Capítulo 17
SASUKE POV'S
Tras volver de una misión de la que estaba a cargo, en casa de Kakashi donde ahora vivía, en más de una ocasión me topé con ese zombie que ahora era mi ex prometida.
Ella parecía hacer todo mecánicamente. Ni edo tensei era tan rígido como la muerte que ella mostraba. Ella era como un cascarón vacío, lleno de nada, de una dolorosa nada que a todos los de alrededor afectaba.
Pero ella no era mi problema, ni sus problemas me molestaban tampoco. No hasta que me tocara cuidarla. Y es que, inconscientemente, comenzó a hacer cosas que la herían físicamente, cosas como cortar su piel mientras preparaba la cena, quemarse mientras retiraba la cazuela del fuego o caer de las escaleras por tropezar con algo.
Ella se autodestruía —sin darse cuenta aparentemente— y eso nos puso en alerta máxima hasta que una buena solución llegara. Gracias al cielo fue pronto. Ella estaba siendo cada vez más torpe y descuidada.
La quinta Hokage nos asignó una misión de infiltración. Serían cuatro meses fingiendo ser personas que no éramos para obtener información que necesitábamos. Tal vez eso era justo lo que ella necesitaba, ser alguien que no había perdido nada. Por eso, y por el cariño que me contaron le tenía mi hermano, yo acepté ser su compañero en esa misión.
Sai y yo seríamos hermanos y ella mi esposa. Nosotros nos infiltraríamos en la policía de cierta aldea que se rumoraba tenía contactos con rebeldes que planeaban una guerrilla.
Recientemente nuestras acciones eran de ese tipo, al mínimo rumor corríamos a apagar llamas aún no encendidas. Nuestro trabajo era prevenir para no tener que lamentar más.
Llegamos a esa aldea como refugiados. Mi hermano y yo comenzamos haciendo trabajo de campo mientras ella hacía labores de casa. Más, poco a poco, nos hicimos de la fe del pueblo y pudimos mostrar un poco de nuestras habilidades que nos permitieron fácilmente entrar en la policía.
Pero no era como si de la nada ellos nos mostrarían todo lo que eran, así que el trabajo iría lento, al menos al principio.
Nos tomó dos meses darnos cuenta que los rumores eran ciertos. Solo nos faltaba acceder al interior de la organización para acabar con todo de raíz, era ahí dónde estábamos estancados.
Tiempo después una oportunidad se abrió para mí, e inmediatamente después Sai fue parte de eso. Entonces se anexó Ioichi, quedando fuera de la organización terrorista, pero en suficiente cercanía para rastrear movimientos que pudimos detener.
Nuestras interferencias crearon la sospecha de que había traidores dentro, y por supuesto que los primeros sospechosos fuimos nosotros. Gracias a eso fuimos los primeros en ser descartados. Eso nos permitió continuar con el trabajo en mucha más libertad.
* *
—Todo está por terminar —anuncié a Ioichi mientras terminábamos de cenar.
Sai trabajaría esa noche, por lo que la tranquilidad que siempre había en esta casa era más cómoda. Estar al lado de mi falsa esposa me hacía sentir así, cómodo, quizá demasiado para mi propio bienestar.
En respuesta a mi comentario asintió y, bebiendo mi último sorbo de café, dejé la taza en el lavabo. Ioichi me recriminó con la mirada, pero aun así lavó la taza y se fue tras de mí a la sala, donde continuamos hablando.
—Solo un poco más de información y dejaremos esto atrás. Me tiene harta vivir en esta espantosa nada —dijo y me reí de su molestia, a mí me gustaba la tranquilidad de ese sitio.
Me levanté del sillón y pasé mi mano por sus cabellos.
—Solo un poco más y podremos volver a casa —dije dirigiéndome a la que era nuestra habitación. Ella asintió y me siguió.
Ioichi se recostó como cada noche en esa cama que compartíamos, e hizo lo que siempre hacía, me dio la espalda y se durmió.
El tiempo de estar juntos estaba por terminar, pero había sido hermosamente gratificante. De no ser porque yo sabía lo buena actriz que ella era, me habría creído ese matrimonio feliz que representábamos.
En ese tiempo juntos pensé que ella era perfecta. Era fuerte, inteligente, bonita, me escuchaba siempre, me ayudaba, yo podía desprenderme un poco de esa coraza con que me enfrentaba al mundo cuando ella estaba cerca. Era mi preciosa compañera, una preciosa falsa compañera.
Tiempo después logramos derrumbar el objetivo que esa guerrilla tramaba y deshacer otros dos planes en el camino. Al final terminamos salvando al país de una verdadera molestia. Esos tipos nos hubieran hecho sufrir si no les hubiésemos detenido a tiempo.
De camino a casa la busqué de nuevo. Hacía tiempo que ella abarcaba mi pensamiento y mi campo visual. La encontré, la vi detenida sobre una rama, mirando a una conocida dirección. Volví a ella y aún sin preguntar nada recibí una respuesta.
—Han pasado seis meses —dijo con los ojos inundados en dolorosas lágrimas. Ahora que volvía a ser Ioichi Hatake su normalidad era el dolor en sus ojos—, me pregunto qué tan bien lo lleva él.
Quise decirle que lo olvidara, que no valía la pena, que ella lo llevaba bastante bien y eso era suficiente, pero Kakashi tenía otros planes, unos que no me incumbían, al parecer.
—Tal vez deberías averiguar —dijo.
Ioichi miró a su padre un tanto sorprendida.
—No sé si pueda —susurró y él le dio un empujoncito hacia esa dirección que al parecer le dolía.
—Pues averígualo —invitó—, nada pierdes. Konoha siempre estará abierta para ti, igual que mis brazos.
Ioichi sonrío dolorosamente y tomó esa dirección que me lastimaba.
Diciendo "Ittekimasu" se marchó, dejando un doloroso hueco en mi corazón que fingí no notar para poder seguir mi camino.
Continúa...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top