Your eyes tell
¿Por qué hay tantas lágrimas fluyendo?
Hey, quédate a mi lado y sonríe.
Dondequiera que estés te encontraré
Para un mañana juntos.
Incluso si parece ser el comienzo del fin
Llamaré tu nombre.
Esa mirada tuya es tan colorida
Daré todo de mí.
~•☆•~
-Kakarotto, que bueno verte -saludó, Vegeta, al pelipalmera, éste último iba saliendo de la tienda de dulces con una barra de chocolate en su mano.
-Hola, Vegeta -intentó regresar el saludo de la mejor forma posible, sin embargo su tono de voz salió desanimado, delatando que no se hallaba del todo bien.
-¿Qué ocurre? -preguntó, aunque ya sabía quien era el causante de los bajos ánimos de Kakarotto, lo único que necesitaba saber era la causa de ello.
Kakarotto suspiró-. E-es... Es Majin
¿Ven? Es así de fácil, como uno más uno igual a dos
-¿Qué hizo ahora? -interrogó, serio.
-Se supone que hoy iríamos al zoológico y canceló nuestra salida, anoche recibí un mensaje de él informándome que no saldríamos, dijo que tenía algo más importante que hacer, más importante que yo, más importante que su novio.
-Así que de verdad te canceló.
Kakarotto lo miró.
-¿Tú lo sabías?
-Hizo un comentario al respecto.
El pelipalmera volvió a suspirar, ésta vez frustrado- No lo entiendo, Vegeta. A-ayer estábamos tan bien debiste verlo, fue tan... lindo, tan dulce conmigo, y-y hoy ni siquiera se digna a contestar mis mensajes -expresó dolido- Y-yo... Me he esforzado para ser el mejor novio, he sido atento, cariñoso, me preocupo por él, soy comprensivo cuando la situación ni siquiera se presta para serlo, intento ayudarlo en lo que puedo, y aún así é-él... ¿Qué estoy haciendo mal? -Dijo con un hilo de voz. Preguntándose más a si mismo, que para su acompañante. De tan solo recordar lo mal que lo trataba sin entender el porqué, lo hacía sentirse peor.
Unas pequeñas lágrimas traicioneras se deslizaron por sus mejillas, el joven al sentirlas rápidamente las quitó- L-lo siento -se disculpó, mientras sorbia su nariz y dirigía su vista a la tienda de la cual había salido, con el propósito de huir de la mirada del peliflama-. Que vergüenza que me veas llorando de nuevo.
Kakarotto era un joven más de hechos que palabras, se esforzaba para demostrarle a su Majin cuanto lo quería, inclusive iba en contra de su familia solo por él, pero Vegeta sabía que no importaba cuanto hiciera, Majin jamás lo iba a valorar.
-No me molesta que llores, Kakarotto, pero si lo haces por él entonces sí me molesta.
-Intento lo más que pueda no llorar, pe-pero duele que me trate así, y no puedo ignorarlo tan fácil.
-¿Por qué dejas que él te trate como se le dé la gana?
-Porque soy un idiota.
-No lo eres.
-Claro que lo sí, me enamoré de él en base a una ilusión, odio que me haga sentir como si no valiera nada, intenté terminarle en varias ocasiones, pero no puedo, no soy capaz, siento que si lo hago, es como si dejara ir una parte de mí. Le quiero, y no puedo imaginarme sin él.
El menor miró al peliflama, y aunque la situación no se daba para ser graciosa, no pudo evitar soltar una pequeña risa al ver el rostro del otro.
-¿Muy cursi? -dio una sonrisa débil.
-Casi me haces vomitar con el final -Le aseguró. Aunque le gustaba Kakarotto, sinceramente había cosas que no podía tolerar. Como por ejemplo, el hecho de que el menor no quisiera admitir la realidad de su relación.
Kakarotto no era tan cabeza hueca como aparentaba muchas veces, y podía apostar todos sus ahorros a que el pelipalmera era consciente de que su relación con Majin no era fructífera. El quería- joder ¡El sabía! Que era así, porque el mismísimo Son se lo había hecho saber en diversas ocasiones.
Solo se estaba haciendo el ciego porque había caído en la estúpida ilusión de creer que tiene el poder de hacer cambiar a una persona, y sin darse cuenta eso le estaba costando un gran desgaste emocional.
-¿Qué se supone que hay en dónde debería estar tu corazón?
-Un hueco.
-Tonto -rió bajito, mientras golpeaba el levemente el hombro del mayor-. Ansío que llegue el día en el cual te enamores, quiero verte siendo todo un cursi por amor.
-Eso será imposible, Kakarotto.
-No te sientas tan seguro de tus palabras, querido amigo. Hasta el corazón más frío, se derrite con la persona correcta.
-¿Insinúas que voy a caer en ese patético sentimiento? Vegeta y el amor no van de la mano.
-Eso dices ahora, cuando conozcas a tu persona ideal, cambiarás de opinión. Sólo tienes que buscarla.
-Si tanto afán tienes de verme con alguien, entonces buscala tú y me avisas cuando la encuentres.
-¿Por qué yo?
-Porque tú eres quien más emocionado está ante la idea de un tema que no me interesa en absoluto.
-Vas a morir sólo, no quiero eso
-Si tanto te preocupa, ¿Por qué mejor no me conquistas, y así nos quedamos juntos? Admite que haríamos una envidiable pareja.
-¿Yo conquistarte? -rió.
-¿No crees que puedas hacerlo, Kakarotto? -El susodicho negó- Tienes razón soy un hombre difícil de conquistar, no cualquiera puede darse el lujo de decir que está con alguien tan genial como yo -expresó, orgulloso
-Deja el ego por un momento, no me refería a eso.
-¿Entonces?
-Bueno, yo- Tú eres alguien muy- Quien quiera estar contigo tendrá que tener mucha paciencia para enamorarte.
-¿No eres un chico paciente?
-Sí tengo paciencia, pero para ti no tendría.
-Me ofendes, Kakarotto. Al contrario de ti, yo sí tendría la paciencia suficiente para enamorarte.
-¿Q-qué?
-Eres alguien que vale la pena, Kakarotto ¿No te lo han dicho?
-No digas esas cosas, Veg -pidió, algo avergonzado.
-¿Por qué no? Eres un chico agradable, nadie se aburriría de estar con alguien como tú.
-Para ser alguien que no le gusta andar con cursilerías sueles decir cosas bastante clichés.
-Sólo soy honesto -habló, mientras se encogía de hombros, viendo como las mejillas del otro tomaban color.
Ver al pelipalmera sonrojado era una de las imágenes favoritas de Vegeta, y más cuando él era el causante de ese tierno estado. Le encantaba hacer sonrojar al menor siendo Vegeta y no el fastidioso de su hermano mayor.
Si Kakarotto supiera que él ya había encontrado a su persona ideal ¿Qué diría? O mejor dicho, ¿Cómo reaccionaría si se llegase a enterar que era él quien lo había enamorado? Porque sí, el menor le hacía perder la cabeza de forma terrible, lo hacia sentir como una quinceañera enamorada cada vez que se hallaba cerca de él.
Hasta él mismo estaba sorprendido por la manera en que había caído ante los encantos del Son, desde su físico hasta su personalidad, todo del menor le encantaba. Podía pasar horas y horas describiendo cada cosa que le gustaba del pelipalmera. Kakarotto, Kakarotto, Kakarotto, ¿Acaso su mente no podía pensar en algo más qué no fuese él?
-Tienes razón, pero dudo que yo pueda lidiar con un carácter como el tuyo.
-No lo sabrás si no lo pruebas.
-Basta, Veg -pidió, y más allá de estar incómodo ante esa charla, se hallaba alegre, su humor había cambiado gracias a Vegeta.
-Deberías sentirte orgulloso de que te deje acortejarme, soy oferta limitada, muy difícil de obtener.
-Okay, okay, ya entendí. Estar contigo es un gran privilegio -comentó burlesco, mientras rodaba sus ojos.
-Que tu podrías tener si me conquistas, eh.
-Algún día lo intentaré -le sonrió-. Gracias por animarme, Vegeta. No sé cómo haces, pero logras hacerme olvidar los malos ratos con Majin. Ojalá él fuera más como tú.
-¿Ves? Hasta tú admites que lo pasas mejor conmigo. Está decido, a partir de ahora empieza el plan "Enamorar a Kakarotto".
-En definitiva te falta un tornillo, Veg. Sólo a ti se te ocurre bromear con algo como eso.
Oh, dulce, pequeño, tierno e inocente Kakarotto ¿Quién dijo qué Vegeta bromea sobre conquistarte?
-Sólo quería verte de buen humor.
-Y vaya que lo lograste.
-Supongo que mi trabajo de superhéroe ya concluyó, así que me marcho.
-¿Ya te vas? ¿Tan pronto?
-Aún no pongo el plan en marcha y ya esta dando resultados -rió, avergonzado una vez más al menor-. Aunque no quieras que me vaya debo hacerlo, mamá me mandó a comprar unos condimentos para el almuerzo de hoy.
-Oh, bueno... Supongo entonces que debe estarlos esperando desde hace rato, haz perdido algo de tiempo aquí.
-Antes de irme, quisiera preguntarte algo -dijo, mientras observaba la mirada curiosa del otro-. ¿Te gustaría ir mañana al zoológico conmigo?
-¿De verdad? -preguntó algo emocionado.
-Por supuesto, ¿Qué dices?
-Claro que sí.
-Perfecto, paso a las nueve por ti ¿Te parece?
-Sí, nos vemos mañana entonces -finalizó, sintiéndose más emocionado de lo que debería ante aquella invitación
---
Hoy era un nuevo día en la capital del oeste. Vegeta, como había prometido, pasó por el pelipalmera para ir rumbo al zoológico, en éstos momentos el mayor estaba en la casa de los Son, esperando al menor de ellos. Pues, como cosa rara, se había quedado dormido.
-Kakarotto ya debe estar por bajar, Vegeta -habló la señora de cabellos cortos-. Cuando lo fui a ver estaba terminando de alistarse.
-Gracias, señora Gine.
-Espero que no tarde mucho, -dijo, la mujer-. Se les hará más tarde, el zoológico está lejos y el tráfico se pone pesado.
-No hay problema por eso. Papá me prestó el auto.
-Oh -dijo mientras se dirigía a uno de los estantes de la cocina-. Bueno en ese caso que Kakarotto coma en el camino. Que tus padres te presten el auto significa mucho ¿no?
-A diferencia de Majin, mis padres confían en mí -sonrió, arrogante, ante sus propias palabras, aún sabiendo las consecuencias de las mismas.
No le importaba ni lo más mínimo dejar a su hermano mal frente a los padres del pelipalmera, es decir; él quería al menor consigo, e iba a hacer hasta lo imposible por conseguirlo, y que mejores oportunidades que éstas, le favorecía muchísimo el hecho de que Majin no fuese aceptado, sólo debía voltear las cosas a su favor y listo.
Si tenía que jugar sucio con tal de obtener el corazón de Kakarotto, lo haría.
-Hasta un desconocido ganaría la confianza de tus padres antes que tu hermano. Es un bueno para nada -comentó, en tono molesto, guardando el desayuno de su hijo en un recipiente. Al segundo cayó en cuenta de lo que había dicho y suspiró- Disculpa que me haya expresado de esa forma, Vegeta -pidió, arrepentida-. Es sólo que Majin- él es muy- Solo lastima a Kakarotto y no puedo tolerar eso. Su padre y yo queremos lo mejor para él, y tu hermano no es una opción.
-No lo lamente, al contrario, disculpen a mis padres por el hijo que criaron. Ambos tienen toda la razón, mi hermano es un bueno para nada. Yo opino igual a usted, Kakarotto merece a alguien mejor -Un "Yo, por ejemplo" quiso salir de los labios del mayor, pero optó por callar.
-Desde que tiene esa relación a cambiado para mal, la mayor parte del tiempo está deprimido, es raro verlo de buen humor. Mi hijo y yo teníamos una confianza muy buena Vegeta, me contaba hasta lo más insignificante, no había secretos entre nosotros, ya no nos cuenta nada, la mayor parte del tiempo discutimos y solo dice que no meta, porque sus problemas no me incumben -expresó, dolida-. Pero ayer, ayer fue una excepción, a pesar de levantarse deshecho porque Majin canceló su salida, al regresar de la dulcería llegó más animado. Me comentó lo que pasó. Gracias por eso, Vegeta.
-No fue nada.
-Para ti tal vez no lo sea, pero para mi significa mucho, soy su madre, me preocupo por él, no te imaginas lo que me duele verlo llorar por alguien que no lo valora -dijo, sabiendo que no era la única que pensaba así.
Ella era consciente de los sentimientos de Vegeta por su hijo menor. El peliflama podía negarlo y ocultarlo cuanto deseara, pero las acciones hablaban por si solas.
Es por eso que le emocionaba tanto que su hijo saliera con el mayor. Bardock y Gine amaban mucho a sus hijos, y siempre trataban de aconsejarlos, dejaban que cometieran sus errores, para que asumieran sus responsabilidades y consecuencias, los apoyaban en sus decisiones y los enseñaban a lidiar con distintas situaciones.
Pero parecía que todos esos esfuerzos fueron en vano.
Desde que el pelipalmera había iniciado la relación con Majin, ambos mostraron su desacuerdo, y Kakarotto había empezado a volverse un rebelde. No mentía cuando decían que solo discutían, apenas lograban entablar una conversación cuando antes era algo normal, a veces ni cruzaban tres palabras cuando ya Kakarotto estaba yéndose molesto a su habitación, por no estar de acuerdo ante las palabras de sus padres, el pelipalmera hacia lo imposible por alejarse de los mayores, e inclusive llegó a mentir.
Kakarotto, les había llegado a mentir, y eso simplemente les dolió, todos los años de confianza y comunicación, se habían destruido cuando Majin llegó a la vida de su hijo. Era un Kakarotto completamente desconocido, y aún así ellos velaban por su pequeño, y esperaban el momento en que esa relación acabara, si no la finalizaba Majin ó Kakarotto, entonces Vegeta era el indicado para eso.
-Temo por él, Kakarotto se deja influenciar demasiado, tengo miedo de que Majin- Todos los días le pido a Kami-sama que lo mantenga a salvo, no puedo imaginar a mi hijo cayendo en un pozo del cual no pueda salir. La hija de una de mis amigas murió a manos de su novio. Bardock en ocasiones dice que exagero al pensar algo como eso, pero no lo hago, solo basta con ver el comportamiento de tu hermano para saber que estoy en lo correcto, él lo controla, mi hijo le tiene miedo, lo he visto en sus ojos, como lo mira cuando sabe que ha hecho algo que a Majin no le gusta ¡No puedes tenerle miedo a alguien que supuestamente te ama! Hace días vi un hematoma en su brazo, él no me dice nada, pero estoy segura de que fue ese bastardo, Bardock no sabe aún- ¿qué pasa si Kakarotto no reacciona? ¿Si no le llega a poner un fin a esto? Muchos sabían que a esa chica su novio la maltrataba, y no hicieron nada ¡nada! Se quedaron de brazos cruzados hasta que él la mató a golpes, entonces ahí si decidieron hacer algo, cuando ya no podían remediar el daño. He visto y escuchado tantas cosas. No podría soportar que algo así le pase a mi bebé.
-Señora Gine, le prometo que Kakarotto va a estar bien, no será uno más de esas víctimas.
-Sólo quiero verlo bien, es todo -quitó algunas lágrimas que habían corrido por sus mejillas.
-Y lo estará -le aseguró-. Yo- yo lo- yo lo cuidaré hasta donde él me permita hacerlo.
-Por favor hazlo -suplicó-. eres cercano a él, aconsejalo, enséñale lo que es bueno y malo en una relación. Hay probabilidad que escuche lo que dices porque eres su amigo.
-No se preocupe por eso, déjelo todo en mis manos, cuando menos se lo espere, ya Kakarotto no estará con Majin.
-Te lo agradezco -finalizó la mujer, guardando algunas tazas dentro de una mochila. Vio la hora en el reloj de pared-. Lamento que Kakarotto sea tan impuntual, intento hacerlo más responsable con su vida, pero ese muchacho no tiene remedio.
Vegeta chasqueó la lengua-. Conozco a Kakarotto más de lo que se imagina, a éstas alturas me habría sorprendido más el hecho de que estuviera esperándome -ambos rieron.
-Jaja que gracioso. Sigan burlándose de mí -exclamó Kakarotto, llegando a donde se encontraba Gine y Vegeta.
-No nos burlamos de ti, cariño -dijo su madre, mientras le entregaba la mochila.
-¿Ah no? -preguntó de forma sarcástica, mientras tomaba el bolso- Porque a mí me pareció que sí lo hacían ¿Qué es esto? ¿Una conspiración en mi contra? -frunció el ceño.
-Sólo decíamos que debes ser más responsable en la vida -levantó el flequillo de su hijo, para depositarle un beso en la frente-. Tienes que estar más comprometido con las cosas que vas a hacer, por muy insignificante que sea. Siempre debes dar buena impresión.
-Siempre doy buena impresión.
-¿Quedarse dormido es una buena impresión? -preguntó alzando una ceja.
-Es culpa de la cama. Ella y yo tenemos una relación especial, nunca me quiere dejar ir.
-¿Qué clase de disparates estás diciendo, muchacho? -habló, indignada- No tienes remedio. Es mejor que se vayan ahora, o se les hará tarde, en éste bolso está tu desayuno para que comas en el camino, y dinero por si quieres comprar algo.
-Voy a desayunar aquí, tengo hambre, además iremos en autobús.
-Papá me prestó su auto -habló Vegeta, por primera vez desde que el Son había ingresado a la cocina.
Kakarotto lo observó sorprendido, para después devolver la mirada a su madre.
-¿Por qué a Vegeta le prestan el auto y a mí no?
-Porque la gente normal no se cree que está en una película donde un hombre conduce a máxima velocidad como si no hubiese un mañana. Váyanse ahora o se les hará más tarde, ya perdieron mucho tiempo.
El pelipalmera dio un suspiro, y salió de la cocina, siendo seguido por Vegeta, y un poco más atrás, iba una sonriente Gine, deseando desde lo más profundo, que esa salida fuese un éxito total dándole paso a muchas otras, y así su hijo viera que tenía a alguien frente a él que sí lo valoraba.
El camino hacia el zoológico fue largo, ambos jóvenes iban charlando animadamente, y el menor optó por encender la radio para ir más a gusto, y, por supuesto, una pequeña pelea salió al no estar de acuerdo con el género musical, cabe destacar que; el pelipalmera fue el ganador.
La música de aquella banda juvenil que tanto le fascinaba al Son menor sonaba a un volumen alto. El pelipalmera invitó al más viejo para cantar con él las canciones del grupo cuyo nombre ni se esforzó en recordar, sin embargo prefirió declinar aquella invitación, primero porque odiaba ese tipo de música, y segundo, no era de cantar, no le gustaba y su voz no se prestaba para eso.
A diferencia de él, Kakarotto cantaba a todo pulmón las letras que se sabía de memoria, sin importarle en lo más mínimo lo desafinado que se podía escuchar, pero a Ouji sin duda alguna le parecía divertido verlo así. Probablemente buscaría canciones de esa banda y las dejaría en su reproductor solo para que el menor las escuchara cuando ambos estuvieran dentro del auto.
Después de un largo viaje por fin habían llegado a su destino, la fila para comprar los boletos no era tan larga. Después de unos minutos, por fin estaban dentro del zoológico, el menor parecía un niño pequeño, fascinado por todos aquellos animales que se encontraban en el lugar. El mayor solo negaba al ver lo indeciso que era su acompañante al momento de elegir que animal ver, por ende; Vegeta fue quien decidió por donde empezar, no sin antes comprar un par de bebidas y golosinas para ambos.
-Antes de la llegada de los felinos que conocemos en la actualidad existió el Patriofelis, es un antepasado de los carnívoros -comenzó explicando el guía-. Aunque los primeros felinos aparecieron hace veinte millones de años. Todos ellos estaban equipados para matar, sobre todo los colmillos del Smilodon, un tigre con dientes de sable que apareció hace cinco millones de años, eran muy temibles. La mayoría de los felinos suelen ser cazadores solitarios que rastrean a sus presas en una zona delimitada. Sin embargo; en el caso del León, son las hembras quienes cazan en grupo. El macho se contenta con proteger el territorio, y ser el primero en comer.
-Yo debería ser un rey, y tener mi propio planeta para gobernar en él -habló, el peliflama.
-¿Para qué quieres ser un rey? -preguntó el de mirada inocente.
-Para que la gente haga todo lo que yo les ordeno sin chistar ¿qué no es obvio?
-¿Y por qué tu propio planeta?
-Para ser el único gobernante. El planeta Vegeta, sería un excelente lugar para vivir, las personas se clasificarán según su fuerza.
-¿Planeta Vegeta?
-Así se llamará el planeta -expresó, orgulloso.
-Es una pésima idea.
-Sólo estás celoso de que a ti no se te ocurriera primero.
-Si claro, estoy tan celoso -comentó, sarcástico-. Tú y tu planeta Vegeta no durarían ni una semana si esos son tus planes como rey.
-Tan poca fe tienes en mí, y yo que pensaba dejarte reinar junto a mi el planeta Vegeta.
-No, gracias -rechazó, mientras veía a la gente comenzar a dispersarse-. Genial, ya acabó la charla de ese hombre y no sé en qué terminó.
-¿Qué te parece si vemos a los monos?
-Ya que -El pelipalmera empezó a caminar siendo seguido por Vegeta.
-¿Haz hablado con mi hermano?
Kakarotto negó-. En la noche le envié otro mensaje, y sólo lo ignoró, algo típico de él, preferí no enviarle nada hoy, tampoco quiero que se enoje conmigo por ser algo intenso.
-¿Intenso? Apenas y le envías mensajes -Habló, esperando una respuesta del pelipalmera, pero como era de esperarse nunca llegó.
Y es que siempre se quedaba sin argumentos cuando se trataba de Majin.
-¿Por qué dejas que él te golpee? -preguntó, creyendo qué debió ser menos directo al ver como el menor detenía su andar y su rostro perdía color.
-¿Q-qué? ¿De dónde-? É-él no... No me ha golpeado -dijo, nervioso.
El pelipalmera sólo quería correr de aquel lugar, se supone que nadie tenía que saber ese pequeño secreto, ni siquiera sus mejores amigos, eso debía quedar entre él y su pareja ¿Cómo es qué Vegeta lo supo? Una parte de él quiso pensar que fue Majin quien se lo había contado a su hermano, pero otra parte pensaba que no fue así, y eso lo aterraba. No quería ni imaginar lo que Majin le diría cuando se volvieran a ver... ¿Y si era por eso qué lo estaba ignorando? De pronto sintió como su estómago quería devolver todo lo que había desayunado.
-Bebé, tranquilo -pidió, el peliflama, al ver al más joven como si estuviera a punto de sufrir un colapso.
-¿Có-cómo lo supiste? ¿Majin sabe qué tú estás enterado de esto? -lo miró, preocupado, luciendo aterrado ante la idea de una respuesta negativa.
Podía jurar por Kami-sama que si le decía que no, él lo mínimo que haría sería desmayarse, y rogarle a Emma-sama no despertarlo jamás.
-Él me lo dijo -Aquella frase fue un alivio para el menor.
Vegeta lo vio relajarse al instante y eso lo hacía enfurecer, ¿Qué tan controlado tenía su hermano al Son para que con una simple pregunta se sintiera de esa manera?
-¿Te sientes mejor? -interrogó después de unos minutos.
Kakarotto asintió-. La-lamento lo de hace un momento, Veg. No quería reaccionar así.
-No tenías por qué reaccionar así.
-Lo sé pero, nadie debe enterarse del golpe, y que tu lo supieras me asustó.
-Apuesto que Majin fue el de la gran idea de no hablar del golpe.
-Só-sólo fue u-una vez -admitió-. Me prometió que no va a volver a... a pasar, y yo le creo.
-Kakarotto, no deberías de fiarte de mi hermano -Porque claro, el de aquella promesa no había sido Majin.
-¿Por qué? Sé que él no es la mejor persona, pero-
-Deja de defenderlo, Kakarotto -lo interrumpió, fastidiado. Ya se sabía de memoria las excusas del menor, y le molestaba que fuera tan terco al querer creer en algo inexistente-. Él podrá ser tu novio, pero yo soy su hermano, tú no lo conoces más que yo.
-Pero yo lo quiero.
-¿Y eso es razón suficiente para qué te dejes pisotear de él? Ten más orgullo, Insecto.
-No quiero seguir hablando de esto. Se supone que hoy sería un día diferente, donde no tendría que pensar en Majin.
-Ni creas que olvidaré esta conversación que tenemos pendiente.
-No lo entiendo -dijo, confundido-. ¿Por qué insistes tanto en hablar de mi relación con tu hermano?
-Lo hago porque me preocupas -respondió, acercándose a él para después colocar un mechón de cabello detrás de su oreja.
El menor lo miró extrañado ante aquella acción, y más por las sensaciones agradables que se instalaron en su pecho al recibirlas. Su corazón latiendo a un ritmo más rápido de lo normal, el revoltijo en su estómago, el temblor de sus manos, las enormes ganas de querer abrazar a Vegeta y no soltarlo nunca.
¿Por qué su cuerpo reaccionaba de esa forma?
-¿Qué sucede, Kakarotto?
-N-no es nada -dijo, haciendo su mejor esfuerzo por ignorar las sensaciones-. Vegeta, agradezco tu consejo, pero no creo que debas entrometerte.
-Ya sé, me lo haz dicho muchas veces.
-¿Entonces por qué insistes?
-Porque sé la clase de persona que es Majin. Kakarotto, jamás me perdonaría sí te llega a hacer algo contra tú voluntad, o termine lastimandote mucho más -El pelipalmera sonrió enternecido ante las palabras de su cuñado-. ¿Te parece si continuamos nuestro recorrido? Aún falta mucho por ver y recuerda que estamos a hora y media de la capital del oeste.
-¡Claro!
---
-¿Saliste con Vegeta? -preguntó, sorprendido, su mejor amigo.
El pelipalmera asintió.
El trío de amigos se hallaban dentro de la habitación del azabache, este les había pedido que fueran a su casa, a pesar de que hablaban todo el tiempo por celular necesitaba verlos en persona, las vacaciones habían comenzado y eso les impedía verse en la escuela, y él los echaba de menos.
-Sí. Estuvo genial.
-¿Sólo genial?
-No lo sé, Krillin, estar con Vegeta fue una sensación extraña, es como sí ya hubiera estado con él. Cómo si ya hubiéramos estado juntos, pasaron muchas cosas y yo- Fue extraño ¿Entiendes?
-Yo opino que te gusta Vegeta -le codeó, el de cabellos azules, mostrandole una sonrisa picara.
-Tengo novio, Broly -le recordó.
-Eso no significa nada -intervino, el más bajo del trío-. Igual puedes enamorarte, por lo que me haz contado Majin y Vegeta son distintos. A todos nos gusta que nos traten bien, Goku. Majin a diferencia de Vegeta te trata mal, es normal que te sientas bien con alguien te trate como se debe.
-Krillin tiene razón -apoyó, el más alto de los tres-. Vegeta no es un mal chico por lo que nos haz contado. Además parece estar interesado en ti.
-¿Vegeta interesado en mí? No seas ridículo, Broly.
-¿Acaso crees qué lo estoy inventando? Es obvio que tiene un interés en ti.
-Sólo está siendo amable.
-No cualquier persona hace lo que Vegeta por simple "amabilidad" -habló, haciendo comillas en la última palabra.
-Broly dice la verdad, Goku. Cada vez que Majin te lastima Vegeta es el que se encarga de animarte, y eso es algo que no le corresponde hacer.
-Exacto, está bien que lo haga un par de veces porque se llega a sentir avergonzado o enfurecido por el comportamiento de su hermano, pero Kami, invierte su dinero, energía y tiempo en ti a cada rato.
-Ni nosotros llegamos a hacer lo que él hace para animarte.
-Porque ustedes son unos pésimos amigos.
-Sabes muy bien a que nos referimos, así que no te desvíes del tema.
-Sólo logran que me sienta más confundido.
-¿A qué te refieres? -interrogó, Krillin.
-¿Crees qué he pasado por alto las actitudes de Vegeta? Yo también pensé lo mismo durante un tiempo, pero lo dejé como un acto de ¿Amabilidad? ¿Empatía? No puedo definirlo exactamente, pero sé que su comportamiento llegó a llamar mi atención varias ocasiones.
-Sigo insistiendo en que le gustas -Dijo, el peliazul.
-¿Por qué no intentas averiguarlo? -sugirió el más bajo.
-Porque tengo cosas más importantes en que pensar.
-¿Cómo qué? -interrogó, esperando una respuesta que no llegó puesto que, el pelipalmera, había tomado su celular de la cama para revisarlo después de que la notificación de un mensaje entrante se hiciera presente.
El par de amigos lo observaron molestos al ver como le sonreía a la pantalla de su celular, y esa sonrisa sólo significaba una cosa: Majin.
Vieron como el Son, escribía rápidamente en el teclado de su celular para luego bloquearlo y guardarlo dentro del bolsillo de su pantalón.
-¿Por qué me miran así? -habló, mientras veía a Krillin negar.
-Nada importante.
-¿Qué tal si vamos a la plaza? Hay que aprovechar las vacaciones.
-De acuerdo -apoyó el peliazul, levantándose de la cama-. Pero invita algo de comer porque tengo hambre.
-Tú solo piensas en comer -regañó, Krillin, imitando la acción del otro y dirigiéndose a la puerta para abrirla y salir de la habitación.
-No es mi culpa tener hambre todo el tiempo -se quejó Broly, siguiendo al más pequeño.
Seguramente iban a armar otra de sus peleas absurdas, y antes de que Kakarotto interviniera en ella, su celular sonó de nuevo. Lo sacó del bolsillo y desbloqueó, leyendo el nuevo mensaje, sin ser consciente de la sonrisa que se apoderaba de su rostro mientras respondía nuevamente.
Los gritos algo exagerados de Broly lo sacaron de sus pensamientos, ya se imaginaba la pelea sin siquiera estar ahí, por última vez guardó el celular en su bolsillo antes de bajar por las escaleras.
Vegeta Ouji: Me preguntaba si querías ir conmigo a comer un helado ¿te parece? Puedo pasar por ti dentro de una hora.
Kakarotto: Hoy no puedo, voy a salir con unos amigos
Kakarotto: Pero podemos vernos mañana si gustas.
Vegeta Ouji: Perfecto, pasaré por ti después del almorzar ¿o quieres qué te recoja más tarde?
Kakarotto: Después del almuerzo está bien. Nos vemos mañana, Veg :D
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