024

~024~

~Tae~.

Golpeé con mis puños cerrados el suelo, mis lágrimas recorrían mis mejillas, mis ojos ardían, parpadee varias veces intentando acostumbrame a la penunmbre.
De nuevo estaba en aquel lugar, mi cuerpo sudaba, pasé mi mano por mi pecho, tocando aquella pequeña bata blanca de seda.
Levante mi rostro, la luz de las velas se reflejaban en el vidrio, detrás de él varios pares de ojos me estaban viendo con lascivia, busque los ojos de mi amado desesperadamente pero no estaban, de pronto escuché una voz detrás mío.

-Quítate la bata. - me ordenó Jun.

No podía moverme sentía que me asfixiaba, mi cuerpo estaba inmóvil, lo vi levantarse, podía sentir sus pasos retumbar en toda la habitación.

Llegó a mi lado y se agacho.
-Ordene que te saques la bata doncel. - susurró a mi oído, su voz hizo que mi piel se erize, sentí un frío recorrer mi cuerpo.

Los hombres comenzaron a golpear el vidrio,el ruido era tan fuerte que tape mis oídos, quise gritar con todas mis fuerzas no obstante ni un solo sonido salió de mi boca.
Los vidrios se rompieron, los hombres se acercaban a mi, cubrí mi cabeza llorando.
En ese instante sentí la brisa del viento y el silencio, levante mi rostro estaba en medio de un bosque, era de noche, la luna brillaba en todo su explendor.
Me puse de pie confundido, sentía hasta los huesos el frío que traspasaba aquella bata que cubría una diminuta parte de mi cuerpo.
Grite su nombre, aquel llamado se perdía entre las copas de los árboles.

-Maldito doncel. - escuché entre la oscuridad.

-Sólo sirves para complacer a los demás. - una segunda voz que provenía del otro lado.
Ambas figuras se acercaron.
Era la reina Yuri y el Rey Sung, me miraban fijo, sus ojos carecían de alma,en su rostros se dibujaba una sonrisa maliciosa.

-Este será tú final. - murmuró la mujer y empezó a reírse a carcajadas.

Comencé a correr con todas mis fuerzas, mi respiración era agitada,el latido de mi corazón se aceleró, sentía sus pasos detrás de mi, grite una y otra vez el nombre de mi amado.

-Nadie va a venir a salvarte. - dijo el Rey a mis espaldas, su voz sonaba más gruesa.

No me detuve solo corrí, hasta que caí por una rama que había en el camino.

En ese momento escuché su voz.

-Cariño, todo esta bien,estas a salvo.

Desperté entre sus brazos, llorando y mojado por el sudor.
Desde hace varias noches he tenido la misma pesadilla.

~El regreso de Jimin y la señora Choi~.

Luego de dos días de viaje, los cuatro llegaron al reino Fuego.

Tae estaba ansioso por ver a su amigo, esperaba en la puerta del palacio caminando de un lado a otro.

Jimin trató de dar su mejor sonrisa, sabía que se vei un desastre.
Tae lo vio en la entrada y corrió hacia él lo más rápido que pudo, no vio su rostro, su pelo o su ropa, vio que su amigo estaba con vida, temía que no volviera.
Se juro que haría pagar a la reina por aquello, durante muchos años había sufrido abusos de parte de aquella mujer, pero se había pasado los límites cuando lo separo de Jimin.
Apenas llegó a su lado lo abrazo, el pequeño doncel rubio oculto su rostro en el pecho de su amigo, para llorar, Tae acariciaba su espalda dejando que se desahogue.

-Te extrañe mimi. - murmuró seco sus lágrimas, con una de sus manos y con la otra seguía abrazándolo.

-No quiere que me alejen de ti Tae. - susurró entre llantos.

-Nadie nos va a volver a separar. - afirmó, apoyando su cabeza en el hombro ajeno.

Jungkook observaba a unos pocos metros, pensando que la palabra que definía a su amado doncel, era bondad, él era un hermoso ángel lleno de amor.

Luego de unos minutos el doncel rubio se calmo, el llanto cesó, la anciana se acercó a saludar.

-Mi niño me alegro verte bien.

-Lo siento señora won. - dijo apenado.

-Tú no tienes la culpa de la maldad de los otros mi niño. - la anciana lo abrazo, se sentía culpable de verlos tan lástimados y maltratados.

Jungkook los recibío y todos entraron al palacio.

-Gracias Yoongi. - miró a Hoseok. - A usted también comandante, por salvarlo. - dijo el doncel.
Ambos asintieron con una sonrisa.

Se acercó al oído de su amigo para susurrar.
-Quiero ayudarte a arreglarte. - el doncel rubio asintió.

~En los baños~.

-Yo puedo Tae, no es necesario que hagas esto. - jugaba con sus manos nervioso, mirando sus pies.

-Yo quiero hacerlo mimi. - lo invito con su mano a la tina. - tú lo has hecho muchas veces por mi, ahora tú necesitas de mi ayuda. - sonrió con ternura.

-Es que tú eres un príncipe.. - susurró apenado.

-Mimi solo somos dos personas que se quieren. - le dio una sonrisa,para el los títulos eran solo eso, nada impide ser bueno.

Tae coloco en el agua, una esencias aromáticas, jabon y las burbujas se comenzaron a formar,aquel aroma a lavanda llenaba todo aquel pequeño cuarto.

-Mmm. - soltó relajado cuando los delicados dedos de Tae masajeaban su cabeza mientras era lavada. - había olvidado lo que era una tina de agua tibia.
Ambos se contaron el infierno que habían pasado mientras estuvieron separados, solo ellos podían entender lo que sentía, tan solo por ser llamados doncel.

-¿Crees que al fin seremos felices?. - preguntó el doncel rubio, en tanto secaba su corto cabello.

-Si lo creo mimi, aunque el miedo aún me persigue.

-¿A que le temes?. - lo miro a los ojos.

-A que esto sea un sueño, a que un día despierte y sigamos en aquel infierno.

-Esto es real Tae, el príncipe Jungkook te ama y eso nadie podrá quitártelo.-tomo el mentón de este para mirarlo a los ojos. - No debes temer más, ya no.


Jungkook estaba reunido con sus hombres de confianza, en la sala real del palacio.

-Necesito que me dejes vengarme. - Min caminaba desesperado de un lado a otro moviendo las manos nervioso. - Esa mujer merece lo peor.

-Nuestro soldado más frío se enamoro. - bromeo Nam, la mirada fulminante del Yoongi se poso en este, el mayor levantó sus manos en son de paz.

-Puedes hacerla sufrir, pero no la mates, eso sera un placer, que desgustara mi amado.

Min Yoongi no necesito más salió del lugar, como alma que se la lleva el diablo.
El guardia era como la pólvora solo necesitaba una chisma para ser encendido.

-Vigila que no la maté. - le ordenó el príncipe al comandante, este salió de inmediato atrás de su compañero.

-Hola reinita. - saludo sarcástico el guardia.

La mujer levantó la mirada rápido al reconocer aquella voz, en su rostro podía verse el miedo que le producía aquel hombre frente a ella.

Se encontraba sentada en el suelo con las manos atadas con cadenas, tal como la última vez que Min la había vistitado.

-¿Me extraño?. - soltó una risa nasal. - ¿Ahora no puede hablar?. - preguntó molesto a no recibir respuesta de la mujer.

-¿Qué qui..quieres? .-solto en un tono bajo, casi imperceptible.

-Ah si puede hablar, bien entonces. - se coloco a la altura de la mujer. - ¿Recuerda al doncel que vendió como exclavo?. - la mujer asintió temerosa. - Sufrió mucho por su culpa. - se colocó de pie en busca de una herramienta. - Así que ahora yo la haré sufrir a usted.

-Es solo un doncel. - sollozo la mujer aterrada.

Min chasqueo con su boca.
-Está equivocada reinita, no es sólo un doncel. - tomó una tijera de podar plantas. - Es mi doncel.

La tomó por el cabello.
-Aléjate de mi. - gritó intentando huir.

-No sea cobarde, esto no dolerá. - corto la cabellera de la mujer,esta respiraba agitada, todo su cuerpo temblaba. El guardia tiro el mechón de pelo al suelo, y volvío alejarse en busca de otra herramienta.

-Basta, no me hagas daño, lo lamento, lo juro. - suplicó.

El comandante observaba en silencio,conocia muy bien a su soldado y sabía lo peligroso que podía ser si lastimaban a los que amaba.

Min se acercó con una pinza, volvió agacharse a la altura de la mujer, dejó en el piso aquella herramienta.

-Son dos los donceles lastimados, así que será, ojo por ojo.

-Nooo, por favor. - Min tomó la mano de la mujer con una de las suya, con la otra sostuvo el dedo índice de esta.

-Esto por el doncel príncipe del reino agua. - quebró el dedo de la reina.

-Aaah... Aaaah. - gritó entre llantos desesperados,un pequeño hueso roto asomaba por el dorso de su mano, saliendo sangre de la herida.

Tomó la pinza del suelo.
-Y esto por mi hermoso doncel. - tomó con fuerza el mentón de la mujer, esta se movía y gritaba con pánico.
-Será peor si se mueve tanto. - hablo apretando más la cara de esta, tomo con fuerza uno de los dientes inferiores y lo arrancó,la sangre comenzó a escurrir a borbotones,la reina gritaba tan fuerte que se escuchaba en todos los calabozos, su garganta estaba a punto de desgarrarse.

-Espero verla pronto. - dijo burlon, saliendo del lugar.

La mujer quedó llorando, gritando y desangrándose. El guardia mandaría un médico para que sane a la mujer, sabía que aquel pequeño castigo no era suficiente.

Min lavo sus manos y su rostro,suspiro mirando al cielo, luego fue al los jardínes del palacio, eligió la flor más hermosa del lugar corto una rosa, le quito con cuidado las espina, y fue en busca de su doncel.

-Te ves hermoso mimi, definitivamente el rojo es tu color. - el doncel arreglaba el cabello del nombrado.

-Esto es demasiado Tae, con esta ropa no podré servir. - con sus pequeñas manos trataba de acomodar su vestimenta.

-Ya no eres un sirviente mimi, ahora eres libre.

El doncel rubio se dio vuelta muy rápido para mirar a su amigo.
-No puedes, no me liberes Tae. - sollozo.

-¿Por qué?,ahora podrás tener una vida, ser feliz. - hablo preocupado.

-¿Donde iré?, no tengo nada, ni a nadie, solo a ti.

Tae acaricio la cabellera rubia de su amigo.
-Mimi vivirás aquí junto a mi, eres libre de hacer lo que deseas.

-¿No debo irme?.

El menor de los donceles sonrió negando con la cabeza.
-No volverán a separarnos.

Del otro lado de la habitación alguien golpeó la puerta, interrumpiendolos.

-Pase. - respondió el doncel castaño.

-Yo.. mm.. quería ver.. - garraspeo el guardia fuego, tenia sus manos detrás de él. - A jimin.

-Entra, iré a buscar a Jungkook. - hablo Tae, saliendo de la habitación.

El guardia trago grueso al ver aquel pequeño doncel, con las vestimentas de su reino.
-Te ves hermoso.

-Gracias. - susurro y sus mejillas se tornaron en un rojo carmesí, convinando con su ropa.

-Esto es para ti. - saco la rosa de su espalda.

-Es hermosa Yoongi. - hablo asombrado al ver la flor.

-No se compara a ti.- susurro.
El doncel la tomó la flor con cuidado.
-No te lastimara, saque las espinas para ti, no dejaré que nada ni nadie te vuelva a lastimar,ni las espina de una pequeña rosa. - sonrió tímido.

El doncel corrió a los brazos del guardia.
-Quiero cuidarte y amarte el resto de nuestras vida mi doncel.

Las lágrimas del pequeño doncel salieron sin permiso, rodando por aquellas lindas mejillas. El guardia seco una por una con sus pulgares, luego rozo suavemente los gruesos labios ajenos.
-Eres hermoso mi doncel. - susurró acercándose al rostro ajeno para terminar besándola con amor.

Una semana después el pequeño doncel había sanado por completo, y la nueva vida comenzaba.

-Mio caro debes tené el brazo más levantado. - dijo el príncipe fuego abrazando por la espalda a su amado que sostenía un arco y flecha.

-Tú me distraes Amore mio, no es justo que me des besos mientras intento disparar. - abulto sus labios.

-Perdón mi amor, es que tú piel es exquisita, un deleite a mis labios, una invitación a lo prohibido. - hablo con una sonrisa.

-Kookie, si no vas ayudarme dile a alguien más.

-Eso no mi amor, y negarme el placer de tenerte así de cerca. - el doncel se cruzo de brazos. - Lo siento, prometo que voy a concentrarme.

A unos metros de la pareja estaban Min con Jimin.

-¿Así está bien?. - preguntó el doncel rubio,sosténiendo con fuerza el arco y la flecha tensada.

-Si mi amor, ahora respira profundo y suelta la flecha.

El doncel obedeció.
Tomó aire despacio y soltó la flecha.

-! Muy bien!. - festejo el guardia.

-¿De verdad?, el blanco está a dos metros de donde clave la flecha.

-Bueno solo debemos trabajar en la puntería. - ambos comenzaron a reírse.

-Kookie mira Mimi logró tirar la flecha. - daba pequeños aplausos.

-Mmm si. - dijo sin levantar la vista, seguía perdido en el cuello de amado.

-Mi amor... - jadeo suave, cerrando los ojos, inclinando su cabeza, dándole más lugar a su esposo. - debe... mmm... Debemos entrenar por favor.

-Majestad. - garraspeo interrumpiendo el guardia. - El rey quiere hablar con usted.

-Gracias Nam. - salió de aquel lugar tan delicioso para el.

-¿Nam puede ayudar a entrenarme?. - preguntó inocente.

-No... Nam no, que sea Jin el que te ayude mientras no estoy. - el azabache recordaba aquella pequeña charla donde se había dado cuenta que su guardia había puesto sus ojos en su amado. - Nam se quedará a vigilar. - trato de ocultar sus celos.

Jungkook entró al palacio para ver a su padre.
Mientras el doncel esperaba que llegara el guardia castaño.

-Iré a ver las flores hasta que llegue Jin. - le hablo al guardia con una sonrisa, este lo acompaño.

Se agacho para acariciar despacio con sus dedos los pétalos de una rosa.
-¿Es hermosa, no lo crees?.

-Si majestad las flores son algo única y delicadas, como usted.

-No soy único. - lo miro con una sonrisa. - hay muchos como yo, Jimin también es doncel.

Nam dejo ver su sonrisa y aquellos lindos hoyuelos.

De pronto lograron ver que un hombre se acercaba corriendo hacia ellos.

El doncel se puso de pie, y el guardia lo cubrió tomándolo por la cintura, pegandolo a su pecho, con la otra mano sacó su espada.

-Mi doncel, mi hijo ayúdame. - suplico el rey Sung que había logrado escapar cuando estaban limpiando su celda.
Tae oculto su rostro en el pecho ajeno.

-Has que se aleje. - suplicó el doncel.

-Hijo sácame de aquí.- intento acercarse a él. - una flecha llego por atrás, clavándose en la pantorrilla del rey. - Aaaah ayudameee. - gritó cayendo al suelo.
Min se acercó con el arco listo para volver a ser disparado.

-Levántese rey Sung y sigame o la próxima flecha será en su cabeza. - amenazó Min.

-Hijo.-gritó mientras trataba de arrastrarse hacia él. - el guardia disparo una segunda flecha lastimando la oreja del rey. - Piedad soy el rey. - hablo entre llanto agarrando su oído.

Yoongi dejó el arco, y tomó el rey para llevarlo de nuevo a la celda, aquellos guardias descuidados serían castigados por su torpesa.

Al escuchar los gritos Jungkook salió del palacio lo más rápido que pudo en busca de su amado, al encontrar a su doncel en los brazos de Nam sintió una gran furia.

-Namjoon!. - gritó sacando su espada...

🌸 Hola dulces obsesiónadas por el Taekook.

Espero que les guste el capitulo.

🌸 Tomen mucha agüita para el capitulo que viene,por que viene el casamiento de Yoonmin 🥹.

🌸 Se me cuidan.
🌸 Los quiero mucho.

🌸 Nikki 🌸

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