En cuanto terminaron las clases. David y Sarah se despidieron porque David tenía que entrenar con el equipo y Sarah tenía que irse a su casa.

Al día siguiente, Sarah vio a una chica que parecía perdida por el instituto: tenía el pelo negro y rizado y tenía los ojos negros como ella. La chica le preguntó a Sarah donde estaba el aula de ciencias, ella le dijo que podía acompañarla.

La chica se presentó: se llamaba Tanya.

En cuanto llegaron al aula de ciencias se fueron conociendo y se hicieron amigas.

A la hora de almorzar, Tanya comió con Sarah y le preguntó a su amiga porque la gente las miraba de una forma rara.

Sarah le contó que el motivo por el que la gente las miraba era porque ella no tenía amigos y era minusválida. Sarah le contó su historia a Tanya y se pudo triste, Tanya le dijo a Sarah que ya tenía una amiga con la que podía hablar, reír y divertirse. Sarah empezó a llorar de alegría y abrazó a su nueva amiga.

Cuando terminaron las clases, Tanya se marchó a su casa y Sarah se fue a la cancha de baloncesto y vio a David practicando los tiros. Sarah se acercó a él y le saludó. David le sonrió y le preguntó que tal estaba y si Tanya era buena con ella.

Sarah iba a preguntarle como sabía que Tanya era su amiga, pero David le contó que él sabe muchas cosas.

David le pidió a Sarah que le diera su número de móvil para preguntarle si podían ir a pesar algún día.

Sarah no estaba muy convencida al principo, pero al final se lo dio y David también le dio su número.

Cuando se despidieron, Sarah se marchó a buscar a su hermana para que pudieran irse a casa.