Capítulo 16

IOICHI POV'S

Entré a la oficina de mi abuela, donde por cierto no había nadie, y esperé a por ella. Recorrí con la mirada todo el lugar y una conocida silueta me hizo moverme hacia el escritorio de donde tomé un portarretratos que en el día de las madres le hubiera entregado como regalo.

Lo miré y lloré de nuevo. Allí estábamos Karura y yo, sonriendo juntas, haciendo muecas y pucheros para mi abuela.

—Esto va a ser jodidamente difícil —dije dejando cara al piso las fotografías en ese marco y tallando mis mejillas con las palmas de mis manos—. ¿Cómo es que lo llevas? —pregunté al cielo, esperando mi sentimiento llegara a su destinatario.

Si era difícil para mí, no quería pensar en Gaara. Él debía estar muriendo y yo lo abandoné en la trinchera. Aunque no podían culparme. En ese momento mi instinto de supervivencia dijo que si no me alejaba realmente moriría. Supongo que después de todo vivir si era una opción para mí.

Me encaminé al baño, limpié mi nariz y mojé mi cara para poder reaccionar mejor a lo que fuera que viniese. Escuché la puerta de la oficina abrirse y salí del baño para encontrarme con una odiosa pelirrosada que, sorprendida tal vez, no atinó a más que hacer una estúpida pregunta.

—Ioichi, ¿estás aquí? —preguntó la pelirrosa y, con obvia molestia, confirmé lo que era obvio. Esa chica me molestaba y bastante. Otra pregunta estúpida salió de su boca—: Oye, ¿y estás bien?

—¿Cómo podría? —pregunté esta vez yo, volviendo a quitar lágrimas de mis mejillas.

—¿Estás bien Ioichi? —preguntó Shizune que venía con mi abuela. Sonreí con sorna.

—Mi hija está muerta —recordé—, no puedo estar bien, ¿o sí? 

Shizune agachó la cabeza y yo miré a la ventana buscando una distracción. Tsunade no preguntó nada, solo fue a su escritorio, recogió algunos papeles que me entregó, levantó el marco de fotos y entonces sí que dijo algo.

—Si no quieres verlo, no voltees, pero no muevas mis cosas sin permiso —dijo y pude sentirme tranquila. 

Un poco de normalidad era lo que estaba necesitando. Necesitaba que nadie me recordara lo desdichada que era, que nadie me pegara en cara con mi desgracia.

Salí de la oficina de mi abuela y me instalé en la sala de juntas con un montón de papeles por revisar. Después de un rato vi entrar a Naruto oniichan y, antes de que dijera nada, le hice una advertencia.

—Si vas a hacer preguntas estúpidas lárgate, ya tuve suficiente de eso —dije.

Naruto se sentó en la silla de mi lado derecho.

—¿Preguntas estúpidas? —cuestionó sin mirarme, yo continué revisando los papeles en mis manos.

—Todo el mundo pregunta si estoy bien como si no se me notara que me desmorono —expliqué—. Por mi aspecto, y la situación vivida, no pensé que requeriría un letrero en la frente diciendo "No estoy bien" —dije y volví a llorar. 

Yo realmente no estaba bien.

Naruto ni me volteó a ver, solo me ofreció un pañuelo.

—Nos tienes preocupados —dijo—, verte de pie nos hace pensar que estás mejor. Tal vez no sea la pregunta adecuada, pero queremos cerciorarnos de eso, de que estás mejor, o al menos, menos mal.

—No estoy de pie por elección propia —informé respirando tan profundo como pude y Naruto dejó de balancear la silla en que se encontraba.

—¿Qué significa eso? —preguntó.

—Kakashi amenazó con borrar a Karura de mi memoria si yo no hacía por salir adelante por mí misma —informé mientras hacía unas correcciones a un documento en mis manos. 

Mi hermano respiró hondo entendiendo más o menos la situación.

»Aunque no estoy segura de que sea la respuesta —dije—. Ahora al menos sé que mi dolor es por la pérdida de mi bebé. ¿Será que podré superar el dolor de un desconocido vacío? —pregunté con los ojos llenos de lágrimas a uno que me veía bastante dolido—. Además no quiero olvidarla. Quiero que, si incluso todo el mundo la olvida, ella viva siempre en mi corazón —No pude evitar llorar de nuevo—. Porque estuvo aquí... en esta vida... en este vientre... siempre estuvo en mi corazón y allí permanecerá para siempre... es lo que quiero.

«¿Será que, cuando uno está tan herido, el dolor se convierte en infinito mar de lágrimas?» me pregunté. 

Mi dolor y mi llanto no parecían tener fin, me estaban matando. Naruto solo me abrazó.


Continúa...


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