Caminando por las destruidas calles de "A", Violetta Castillo Ferro y su hermana Ludmila, iban nerviosas, pensando como sería su nueva vida, Violetta había cumplido recién los 18 y Ludmila hace un año, eran tan distintas, ambas vivían con sus padres un una humilde casa, aunque por fin serían libres.

En los nuevos Estados Unidos, al cumplir la mayoría de edad, cada joven del país se ve obligado a elegir su nuevo hogar en base a una prueba de habilidades, en la cual sabrán que elegir. Violetta no tenía dudas, ella desde pequeña a sido, ante su madre, la sombra de su hermana, ya que Violetta solo teme a 2 cosas y aparte, no le importa ensuciarse, meterse en peleas, o cualquier cosa ruda, en cambio su hermana con su perfecta cabellera dorada y sus ojos claros, es la más inteligente de la familia, aunque tiene duda si sud padres se decepcionarían de ella si se uniera a Los Líderes, porque ella es perfecta para ese rol, aparte de su belleza e inteligencia, es muy mandona y siempre consigue lo que quiere.

-¿Crees qué mamá me odie si no me quedo? ¿o si me voy a Los Líderes en lugar de a Los Valientes?- preguntó la rubia parándose enfrente de su hermana, justo afuera de donde hacían la prueba

-La verdad no tengo idea, pero te tiene tanto amor que lo dudó, aparte así podrás sacarla de "esa pocilga" como le dice a la casa.- contestó la castaña

-Tienes razón, bueno suerte y no te metas en problemas.- le dijo antes de ingresar al edificio

-No prometo nada.- susurró para si misma la chica entrando

Violetta quedó asombrada, eso era como una oficina muy lujosa, bueno, era obvio estaba en un edificio exclusivo donde solo venía gente de "L", y en estos momentos solo una persona de cada estado.

Camino hacia la sala de espera, viendo a todos, una chica de pelo negro azabache, con piel blanca como la leche, aunque no más que su hermana, se veía muy angustiada, por otra parte una chica pelirroja se veía calmada y sonriente.

-Ludmila Castillo Ferro.- llamó un señor a través de una puerta, la rubia se levantó y con miedo entró no sin que antes su hermana susurrara un "suerte"

-Violetta Castillo Ferro- llamo una chica de la puerta de alado, con nervio pero segura se levantó y entró- buenos días mi nombre es Lorena vengo de "V" y bien acuestate ahí.- señaló una camilla

-¿Qué me vas a hacer?- preguntó calmada

-Nada, tu tranquila, solo te dormiremos y por medio de la pantalla veré como reaccionas a distintas situaciones.- la castaña asintió

La morena, se recostó sobre la camilla pensando en sus padres, mientras la chica le inyectaba un líquido que hizo que cerrará poco a poco sus ojos.

Violetta, despertó en un mar vacío, salió de este y escuchó un gritó, volteó a donde provenía y vio en el mar a su hermana, siendo casi atrapada por un tiburón, nado con mucha rapidez a donde se encontraba está y la empujó fuera, se sumergió en el mar y vio en el fondo una cosa puntiaguda, nado hasta que la agarró y por abajo rasgo el estómago del tiburón haciendo que éste huyera.

La joven despertó respirando profundamente, volteo a ver a su alrededor y vio que estaba en la sala, respiró con más tranquilidad.

-¿Cuál fue mí resultado?- preguntó la morena, la chica se quedó en silencio- Hey, ¿Cuál fue?- volvió a preguntar

-Amm... Valentía...- hizo una pausa- Liderazgo...- volvió a hacer otra pausa para ver la expresión de la joven que era muy graciosa- y Amabilidad.- terminó de decir Lorena

-¿Qué... Qué significa eso?- preguntó muy sorprendida Violetta

-Eres una Extraordinaria, así se les denominó a las personas que tienen de 3 a más características, son casi imposibles de encontrar, ahora no le puedes decir a nadie esto