Capítulo Veintisiete

Era miércoles. ¡Por fin!.

Hoy saldría con Karol a comprar las cosas para su bebé, estaba muy emocionada, quedamos en comprar algunas hoy y el domingo las demás, ya que obviamente, eran demasiadas. ¡Hoy también diría el sexo!.

Ya había terminado mi turno en el café, tampoco había podido hablar con Liam cuando llegué, ya que estaba dormido y no quería despertarlo.

Me probé algunos vestidos y al final me decidí por uno color rosa que me llegaba a la mitad del muslo, con perlas que adornaban su parte superior.

Me maquillé al natural, que no se viera demasiado, cosa que también me quedó hermosa. Calzaba unos tacones rosas y tenía mi cabello agarrado en una coleta.

"Antes muerta que sencilla".

Esperé un rato jugando tetris en mi móvil, no sé porque mierda estaba instalado eso en mi celular, pero así pasé algunos minutos esperando a mi mejor amiga. Escuché un pitido fuera del edificio y asomé mi cabeza por el balcón.

—¡Ya voy! —grité desde arriba, tomé mi bolso y salí.

Bajé rápido por el ascensor, golpeando los botones para que funcionaran, cuando salí del edificio me despedí de Jessica y corrí hasta el auto que estaba esperándome.

—¡Perra! —gritó la pelinegra bajando del auto, cuando me acerqué intentó abrazarme.

—Correte, el bebé no me deja abrazarte —dije, ella tomó un suspiro antes de soltar la sopa.

La bebé, querrás decir —me tapé la boca con ambas manos. ¡Una hermosa niña!.

—¡Lo sabía! —mentí. Ella me miró con los ojos entrecerrados, yo reí antes de pegarle con mi dedo en su frente.

—Bueno, la bebé también quiere un abrazo —acarició su barriga, me agaché para besar su tripita super notable.

—Hola princesita, la tía Alanna va a escogerte unos vestiditos hermosos, es que tu mamá no tiene buen gusto para la ropa —bromee, observé como en un segundo se le quitó la sonrisa de la cara.

—Yo si tengo gusto para la ropa —hizo un puchero acariciando su panza, rodé los ojos divertida.

—Si, supongamos que si —finalicé, ella me pegó con la palma de su mano en la cabeza.

—¿Pueden apresurarse, chicas? —me sobresalté al escuchar la voz de Connor desde dentro del auto, me agaché un poco para visualizarlo en el asiento del piloto.

Casi me da un infarto.

—¿No íbamos a ir nosotras dos solas? —indagué abriendo la puerta para subirme en el asiento de atrás.

—Es que se me pegó, parece chicle, siempre quiere ir donde yo voy —explicó abriendo la puerta a mi lado.

—Hey, sigo aquí. Lo digo por si no lo notas —bromeó él, nosotras reímos.

Karol se subió al auto cerrando la puerta a su lado, le puse la mano en la tripa. Connor encendió el auto y comenzó a conducir.

—¿Como están las cosas con Liam? —preguntó mi mejor amiga, curiosa, yo suspiré antes de hablar.

—Pues, no lo sé, mas o menos.

—¿Se han peliado?.

—Volvió a ver a su ex, me enojé, no he querido hablar de eso con él y tampoco he tenido tiempo —me encogí de hombros restándole importancia al tema, no me iba a dañar la noche pensando en si Liam me engañó o no.

—Pero... ¿Hicieron "algo"? —hizo comillas aéreas.

Un bache de la carretera hizo saltar el auto, Karol se quejó un poco sosteniendo su estómago.

—¡Ten mas cuidado, animal! ¿No ves que estoy preñada? —lo miró mal.

—Lo siento, nena. Seré mas cuidadoso —respondió.

Hubo un silencio raro por unos segundos, que fue reemplazado por la mirada curiosa que me dedicaba mi mejor amiga, decidí continuar.

—No lo sé, no creo que él sea capaz de hacerme algo así, quiero confiar en él, pero la manera en la que me estuvo ocultando eso por días no me gustó para nada —ella sonrió maliciosamente.

—¿Y si descubrimos donde vive la perra esa y le tiramos papel higiénico con huevos a su casa como en las películas?. Siempre he querido hacer eso —reí, ella y sus locas ideas.

—No seas tonta, no iré a darle importancia para que luego diga que me dolió.

—Bueno, pues si... —se detuvo un momento sosteniendo su barbilla como si estuviera pensando. —¡Entonces obligalo a que...

—Lo que yo creo que debes hacer es no presionarlo tanto, él te contará todo cuando esté listo, y si te quiere, no te engañará, tenlo por seguro —interrumpió Connor, yo recordé las palabras de Martina.

¿Tendría que darle espacio?.

—Ya, mejor no hablemos de eso. ¿Cómo te está llendo en tu trabajo? —me cuestionó Karolina, yo la tenía al pendiente de casi todo por el móvil.

—Bien, es un trabajo un poco pesado pero ya me acostúmbraré.

—Oh, está bien. Yo gracias a este —señaló a su novio —no tengo que trabajar.

Reí sonoramente cuando Connor bufó.

—¿Para cuando el plazo de la bebé? —pregunté dejando de reír, ella miró su panza sonriendo.

—Dijo el doctor que podría nacer para finales de diciembre o principios de enero —explicó aún con una sonrisa.

—Va a parecerse a su tía —hablé con orgullo, Karol negó sonriendo, Connor soltó una sonora carcajada.

—Espero que no —bromeó, lo fulminé con la mirada, mas no sirvió de nada porque me estaba dando la espalda.

—En mi opinión sería hermosísima y muy responsable —hablé mirándolo con superioridad.

—Si Alanna, lo que digas —sacudió su mano restándole importancia y estacionó el carro, él fue el primero en salir.

Dio una vuelta alrededor del auto hasta llegar a la puerta donde estaba su quería mujer, la abrió.

—Con cuidado —murmuró sosteniendo su brazo para ayudarla a salir, yo hice una mueca.

Awwww muero de dulzura.

Morimos, literalmente.

Salí del auto mirando el enorme cartel de la tienda en la que nos encontrábamos.

"Mundo Bebé".

—Lleva tú esto —Le entregó un bolso a su novio y empezó a caminar hacia el almacén. Yo la seguí y también me integré en el.

Resumen. Había de todo en esa tienda, desde coches y pañaleras, hasta ropa materna y toallas de baño para bebé. Era todo muy pequeño.

Ella agarró un carrito de compras, recuerdo que cuando iba de compras con papá, él solía llevarme en la parrilla que traía aquel carrito, caminé al lado de ellos y empecé a mirar a mi alrededor las diferentes prendas para niña, todo era hermoso.

Escogí uno que otro vestido, también algunas medias y accesorios para el cabello.

—Mira esto. ¿Qué te parece?  —dijo Karol mostrándome un par de aretes de oro blanco.

—¡Le quedarían hermosos! —chillé, ella rió asintiendo con la cabeza.

Connor solo miraba todo lo que metiamos en el carrito, haciendo cuentas de cada producto para tener todo el dinero a la hora de pagar, me hacía acordar a mi madre cuando le pedía que me comprara algún dulce, primero contaba todo para ver si alcanzaba.

—Deja de hacer cuentas, Karol pensará que tiene un novio pobre —me burlé de él, me miró mal.

—Cállate piernas de gacela —bromeó, yo me miré a mi misma.

—Yo tengo buen cuerpo —me defendí.

—Liam se está muriendo de hambre con tan poca carne —se burló, yo le golpee el brazo siguiendo a Karol.

Me quedé callada un momento mientras observaba a Karol elegir mas cosas encantada por comprar.

—Listo, el resto lo compramos el domingo cuando llegue la otra quincena —habló Karolina, yo solté un suspiro.

Por el Dios de las Bragas. ¿Cuando había llegado la noche?.

Fuimos a la caja registradora y la empleada que atiende el lugar le sonrió coquetamente a Connor.

—Hola. Puedes poner tus cosas aquí —le dijo señalandole la máquina de compras. Dirigí mi mirada hacia Karol que estaba que mataba a la mujer con la mirada.

Connor asintió incómodo y empezó a poner las cosas en la barra, luego ella empezó a registrar.

—¿Va a nacer tu hermanito...—preguntó la mujer en un tono que no me gustó para nada, sin dejar de hacer su trabajo. —...O tú sobrino?

—Si —respondió el novio de mi mejor amiga, yo abrí la boca observándola girar la cara para mirar a otro lado.

Es un fucking puto.

—Que bien, si quieres me das tu número y quizás hasta recreamos el proceso de tu hermanita —le guiñó un ojo, miré la cara de Karol a punto de estallar, si fuese yo ya estuviera pegándole a esa vieja contra la vitrina, le agarré la mano a mi amiga para tranquilizarla.

—Hazme un descuento y tal vez considere dártelo, preciosa —dijo aquel con una sonrisa coqueta.

Ya se donde está su truco.

—Está bien guapo, te haré un descuento de un 30% como máximo, escríbeme tu número aquí —le tendió una hoja con un lápiz, él empezó a anotar algo en ella.

Cuando pagamos, él recibió las bolsas para salir de la tienda, la chica nos miró con superioridad y preferimos no decir nada, cuando entramos al auto seguíamos sin inmutar una palabra.

Connor encendió el auto antes de empezar a conducir.

—¿Qué fue eso? —preguntó Karolina, Connor estalló en una carcajada sonora, que se notaba y estaba conteniendo.

—Sabía que me saldrías con eso, tranquila cariño, solo quería el descuento, se llama estrategia —murmuró orgulloso de sí mismo.

—Este mes yo tendré tu móvil, todo el mes —ordenó ella, el rubio rió de nuevo.

—Nisiquiera le dí mi número —se encogió de hombros.

—Pues de todos modos lo tendré para estar segura.

—No seas tóxica, luego no digas que he traumado a Alanna...

La chica a mi lado se sonrojó, yo tardé unos segundos mas en darme cuenta de la situación.

Puse mala cara.

—¿Quieren comer algo? —preguntó el novio de mi amiga al volante, a ambas se nos iluminaron los ojos.

—¡Si! —dijimos al unísono.

—Bien, vamos a comer algo —concluyó.

—¿Ves como no me equivoqué de novio? —habló.

—No seas presumida, Karolina.

—Y tú no me llames por mi nombre completo, Yisel...

—¿Yisel? Pff... —se burló Connor, yo abrí los ojos como platos.

—¡Ahora lo sabe! —entré en pánico —Y con lo maldito que es, me empezará a decir así.

—Es un nombre bonito —intentó consolarme mi mejor amiga.

—Claro que no lo es.

—Si lo es, Lana.

—No y punto final.

—Dejen de hablar que ya hemos llegado, Yisel —Ya empezamos...

Bufé molesta, mi amiga reprimió una risa.

Abrí la puerta a mi lado, estaba molesta hasta que el olor de los tacos me hicieron una sonrisa en el rostro. Había una fila corta en el puesto, algo que nos encantara a Karol y a mí, eran los puestos callejeros.

¡Había comida mucho mas rica que en los restaurantes caros!.

—Pidan los que quieran —habló. —Pero no te excedas, Yisel...

Hijo de puta.

Pedimos de a dos cada uno, yo me los atraganté como pude, Karol comía en silencio tratando de saborear bien la comida que pasaba casi entera.

—¡Está muy rico! Quiero otro... —murmuró, Connor salió del coche llendo a la fila.

—No se si me cae mal o bien —me metí el último trozo en la boca.

—Yo tampoco —bromeó.

Le dí un beso a su panza, ella sonrió.

—Cuando estés embarazada también seré la mejor tía...

—¿What? ¿Escuse me? ¿Qué te hace pensar que voy a tener hijos? —y es cierto, no lo pensaba y no lo quería.

—Pues me imagino que mantienes cogiendo con tu novio así que...

—¡Utilizo las pastillas! —me exasperé.

—No te alteres, solo decía. Además no son cien por ciento seguras...

—Pues ni lo digas, que no va a pasar.

—Eso decía yo y mírame —se pasó la mano por su vientre.

—Toma cariño —le tendió el otro taco por la ventana, también me tendió uno a mí —y para Yisel...

Lo fulminé con la mirada haciéndolo reír.

—Yo que pensaba que eras mas serio que esto —lo señalé.

—No hablemos de seriedad que no te llevas ni el último puesto —se rió de nuevo.

—Ya llévame a casa.

—¿Se enojó? —preguntó Karol con un puchero, Connor rió al ver que su novia le ayudaba.

—El domingo vente sin el chicle —bromee, Connor encendió el auto.

—Tienes razón, mejor te llevo a tu casa.

Me reí sonoramente la mitad del camino, donde lo estuve molestando. Al final, me dejaron al frente del edificio donde vivía.

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