Capitulo 52
Katsuki se despertó sintiendo un ligero aroma amargo llegando hasta su nariz y al abrir los ojos vio que Izuku estaba sentado en un sillón delante suyo, tomando un líquido medio negro desde una taza. No parecía una poción pero el olor era curioso. Le parecía que venía de una planta.
—Kacchan, buenos días. Aunque se pasa del mediodía —se rió el de pecas —Debiste estar muy cansado para dormir hasta tan tarde.
—...Mierda —mascullo de malhumor el cenizo sentándose en la cama y notando el sol en lo alto por una de las ventanas de la habitación — ¿Qué pasó con el desayuno?
—Masaru-san estuvo muy feliz de pasarlo a un almuerzo —contó el de ojos esmeralda pasándole al cenizo una taza con aquel extraño líquido —Sé que se ve extraño, ¡pero es muy bueno! Se llama café. Te ayudará a despertarte, Kacchan. Ah, puede que te resulte muy amargo, pruébalo primero y luego ponerle cuánta azúcar quieras.
El mago tomo la taza, olió nuevamente el contenido y luego lo probó. El sabor amargo no estuvo tan mal como imagino pero, de todas maneras, le puso tres cucharadas de azúcar. En lo que se iba incorporando al mundo, el de pecas le contó que mando a Mina y a Eijirou a arreglar sus diferencias fuera de la habitación y les amenazó con no volver a hablarles a ninguno si causaban algún destrozó en el Círculo. Cómo todavía la mansión o sus alrededores no estaban en llamas, el de ojos esmeralda suponía que estaban yendo por el buen camino. Después de eso le comento sobre los hechos naturales y las guerras que encontró que podrían estar relacionados a la aparición de One For All. También en que en una pequeña conversación el dragón le comento que encontró la espada en la cueva del bosque de Yuei hace unos veinte años y que parecía haber sido dejada ahí recientemente. En ese lapso de tiempo hubo un terremoto en las montañas cercanas al reino y en menos de un año transcurrió la Guerra de las Rosas.
—Antes de eso, también hubo un incidente aislado en el Valle del Hielo que me llamo la atención —continuó hablando el de pecas —Un duque, supuestamente, enloqueció de la nada, asesino con su espada a varios sirvientes y familiares, después se suicidó. Únicamente, su hermano menor quedó vivo y heredó el título de Señor del Invierno, era el padre de la reina Rei. Lo que es extraño es que la última aparición de One For All debió ser ahí en el Valle del Hielo, según un par de testigos, el duque había adquirido una espada extraña antes de esa tragedia y sus características coinciden con la Espada del Destino.
— ¿Por qué te llama la atención eso? —preguntó el cenizo —Personas enloquecidas las hay en todas partes.
—Me pareció curioso porque según los testigos, el duque era un buen hombre, con un sentido de la justicia muy firme e iba a heredar su título como Señor del Invierno una vez su padre fallecería, lo cual no tardaría en pasar ya que tenía como unos ochenta y dos años. No me parece lógico que enloqueciera de un día para el otro y que se hable de una espada que encontró antes de ese evento —murmuro rápidamente el pecoso —Es una teoría extraña pero, ¿y si el duque no asesino a su familia? Solamente su hermano menor corroboro esa historia y luego se llevó toda la fortuna de los Hirose al apoderarse del título del Señor del Invierno, dejo fuera a todos sus demás parientes de sangre de la fortuna. Gente enloquecida hay en todas partes, igual que las personas codiciosas y avariciosas, Kacchan.
—Tendríamos que hablar con alguien que lo...mierda, no. Por lo que tengo entendido, la reina Rei quedó huérfana de padres a temprana edad y buscar a alguien que sepa de ese tipo sería inútil con tantos años pasados —gruño el mago —Supongamos que esa teoría que dices tiene sentido, bien, ¿qué sigue?
—Tengo el presentimiento de que One For All apareció para ayudarme a enfrentar a alguien o algo que está por llegar a Yuei. Pero no es una guerra o un desastre natural como pensábamos, Kacchan —respondió el de pecas —Es más grande que eso. Y debe estar relacionado con ese duque y el Valle del Hielo.
¿Será el maldito de Shigaraki? Con tantas putas tragedias en el mundo, no sería extraño que tuviera que ver con esto. Pero la espada viene de su cuerpo, así que no puede matarlo, solo alejarlo por cierta cantidad de tiempo.
—L-Lo siento.
La inesperada disculpa del pecoso hizo que el cenizo le mirara con atención, tenía ropa que lo hacía lucir como un noble pero era bastante simple, una camiseta blanca con un chaleco azul y un pantalón holgado de tela negra junto con unas horribles botas rojas. Su cabello verde estaba despeinado y en sus ojos esmeralda se vio reflejada la mortificación.
—Lo siento mucho, Kacchan —volvió a disculparse —Han pasado dos semanas y no he estado ni cerca de descubrir porqué One For All está conmigo o qué razón tuvo para elegirme. Analice mucho el caso del Gran Tsunami de Oriente y la guerra en el Reino de los Espejos, pero tengo el presentimiento que no es ahí donde sucederá todo. No puede hacer nada útil. Lo lamento muchísimo, te decepcione.
¿Decepcionarse? No, no podría decepcionarse del pecoso. Había dejado un par de documentos con la importancia de verificar la presencia de One For All en la historia pero se espero que no hubiera grandes resultados acerca de eso. La Espada del Destino aparecía cuando su creador era más fuerte y cuando eso sucedía, el mundo era un caos que nadie estaba dispuesto a dejar registrado en papeles o que si lo hacía, estaba la posibilidad de que los demás no pudieran encontrarlos. Por eso la magia oscura logró formarse una identidad cuando él se fue, después de que sus primos y Teka murieran, el Gran Mago Shigaraki fue el único que hizo libros con la "verdad" de la magia y sus origenes. Porque nadie más tuvo la capacidad de hacerlo y mucho menos el intelecto para contradecirlo.
Aniquilando a los Nikka y la Tribu del Yelpe le dí bastante energía para permanecer en el mundo. También está el hecho que ignore las matanzas de los Wings en el Fin del Mundo y la Catástrofe del Océano que acabo con muchas sirenas. Shigaraki tuvo su tiempo para hacer lo que quiso en Yuei y sus alrededores, pero nunca le gustó ser parte del papel central, mueve los hilos en las sombras y espera. Si Deku está en lo cierto, es posible que ahora quiera un papel protagónico.
Realmente, necesitaba decirle la verdad al de pecas antes de que fuera tarde y todo se fuera al carajo si es que Shigaraki elegía aparecer para jugar. Pero era difícil. Un nudo se formaba en su garganta al solo imaginar la expresión de horror y decepción del pecoso. Porque Izuku tenía más razones para estar decepcionado que él.
El cenizo respiro hondo y apretando las sábanas de la cama, decidió que decirlo de un tirón sería más fácil que alargarlo y esperar. Dejo la taza de café a un lado de la cama y miro al de pecas que, un poco triste por no tener buenas noticias para darle, esperaba que le hablara. Se dió cuenta en ese momento que no le comento nada sobre su madre y que, tal vez, era algo que quería guardarse por el momento. Lo respetaría ya que él recién ahora estaba por revelarle grandes secretos que se guardo para sí mismo durante dos años.
Era una prueba de confianza.
—Deku, primero, no estoy decepcionado de ti. La investigación y tus teorías están bien, hablaremos de cada una de ellas después. Segundo, voy a contarle algo jodidamente delicado y que no es una puñetera broma, por mucho que suene como una —contuvo el aliento y vio los ojos esmeralda del más abajo que le veían con sinceridad —Tercero, debes saber de que si eliges irte o quedarte conmigo, no puedes decir nada sobre lo que te estoy por contar, ¿entendido?
—Sí, lo entiendo —asintió firme el de pecas —Te escucho, Kacchan.
Katsuki inhaló profundamente una vez más, miro directamente a los ojos del pecoso y soltó casi sin respirar toda la verdad, podía sentir el fuerte latido de su corazón en los oídos y el sabor agridulce del café en su boca. Sentía deseos de vomitar y al mismo tiempo, jamás se sintió tan aliviado.
Y tampoco creyó que llegaría a desear con tanto fervor que Izuku por favor no lo odiara.
—Mí nombre es Katsuki Bakugou y soy el primer mago de toda la historia de Yuei. La primera persona en hacer acuerdos con criaturas mágicas, el maestro de la primera reina de Yuei y el Dios Chronos de la familia Bakugou. Soy el monstruo que controla el tiempo y asesino a una incontable cantidad de personas para crear este reino.
El Santuario de la Sabiduría estaba con un ambiente un poco lugubre por la partida de parte de sus miembros. Los niños se encontraban deprimidos por la ausencia de sus padres y las madres se ocupaban de tantas tareas como fuera posible para estar distraídas. No había nadie de veinte años alrededor. Todoroki encontró a la persona más joven de catorce años ayudando a un par de niños a leer y a una hombre de treinta y pico, en buen estado físico, ayudando a su mujer embarazada. Se notaba de lejos que la primera caravana del Reino de los Espejos había partido con los más entusiasta por volver a casa y afrontar la guerra, dejando atrás a aquellos que tendrían que sufrir la tristeza y agonía de la espera.
—Su Majestad Shoto, ¿qué lo trae por aquí?
El cuarto príncipe se volteo, encontrándose con Yamada Hizashi, un alquimista de Yuei que trabajaba para el Santuario desde hacia tiempo. Era un hombre alto de cabello rubio largo y ojos amarillos, barba desprolija y vestimenta extravagante. Había rumores que mantenía una relación informal con el Amo de la Torre pero no tenían ninguna evidencia de eso y Aizawa huia de Yamada en los encuentros sociales. Se lo consideraba una persona amable y carismática, ayudaba con su alquimia a los problemas relacionados con la falta de audición y perdida de voz, aparte de crear potenciadores de voz para cantantes de la ópera.
—Vine a hablar con alguien del Reino de los Espejos —explicó el bicolor con honestidad al alquimista —Es un tema cultural.
— ¿Vino hasta aquí solo por un tema cultural? Eso no me lo creo —alzó una ceja el rubio y se rió, pero después hizo una breve pausa y en un tono serio, respondió —Yaoyorazou ha abandonado el Santuario el día de ayer y la mayoría de los monjes se han ido con ella. Una sola se quedó, Chiyo-sama, es una dama muy amable y elocuente. Posiblemente la conozca, ¿no es así?
—He escuchado de ella —reconoció el cuarto príncipe —La llaman la Curandera.
—Sí, según ella, ese apodo la identifica mucho más que su nombre —se rió el rubio —Le preguntaré si aceptará hablar con usted.
El bicolor asintió y agradeció la ayuda del alquimista. Los monjes del Reino de los Espejos eran muy reacios en cuanto hablar con la familia imperial y Momo siempre se ponía en medio cuando se intentaba consultar con alguno de ellos. No estaba seguro de la razón detrás de eso, los monjes eran útiles porque tenían grandes conocimientos y eran hábiles alquimistas, por eso se les buscaba tanto, pero dentro del Santuario de la Sabiduría únicamente se dedicaron a hacer escritos para la Torre de Yuei con teorías a probar. Debido a un par de informes de Aizawa, se sabía que las teorías de los monjes siempre daban en el blanco y llevaban a grandes descubrimientos para la magia medicinal y la magia que se usaba para construir maquinarias. No ayudaban en nada más.
En lo que seguía a Hizashi por los pasadizos del Santuario se preguntó cómo sería la dama Chiyo. Tenía una gran reputación entre los monjes, era muy conciente de eso, se suponía que Chiyo estuvo en la capital del Reino de los Espejos cuando la guerra explotó y se quedó por meses ayudando a los heridos antes de huir en la primera caravana de la Liberación del Oriente escoltando a la Última Princesa. Sus conocimientos médicos eran tan elevados que aquellos que estaban por morir rogaban a Fuyumi que intercediera para que la anciana los salvará. El cuarto príncipe no tenía idea de qué opinión política tendría Chiyo sobre la familia imperial pero siempre cumplía los pedidos de su hermana y hacia su trabajo como la Curandera adecuadamente, sin pedir nada a cambio.
—Muy bien, hasta aquí, su majestad —indicó el mayor cuando llegaron a una puerta de madera vieja y desgastada —Hablaré con Chiyo-sama y después te digo si te deja pasar o no.
—De acuerdo. Dígale por favor que es una pregunta acerca de la muerte, nada más que eso —pidió el bicolor —Si no está dispuesta a hablar conmigo, no ocurre nada, buscaré a alguien más o leeré en algún libro del tema.
—Considerando que los libros del Reino de los Espejos están escritos en código, dudo que tengas suerte con eso, su majestad —suspiró el rubio —Por otro lado, hablar con alguien más también estará difícil, las mujeres se niegan a estar delante de nadie que no sea la princesa Fuyumi y los niños no saben nada de nada.
—Alguien más debe haber —insistió el bicolor.
—Oh, los hay pero, ¿,estarán dispuestos a hablar con el principe que primero los trajo de su hogar y luego los echo de una patada diez años después?
Todoroki escucho por primera vez el ligero tono mordaz en la voz de Yamada y tuvo que morderse los labios para no contestarle lo obvio, que él era un niño cuando ocurrió la Liberación del Oriente y que quien la llevo a cabo fue su padre. No serviría de nada. Ser de la familia imperial acarreaba llevar todos los crímenes y glorias encima de su cuerpo y nombre, sin importar si era un recién nacido, un bebé o si formó parte de tales eventos.
El rubio le dirigió una sonrisa torcida y después, abrió la puerta, apenas relevando parte de un escritorio de madera y la cerro en su nariz, dejándolo afuera. El cuarto príncipe se quedó en silencio esperando, mirando las paredes grises del santuario y preguntándose cuánto tardaría su padre en movilizar a toda la guardia imperial para buscarlo. Se estaba imaginando la cara de pánico de Enji —en su mente era bastante cómica— cuando la puerta se abrió nuevamente, mostrando a un chico de cabello violeta y ojos del mismo tono, pálido y ojeroso. Tuvo una sensación extraña al verlo y ese muchacho que debía ser de su edad, lo miro de arriba a abajo, una ligera mueca se le formó en la cara cuando terminó ese proceso.
—Papá, tenías razón, este sí que es raro.
El cuarto príncipe se sintió ofendido y estaba por preguntarle al joven de cabello púrpura porque lo llamo así, cuando desde adentro de la habitación la voz de una anciana le pedía pasar. Suponiendo que era Chiyo, paso del chico y se metió en la habitación. El de ojos violetas cerro la puerta y se apoyo contra la madera, en lo que el bicolor notaba que estaba en una sala bastante extraña, con tapetes de colores en el suelo de piedra, velas encendidas y libros por todas partes. Se podía sentir la magia en el lugar y curiosamente, el lugar de donde procedía más fuerte, era donde estaba sentada una pequeña anciana cuyo cabello estaba atado en un chongo, sus ojos estaban tapados por dos cristales que debían ser lentes y las marcas de grilletes se mostraban en su vieja piel como cicatrices blancas, el vestido blanco que usaba era humilde pero unas pulseras en sus muñecas indicaban que tenía un alto nivel en el Santuario de la Sabiduría. Parecían estar hechas de oro.
—Su majestad, no se ofenda por lo que ha dicho Shinsou. Los Adivinos del Alma suelen ser mordaces y bastante directos —pidió la anciana —Tampoco por el mal humor de Yamada. Ha estado algo sensible desde que la princesa se fue. Como un Cantante es difícil no escuchar lo que dicen de ella aquí y allá, le es molesto y tú fuiste perfecto para que se desquitará.
—Oiga, téngame consideración, ¡que he estado semanas sin dormir! —reclamó el rubio entre pucheros, después sirvo lo que parecía un poco de agua en una taza y arrojo un par de hojas —Príncipe, acepte está humilde taza de té frío de menta como disculpa por mi comportamiento. No tiene veneno, ¡lo probaré para que vea mi sinceridad!
El cuarto príncipe se sentó en el piso —ya que no había sillas a la vista ni sillones— sobre las alfombras que eran bastante cómodas y frescas, vió al rubio de cabello largo tomar un sorbo del té y después, servirle un poco más en la misma taza, pero dándole el lado que no toco. Tuvo la vaga idea de negarse, sin embargo, sentía la mirada de esas tres personas sobre su taza, una de ellas lo apuñalaba por la espalda y las otras dos en el frente. Un poco dudoso, acepto la taza y bebió. La sensación fresca del té fue abrumadora y le dejo un sabor agradable en la boca, no le hacía falta azúcar ni nada. Estaba muy bueno.
—Le daré un par de puntos por probar el té —dijo el de cabello púrpura a sus espaldas.
—Aunque se nota que le costó bastante —se rió el rubio —Bueno, teniendo en cuenta que es normal que en la familia imperial se use veneno, es de esperarse. Su majestad, ¿le gustó?
—Nunca había probado algo igual —comentó el bicolor —Es bueno.
—En el Reino de los Espejos solemos tomar el té frío durante la mañana y la tarde. En las noches las bebidas calientes tienen más una proporción de alcohol que otra cosa —le contó Chiyo al príncipe —Pero no está aquí para hablar de alto tran trivial. Yamada me ha dicho que tienes una pregunta para hacerme, relacionada a la muerte.
El bicolor asintió y miro hacia atrás donde el chico de cabello púrpura seguía estando de pie y después, al rubio que se sentaba al lado de la anciana. No se sentía cómodo hablando con tantas personas alrededor y la mayor pareció notar eso, porque le sonrió y le explico un par de cosas que él, por respeto, no se animó tampoco a preguntar.
—El muchacho atrás tuyo es Shinsou Hitoshi, un joven Adivino del Alma que está bajo la protección de Yamada que es un Cantante y ha estado tomando cursos de magia en la Torre, bajo la supervisión de Aizawa. No dirá nada de lo que cuentes aquí, su majestad. Tiene una fuerte elección por las almas y si no le llaman la atención, simplemente se va. Se ha quedado porque le llamas la atención, eso quiere decir que no tiene nada en tu contra y no hará nada que pueda perjudicarlo en el futuro —explicó Chiyo —Por otro lado, Yamada al ser un Cantante también es bastante agudo en cuanto las almas, que este huraño no quiere decir que le desagrades. Si fuera así, no me hubiera dicho que querías hablas conmigo. Puedes preguntar lo que quieras.
—Uhm, antes de eso, si no es descortés preguntarlo, ¿qué es un Adivino del Alma y un Cantante? —quiso saber el bicolor sin poder ocultar su curiosidad e ignorancia.
—Un Adivino del Alma es alguien capaz de ver el futuro y el pasado del alma según ciertos criterios. No pueden verlo todo pero sus conjeturas suelen ser bastante cercanas a los hechos verídicos. Es un tipo de magia que los acerca a los Elfos, con la diferencia que el Adivino del Alma no puede hablar de eso. Es una condición para su poder mágico. Si desea ayudar a alguien con su futuro o revelarle parte de su pasado, solo puede darle un par de pistas y esa persona tendrá que averiguarlo por su cuenta —dió los detalles más relevantes la anciana —Los Cantantes son más abundantes, tienen la capacidad de "oír" los sentimientos de las almas pero, en algunos casos, se limita a solamente escuchar lo negativo o lo positivo. A Yamada le tocó escuchar siempre lo negativo, por eso, tiene una personalidad tan alegre. Es una manera de no dejar que las cosas malas que escucha le afecten en el día a día, aunque si está cansado sí afectan su humor. La mejor manera de que se libere es cantando pero las canciones de las almas negativas son bastante lugubres y la magia que sueltan puede afectar a terceros. Por eso, los Cantantes siempre han expulsado esa magia en el desierto.
—Y ahora lo hacemos en el bosque de Yuei o en las habitaciones insonorizadas que Aizawa nos presta de vez en cuando en la Torre —agregó el rubio dando un suspiro —No se imagina su majestad el miedo que me da cantar y que alguien me escuche.
— ¿Las consecuencias son tan grandes? —se aventuró a preguntar el bicolor sin saber cómo una simple canción mágica llegaría a afectar tanto a alguien.
—Dependiendo quien la escuché, sucede un suicidó o un homicidio —respondió directamente el rubio.
Shoto se preguntó si Fuyumi sabría que tenía en custodia a personas de ese calibre y le aterró pensar que quizás no tenía idea. Pese a que era la administradora del Santuario de la Sabiduría, Momo estaba al frente de su pueblo y con ella se debían tratar la mayoría de los asuntos. En lo que respectaba a cultura, magia, historia y política, la familia imperial sabía solamente lo justo y necesario. Los monjes hacían largos periodos de aislamiento y guardaban silencio por periodos que iban desde los seis meses hasta un año. Y los demás miembros del Reino de los Espejos no hablaban con nadie. Era como si todos fueran una unidad, listos para protegerse los unos a los otros.
—Le ha caído la ficha de que tiene a posibles asesinos en su reino —se acercó el de cabello púrpura para sentarse en el suelo delante del bicolor —Así que, ¿estás asustado?
—No, de querer hacer algo dentro de Yuei, lo habrían hecho hace tiempo. Estoy sorprendido y admiro la manera en que trabajan todos juntos. Además de que no sabía que tenían ese tipo de magia —admitió el cuarto príncipe —Debe ser complicado.
Hitoshi bufo como si se hubiera esperado esa respuesta. Hizashi sonrió levemente más honestamente que antes y le sirvió un poco más del delicioso té de menta. Chiyo le recordó su pregunta inicial y el bicolor finalmente la hizo. La anciana frunció primero el ceño al escuchar si podía haber otra interpretación para el "descansar en paz" pero después de pensarlo cuidadosamente le dió su respuesta.
—Tal vez quiera decir entregarle paz. Una manera de explicar que debe cuidar y proteger a esa persona hasta que muera. Eso no significa que vaya a morir de inmediato —dijo la anciana —La paz se relaciona con sentirse seguro, con no tener miedo, poder relajarse y simplemente disfrutar el momento. Su majestad debe conocer a alguien muy agobiado, ¿no es así?
El cuarto príncipe noto que el de cabello púrpura puso una expresión de que "agobiado es poco" y se preguntó si había visto en su alma a Katsuki. Tendría que preguntarle después.
—Sí, conozco a alguien así —reconoció el bicolor —Debido a eso me inquieta que me hayan dicho que yo voy a hacerlo descansar en paz.
—Puedo comprender su inquietud. Suena a que debe matar a esa persona —asintió para sí misma la anciana —Pero hay otras maneras de decir eso. El descansar en paz es más un momento donde esa persona pueda ser libre. Y si usted va a darle eso, significa que pasaran un largo tiempo juntos.
Todoroki no pudo evitar sonrojarse al imaginarse pasando toda la vida con el mago. Tuvo que beber un poco más del té frío, bajo la mirada divertida de la anciana y Yamada antes de retirarse. Le pregunto a Shinsou si podían hablar afuera de la habitación un minuto y el Adivino del Alma acepto sin ninguna protesta. Al salir del cuarto, el de cabello púrpura saco una pequeña piedra de color rojo y la colgó en la pared.
—Esto hace que nadie pueda escucharnos por al menos diez minutos —le dijo al cuarto príncipe —Haz la pregunta correcta y puede ser que tu alma no pase por un momento tan jodido en el futuro.
— ¿Sabes de quién estaba hablando ahí adentro? —preguntó primero el bicolor.
—Sí. Y antes de que preguntes lo que supongo que vas a preguntar, no. Tus sentimientos por "esa persona" son tuyos. Reencarnación o no, el alma no hace que los sentimientos con esas intenciones duren por tanto tiempo —soltó el de ojos púrpura —No pertenecen a nadie más. En otras palabras, estás jodido. En el pasado y ahora, por esa misma persona.
El bicolor se sonrojo hasta las orejas y el de cabello púrpura se rió. Bien, ahora sabía que sus sentimientos eran suyos y no de Yuki, perfecto, pero pudo haberlo dicho más delicadamente y menos directo. Siguió con la otra pregunta ignorando los golpecitos de su corazón dentro de su tórax.
— ¿Qué pasará si voy tras él?
Hitoshi se quedó en silencio unos segundos, después lo miro a los ojos y el cuarto príncipe pudo notar que sus ojos de color violeta brillaron por un segundo, después suspiro y le respondió.
—Si eres capaz de convencerlo de que no es lo que cree con fervor que es, entonces, el mundo se salva —empezó el de cabello púrpura —Si sucede lo contrario, pues nos vamos a morir todos. No puedo decirte nada más.
—Esta bien, gracias.
El de cabello púrpura negó con la cabeza en señal de que no era nada y Shoto lo vio quitar la pequeña piedra de la puerta, pero antes de que se fuera, le puso la piedrita en la mano y le susurro lo siguiente.
—Si fuera tú no olvidaría lo que pasó con ese incendio y las piedras en el mercado nocturno de hace unos meses —lo alertó el de cabello púrpura —Tambien, no deberías olvidar a tu madre, ¿hace cuánto que no vas a su tumba? Te haría bien el ir a verla.
Antes de que pudiera contestarle, el de cabello púrpura entro en la habitación donde estaban Hizashi y Chiyo, le dió una mirada que decía que lo tomará en serio y el bicolor se quedó de pie delante de la puerta, con la piedra mágica en la palma de su mano, junto con mil y un preguntas que quería hacer.
Sin embargo, esta vez, tendría que obtener las respuestas por su cuenta.
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