026
Capítulo 26.
⚠️Advertencia⚠️
Este capítulo tiene partes sensibles.
~Tae~.
Hoy puedo escuchar el latido de mi corazón, las voces qué tanto me atormentaban al fin guardaron silencio, mi latido es suave como una brisa, como el galope de un caballo disfrutando del paisaje.
Hoy puedo decir que ya soy libre, aunque aún queden piedras en el caminó se podré superarlas.
Ya no soy el mismo, los miedos que me perseguían pude dejarlos atrás, anhelo qué jamás vuelvan alcanzarme, qué se pierdan en la oscuridad de la noche.
~Tres meses despues~.
-Los ves mi amor?. - murmuró el azabache, escondidos entre los árboles del bosque, ambos tenían un arco y flecha en sus manos.
-No amore mió,pero creo que escuche algo.
-Cariño. - gritó al ver una flecha yendo hacia su amado, se apresuró a cubrirlo con su cuerpo y ambos cayeron al suelo.
-Jungkook mi amor...-susurró bajo el cuerpo del nombrado.
-Lo siento, te vez tan hermoso, que no pude resistirme. - hablo mirándolo a los ojos, mientras le corría el cabello de su amado del rostro.
-La flecha paso a dos metros de mi. - sonrió, giro su cabeza hacia donde había caído la flecha.
-Lo se. - beso el cuello de su doncel,este cerro sus ojos.
-Mmm Mio caro, pueden vernos. - Tae escucho un ruido, se giro rápido quedando arriba de su esposo, este quedo entre sus piernas, tomo su arco y lanzó una flecha.
-Auch. - se quejo Min, sobando su estómago qué estaba protegido con cuero de animal, las flechas no tenían punta por ese motivo no lastimaban, eran solo para entrenar. - Qué buenos reflejos tiene majestad.
-Nos volvieron a ganar. - se quejo el doncel rubio, llegando a lado de su esposo cruzando sus brazos, abultando sus labios.
-Gracias Yoongi, pero ya te dije que me digas Tae. - este asintió avergonzado.
-Eso fue increíble mio caro. - soltó el azabache, mientras sus manos acariciaban las piernas de su esposo.
-Gracias amore mió. - se puso de pie, luego ayudo a su esposo.
-Creo que ya están listos. - hablo Min, abrazando a su doncel qué lo miraba con una dulce sonrisa.
-Pienso lo mismo, es hora de usar las armas reales.
Ambas parejas volvían caminando hacia el palacio.
-Mañana iremos de caza. - hablo el príncipe del reino fuego.
-¿Debemos matar a un animal?. - preguntó el doncel.
-Si, pero desde un caballo. - respondió el guardia.
-¿No quieres hacerlo Mio caro?. - dejo un suave beso en el dorso de la mano de su esposo.
-Si quiero... - se quedó en silencio unos segundos, los tres lo miraron confundido. - Pero antes quiero hacer algo más.
-Dime amore mió.
-Terminar con la reina Yuri.
Jungkook se quedo en silencio, sorprendido de aquella respuesta, y a la vez emocionado, creía que al fin su doncel amado ya no se sentía tan inseguro ante aquellas personas que tanto daño le habían causado.
-Yo estaré a tu lado Amore mió.
-Tengo que hacerlo solo. - murmuró nervioso.
- Si así lo deseas yo me quedaré cerca. - el doncel respondió con una sonrisa, los ojos del príncipe fuego se llenaron de lagrimas, amaba más que nada en el mundo a su doncel, verlo feliz y seguro aliviaba todo sus temores.
La pareja Min se retiro a su hogar, y Jungkook junto a su doncel llegaron al palacio, se dirigieron a los baños.
Con delicadeza el azabache ayudo a sacar la ropa de su amado.
Introdujo su mano por el hombro bajo aquella tela, empujandola para dejar al descubierto la suave piel de su esposo,el hanbok cayó al suelo por completo.
- Eres tan hermoso mi amado. - susurró el príncipe llevando sus labios al cuello del doncel.
-Kook. - susurró al sentir las manos cálidas de su esposo recorriendo su cuerpo, sus manos le producción un corriente única, sensaciones inexplicables en todo su cuerpo.
Ambos entraron a la tina entre caricias. El doncel apoyo su espalda en el pecho de su esposo.
-¿Estas seguro de lo que quieres hacer amore mió?.
-Si Mio caro es tiempo que enfrente a mis verdugos, aquellos que tanto daño me han hecho. - dijo seguro de sus palabras, pero por dentro los nervios estaban presente.
- De acuerdo mi amor. - dejaba un camino de tiernos besos por la espalda de su doncel.
En aquel cuarto de baño se unieron en cuerpo y alma una vez más.
Jungkook llenaba de caricias y besos el cuerpo de su amado, disfrutaba escucharlo gemir su nombre, y que tan solo él podía deleitarse con la belleza de su esposo, ya nadie más lo veía con lujurio.
~Al otro dia~.
El doncel caminaba nervioso dentro de la habitación, la hora llegaba y su ansiedad era difícil de ocultar.
- Mi amor si te has arrepentido, yo me haré cargó.
-No Kook, yo quiero hacerlo, llama al comandante Hoseok, deseo que él me ayude.
El azabache lo miro confundido, se pregunto, ¿por qué su amado quería que el comandante lo ayude y no él o Min o tal vez Jin?.
Para el doncel la respuesta era sencilla, la reina les temía al príncipe del reino fuego y a Min, en cambio a Jin siempre lo castigo sin motivo, necesitaba alguien que no le produzca nada a la ex reina,ni miedo, ni poder.
Varios herramientas en un cajón de madera eran llevados por el comandante , y Min llevaba un brasero encendido con cuidado para no quemarse.
-Te espero aquí mi amor. - susurró deteniendose frente a la celda de la mujer, paso su mano por la mejilla de su doncel, este cerro sus ojos y respiro profundo.
-Gracias. - respondió por lo bajo, y dejo un fugaz beso en los labios de su esposo.
Se detuvo unos segundos volvió a respirar hondo, tomado el coraje y la fuerza para entrar en aquel lugar.
-Comandante espere aquí afuera hasta que lo llame por favor. - ordenó y entró a la celda.
- Tú. - soltó de inmediato la mujer al verlo, como siempre con soberbia y desdén.
-Hola reina Yuri. - la miro de arriba abajo, observo las cicatrices en sus piernas, sus dedos quebrados, y algunas lastimaduras más, la mujer estaba inmóvil sentada en el suelo.
-¿Qué quieres?, vienes a mostrarme tu nueva vida, quieres hacerme creer que ahora es perfecta.
-Si lo es o no, a usted no le interesa. - la mujer soltó una risa irónica . - Solo he venido a despedirme.
-¿Despedirte, te iras?.
El doncel dio una sonrisa ladina.
-No majestad. - se agacho quedando a la altura de la mujer, qué se encontraba atada de manos sobre su cabeza con una cadena, sentada en el suelo. - Sabe, alguna veces llegue a creer que algún día me querría como a un hijo. - sonrió y bajo su mirada. - Qué iluso fui.
-¿Quererte? Ja, no eres más que un inútil doncel, mírate ni un hijo has podido darle a tu esposo.
Tae llevo su mano a su vientre plano apretando su vestimenta, de pronto sintió una presión en su pecho, como si una enorme roca lo hubiera golpeado.
-Cierre la boca. - levanto su voz y se puso de pie. - Comandante Hoseok. - llamó alterado.
-Tú no vas a darme ordenes maldito, siempre fuiste un estorbo. - el doncel ignoro aquellas palabras.
El guardia entró de inmediato con una cajón lleno de herramientas, salió y volvió a entrar rapido con el brasero en sus manos.
El doncel le señaló el brasero y una olla, el hombre entendió de inmediato qué le estaba pidiendo.
Tae revisó el cajón hasta que encontró una pinza, la apoyó a un costado del cajón.
- ¿Qué piensas hacerme maldito?.
-Devolverle un poco de todo el cariño que siempre me dio. - soltó irónico, con sus ojos llenos de lagrimas, sentía rabia, solo quería callarla de una vez, sus palabras siempre lo lastimaron más que sus golpes.
-Ya esta listo majestad. - Hoseok señaló la olla qué burbujeaba.
-Ja majestad. - se burló la mujer, él comandante intento golpearla por faltarle el respeto al doncel, pero este se puso adelante y lo detuvo.
-Gracias Hoseok pero yo me haré cargo.
-De acuerdo majestad, lo que usted ordene.
- Mediocre, eres un maldito guardia mediocre. - gritó con altanería.
Jungkook escuchaba todo del otro lado de la puerta, sentía ira rabia, quería matarla con sus propias manos terminar de una vez con aquel intento de persona, no soportaba escucharla como rebajaba así a su amado. Aún así respetaría la decisión de él, debía confiar en lo que su esposo anhelaba hacer.
Liberarse de su pasado con sus propias manos.
-¿Recuerda la noche en que me encontró queriendo salir del palacio para ver las estrellas?. - preguntó el doncel tomando en un cuenco un poco de aquella aceite hirviendo.
-¿Como voy a recordarlo?. - miró hacia un costado de la celda fingiendo no recordar.
- Yo lo recuerdo muy bien. - se acercó a la mujer. - Me arrebató mi vela y hecho sobre mi cuerpo la cera caliente.
-Alejate de mi maldito. - soltó tensando su mandíbula.
- Ojo por ojo Yuri. - sonrió.
-Aaah doncel bastardo. - gritó de dolor la reina al sentir el aceite caliente en su pierna.
De inmediato pedazos de piel comenzaron a caer de la pierna de la mujer, dejando ver la carne expuesta y la sangre saliendo en exceso.
-Esto solo es el comienzo. - volvió a llenar el cuenco de aceite caliente y se acercó de nuevo a la mujer que sollozaba. - Recuerdo que aquella noche no pude dormir, mi pecho ardía.
-Alejate maldito doncel. - gritó llorando.
-Nunca tuvo piedad de mi. - y derramó la aceite sobre el cuello de la mujer bajando hasta su pecho. - ¿Por qué la tendría yo ahora?.
-Aaaah... Aaaaah. - gritó con fuerzas. Sus cuerdas vocales estaban a punto de desgarrarse.
El doncel la miró triunfante pero aun faltaba. Espero que dejara de gritar para continuar.
-Matame. - murmuró entre llanto.
-¿Alguna vez sintió pena por mi?. - preguntó esperando una pizca de compasión en aquella mujer.
-¿Pena?. - logró decir entre sollozo. - Lo único que sentí por ti fue odió.
En ese momento el doncel entendió que aquella mujer jamás le pediría perdón, algo que anhelaba con todas sus fuerzas escuchar.
'' Perdón'' una simple palabra de seis letras, una simple palabra que puede sanar el alma, pero de los labios de la mujer solo salía rencor, y odió.
Si la mujer hubiese dicho aquella palabra quisas el doncel la hubiera dejado con vida, una simple palabra que hubiera cambiado su destino.
-¿Odió por ser un doncel?.
-Odió por existir. - soltó sin miedo, ni remordimiento.
-Entonces que el sentimiento sea mutuo. - le dio una sonrisa ladina, se agacho y tomo la pinza. - Comandante Jung podría sostener la cabeza de la reina Yuri por favor. - pidió en un tono suave.
El comandante obedeció, la mujer movia su cabeza de un lado a otro para safarse, pero Hoseok la tomo con fuerza.
-¿Sabe qué es lo que más me dolió?. - pregunto tranquilo.
-No me interesa. - respondió furiosa.
El doncel ignoró las palabras de la mujer. - No fueron sus golpes, insultos o humillación. - suspiró recordando el día que vio a su amigo y hermano de la vida volver al reino fuego todo lastimado. - Qué haya lastimado y alejado de mi lado a las personas que amo.
La mujer lo miraba con desprecio, no le importaba en absoluto lo que el doncel había sufrido.
Tae negó con su cabeza sonriendo triste, pero ya no importaba era hora de avanzar.
-¿Quiere decir algo por última vez?.- volvió hablar.
La mujer sonrió con malicia, sabía que su fin había llegado pero no le importaba ella solo quería lastimar hasta el último segundo al doncel.
-Te maldigo doncel, jamás podrás dar a luz. - soltó una carcajada.
-Si podre dar a luz. - levanto su voz entre llanto y metió la pinza en la boca de la mujer tomando su lengua y tirando con fuerza y rompiendo algunos dientes, esta gritaba e intentaba soltarse, pero le fue inútil, su boca se comenzó a llenarse de sangre, hasta que de un tirón arranco por completó la lengua de la mujer.
Gritos y más gritos se escuchaban en aquella sucia y oscura celda.
El doncel tiro la lengua en algún rincón de la suelo y dio vuelta la pinza.
- Espero que arda en el infierno. - soltó con ira y clavo el mango de la pinza en uno de los ojo de la mujer.
-Deje que muera desangrada y cuando su hora haya llegado queme su cuerpo. - le ordenó al comandante saliendo de la celda.
Sus manos estaban llenas de sangre, todo su cuerpo temblaba, su respiración era agitada.
-Amore mió. - susurró Jungkook al verlo en estado de shock y lo tomo entre sus brazos. - Ya pasó. - acarició la espalda de su amado, mientras el doncel rompía en llanto.
-Ella...-intentó hablar, apretando con sus manos el pecho de su amado.
-Ella no volverá hacerte daño mi amor. - consoló, el azabache había escuchado todo, no quería que repitiera aquellas palabras que lo lastimaban.
-Quiero dormír. - sonaba como un ruego,necesita descansar sentir un poco de paz.
-Yo te acompañó mi amor. - miró al guardia. - Min vigila. - ordenó y este asintió.
Jungkook ayudo a su amado a lavar sus manos y rostro sacando todo rastro de sangre, este acuno el rostro de se amado qué estaba rojo de llorar, tenía sus labios abultados.
-Te amo Tae. - susurró, y beso aquellos labios carnosos, luego apoyaron sus frentes en silenció, era todo lo que necesitaba el menor, su amado esposo a su lado.
Caminaron hacia la habitación en silencio.
El doncel se hizo pequeño entre los brazos de su esposo en la cama, este no dejaba de acariciarlo, dejaba pequeños besos en su frente hasta que se durmió entre llantos.
Jungkook se levantó con cuidado para no despertarlo y volvió aquella celda.
Entro y vio a la mujer agonizando en un baño de sangre.
Está apenas lo vio entro en pánico e intento moverse, pero le fue imposible.
- Quiero verla morir con mis propios ojos. - soltó con ira. - No merece ni una pizca de piedad.
Apoyo un hierro en el brasero.
Hoseok observaban en silencio junto a Min.
El príncipe caminaba nervioso de un lado a otro esperando que el hierro se torne rojo.
- Quiero que muera sintiendo el mayor dolor posible, tan solo debía pedirle perdón maldita. - hablo dándole la espalda, unas lagrima comenzaron a escaparse de los ojos negros del azabache.
Una vez que el hierro estuvo listo lo tomo con sus manos y se acercó a la mujer.
-Tan solo debía pedirle perdón. - repitió llorando y apoyo el hierro caliente en el rostro y en los brazos de esta , cada vez que lo separa pedazos de piel quedaban pegados en el hierro, el olor a carne quemada era insoportable hasta que al fin la mujer no soportó más y dejo de respirar.
Limpió sus lágrimas con su mano.
-Quemen el cuerpo. - les ordenó a los dos guardias qué aún observaban en silencio.
-Una menos. - suspiro volviendo a la habitación junto a su amado.
Al entrar lo encontró sentado mirando sus manos.
-Yo la mate. - murmuró sin dejar de ver sus manos.
Jungkook corrió a su lado para abrazarlo.
-Ella lo merecía amor mio.
-Lo se Kook... Pero...Yo quería hacerlo. - un tornado de sensaciónes pasaba por la mente y el cuerpo del doncel, sentía que al fin se estaba librando de su pasado y de aquellas personas que lo habían lastimado, aún así su esencia noble y pura lo atormentaba.
Jungkook lo observaba en silencio, sabía que su amado necesita decir todo lo que pasaba por su alma.
-Kook...¿Soy un asesino?. - sollozo si dejar de ver sus manos.
-No lo eres amore mió, ella merecía morir por sus malas acciones, muchas personas sufrieron en mano de aquella mujer, solo era hora de que pagará por sus pecados.
El doncel levanto su vista conectando con los ojos de su esposo.
-Quiero que me acompañes a ver a mi padre...
🌸 Hola dulces obsesiónadas.
🌸 Al fin capitulo nuevo🤧luego de tanto tiempo, quedan pocos capitulos ya estamos llegando al final😭😭no quiero soltarla🤧🤧
En fin dejo el drama.
🌸 Espero que hayan disfrutado la muerte de la reina 🥰.
🌸 Los quiero mucho.
🌸 Nikki 🌸
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