¿Sera posible...?

Toqué el timbre de la casa, y de inmediato, una camara salió de la pared.

—¿Diga?—dijo una voz femenina detras de la camara.
—Me llamo Plagg, soy amigo de Adrien—dije un poco nervioso por que me descubrieran.
—Pase por favor—se abrio la gran reja de la mansión. Caminé a paso seguro, y cuando casi iba llagando a la gran puerta, ésta fué abierta.
—En un momento baja—dijo la asistente de los Agreste.
—¡Hola Plagg!—me saludo el rubio.
—¡Hola!—Le correspondi el saludo.
—Te puedes retirar Nathali. Gracias—dijo a la asistente.
—Ven, vamos—dijo Adrien empezando a subir de nuevo las escaleras en dirección a su habitación, yo lo seguí—. ¿Te perdiste?—pregunto divertido.
—No, mis suegros me invitaron a cenar—lo que dije, hizo que el rubio pusiera cara pícara.
—¿Suegros?—pregunto divertido.
—Bueno, bueno. Los padres de MI princesa—dije rendido. Le recalque el "MI", por que me acorde que Marinette estaba enamorada de Adrien, y quería que supiera que ella era mía—. Sus padres cocinan delicioso—le presumi—. Me voy a dormir, estoy muy cansado. Buenas noches—me dirigí al sillón y caí en brazos del morfeo.

*****
Ya era de mañana, y sono la fastidiosa alarma, pero fue muy fácil levantarme, porqué sabía que vería a mi princesa.
Tome un baño, me puse mi ropa nueva, baje a desayunar con Adrien, y después me lave los dientes.
Cuando estuvimos listos, una limusina negra, nos estaba esperando afuera de la mansión. Subimos y nos llevaron al instituto, en el cual no había nadie, ya que llegamos muy temprano para inscribirme.
Pronto se fue llenando de alumnos, y mi princesa no llegaba.
Eran ya las diez de la mañana, y no llego Marinette nunca a clases, pero como teníamos una hora libre, aproveche para ir a si casa.
Entre en la panadería, donde reinaba el olor a pan recién hecho. Volvió a sonar la campana, la cual llamo la atención de los dueños.

—¡Hola Plagg!—dijo Sabine.
—¡Buenos días señores Dupain!—dije sonriendo y acercandome a ellos.
—¿Buscas a Marinette?—dijo su papá, como si me hubiera leído la mente.
—Si. ¿Ella se encuentra bien?—dije preocupado.
—Es solo un resfriado—dijo Tom sonriendo.
—¿Puedo pasar a verla?—dije insistente.
—¡Claro!—sus papás me dejaron pasar y me dirigí al cuarto de mi princesa.

Toqué la puerta "¡toc, toc!".

—Pasen—se escucho desde adentro, seguido de un estornudo.
—¡Hola princesa!—dije sonriendo y acercandome a ella para besarle la mano, pero Marinette la retiro de inmediato.
—¡Hola Plaggi! Lo siento, pero no te quiero contagiar—volvió a estornudar.
—Salud princesa—dije sonriendo.
—Gracias. Siéntate—se hizo a un lado, para que yo me sentase en su cama 7w7.

Pase mi hora de descanso en casa de Marinette, y de vez en cuando, no faltaban las miradas que nos provocaban un sonrojo.

—Me tengo que ir princesa, ya casi es hora—dije desanimado.
—Tal vez puedas venir en la tarde, después de clases—que buenas ideas tiene mi azabache—. Sirve que me pasas los apuntes y tareas.
—Claro Princesa. Nos vemos luego, Bye—me acerqué a su mano, pero ella la retiro. Se me ocurrió una mejor idea. Le bese la frente.

Salí corriendo de su casa, ya que solo faltaban cinco minutos para que mi descanso terminara.

—Plagg, ¿dónde rayos estuviste?—dijo Adrien preocupado—. Te estuve buscando.
—Fui a casa de mi princesa—dije sonriendo.
—¿Por qué no vino a la escuela?—pregunto el rubio.
—Se resfrío—dije triste—. Sera mejor que entremos a clases—dije empezando a caminar al aula.

No había escrito nada en las primeras clases, así que me dediqué a investigar los apuntes y tareas, para llevarselos a mi Mari. Fueron unas horas con mucho trabajo, pero todo lo hacía por ella.
Por fin termino la clase, y salí rápidamente de la escuela, y cuando iba en dirección a la casa de mi amada, vi algo que me hizo pensar lo peor de todo.

¿Sera posible...?. No. Ella esta bien. Es solo un resfriado.

*****
Hola! Espero les guste el capítulo.
Quiero agradecer a sus votos y comentarios, que me motivan a seguir escribiendo. Este es el fic, donde más me empeño. Gracias por todo.

Bye! Hasta la próxima! 😀❤




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