Justo...

No tenía noción del tiempo, y ahora en vez de que mi entorno estuviera blanco, estaba negro. No sabía si seguía vivo. Me sentí mareado y tenía náuseas, caí de forma repentina al no tener nada a mi alrededor con que apoyarme.

*****
Abrí los ojos lentamente, pues tenía la urgencia de saber donde estaba.

—¡Plagg!—se escucho que decía apurada una chica.
—¿Dónde estoy?—dije con los ojos entrecerrados.
—Estas en tu casa Gatito—dijo una azabache.
—Princesa—dije empezando a llorar.

Ella se acercó rápido, para envolverme entre sus cálidos brazos. Yo correspondi y me apoyé contra su pecho, escuchando cada latido de su palpitante corazón.

—Esta bien Plagg. No pasa nada. Estas en casa—dijo consolandome, a la vez que acariciaba mi cabello.
—Te extrañé tanto princesa—dije sollosando—. Te amo—dije con sinceridad. Hacía mucho que no salían esas palabras de mi boca, y tenía la necesidad de decirlas y expresarlas.
—También te amo—dijo plantandome un beso en mi cabeza.

<<Kwami>>, esa palabra se me vino repentinamente a la mente. <<Él maestro Fu dijo que volvería a ser kwami, pero.... No sucedió>>, pense. Quise preguntar a mi ojiazul si sabía algo al respecto, pero no quería arruinar el momento. <<Será en otra ocasión, no creo que sea grave>>, me dije.

—¿Cuánto tiempo ha pasado desde el incidente?—dije serio.
—Una semana—.
—A mi me pareció una eternidad—dije divertido.
—También a mi—dijo riendo un poco, y haciendo una pausa—. Sin tu presencia a mi lado el tiempo pasa rápido. Tu cuerpo estaba presente. Pero tu voz, tu risa, tus chistes malos, tu besos y caricias... No—dijo triste.
—Tranquila, ya estoy aquí—me separé un poco de ella, y la miré a los ojos azulados que tanto me encantaban.

Nos fuimos acercando poco a poco, cortando la distancia entre nosotros y sintiendo las respiraciones del otro. La distancia era mínima, que nuestros labios rozaron, haciendo crecer la tentación. Nuestros labios se juntaron, probando cada uno el sabor del otro. Era un momento que no habíamos vivido desde hace tiempo, que parecía eternidad. Tan cálido como siempre. Expresando que los sentimientos eran mutuos, verdaderos. El beso se fué intensificando, y el ambiente cada vez era más cálido, más amoroso. La tomé de la cintura, apegandola más a mi. Ella empezó a tomar mi cabello entre sus manos.

¡Ding, Dong!

Fuimos interrumpidos, y tuvimos que parar. Nuestras respiraciones estaban entrecortadas, y nuestras caras obtavan un color rojizo.

¡Ding, Dong!

—¡Voy!—grito mi princesa de forma dulce.

Salió del cuarto arreglando su ropa, y desapareció de mi vista.
<<¿Quién es el maldito que arruino nuestro momento>>, pense. Fui interrumpido cuando un rubio, se encontró en mi campo visual.

—¡Hola Plagg!—dijo sonriendo—. ¿Con qué ya despertaste?—se acerco y tomó asiento en un sillon alado de mi cama—. Traje queso—sacó de una bolsa de supermercado, una pieza completa del exquisito queso camembert.
—Hola—dije cortante. Por alguna extraña razón no me alegraba verlo, aún sabiendo que el era mi amigo. Sentía vibras negativas con su presencia. Su cara, su voz. Me molestaban.
—¿Te pasa algo amigo?—dijo golpeando mi hombro. Solo hice una mueca ante su acto.
—No es nada Adrien. Solo quiero descansar—dije enfadado.

Me acosté y me cubri con las sabanas, para luego darle la espalda.

—Esta bien—escuché decir molesto al rubio.

Cuando ya dejaron de ser audibles sus pasos, me reincopore de nuevo.

—¿Qué sucedió Plagg?—dijo Marinette confundida, recargada en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
—No se—guardé silencio para explicar lo que iba a decir—. Es algo complicado. Cuando entró no pude evitar sentir vibras negativas, y me molesto su presencia. Jamás había pasado—en ese momento trataba de entender el porqué de la cosas. Peor ninguna respuesta surgía.
—Plagg—dijo mi bella dama llamando mi atención—. Él ha estado visitandote todos los días sin falta. Hasta cancela algunas de sus sesiones fotográficas para venir a verte y tener notícias de tu salud. Ha ayudado a comprar los medicamentos—dijo seria y haciendo una pausa—. También a sido un buen apoyo moral—dijo en una forma casi inaudible, para después bajar la cabeza.

Ahora me sentía mal por lo que le acababa a hacer a Adrien, y se merecía una disculpa lo antes posible. Pero primero mi princesa.

—Hermosa—dije levantándome con dificultad de la cama. Caminé a donde ella estaba y la envolvi en mis brazos. Ella no correspondió—. Lo siento, no lo sabía. De inmediato le pediré disculpas. Pero primero necesito que tu me perdones—dije tranquilo y arrepentido.
—Te perdono. Eres mi gato tonto—dijo riendo un poco, y ahora correspondiendome el abrazo.

Levante su cara tomandola del menton, y me fui acercando a sus suaves y rosados labios, que más de una vez había probado. Nos volvimos a besar. Y lo que primero fué algo suave y discreto, ahora era algo salvaje.
La acorrale a la pared más cercana, y pasé una de mis manos por todo su cuerpo. Bajé a su cuello para besarle con desesperación. Empecé a hacer chupetones, dejar rastros de saliva y a mordisquear un poco. Ella solo tomaba grandes bocadas de aire, y con sus manos, acariciaba mi cabello.

¡Ding, Dong!

Sono el timbre interrumpiendonos de nuevo.

¡Ding, Dong!

—Aahh—soltó Marinette—. P-plagg, creo que debería ir a a-abrir—dijo tratando de ser lo más coherente posible.
—Estamos ocupados—dije volviendo a besar sus labios.

¡Ding, Dong! ¡Ding, Dong!

Se escuchó con más urgencia.
Me separé de mi novia, y ambos nos empezamos a acomodar la ropa y el cabello.

—Yo iré—dije caminando hacia la puerta—. Buenas tardes, ¿que se le ofrece?—dije un poco desconcertado, ante la presencia de una chica de cabello rojo, con ojos color miel, piel blanca, y de mediana estatura.
—¡Hola!—saludó alegré y sonriendo—. Me llamo Edith, y soy tu nueva acompañante de cuarto—me extendió la mano para que la extrechara, cosa que no hize.
—Plagg, ¿quién es?—dijo mi ojiazul mirando se arriba a abajo a la chica.
—No tengo idea princesa—me puse atras de Marinette.
—Hola, soy Edith. Mucho gusto conocerte. Seré la nueva acompañante de cuarto de este chico guapo—dijo felíz, yo solo pude sonrojarme a lo último que dijo. Marinette volteó y me culminó con la mirada. Su expresión mostraba celos, muchos celos; y rabia.

"Justo cuando todo iba bien"

****
Hola!!!! Espero que esten bien 😀😀😀😀

¿Quién creen que sea esta tal Edith? ¿Destruirá la relación Plagginette?
Descubralo en el próximo capítulo 😉😉😉😉

Jajja SOLO QUIERO VER EL MUNDO ARDER 😈😈😈 jajjaja
Ok no 😬

Bueno es todo de mi parte.
Bye! Hasta la próxima! 😉

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top