Hola! Espero que esten bien 😀
Sólo vengo a dejarles este capítulo 👍
Me voy, por que tengo algo de prisa 😥 jijiji

Si tienen dudas, pregunten y con gusto les respondo. No hago spoiler 😠

Una pregunta, ¿quieren lemon?

Bye! Hasta la próxima! 😀😀😀

*****
No sabía que había pasado después de la sesión, solo recuerdo que todo se volvió negro. Fui abriendo los ojos de par en par, entonces escuche una voz angelical.

—¡Enfermera!—grito muy alarmada una chica.

Mis ojos quedaron completamente abiertos, y pude ver a mi princesa muy alarmada, aun lado mío. Parecía como si hubiese llorado por horas, y sus ojos estaban vacios. ¿Acaso le pasó algo malo a Sabine?, ¿no se puso bien?. Mis pensamientos fueron interrumpidos, cuando una enfermera se acerco a examinarme y a hacerme preguntas. Cuando se retiró, Marinette y yo quedamos solos en el cuarto de hospital.

—¿Qué me pasó?—pregunté un poco despistado.
—Estabas en la habitación de mi mamá, y quedaste inconsciente. Una enfermera te encontro y de inmediato te ingresó—dijo seria.
—Princesa, necesito hablar con una persona—dije calmado.
—¿Quieres hablar con tu papá?—" ¿Papá?, él murió hace miles de años", pense—. Él se acaba de ir. Pero dijo que volvería en media hora—me explicó Marinette.
—¿Y Adrien?—pregunte con curiosidad.
—Se fue hace dos horas, ya debe de estar por llegar.
—¿Y tú mamá como esta?—estaba muy preocupado.
—Bien, se puso mejor—dijo sonriendo.

Hubo un silencio incómodo en toda la habitación, pero fué interrumpido, cuando alguien toco a la puerta.

¡Toc! ¡Toc!

—Adelante—dije para que pasara, fuera quien fuera.
—¡Hola Plagg! Me alegro de que ya estés mejor—dijo Adrien saludando. Se acerco a Marinette y la saludo de beso, lo que provocó que MI princesa se sonrojara y sonriera.
Tosí en falso para que se dieran cuenta de mi existencia. ¿Acaso a mi "amigo" ya se le había olvidado lo que le confesé?, ¿quería ponerme celoso?, por que esta funcionando. Fui interrumpido de mis pensamientos cuando escuché Mari llamandome por mi nombre.

—Tierra llamando a Plaggi—dijo Marinette, mientras sacudia su mano delante de mi cara.
—Lo siento, estaba pensando—dije saliendo de mi trance.
—¿En qué pensabas?, estas muy rojo—preguntó el rubio oxigenado. No me había percatado de que además de estar celoso, también estaba enojado.
—En nada—dije cortante y con cierto desagrado.

Marinette iba a decir algo, pero fué interrumpida por una persona que entro a la habitación sin previo aviso.

—Hola Plagg—dijo el anciano tranquilamente y sonriendo.
—Hola—salude sonriendo. En el fondo me alegró de que llegara, pues aquí se estaba volviendo un poco incomodo el ambiente.
—Hola maestro—saludaron Marinette y Adrien al mismo tiempo. ¿Acaso ella no pensaba que era mi papá?.
—Su hijo pregunto por usted—dijo sonriendo Mari.

El maestro me dirigió una mirada, de la cual capte el mensaje que quería dar. Era hora.

—Princesa—capte la atención de Marinette—. Él no es mi papá. Es mi guardián—lo que dije la dejo un poco confundida, y se podía ver en su rostro.
—¿Cómo que tú guardián?—dijo seria.
—Jóvenes, tenemos que hablar de su secreto—dijo el viejo tranquilo, y sin responder la pregunta de la azabache.

Marinette nos miraba a todos confundida, y no podía decir ni una sola palabra.

—Maestro, ¿ellos también son portadores?—pregunto Marinette algo temerosa.
—Sólo tú amigo Adrien—dijo el maestro con tranquilidad.
—Pero, ¿y Plagg?—volvió a preguntar.
—Soy el kwami del miraculous de Chat Noir—dije antes de que el viejo contestara. Marinette parecía que no creía nada de lo que estabamos diciendo, ya que solo se podía ver confusión en su bello rostro.
—Tikki—llamó la ojiazul a su kwami, la cual no tardó en salir del bolso de Marinette—. ¿Tú lo sabías?—preguntó Marinette muy seria. Tikki solo movió su pequeña cabeza roja afirmando—. ¿Por qué no me dijiste nada?—pregunto Marinette a la kwami.
—No tengo permitido decirte nada, a menos de que sea algo que afecte a los parisinos—dijo la pequeña con la cabeza baja. Marinette también tenía la cabeza baja. Nadie decía nada, y la habitación quedó inundada de un silencio incómodo y mucha tensión.
—¿Por qué Plagg, si es un kwami, esta así?—pregunto Marinette rompiendo el silencio y apuntandome.
—Plagg deseó con todo su ser, convertirse en humano. Y como las energías espirituales de un kwami, son muy fuertes, pudo hacer esta conversión—explicó el maestro.
—Pero, ¿para qué quería ser humano?—preguntó Marinette. Al parecer tenía muchas dudas, y conociendola, no iba a dejar de preguntar hasta aclarar sus dudas. Antes de que el maestro puediera hablar, yo me adelante a responder.
—Para pasar tiempo contigo, y estar a tu lado—dije un poco inseguro. Marientte quedo sorprendida—. Te amo Marinette. Eres muy linda y tienes muchas cualidades; pero también tienes defectos, que te hacen ser especial. Eres la persona que ha iluminado mi vida y mi ser. Eres la que ha descongelado mi corazón, y me ha dado la esperanza para volver a amar sin ningún temor al rechazo—mientras hablaba, Marinette se sorprendia cada vez más, me miraba fijamente y con atención.

De un momento a otro, ya nos encontrábamos undidos en el calor de un abrazo. Ella lloraba en mi hombro, y yo solo acariciaba su espalda.

—Te amo Plagg—dijo Marinette aun abrazandonos. Me alegró mucho que correspondiera mis sentimientos, si no no se que haría sin ella. La separé de mi, para poder ver su rostro y poder regalarle una sonrisa, la cual ella también me devolvió. Ambos entramos en trance cuando, nos perdimos en la mirada del otro. Solo existiamos nosotros. Estábamos muy lejos de la realidad y de lo que nos rodeba.
Nos fuimos acercando poco a poco cerrando nuestros parpado con lentitud, y cada vez menos distancia había entre nosotros. Entre más cerca estábamos, más podiamos sentir y oir las respiraciones agitadas que teníamos en ese momento.
Cuando se acabo la distancia entre nosotros, simplemente nos undimos en un beso tierno y cálido, lleno de amor. Nada a nuestro alrededor existía, sólo nosotros. Nos separamos, sonreimos y volvimos a mirarnos a los ojos. Cuando volvimos a la realidad, notamos que en la habitación solo estabamos ella y yo solos.

"Después de esto, nada malo podría pasar"