Capítulo 28 -Final Gaara-
*Leer también capítulo anterior (Final Sasuke)
Giré mi cuerpo sobre la cama, quedando de lado y dando la espalda a mi esposo, Sasuke.
Mi nariz se contrajo con las memorias del pasado volviendo a asaltarme, y un puñado de cálidas lágrimas escaparon de mis ojos.
—¿No puedes dormir? —preguntó Sasuke cuando sintió que me incorporé.
Negué con la cabeza y dejé la cama sintiendo como su mano acariciaba la extensión de mi brazo mientras me apartaba de él.
Entré al baño y me miré al espejo. Viendo lo destrozada que estaba lloré un poco más. Era tan dolorosa mi vida que dolía incluso mirarme.
En alguna parte había escuchado que el tiempo era lo más efectivo para curar las heridas, pero la mía tenía diez años abierta, y cada día que pasaba dolía un poco más.
* *
—¿De verdad lo harás? —preguntó mi esposo, que ahora conocía mis planes de viaje—. ¿No puedes dejarlo pasar? Tal vez lo superes pronto —sugirió y le miré molesta—. Te estás haciendo daño, no quiero eso —excusó.
—Lo he dejado pasar tanto tiempo que ya no puedo con la culpa —expliqué después de un largo suspiro—. Siento que si no le hago frente no podré seguir viviendo.
—¿Irás con Kakashi? —cuestionó y asentí—. Eso es un mes fuera de la aldea —señaló algo que yo sabía—. ¿Qué se supone que haga un mes solo con los gemelos?, ¿pensaste en eso?
—Creo que te las arreglarás —dije—, no es tan difícil. Yo estuve sola con ellos por cinco años mientras terminabas tu misión.
Sasuke entornó los ojos mientras suspiraba, aunque más parecía un bufido lo que había hecho.
Esa era mi señal de triunfo. Reclamar sus fallos siempre me dio puntos para ganarle; su ausencia en los primeros años de vida de mis hijos me daba permiso de hacer muchas cosas.
La culpa es un sentimiento increíblemente pesado y útil, dependiendo si eres quien lo siente o lo utiliza.
* *
De pie a la entrada de Sunagakure respiré profundo. Sintiendo el aire caliente y seco arañar mis pulmones sonreí.
Saludé a los vigilantes, todos ellos aún me llamaban "Señora" y sonreían amablemente. Indiqué la cercanía del resto de visitantes de mi aldea, que llegarían en aproximadamente cuatro días. Yo había corrido más rápido para tener más tiempo de tortura.
Mis pies me dirigieron al lugar de mi suplicio y, frente a una pequeña y ordenada lápida, me senté a llorar todas mis culpas y todo mi dolor.
—Hola —dije con la voz ahogada y los ojos humedecidos a alguien que no respondería mi saludo—. Lamento no haber venido antes... no podía hacerte frente...
Lloré silenciosamente.
No sé cuánto tiempo pasé sentada frente a la tumba de mi hija, pero estaba segura de que no soportaría mucho más, estaba exhausta y deshidratada, el mareo de estar por horas sentada en un cementerio en medio del desierto era tal que sabía perdería la conciencia en cualquier minuto.
—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó Gaara invitándome a mirarle.
Sonreí mientras más lágrimas empapaban mi enardecido, y seguramente hinchado, rostro.
—No lo sé —confesé—. Llegué poco antes de las siete de la mañana.
—Son las cinco —informó Gaara con esa expresión preocupada que poco se notaba en su serio rostro.
—Entonces son diez horas —dije y, sintiendo como todo se volvía oscuro por medio segundo, volví la vista a la tumba de mi pequeña para volver a llorar.
Gaara suspiró sonoramente y se sentó a mi lado.
—¿Cómo estás? —preguntó y negué con la cabeza, no quería responder a esa pregunta, además seguramente se me notaba como estaba—. ¿Y los chicos?
—En Konoha. Sasuke se hará cargo de todo mientras vuelvo. Me quedaré un mes, regresaré cuando Kakashi vuelva.
—Un mes, ¿eh?
—¿Crees que lo soportarás? —pregunté presionando mis manos entre sí.
Lo último que quería era molestar a ese hombre que ahora me acompañaba.
—No estoy seguro —dijo empujándome a llorar un poco menos quedo.
—Lo lamento —dije ahogada en llanto—, de verdad lo lamento... Lo lamento mucho...
—Está bien —aseguró Gaara acariciando mi encorvada espalda.
—No lo está —refuté—, no puede estar bien... Gaara yo... yo maté a nuestra hija... la maté y luego salí huyendo como una vil cobarde... yo te dejé solo... —Las palabras desaparecieron y lloré incontrolablemente hasta que el tiempo me serenó—. No me perdones —ordené—, nunca me perdones.
—No fue tu culpa...
—Lo fue —aseguré—... Todo fue por capricho. Yo no quería aceptar que tenías la razón... estaba molesta porque seguías metiéndote con mi trabajo... quería darte la contra, por eso fui al hospital en lugar de a casa... debí escucharte, y por no hacerlo Karura... Karura...
Gaara no respondió, solo tomó mi mano y la apretó con fuerza indicándome que estaba allí, sufriendo tanto como yo sufría.
»Alguna vez —tragué saliva—, ¿alguna vez, mientras veías a Mitsuri, pensaste "Ah, así se vería Karura si tuviera esa edad"?
—Lo hago —admitió Gaara—, mucho más tiempo del que me gustaría.
—Lo lamento... —repetí perdiendo de nuevo la calma.
—Está bien —dijo Gaara, de nuevo—. Ahora estamos bien, hay momentos felices también. Los has tenido, ¿no?
—No —respondí negando con la cabeza—. En diez años, desde que Karura murió, ni un solo segundo me he sentido feliz. No puedo. No puedo ser feliz cuando hice tanto daño a las personas que amaba. No puedo ser feliz cuando veo todo lo que los gemelos hacen y Karura, por mi culpa, no pudo hacer. No puedo ser feliz besando a Sasuke cuando, por cobarde, te dejé solo aquella vez. Solo no puedo.
—Oye, no renuncié a ti para que fueras infeliz. Creí que estarías mejor lejos, por eso te dejé salir corriendo. No vengas a decirme que no valió la pena.
—La valió —aseguré—. De haberme quedado probablemente hace años me habría tirado de un puente. Lejos pude vivir, pero ser feliz es demasiado para mí. Una madre que no pudo proteger la vida de su hija no se merece ninguna felicidad, una esposa que le hizo tanto daño al hombre que amaba se merece solo infelicidad.
—Ioichi...
—Está bien —dije poco claro, esa mentira pesaba mucho—. No estoy bien, pero sigo aquí. Eso está bien.
—Lo lamento —dijo Gaara, con la voz ronca. El llanto que contenía le estaba ganando—. Lamento no haber sido tan fuerte como para protegerlas a ambas. Merezco lo que pasó porque no pude evitarlo. Lo lamento.
Me recargué al cuerpo del hombre que me abrazaba, e inhalando su aroma dejé que mi consciencia se fuera. Estaba agotada y enferma. Enferma de la vida que me había arrastrado por más de diez años.
*
*
*
—¿Qué quieres? —preguntó la voz de mi padre, resonando en la oscuridad en que me encontraba sumergida—. ¿Qué es lo que quieres, Ioichi?
No respondí. Lo que quería era un imposible. Volver al tiempo y cambiar las cosas era algo que no se podía. La vida se trataba de seguir adelante, como se pudiera, y arrastrar con nosotros todo lo que hubiéramos vivido. Pero yo llevaba a cuesta tantas culpas y arrepentimientos que no parecía estar avanzando mucho.
—¿Qué quieres?, ¿qué es lo que quieres, Ioichi? —insistió el hombre que yo más amaba en la vida.
No respondí. Lloré de nuevo volviéndome incapaz de pronunciar una sola palabra.
¿Cómo decirle que quería una oportunidad de hacer las cosas bien, para que no me pasaran tantas cosas malas?
—¿Qué quieres?, ¿qué es lo que quieres, Ioichi? —repitió logrando que el dolor en mi pecho aumentara.
—¡Mi vida! —grité—. ¡Quiero mi vida de vuelta... quiero vivir, no solo estar... quiero ser feliz... por favor... déjame evitarlo, sé que no puedo enmendarlo, pero quisiera evitar que pasara, por favor... por favor...!
—¿Qué estás dispuesta a dar? —preguntó la voz que ahora no parecía ser de mi padre, o de alguien que conociera.
—¡Todo! ¡Te entregaré todo lo que tengo, todo lo que soy... los lastimosos pedazos de mi alma y los trozos maltrechos de mi vida... te doy todo lo que tengo... todo!
"Entonces, qué así sea" un susurro acariciando mi rostro mientras el aire se agolpaba en mis fosas nasales, ahogándome.
*
*
*
Abrí los ojos, estaba recargada en una pared de la aldea. A lo lejos vi a un pelirrojo de ojos aguamarina andar por algunas calles que no conocía.
—Hola —saludé cuando estuve a su lado—, ¿tomando el aire fresco de Konoha, Kazekage Gaara? —pregunté, sonriendo.
—Si... más o menos —dijo a tropezones.
Parecía un poco nervioso y algo me decía que era por mi causa.
—Konoha es hermosa —dije andando algunos pasos adelante del chico que me seguía—. Hace mucho tiempo había querido volver, pero no lograba hacerlo, ¿por qué sería?
Gaara solo me miró.
Caminamos hasta el parque y, mientras él me miraba, yo conté una historia que posiblemente él no quería saber. O tal vez sí, porque apenado hizo una pregunta que me invitaba a decir más de mí.
»... Y al fin volví —concluí respirando profundo—, fingiendo que soy la prometida de Naruto para escapar del compromiso con Sasuke.
—¿Fingiendo? —preguntó sorprendido, provocándome sonreír.
Había una chispa, de algo que no había visto en él, detrás de su mirada. Creo que era felicidad.
—Me puse nostálgica —dije poniéndome de pie y sacudiendo mi ropa—. ¿Le apetece una copa, Kazekage sama? —pregunté y aceptó. Reí—. ¿Por qué acepta ir a tomar conmigo cuando no tenemos edad para ello y usted ni siquiera bebe?
—Yo... yo solo quería pasar más tiempo contigo.
—Pues entonces invíteme a desayunar mañana —sugerí—. Creo que hacer las cosas correctamente es la mejor manera de que todo salga bien.
Gaara asintió.
TRECE AÑOS DESPUÉS
—Karura, levántate—pedí a una pelirroja de ojos agua marina de siete años que no lograba despertarse del todo—. Papá nos acompañará al colegio.
La pelirroja abrió los y saltó en la cama. Era su primer día de clases y, aunque había dicho que no podía, Gaara se dio tiempo para acompañarnos a la academia.
—Te amo, mamita —dijo al dejar la cama, abrazada a mis piernas y sonriendo hermosamente.
—Te amo más —aseguré sonriendo.
Esto era vida, la vida de felicidad que siempre había soñado tener.
—FIN—
Se terminó ahora sí.
Este final me estaba haciendo mucha falta, por eso lo escribí aunque no me gusten los finales alternos, sobre todo porque este pasa a eliminar media historia xD
En fin, deseo les haya gustado esta belleza, yo lloro como nena cada que lo leo, y amo a Ioichi tanto que me duele lo que le duele.
Gracias por leer, no se vayan sin decirme que les pareció y pasen a leer más de lo que escribí. Besitos hermosuras.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top