Fanart #61 + OS #2

Todoroki solo quería besar a su novio uwur 🌸.

One-Shot.

- Guren -

Eran alrededor de las diez de la noche. El cielo estaba teñido de un azul oscuro, con unas divisibles estrellas decorándolo. Y claro que no hacía falta la gran y resplandeciente luna llena que se había formado esa noche.

Midoriya miraba con detenimiento aquel oscuro pero precioso anochecer, le hacía sentir relajado y no tan aburrido. Aún si tenía a una gata la cual podía mimar cada momento, prefería estar calmado sin dejar de observar ese cielo que tanto le gustaba. Aunque no estaría mal probar ambas cosas, solamente tenía aquel miedo de que su gato se escapara en cualquier momento de sus brazos y no volviera. La sola idea de pensarlo le daban escalofríos.

Dejó reposar sus manos encima de la barra de metal que cubría aquel balcón, ejerciendo un poco de fuerza sobre esta para balancear su cuerpo hacia adelante y hacia atrás. No con tanta fuerza como para llegar a caerse, la barra solamente llegaba hacia su vientre y no se hacía ningún tipo de daño.

Escuchó cómo la puerta corrediza que daba paso hacia dónde él mismo se encontraba se abría con lentitud, haciéndolo sonreír y cerrar los ojos mientras alzaba ligeramente su cabeza hacia arriba, sintiendo la fresca brisa golpear su cuerpo con suavidad. Percibió unos lentos pasos acercarse a él por detrás, sintiendo luego unos cálidos brazos rodear sus brazos, abrazándolo suavemente.

Ante ello, Izuku rió suavemente y soltó la barra metálica para dirigir sus manos en dirección hacia las de su novio, apretándolos con suavidad. Sintió la frente de Shôuto en su hombro, moviéndolo de un lado para otro un par de veces para acomodarse. Aquella acción provocó que Izuku riera al sentir sus cabellos tocar su cuello, enviándole cosquillas.

—¿Estás cansado? —Preguntó el de cabellera verde, dejándose llevar por los gestos del otro. Recibió un sonido afirmativo como respuesta y él sonrió—. ¿Nos vamos a dormir? —Preguntó de nuevo, volviendo a escuchar el mismo sonido afirmativo de antes.

El de cabello verde se separó lentamente del de cabello bicolor, soltando sus manos y empujando con suavidad al otro para que entrara a la habitación que ambos compartían para que no llegara a dormirse a mitad de camino. Él también caminó, comenzando a sentir frío debido a que iba con manga larga pero pantalones cortos, además de que aquellas noches de primavera solían ser un tanto frescas.

Midoriya y Todoroki ya llevaban un año y medio de relación, dentro de unos cinco meses sería su aniversario de pareja, cosa que alegraba a ambos. A Midoriya le hacía algo de gracia el recordar cómo llegaron a sentir lo mismo e incluso llegar a salir. Solamente le había hecho recapacitar sobre el erróneo pensamiento que tenía de su propio poder, nada más, no había hecho nada que lograra que Todoroki se enamorara de su persona. Por eso le daba gracia, porque no sabía cómo ni cuando había logrado adentrarse en aquel frío y desolado corazón que él decía evitar a toda costa que se metiera sin su permiso y se entrometiera en su carrera como héroe.

Aún así, Izuku no se arrepentía para nada el haberse entrometido en el camino de Shôto, es más, le alegraba, ya que ahora mismo se encontraban juntos y aquello le hacía más que feliz. Si que en un principio se había sentido mal por haberse metido en dónde no debía, pero habían ocasiones en las que meterse en un camino sin quererlo traía buenas consecuencias.

Ambos se adentraron en la cálida habitación que compartían. Izuku cerró la puerta corrediza que daba paso al balcón y deslizó hacia la izquierda las doradas cortinas de tela, tapando las vistas hacia el exterior. Se dio la vuelta para poder ver a Shôto sentado en la cama, acariciando el suave pelaje del grisáceo gato que había comprado junto a su hermana hace unos meses atrás. Su nombre era Guren.

El origen de aquel nombre no tenía mucho misterio, solamente habían acortado la palabra japonesa gris (llamada en Japón como "Gureiiro") y decidieron llamarlo Guren. Fue un nombre que ambos decidieron; Shôto dio la idea de utilizar como nombre el color gris y Izuku fue el que se encargó de deshacer las últimas palabras y añadir una ene. Aún si el nombre era masculino, Guren era una hembra.

El de ojos heterocromáticos se levantó de su lugar, claro que apartó a la gata antes de levantarse, para no hacerle daño. Caminó hacia es escritorio que había justo al lado derecho de la enorme y amplia cama que compartían, cogiendo una botella de plástico, abriéndola para llevarla a sus labios y beber la deliciosa agua que había dentro. Todo eso ante la atenta mirada del de irises verdes, quién sonrió y se quitó las zapatillas para estirarse en la cama.

Se giró de manera en que su cuerpo miraba en dirección a la cortina que tapaba el cristal, observando cómo la gata  grisácea se acercaba a su rostro y empezaba a olerle el rostro, causándole cosquillas. Soltó una leve risa y dirigió una mano hacia la espalda del animal, acariciando su pelaje de arriba a abajo con suavidad, jamás se cansaría de acariciarlo.

Escuchó el suelo de madera crujir ante los pasos de su pareja y la luz ser apagada para encender una pequeña lámpara que estaba encima de la mesita de noche, iluminando de color azul oscuro. A decir verdad, aquellos colores tan aleatorios que tenían por toda la habitación era por Izuku, que, al ser un gran fanático de All Might, compraba algo de referencia a él. Por ejemplo: el dorado de las cortinas hace referencia al cabello de All Might, el color de la lámpara de noche hace referencia al traje que All Might utiliza como héroe. Aquello solamente eran ejemplos, habían muchas más referencias alrededor de la casa, pero a Shôto no le molestaba en lo absoluto, es más, le dejaba, ya que a él le gustaba y no le vendría mal admirar cosas del tan reconocido héroe. Además de que en su infancia no pudo disfrutar bien admirándolo debido a su padre.

La felina se separó inmediatamente de Izuku y comenzó a maullar en busca del afecto de su dueño. Él se dio la vuelta para observar cómo Guren saltaba y alzaba las patas para poder alcanzar la mano de Shôto o alguna pieza de la ropa que llevaba puesta para que le hiciera caso, Izuku rió ante ello, al parecer prefería más a su pareja que a él mismo.

El de cabello bicolor sonrió ante los intentos de captar su atención de Guren, le parecía una ternura y se encontraba feliz de haber adoptado a una gata tan mona como ella. Era el primer animal que tenía y pensó que, después de todo, no era tan malo cuidar de uno y que era divertido. Y era el triple de divertido si estaba junto a su tan amada pareja.

Acarició la cabeza de la gata y acercó su cabeza para plantar un suave beso en su frente. La gata ronroneó gustosa ante los mimos que estaba recibiendo de su dueño y se removía inquieta, esperando a que la mimara más, cosa que no dudó en hacer. La cogió entre sus manos y la acunó en sus brazos mientras esta reaccionaba de inmediato y sacaba la lengua para lamer su rostro, cosa que le hacía reír.

—Quién lo diría, mi novio dándole más besos y mimos a una gata que a mí —Fingió estar ofendido y dolido el de cabellera verde, cruzando sus brazos con una divertida sonrisa, aún sin levantarse de su tan cómoda cama. Todoroki le miró y sonrió igual de divertido mientras bajaba a la felina y se acercaba a su pareja, claro que sin antes darle una última caricia al animal.

Posicionó una rodilla al lado de las piernas de Izuku y apoyó ambos brazos cerca del vientre de este, dejando pequeño espacio entre su piel y la ropa que llevaba puesta. Poco a poco fue avanzando, sin dejar de sonreír de manera divertida. Soltó una carcajada y estaba por mover sus brazos de una vez en el cuello de Shôto para darle un beso que tanto él como su novio decían gustar y disfrutar, sin embargo, Guren se interpuso entre ellos, posicionándose encima del hombro de Izuku para alzarle una pata a Shôto en su barbilla, maullando en busca de mas atención.

Todoroki soltó un suspiro y dirigió una mano hacia su cabeza para acariciarlo de nuevo, tratando de saciar su deseo y que al fin pudiera devorar aquellos suaves y apetitosos labios de Midoriya. Estaba ansioso. 

Midoriya rió y se acomodó, de manera en la que Guren tuvo que bajarse para que él no fuera aplastado, quedando ahora de cara hacia arriba, mirando hacia al techo. Alzó sus brazos y los enrolló alrededor del cuello de Todoroki, entrelazando sus propias manos y haciendo impulso hacia abajo para que la cabeza del otro se fuera acercando al suyo. Le tenía ganas. Y no habían podido hacer mucha cosa por culpa del trabajo de héroe.

Tanto él y como Todoroki habían podido lograr ser unos grandes y reconocidos héroes, quedando el número uno Midoriya y el tercero Todoroki. El segundo lugar era ocupado por Katsuki Bakugou, un supuesto compañero de ambos. Fue complicado, ya que Midoriya cargaba con el secreto del traslado de su particularidad, sin poder decírselo ni si quiera a su fiel pareja. Claro que con el paso de los años ya pudo tener más control sobre su poder y pudo contárselo, pero solamente lo sabía él, nadie más. De todas las personas el único que lo sabía era él, claro que All Might también.

Ambos acercaron sus rostro para poder juntar sus labios, todo ello siendo presenciado por la felina, que se acercó al de irises bicolores para clavar sus uñas en su camisa y que le hiciera caso. De vez en cuando hasta maullaba, pero ambas personas estaban más concentradas en besarse de manera pasional y profunda que del animal. Para su mala suerte, no pudo obtener su tan preciada atención, por lo que no tuvo de otra sentarse, observando lo que su dueño hacía con el de irises verdosos.

Ante ello, él separó sus labios de golpe de su pareja y miró a Guren, dedicándole una mirada victoriosa y una sonrisa altanera.

—Lo siento Guren, pero hoy gano yo —Pronunció mientras depositaba un suave beso en los labios de su pareja, sorprendido ante tales palabras. No se lo esperaba en lo absoluto.

La gata solamente procedió a darse la vuelta poco a poco y a gatear hacia el borde de la cama, saltando y acomodándose en su pequeña casa, que era una cesta de madera con una almohada muy cómoda debajo y una manta de pelaje suave para que estuviera más cómoda todavía. Ella bostezó y se acomodó, estirándose para parpadear un par de veces para acabar durmiéndose. Todas aquellas acciones fueron observadas por los dos presentes que se encontraban encima de su lecho.

Midoriya se tomó aquello como una derrota, por lo que sonrió victorioso. Él era consciente de que solamente era un gato, que no entendían a los humanos y que cualquier cosa que hicieran les importaría o no, pero aquella gata era otro tema, ya que la mayoría de veces robaba la atención de su pareja y le echaba más importancia a ella que a él mismo.

Ahora bien, no es que le molestara ni nada por el estilo, era solamente que siempre la acariciaba y mimaba en el tiempo que permanecía en casa, y no quería decirle que él también quería un poco de atención, ya que tampoco estaba en sus planes no echarle importancia al pobre animal, no, no. Solo quería que su pareja pudiese pasar el rato con él también y que le tocara y ese tipo de cosas...

—Con que ganar, ¿eh? —Habló Todoroki con una sonrisa divertida. No se lo esperaba en lo más mínimo, pero le gustaba el hecho de que su novio sintiera un poco de envidia por su mascota. 

—Bueno... Esta vez gané —Rió mientras deslizaba una mano en los cabellos de Todoroki y la otra en su espalda, por encima de la ropa—. Siempre le prestas más atención a ella que a mí, yo también te quiero y merezco un poco de atención —Pidió de manera indirecta que le besara e hiciera más cosas con él.

—De acuerdo, si tanto quieres atención, voy a dártela ahora mismo —Fue lo último que dijo antes de besar con profundidad y deseo aquellos carnosos y suaves labios que tanto disfrutaba besar y saborear. Le parecía la cosa más dulce que había probado en su vida, claro que antes de sus labios favoritos, iba el algodón de azúcar. Para él, era un dulce de lo más exquisito que habían creado.

Midoriya solo procedió a disfrutar de aquel y los demás besos que vendrían, sintiendo las cálidas manos de Todoroki contornear su cintura y luego colarlas debajo de la camisa de su pijama. Dios, admitía que extrañaba ese tacto explorando su piel. Lo ponía de los nervios y lo hacía respingar a cada rato. Disfrutaba de aquellos tactos que no tenían precio alguno, eran totalmente gratis, y, lo más importante, solamente suyos.

Finalmente, la ropa poco a poco comenzó a ser un estorbo para ellos. Siendo la gata la única testigo de aquel acto que ambos llevaban a cabo, removiéndose de un lado para otro para tratar de buscar el sueño. Solamente quería dormir, no pedía más. Pero tenía en claro una cosa, que aquel joven de cabello verde no era de su dueño. Todoroki solo le daba mimos, caricias y besos a ella.

✨✨

Y se terminó este One-Shot que se supone que es fluff pero me quedó raro ;;. Se me da mal escribir fluff, hice lo que pude bbs ❤.

¿Qué tal les ha parecido? ¿Les gusta esta temática?

Porque si les gusta, vayan preparando pañuelos ;).

Os amo ❤.

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