→Todochako Week VI←

•°NEKO°•

Día: 6

Fecha: Sábado 13 de Junio del 2020

Palabras: 3178

konshatumadre

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Vida
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—Felicidades, Ochako está embarazada —.

Las palabras de la mujer anciana inundaron la habitación donde se hospedaba la mujer humana, la dueña de Ochako.

—¿C-como? —tartamudeo —¿Mi gata está embarazada? —miro a la felina de un curioso pelaje rosado que cubría la mayor parte de su pequeño cuerpo.

La mencionada estaba perdidamente dormida en las piernas de su dueña, después de varias horas con la vecina del departamento de a lado.

—Seguramente son de Shōuto —comento la de apariencia mayor mirando a el gato que estaba sentado frente a ellas.

Un gato mitad albino mitad pelirrojo estaba en shock con la mirada clavada en su pareja. Las pupilas dilatadas y un caso de tic en sus ojos heterocromia.

—Realmente no sé qué decir —.

—Solo cuida bien de ella —.

—Gracias abuela —agradeció comenzando a acariciar a la pequeña, quién con el tacto se comenzó a despertar.

«Ochako»

Ante los oídos humanos, el macho emitió un maullido llamando la atención de ambas mujeres.

—¿Habrá alguna conducta extraña con él? —pregunto tímida la humana.

La mayor se llevó un dedo a su barbilla y comenzó a pensar.

—E oído casos en los que se alejan de las hembras o se ponen violentos con ellas —levanto los hombros mostrando una sonrisa —Pero Shōuto es un caso muy raro —.

Una vez más el tic apareció en el gato.

Inmediatamente sacudió su cabeza y se levantó de su lugar para ir con la albina, quién se encontraba sentada en el mismo sillón de la nieta. Salto a las piernas de la mujer para después ser acariciado por la misma.

Miró a la pelirosa que hacía un estiramiento alzando la cola y empicando la cabeza.

—Agh Ochako —se quejaba al sentir como su gata enterraba sus uñas en su piel terminando de despertar —Lamento si te despertamos —.

La felina emitió un ronroneó y se apego a el estómago de la chica. Su mirada choco con la de Shōuto e inmediatamente presto atención a las demás miradas que todos ahí le mandaban.

~¿Qué pasa Shouto-kun?~ pregunto mientras pegaba un pequeño brinco a el sillón.

Este imitó la maniobra y quedaron en medio de las mujeres sin quitar sus miradas.

—Será mejor que me valla —se levantó la mayor.

—La llevaré a su departamento —.

—Gracias cariño, pero aún no llego a los sesenta —hizo un gesto para apartarla —Por cierto, déjame darte las felicidades Ochako —acaricio a la nombrada ocasionando un ronroneó en ella.

Después de eso se dirigió a la puerta de el departamento, tras de ella la joven, que antes de cerrar la puerta decidió hablar un poco más con su familiar.

Shōuto suspiro pesado y miró a la hembra.

~¿De que hablaban?~ volvió a preguntarle al albino.

En estos casos era bueno que la de orbes cafés entendiera el idioma humano.

La joven del departamento la había encontrado abandonada desde que era una cachorra, en las frías, oscuras y solitarias calles de la ciudad. Al tener la escena de ella pidiéndole ayuda con varias heridas encima, no dudó en socorrerla y brindarle el mismo techo donde la humana vivía.

Él había escuchado la plática de su dueña y la nieta, de pura casualidad.

Fue ahí donde presentaron a los cachorros, al principio Shōuto no soportaba la actitud tan activa de la felina, pero poco después no podían vivir sin el otro.

~Shouto-kun~ lo llamo sacándolo de sus pensamientos ~¿Hice algo malo?~ pregunto con temor, agachando sus orejas x.

Había quedado traumada con su niñez.

~No~ negó con sutileza ~Nadie te hará nada~ se acercó a dónde ella y la mimo con las caricias que se hacían ~No has hecho nada malo~ le susurro entre caricias.

~Estas muy mimoso~ entre risas lamió la mejilla de el bicolor.

Este se alegó lentamente, buscando la manera de decirle la noticia a la pelirosa, sin ser tan... Tan directo.

~Ochako~ habló mostrando seriedad ~Ochako tú... tú tienes una parte de mí en tu cuerpo~

Más claro no pudo ser.

~Lo sé~ mencionó dejando un hilo de aire, poniendo a el albino tensó ~Te tengo a ti en mi corazón~ sus mejillas se tornaron de carmín.

~Eso no~.

—Ochako —llamo la dueña —Ven aquí —.

~Ire en un momento~ contesto.

Shōuto aún no se acostumbraba a qué ella contestará a los humanos cuando la llamaban.

~Si eso no es, entonces dime qué pasa~.

~Estas embarazada~.

....

Shōuto nunca miente.

Ochako no emite ningún movimiento.

Cuando el bicolor iba a decir algo para animar el ambiente -cosa que nunca se le daba-, la pelirosa le saltó encima con una risita.

~¿Seremos padres?~ pregunto ansiosa.

Incómodo para el macho.

~Si~ contesto evitando la mirada.

—Ochako —llamo nuevamente la dueña.

Risueña salto del sofá al piso y dando brincos acudió al llamado de la mujer.

Shōuto se quedó mirando como su hembra caminaba ardiendo de felicidad, cosa que, con dolor, no le gustaba. Lo peor era el pensamiento fugaz de abandonar o lastimar a la pequeña gata.

Tenía que reprimirse.

Camino a la ventana donde se podía admirar a la ciudad entera, dejo salir un suspiro y se propuso a pasar la noche en el piso de su dueña.

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Todochako Week 2020
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Una vez más el felino no había llegado.

Había pasado ya un par de días y ni rastro de él.

—¿Otra vez mirando la ventana? —oyó preguntar a la dueña tras su espalda.

No contesto, ni la miró.

Confundida la dueña ante el recién comportamiento de la pequeña, acarició su pelo y se sentó con ella sin dejar de mimarla.

Después de un pequeño rato, ya harta,  Ochako bajo del marco y camino lentamente a la casa para gatos -perros- que la dueña le había modificado poniendo una cortina para la privacidad de la futura madre.

—Ochako —suspiro la joven desanimada.

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Todochako Week 2020
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—¡Estoy harta! —grito furiosa muchacha.

El lugar era el departamento de su abuela, había entrado sin tocar ni pedir permiso.

Realmente está molesta, y la abuela lo notaba.

—Cálmate hija —pedía la mayor acercándose a la invitada.

—¡¿Qué me calme?! —volvio a gritar sin tomar en cuenta que la mayor la miraba asustada.

Camino a el sofá viejo pero bien cuidado de la habitación y se dejó caer en el, seguida de su abuela quién intentaba tranquilizarla.

—Respira con calma, inhala y exhala —pidió para que la castaña regulará su temperamento.

Después de unos segundos.

La humana abrazo a la mayor, para proceder a dejar salir el llanto que hace días necesitaba soltar.

Shōuto se asomó con cautela, mirando aquella escena, sintiéndose de alguna manera culpable.

—O-ochako —tartamudeo entre sollozos, captando la atención —E-ella no quiere nada, n-no come, n-no toma y n-no quiere salir de su casa —soltó aferrándose a las prendas de su abuela.

Shōuto por inercia dió unos pasos quedando más cerca de las mujeres, mostrando una expresión preocupada.

—Calma cariño —con su suave voz levantó el rostro inundado de lágrimas —¿Hace cuántos días está así? —pregunto poniendo ambas manos en los hombros tensos.

«¿Días?»

—U-una semana y media —contesto regulando su respiración.

«¡Semana y media!»

—Ven, iremos a verla —.

Aunque la humana mayor no quería mostrarlo, se notaba la preocupación en su ceño fruncido.

Cosa que puso a Shōuto en guardia, se sintió el gato más estúpido en ese momento. Brinco a el marco de la ventana y preparado para brincar a la otra se detuvo al ver el cristal como barrera, con rapidez corrió a la puerta de entrada: cerrada.

Regreso a la ventana, sin pensarlo salto a el pequeño balcón que la ventana tenía como diseño. Apenas y se sostuvo.

Sus ojos heterocromia miraban atentos como las mujeres quitaban el techo de la casa, estiró su cuello para ver mejor, pero se desespero al ver a la joven que se llevó las manos a la boca y comenzando a soltar un mar de lágrimas.

Shōuto rasguño la ventana, pero fue ignorado.

Noto como su dueña dejaba caer un par de lágrimas mientras tomaba con delicadeza lo que parecía ser el cuerpo de Ochako.

Las pupilas se dilataron a más no poder al ver como la cabeza colgaba de el cuerpo de pelaje rosado. El miedo recorrió cada parte del cuerpo felino.

Ambas se comunicaron algo a lo que asintieron e inmediatamente se comenzaron a mover dejando a Ochako en la transportadora que estaba en la mesa a lado de la casa de esta.

La castaña tomo su bolso, limpiando sus lágrimas, abrió la puerta dejando pasar a su abuela que cargaba la transportadora dando un portazo al salir.

Lo único que pudo hacer está vez fue observar.

El corazón le dió un vuelco al momento en el que se le comenzaba a quebrar, quedando en su mente la imagen de su querida en ese estado.

Regreso a su departamento y con furia a sí mismo araño todo lo que pudo dejando zarpasos, tirando las cosas a su alcance.

Sin pensar en lo caro que pagará.

Obligado a verse culpable.

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Todochako Week 2020
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Ochako no regresó con las adultas, estás no habían mencionado nada desde ese día.

Habían sido tres días en total, pero, Shōuto sintió la eternidad en el tiempo.

Esperaba en la ventana, recostado, después, se iba a comer y finalmente dormir.

Su rutina diaria.

La humana joven ya no estaba en su departamento la mayoría del tiempo.

Su humana dueña estaba molesta, así que prefería no molestarla.

Realmente se sentía culpable.

Su corazón se salía de control al recordar las expresiones que la felina hacía para molestar o para jugar, eran reemplazados por el último momento en que vio como su cabeza colgaba al ser cargada.

Maullo varias veces, su sonido era grave, para que todos escucharán el dolor que sentía.

Unas gotas salieron de sus ojos, dejándolo confundido, estaba experimentando el llanto, que tanto esperaba, ocasionando que guardara silencio.

Se recostó en la ventana.

Los pensamientos de la última conversación aparecieron de golpe.

«Una familia»

Nuevamente la furia contra él apareció, pero, ya no se podía hacer nada, los rasguños fueron exterminados con la lima para uñas y tirar las cosas no lo calmaban ni un poco.

—Quieres calmarte —pedía la humana tomando un poco de aire —Estas así desde hace días, ¿Qué te sucede? —frunció el ceño.

El gato se detuvo de tanto caminar y dar vueltas en el tapete.

Ni idea de cómo había llegado hasta ahí.

—Shōuto —llamo la mujer —Si es por Ochako... —.

Ese nombre... una vez más los maullidos se presentaron interrumpiendo a la mujer.

—¿Puedes callarte? —molesta le pidió amenazándolo con una almohada de el sillón —Escucha, Ochako tiene que quedarse con el veterinario unos días,  perdió peso y se deshidrató, cuando se recupere estará de nuevo en casa —.

Este se echó en la alfombra al escuchar tal argumento, más calmado y con una enorme esperanza cerro sus ojos y sintió su alma más tranquila.

—Eso no te salva de lo canalla que te viste al abandonarla —se levantó de su lugar —Por eso te hice sufrir durante días, incluso pensé en que ya no la volvieras a ver —se llevó una mano a su mentón para después mostrar una sonrisa —Pero no te mereces algo así — se aproximó hasta el y lo acarició con fuerza.

«Tienes razón, no merezco a Ochako»

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Todochako Week 2020
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Esa misma tarde la pelirosa llegó a el edificio. Shōuto esperaba noticias en el departamento de su dueña.

No iría a verla, no quería estropear su recuperación.

Pero, un vistazo para quitarse la curiosidad de ver a la hembra sana, no lo haría arrepentirse.

Se asomó con sigilo por su ventana.

Y ahí estaba ella.

Desde la ventana mostrando su rostro, olfateando el cielo, con la expresión más calmada que pudo ver de ella.

~Se que estás ahí~

Escuchar su voz melancólica y apagada, hizo que el albino mostrará por completo su cuerpo, dispuesto a arreglar el asunto.

~Ochako yo...~.

~Shouto-kun~ interrumpió ~Esta bien~ ni siquiera lo volteo a ver ~Si no querías saber más... ~.

~¡No!¡Ochako, te pido perdón por todo lo que te hice pasar, nunca tuve que haber hecho eso, mucho menos a ti!~ salto en su lugar, comenzando a dar vueltas.

~Esta bien, Shouto-kun~ asintió la pequeña ~Me alegra saber que te hallas preocupado por mi~.

~Perdóname~ queriendo sentir más de cerca la presencia de la felina dió un brinco a donde estaba, manteniendo un poco de distancia.

~Esta bien~ repitió por tercera vez, sin prestar atención al bicolor.

Los sollozos salieron de la boca del macho, haciendo que Ochako tomara por sorpresa tal actitud.

Inmediatamente se levantó de su lugar con las piernas temblando, aún no se recuperaba del todo, se acercó a el bicolor y se apoyó en el pecho de este, tomándolo sin descuido, para brindarle caricias con sus movimientos de cabeza a mentón.

~Perdóname~ susurro dejándose llevar por los suaves mimos.

~Te perdono, Shouto~.

Sin darse cuenta que la joven humana los miraba con cierta molestia para el albino.

—Shōuto —susurro cortando la palabra con su voz —Tú —lo señaló prendiendo un aura oscura.

Este solo la miró confundido.

Nunca se comportaba de esa manera.

—Tú eres un maldito —saco una escoba de quién sabe dónde y apunto a la pareja de gatos.

Ambos bajaron a el piso de la sala de un brinco.

Ochako inclinó de más sus rodillas callendo casi al suelo. Haciendo que la dueña notará tal movimiento.

—Ochako, el doctor digo que no hicieras alguna clase de ejercicio —dejo la escoba recargada en la ventana y cargo a su gata —Además, estás más gorda que antes así que deberías tener más cuidado con tu bebé —.

«El comentario no era necesario»

Maullo con expresión vergonzosa.

Shōuto quien se escondía detrás de un sillón escuchaba a la perfección la plática de la humana y Ochako.

—Descansa —decía mientras besaba la frente de la mascota y la dejaba fuera de su casita con delicadeza.

Los ojos de Shōuto se agrandaron al ver el abultado vientre de la hembra.

Está camino lentamente para recostarse en su suave y privada habitación. Dejándole el problema a el macho y la jóven.

Sin darse cuenta, aque la humana estaba sentada justo en el sillón donde este se escondía.

—Lleva mes y medio —susurro —Los gatos tienen dos meses para nacer, o eso fue lo que me dijo el veterinario —la voz se elevo —Tambien me dijo, que los gatos solían tener más de una cría, Ochako al ser primeriza y joven, tendrá solo uno  —.

Shōuto bajo las orejas, avergonzado no sería la palabra correcta para definir su rostro sonrojado.

—¡Te perdonaré! —grito de pronto —Pero, solo por qué mi abuela dijo que eres un gato muy chillón —estiro su brazo y lo acarició.

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Todochako Week 2020
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—Regreso en la tarde —grito la humana joven para que después se escuchará el sonido de la puerta de entrada cerrada.

Ochako salió de su casa, había comenzado a tener hambre.

Fue a la cocina en busca de un poco de comida para gatos, o comida humana, lo que sea comestible y sacie su hambre.

~Ochako~ llamo la voz de Shōuto.

~Shouto-kun~ respondió con felicidad regresando  de dónde vino.

~Ochako~ repitió.

Al parecer no la había oído.

~Aqui estoy~ se asomo por el arco de concreto.

Mostró una sonrisa al verla.

~Me avisas asustado~ se acercaron y le comenzó a dar pequeños mimos.

~¿Qué haces aquí?~ pregunto con su voz dulce.

~Escuche que tú humana llegaría tarde~.

~¿Encerio?... Tú no te preocupes puedo cuidarme yo sola~ se separó de él y dió una pose mostrando elegancia.

Para que después su sonrisa apareciera.

~Ya no estás sola Ochako~ corrigió serio ~Yo los cuidare~.

La pequeña mostró una sonrisa ante su comentario.

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Todochako Week 2020
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Shōuto se encontraba dando vueltas en la cocina del departamento de la joven.

Ochako estaba en su casa y no quería que pasara, quería privacidad. La dueña de ella estaba a cada rato revisando a la pelirosa, así que no debía de preocuparse.

Al menos no tanto.

Después de varias horas finalmente la joven apareció en la cocina, dando a entender que había acabado.

—Shouto —llamo su atención, ya que este no dejaba de rondar.

Con rapidez avanzó a la sala, pasando por alto a la mujer, caminando en dirección a donde se encontraba la felina.

Al pasar a dónde Ochako encontró a esta de espaldas, se notaba su respiración agitada, incluso no emitió movimiento cuando el cuidadoso de Shōuto se acercó. No pudo evitar acercar su rostro por encima de la hembra, un pequeño pelaje albino con espalda pelirroja tenía su rostro entre el pelaje de su madre.

¡Una pequeña criatura de él!

La miró unos segundos más, dando a entender que estaba atrapado por el ser que había formado. Ochako estaba durmiendo así que no la molestaría.

Salió con rapidez de la casa y busco a la humana, estaba tan contento que quería mostrar su causa de felicidad.

La joven venía saliendo de la cocina, al notar como el gato movía su cola de un lado a otro, sonrió con dulzura.

—Si Shōuto, se parece mucho a tí, no tienes por qué venir a decírmelo en la cara —se llevó una mano a su rostro —Por cierto necesito tocarlo —.

Shōuto la miró con los ojos abiertos.

«¿Qué?»

—Es para que mi olor se quede en ella y ustedes puedan reconocer cuando la toque o la acaricie —cambio su sonrisa al verse pensativa —Al menos eso leí —.

«No te dejare»

Cuando se agachó frente a la casa, el gato se le atravesó, obstaculizando su camino.

La chica entendió lo que quería evitar el felino, pero debía de hacerlo, apartó a el padre, metió su brazo, se guío por el tacto y encontró el pequeño cuerpo, con delicadeza, lo separó del de su madre y con lentitud lo fue sacando de ahí.

Shōuto, con sus orbes clavados en la humana, le enterró las uñas en las piernas al escuchar los chillidos de el cachorro.

—¡Shōuto! —grito molesta —Calmate, no le estoy haciendo nada —.

Este no le hizo caso, tenía miedo de que se le cayera de las manos a esa altura, tenía miedo que la llegara a apachurrar.

Tenía miedo.

Ansioso por dejar a su familiar a salvó en la casa, comenzó a maullar y rodear al humano para que lo dejará.

Captando nuevamente el mensaje de las acciones felinas se agachó mostrando el cuerpo del cachorro.

—Mira Shōuto, es muy pequeño —.

«Pequeña» contesto mirando con resentimiento a el humano para después tomar entre su boca el cuero de su hija y llevarla a dentro.

Estaba molesto con la humana por hacer llorar a su pequeña.

La risa de la joven se escucho, luego quedaron solos.

De inmediato la dejo en dónde estaba, con cuidado de no despertar a Ochako. Al verla privada y a la pequeña tomar la posición de antes, decidió quedarse a vigilar.

Se acostó cerca de ellas, mirando detenidamente, sin discreción, muy atento. Sin dejar de sonreír.

Prometiendo cuidarlas por el resto de su vida.

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