizza. Miren los sacrificios que hago por ustedes, mis pequeños ;;
El día de hoy es casi un universo paralelo de cuándo Todoroki escucha a Dabi cogiendo con Hawks en el primer día de mi week de ellos dos. No lo sé, se me hizo divertido (????) ignoren mi mente estúpida
¡Muchísimas gracias por todos sus votitos y comentarios! ♥️ Ya casi se viene el día que más me emociona de escribir :'D pero todavía debo seguir sobreviviendo a esta locura
Nos vemos mañana! Besitos ♥️
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