•Todo Por Verte Sonreír•
Era una mañana cualquiera en la bella región de Hoenn. Un hermoso día en Ciudad Portual.
Dos chicas acompañadas de una mujer, de aspecto de una no tan avanzada edad, estaban en un pequeño salón de ballet que tenía como complemento un lindo escenario decorado con listones y brillos dorados en donde estaba una chica peli-miel de ojos celestes que usaba un lindo vestido rosa, estaba bailando en el escenario junto a sus pokémon.
—Chica, si quieres vencer a Aria debes poner esfuerzo en tu coreografía -le decía la mujer con la que estaba acompañada lo que hizo que la chica peli-miel se entristeciera y borrara inmediatamente la sonrisa de su rostro.
—Oh vamos Palermo, Serena esta haciendo su mejor esfuerzo. -dijo la chica peli-rosada mirando a la ya mencionada con la intención de hacer sentir bien a su amiga-
—Gracias, Aria, pero Palermo tiene razón. Debo mejorar y esforzarme más y no rendirme hasta el final. -dijo decidida-
—Vaya, si que ese chico Ash te contagio mucho de su entusiasmo -dijo la peli-rosada de nombre Aria con una graciosa risita-
—Yo creo que demasiado... -dijo la señorita Palermo en tono serio que Serena ya se había acostumbrado en tan poco tiempo-
—¿A que se refiere? -preguntó la chica de ojos celestes un poco nerviosa-
—De que ese "sentimiento" la esta desconcentrando demasiado en su rutina señorita Serena.
—Palermo, no sea tan dura con ella, recuerde que es aún nueva en esto -suplicó Aria con la intención de ayudar-
—Esta bien. Pero señorita Serena... -dijo captando la atención de ambas chicas- usted tiene potencial y un gran futuro por delante, no desperdicie esta oportunidad. Tienen el resto del día libre. -Dijo para después retirase de la habitación-
La peli-miel se encontraba muy decidida y confiada.
Mientras que la peli-rosada estaba un poco preocupada por ella, ya que, haría lo que fuera por ayudarla ya que sabía que no podría llegar a ser Reina de Kalos sin su ayuda y apoyo.
Ya que estaba muy preocupada por ella, decidió invitarla a tomar un café y poder platicar sobre ese tema.
Las dos se cambiaron de atuendo. Aria se puso su ropa casual con las dos coletas y Serena su ropa que siempre usaba en su viaje en Kalos ya que no les gustaba salir tan elegantes que digamos.
Ambas chicas llegaron a una plaza, fueron a un elegante café, el mejor de todo Hoenn y toda la ciudad.
Ya que Aria era La Reina De Kalos, era muy reconocida en todo el mundo. Tanto que muchos de sus fans e admiradores se le acercaba a pedirle su autógrafo o tomarse una foto con ella, lo que molestó un poco a Serena ya que en toda su vida siempre ha querido esa atención. Pero logró ocultar un poco su enfado.
—Vengan por aquí señoritas -le susurro una de las empleadas de aquel lugar al par de amigas, las dos asintieron con la cabeza y se dirigieron hacia el lugar que les indicó esta-
Se encontraban en el último piso del café, el tercero para ser exactos.
Mentora y aprendiz se sentaron en una mesa de mantel rojo bordado con hilos dorados con un pequeño florero que contenía en su interior una rosa blanca y otra roja.
Al parecer era la zona V.I.P para las celebridades y personas importantes de Hoenn y todo el mundo. Una mesera se les acercó y les preguntó amigablemente:
—Bienvenidas, es un honor tenerlas aquí. ¿que se les ofrece? -dijo la mesera pesándoles a cada una una cartilla muy bien decorada con todo lo que ofrecía de comer y beber el café-
—Mmm no lo se -dijo la peli-miel dándole una ojeada a la cartilla-
—Yo quiero un capuchino y un croissant por favor -dijo Aria, devolviendo la cartilla a la amigable mesera-
—Emm...yo lo mismo que ordenó ella por favor -dijo Serena, devolviendo la cartilla-
—Enseguida se los traigo -dijo con una sonrisa y después se retiró de su mesa-
—Y...¿que tal Palermo? -dijo Aria-
—Bien -respondió simplemente la chica, mirando hacia otro lado, evitando el contacto visual-
—Serena...se que estas algo...asustada por todo esto.
—No es eso Aria...
—¿Entonces? -preguntó con curiosidad-
—Es que, tengo miedo, tengo miedo de que esto no sea lo que yo esperaba...yo siempre he querido hacer lo que tu haces Aria, hacer sonreír a un millón de personas, pero me falta mucho para eso...
—Oh Serena...tú sabes que los sueños siempre, siempre se cumplen. Llegaste muy lejos, lo se, tu determinación es muy grande, y debo decir que es muy contagiosa -dijo con una risita- cada reina es diferente, tienen una forma diferente de cumplir su objetivo.
—Aria, eres la mejor mentora y amiga del mundo. -dijo con una gran sonrisa gracias a las motivadoras palabras de Aria-
—Oh denada Serena, no hay de que -dijo alagada y con un leve sonrojo-
Después de unos segundos de aquella conversación, llegó la mesera con sus pedidos listos.
—Aquí esta lo que ordenaron, señoritas. -dijo la mesera entregándole la comida a ambas chicas-
—Gracias -dijeron con una sonrisa ambas al mismo tiempo-
—Señorita, ¿puede guardar esto para llevar, por favor?
—Claro, inmediatamente -dijo y después se retiró-
—¿Por que para llevar? -preguntó Serena-
—Es que quiero aprovechar el resto del día afuera-dijo con su característica sonrisa-
Después de que la mesera les entregara a cada una sus pedidos, ambas fueron a pasear por ahí. Las dos se sentaron en una banca de madera, y platicaron durante todo el día mientras almorzaban lo que habían pedido hace unas horas.
Cuando cayo la noche, ambas se dispusieron a volver hacia el lujoso hotel en donde se hospedaban. En el camino, Aria se dispuso a preguntarle algo a Serena
—Serena
—¿Si? -preguntó ella-
—Sabes algo...nunca pensé en dedicarme solo a una cosa...
—¿A que? -preguntó la peli-miel algo nerviosa y sonrojada-
—A comprometerme a siempre verte sonreír -le dijo con una sonrisa a la cual Serena la correspondió-
Sin darse cuenta, Aria fue abrazada por Serena, la cual, estaba con lagrimas de felicidad sobre sus rostro. Después de unos varios minutos, Serena se separó de la peli-rosada, secando sus lagrimas con sus manos
—Te quiero mucho Aria
—Y yo a ti, Serena
—Haré lo que sea, todo lo posible, Todo Por Verte Sonreír
Fue lo que dijeron ambas al mismo tiempo, acto seguido, se dieron un lindo y cálido abrazo y fueron en camino hacia el hotel en donde se hospedaban.
Caminando de la mano, hacia una nueva aventura y hacia un nuevo destino.
Juntas y dispuestas a hacer sonreír a la otra por el resto de sus vidas.
-Fin-
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