Capítulo Siete
¿Han escuchado el dicho de "Si no corres te atrapan"...?.
Eso no es un dicho.
Ya lo creo que si.
Claro que no.
Si, bueno, en fin, ahora mismo Karol y yo estábamos corriendo con el celular en la mano.
¿La razón?.
Habíamos grabado a la profesora Zulima haciendo del baño y ahora estábamos huyendo por nuestras vidas, ya se que no es lo más gracioso ni tétrico en el mundo, pero teníamos que hacer algo interesante en la vida o moriríamos de aburrimiento.
—Entra ahí. —Inquirió mi mejor amiga empujandome al cuarto del conserje. Ella se encargó de cerrar la puerta mientras regularizabamos nuestras respiraciones agitadas.
—Eso fue tan cool. —Susurré entre jadeos.
—¡Muestra el video!. —Chilló aplaudiendo como una foca retrasada, yo lo pusé y nos limitamos a ver las dos.
En la pantalla se vio a Zulima, haciendo fuerza para sacar todos los demonios que tenía adentro, Karol y yo reímos en todo momento, hasta que un olor horrible a podrido se hizo presente en mi nariz.
—¡TE ECHASTE UN PEDO!. —Chillé abriendo la puerta de un solo tirón para desintoxicar mi pobre alma.
—¡FUISTE TÚ!. —Gritó señalandome, pero conocía tanto a Karol, la miré seria y como lo esperaba se echó a reír.
—Rayos Karolina, ¿qué comiste?. —Exclamé tapando mi nariz.
—Pues verás Yisel, comí pollo frito con frijoles, ramen y pastas con crema.
—¿Qué?.
—¡Tenía hambre, ¿vale?!.
—Viste a Zulima cagar y te dieron ganas de echarte un pedo, cochina. —Me burlé.
—¿Qué hacemos con el video?. —Preguntó intentando cambiar de tema
—Mira en los calzones a ver si no te cagaste. —Me burlé de nuevo
—Superalo. —Rodó los ojos. —¿Que hacemos con ese video?
—Tenerlo en el celular, no voy a publicarlo, ya sabes... —Dije las últimas palabras un poco más tristes de lo que hubiese querido.
—Relájate Yisel.
—Deja de llamarme así.
—A mi me gusta, Yisel, la de la película de "Encantada", tú eres la princesa que sale de la alcantarilla. —Habló empezando a caminar, yo la seguí.
—Odio ese nombre y esa película. —Rodé los ojos molesta.
—A mi me gusta.
—A mi no, ni siquiera sale con mi nombre, Alanna Yisel, pff, mi mamá se drogó el día en que me registró.
—Bueno, tu mamá es muy sana así que no digas que...
—Es un decir, estúpida.
—Ya sabía, idiota.
—¿Qué dirá el profesor Rupert de que llevamos más de media hora "en el baño". —Hice comillas aéreas, ella se encogió de hombros restándole importancia.
—Creo que ya nos pusieron por fuga, así que ya qué. —Aclaró. —Bueno, ahora si cuéntame, ¿qué te traes con el chico del reto?.
—Pues... Nada, solo polvos y ya. —Murmuré un poco nerviosa.
Porque sabes que no es cierto.
¿Qué?, claro que es cierto.
—Ajá.
—Te... Mmm, ¿te lo prometo?.
—Alanna, dime la verdad, soy tu mejor amiga, se supone que no debemos ocultarnos nada. —Murmuró caminando de espaldas para verme a la cara.
—Eso digo yo, si somos tan mejores amigas, ¿Qué es lo que tienes con Connor?.
—Connor, ¿Connor Walston?.
—Así es. —Afirmé.
—Solo es un polvo. —Hizo un ademán con su mano de restarle importancia.
—Si, ajá, como los que yo tengo con Liam. —Dije sin pensar.
¿Qué tenía yo con Liam?
Polvos, solo polvos, nada romántico.
—¿Estas admitiendo que estás enamorada, Yisel?. —Dijo levantando y bajando las cejas, yo reí como una cabra con sida.
¿Una cabra con sida?.
—Claro que no, yo no estoy enamorada de nadie, pero al parecer tú... —Trate de decir, pero ella me interrumpió cuando se tapó la boca.
—Espera... —Susurró antes de empezar a correr como una loca, yo la seguí rápidamente hasta llegar al camino que daba al baño, la observé entrar a uno de ellos, escuchaba como daba arcadas y pum...
Allí ella vómito, todo, absolutamente todo lo que se llama comida.
—Que asco Karol, y en el instituto, ¿no podías esperar a llegar a casa?. —Bromee.
—Cállate Alanna Yi... —Pero fue interrumpida por otra arcada más.
Que bonito.
Al menos no terminó de decir mi segundo nombre.
Al terminar de vaciar todo lo que tenía adentro se lavó la boca y me miró perpleja por unos momentos.
—¿Qué?. —Preguntó. —Yo no hice nada, juro que me tomé las pastas, no estoy embarazada y la prueba que me hice dió negativo, así que no puedo estar embarazada por que no y ya. —habló rápidamente a lo que yo la miré con el ceño fruncido.
Me quedé mirándola con cara de confusión total, yo no estaba pensando en nada sobre eso, por el contrario ella si, y eso me hacía dudar. Me crucé de brazos, planeando empezar mi discurso :
—Karol... —intenté hablar.
—¡AHHHHHHHHHHH!. —Chilló. —¡No me crees! ¡Lo sabía, lo sabía!. —Y luego de eso corrió de nuevo.
Dios mío.
Me dirigí al salón, con el fin de "estudiar" las últimas horas que faltaban.
Mi instituto consta de tres jornadas, una en la mañana, que es donde desgraciadamente estoy yo, otra en la tarde y la última, en la noche, que son los cursos para los que ya salieron de la secundaria y quieren hacer algo que les aproveche.
Cuando llegué divisé a la profesora Zulima hablando con el profesor Rupert en la puerta del salón.
Oh oh, la princesa Yisel está en problemas.
Cállate, ahora no empieces tú también, hija de puta.
Si soy.
La profe es una anciana, tiene más o menos unos sesenta años, pero menos no le pongo, el profesor no se puede ni ver, literalmente, es de nacionalidad afro y es calvo, calvísimo.
—Hola... —Hablé intentando pasar por su lado, pero el brazo del profesor me detuvo, tomándome del cuello de la camiseta.
—Alanna Yisel Juliens. —Dijo mi nombre lentamente, ya sabía yo que grabarla daría problemas.
—¡Oh, vamos! ¿Usted también?. —Choqué las palmas de mis manos con mis muslos molesta, me quedé parada cruzada de brazos.
—Karolina Smith, al frente. —Gritó ignorando mi pequeño show, mi mejor amiga se levantó de su sitio, ni la había visto en el salón.
—¿Si?. —Preguntó poniendo mirada de cachorro.
—¿Alanna ha grabado a la profesora en el baño?. —Preguntó directamente.
—No, fui yo. —Confesó.
—¡Mentirosa!. —Exclamé. —Fui yo profe, póngame negativo a mi.
—¡No le crea profe, yo grabé a Zulima!. —Insistió ella.
—¡Que fui yo!.
—¡Que yo!.
—¡Que yo!.
—¡Cállate Yisel que fui yo!.
—¡Que yo!.
—¡Que yo!.
—¡Que yo!.
—¡Que yo!.
—¡SILENCIO!. —Gritó el viejo alarmando a todos los del salón, yo reprimí una carcajada. —Para las dos abra castigo, no se peleen, hay suficiente para ambas.
Clavo maldito.
Tienes razón, viejo calvo maldito.
—Sus celulares, por favor, se los mostraré a sus madres cuando asistan mañana a la reunión.
Rayos.
Si Cheryl, nos jodimos.
—Ahora, las dos esperen afuera hasta que cambie la clase. —Sugirió, yo asentí con la cabeza disgustada, Karol salió con los brazos cruzados.
—Bueno, no es tan malo. —Dijo pero no tardó en callarse al ver mi mirada asesina.
—Es peor que malo Karol, pero como dices tú, ya que. —Me encogí de hombros sabiendo lo que me esperaba.
—Le diría a mi mamá que respondiera por ti, pero sabes que ella y tu mamá...
—Si, no tienes que decirlo.
—Supongo que nos van a partir el culo, y no es de la manera que nos gusta. —Dijo a modo de broma.
—Si Lila hubiese estado cerca, no hubiera dudado en echarle la culpa. —Solté y era cierto, si Lila hubiese estado cerca probablemente la hubiese culpado.
Aunque en realidad ella no ocupa ni un papel secundario en mi vida, la veo solo en las clases de Lengua y esas clases solo son dos veces a la semana.
Me senté en el muro del segundo piso, que era donde me encontraba, Karol miraba a un lugar en el suelo, pensativa, daría un millón de pesos por saber que estará pensando.
Aunque seamos muy unidas, no puedo leer sus pensamientos, yo soy una persona fácil de leer, pero ella, ella solo puede mostrarse así cuando está bajo presión.
—¿Karolina?.
—¿Qué pasa Lana?.
—¿Qué fue la reacción en el baño?. —Pregunté, noté como ella apretó sus labios y tensó su mandíbula.
—Nada, solo bromeaba.
No me lo creo del todo.
Yo tampoco, Cheryl.
—Ok. —Finalicé.
—Liam no parece mal chico. —Agregó ella. —Es más, creo que le gustas.
—¿Y tú como sabes eso?.
—Por la forma en que te mira.
—Vamos Karol, estas tan distraída mirando a Connor que no te da tiempo de mirar a nadie más.
—¿Yo? —Dijo señalándose a si misma.
—Si, tú.
—¿Pero de que hablas, mujer? Si yo no miro a Connor.
—Si y yo no me acosté mas de dos veces con Liam. —Dicho ésto ella se quedó mirándome con los ojos muy abiertos.
Oh oh.
—¿Más de dos veces? Alanna, sabes cuáles eran las reglas de esto y...
—Ya sé, ya sé, ¿Pero que quieres que haga si me atrae demasiado? Es un amo del sexo, no puedo dejar que no me lo haga de nuevo, y solo a mi... —Susurré estas últimas pero ella alcanzó a escuchar.
—Lana, yo te amo, te aprecio y aunque quiera que te des otra oportunidad, no puedo permitirtelo.
—¿Oportunidad de qué?, yo no quiero nada con nadie, hace poco lo conozco. —Me encogí de hombros.
—Eso no dirás cuando lo veas un mes de seguido, no soportaría verte... Destruida, una vez más. —Aludió, me miró por unos momentos y en mi vida, había escuchado algo tan sincero.
Karolina Smith era más que mi amiga, ella me cuida, ella me hace sentir mejor, ella es todo para mí,
—Gracias Karolina del Norte. —Bromee. —Pero estoy bastante lastimada y mis sentimientos apagados, no creo que me enamore de alguien y mucho menos si lo conozco hace poco, igualmente no siento la capacidad de hacerlo ahora, ni luego y si es posible nunca, así que relájate, me lo seguiré tirando, por que me gusta como me folla, pero no será mas que eso.
—Te creo, pero de...
—¿De quién hablan?. —Giré mi vista encontrándome con la molesta de Lila.
—Sapa. —Murmuré.
—¿Es cierto que te estás tirando a Liam Coulds?.
—¿Y eso a ti que te importa?.
—No, no me importa, pero me han dicho que está tan bueno y tienen razón, supongo que era el tipo que estaba en la fiesta antes de ayer, así que solo pregunto por si no lo haz hecho, para hacerlo yo.
—Pues si, lo he hecho, es mío y por lo tanto se queda conmigo, está enamorado de mi y ya lo admitió, así que solo queda que intentes follartelo aunque dudo mucho que eso sea posible, por que no le paras la verga ni a un caballo.
¿Por qué tendría que pararsela...
Cállate, es mi momento.
—No sabía que las personas estuvieran marcadas.
—Pues Liam lo está, es mi juguete y no vas a quitármelo, cuando se me pase el capricho de tenerlo en mi cama, es todo tuyo.
—Está bien, muchas gracias, que te rinda. —Luego de eso pegó dos palmadas en mi hombro y se quedó parada a nuestro lado.
La clase del profesor Rupert acababa de terminar, entramos dispuestas a aprender lo que yo ya sabía, tendría que vivir unos días con el misterio de Karol, por que ella no está segura y no quiero presionarla.
✧—————————————✧
Ya habían pasado más de cinco horas desde que había salido, me desilusioné un poco porque Liam no estaba a la salida del instituto para recogerme en su carro.
Seguía un poco confundida con el tema de...
¿Qué era Liam para mí?.
Está claro que no quiero enamorarme, pero ¿y si lo hago? ¿Y si me rompe el corazón?.
Nahhh. Mi corazón está tan congelado que nadie puede romperlo.
Pero por el Dios de las Bragas... No puedo negar que podría romperlo estrellando su polla una y otra, y otra, y otra....
Ya entendimos Cheryl.
Cuando era niña solía decir que yo era una princesa, una princesa la cual merecía un príncipe azul, que la amara y respetara como hacía con nadie, pero Liam era un príncipe negro, podría amarme y respetarme, pero el deseo que surgía entre ambos hacía que todo eso quedara en el olvido, por que además de los sentimientos está el sexo, él me folla como si me fuera a partir y eso me encanta.
La princesa que era de niña ya no existe, cuando lo era no sabía del sexo, no sabía que las personas pueden ser más malvadas de lo que aparentan, por eso no confío en nadie que no sea Karolina, por que todos son unos hijos de puta buscando hacerme daño, y no se dan de cuenta de que no podrán, por que yo misma me hago daño todos los días.
No físico, pero si mental.
Levanté la vista de mi celular cuando escuché la puerta abrirse y como era de costumbre, mi mamá entrando con un tipo que ni al caso.
—¿Ya saliste?.
—Mamá, salgo a las doce, son las seis, ¿te crees que iba a dormir en el instituto o qué?.
—Bueno, estaremos en la habitación, ahora bajo a hacerles la cena.
Que asco.
—Está bien, supongo... —Dije al final, volví la vista a mi celular mirando varios tipos de vestidos.
Cuando mamá subió las escaleras, no tardó en escucharse la cama golpeando contra la pared.
Dios de las Bragas, que se me olvide todo lo que escuche esta n
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