SASUKE POV'S

Ya eran tres años de mi ausencia y, gracias a mi arduo trabajo, estaba casi terminando la misión encomendada.

Volví a la aldea por una vez para hacer del conocimiento de la Hokage que la misión entraba en etapa final, y me encontré con tremenda fiesta. 

Ioichi celebraba con platillo y bombo el primer año de vida de su hija y yo me moría de rabia y celos. El solo pensar que ella ya no me pertenecía me mataba.

Me fui con el hígado podrido de rabia, pero pronto volvería y algo haría al respecto. Porque ella era mía, tan mía como lo eran nuestros hijos.

Seis meses después de eso volví y entré a una habitación tenuemente iluminada por la luz de la luna donde ella dormía plácidamente con una pequeña niña a su lado.

Me acerqué para observar de cerca a la pequeña, pero un kunai detuvo mi movimiento al rozar peligrosamente mi garganta. Fue entonces que me di cuenta que ella no estaba más bajo mi cuerpo, sino que se encontraba detrás de mí.

—¿Sasuke? —preguntó sorprendida y al verme asentir apartó el kunai—. ¿Qué haces aquí? —preguntó casi con fastidio.

—Volví a casa —respondí secando el sudor de mi cuello. 

Ioichi dejó caer su trasero en la cama, prendió una lámpara y una peliazul se quejó. La miré extrañado, ella no era la niña de la fiesta.

—Es de Naruto y Hinata —informó sin que yo preguntara nada—, es su aniversario, yo los cuido, Menma está con los gemelos.

Respiré profundo.

—¿Y Mitsuri? —pregunté por esa pequeña pelirroja que la hizo tan plena y tan feliz en esa fiesta que atestigüé de lejos. 

Ioichi me miró contrariada.

—Tal vez en su casa —respondió.

—¿Ella no es tu hija? —pregunté y rió fuerte, terminando por cubrir su boca con ambas manos, mirando a la pequeña en la cama.

—No, ella es de Gaara y de su mujer, solo de ellos —explicó me dejé caer en el sofá frente a la cama realmente aliviado y feliz.

—Ya estoy en casa —dije— estoy muerto.

Ella sonrió dejando la cama y andando hasta mí.

—Claro que lo estás —dijo dejándose caer a mi lado.

* *

Un delicioso aroma hizo que abriera mis ojos y bajara a la cocina. Esa casa seguía siendo la misma que dejé años atrás. Entonces dos de cabello oscuro se tiraron a mis brazos.

—¡Papi! —dijeron—, ¿cuándo regresaste?

—Ayer —informé y, feliz de tenerlos a mi lado, los abracé. 

Estaba realmente feliz de recuperar mi familia, y dos agregados, aunque ella solo los cuidaba por el aniversario de su mejor amiga y mi mejor amigo.

—¿Les dijiste de mí? —pregunté con una rara mezcla de confusión y emoción. Ioichi sonrió.

—Dijiste que volverías. Es mejor prepararlos para el desastre que curar los traumas —dijo y sonrió hermosamente. 

 Yo abracé de nuevo a mis hijos y desayuné con ellos.

Después de que desayunaron los llevé a la escuela y volví a esa cocina donde ella lavaba trastos. La abracé por la cintura y pregunté a su oído—: Bien, señorita Hatake, ¿dónde nos quedamos?

—Pues bien, señor Uchiha —dijo ella con su cara frente a mi nariz—, usted me estaba conquistando.

La besé, con todo el amor y la naciente esperanza de que todo marcharía bien para nosotros.

—FIN—

Final Gaara —>

Hermosura mía, si la felicidad de Sasuke es lo tuyo, déjalo aquí y ve feliz de haber disfrutado esta historia que te agradezco leer; por el contrario, si sigues con mal sabor de boca por lo que pasó a Gaara e Ioichi, pásale al siguiente capítulo que, sin duda alguna, curará tu corazón.