Capitulo Seis
Nos miramos todos por un momento para luego reír, me acomodé el vestido ya que habíamos decidido sentarnos en el suelo para hacer más práctico el espacio.
—Yo nunca he escapado de casa. —Empezó Scott, Karol y yo rodamos los ojos antes de beber, Luke, Chris y Tobias también bebieron.
—Yo nunca he tenido sexo con más de dos personas en un solo día. —Anunció mi mejor amiga, yo bebí, Luke bebió, Chris lo pensó un momento mirando fijamente a Luke antes de darle un trago a su vaso.
Éstos dos se traen algo.
—Sigo yo. —Hablé. —Haber, yo nunca he follado pensando en otra persona.
Yo no bebí, pensar en otra persona son señales de que estás enamorado y yo no lo estaré nunca más.
—¿Podemos dejar de jugar? , ya no me siento cómodo. —Insistió Chris, más yo negué con la cabeza.
—Apenas estamos empezando, relájate. —Me callé cuando sentí una mano presionada en mi hombro, giré mi cabeza encontrándome con los ojos verdes de Connor.
Karol se quedó un rato mirándolo, señales de que me perdí algo.
—¿A que juegan?. —Interrogó sentándose en frente de mi.
—"Yo nunca he", luego podemos jugar otro, ¿Quieres...
—Si. —Me interrumpió desviando su mirada a Karolina que estaba sentada a mi lado.
Que cosas.
—¡Hola!. —No había notado cuando Lila se había acercado, frunci el ceño un poco molesta más sin embargo no dije nada.
—Lila, ¿Quieres... —Empezó Luke burlándose de ver mi cara de molestia.
—No, gracias, no me junto con gentuza. —Hizo un ademán de irse pero la giré tomando su hombro.
—Dilo otra vez. —Pedí, está idiota no se iba a atrever a decir eso en mí presencia.
—No me junto con...
Y pum, sus labios no dijeron otra palabra más, ¿la razón? Mi puño había terminado impactado contra su mejilla, estaba harta de esa hija de puta.
—¿Así que quieres pelear?. —Preguntó en un gruñido, yo negué con la cabeza sacudiendo mi mano, ella limpió su nariz que había comenzado a sangrar.
Cálmate Alanna.
—Estás borracha, vete a lamer culos. —Agregué, ella me miró con rencor por un momento pero al final solo truenó sus dedos y se retiró.
—Esperemos a que llegue Liam. —Habló Connor de imprevisto.
—¡No!. —Lo dije más brusco de lo que había pensado. —Digo, no, osea, no.
—Si, apuesto a que quiere jugar, él...
—¡A nadie le interesa!. —Dijeron los tres al unísono,
—Vale lo pillo. —Connor rodó los ojos para luego tomar un trago de su vaso.
—Hola chicos. —Una voz ronca detrás de mi me hizo estremecer por completo.
Me quedé estética en mi lugar respirando su loción, ya que me llegaba a las fosas nasales y....
Mmmm, que rico.
Se posó delante de mí, me quedé mirándolo por un momento, Dios, me ponía caliente de solo pensar en él, desnudo, todo para mí, se sentó al lado de Connor suspirando.
Traía una camisa básica blanca, con un dibujo de una calavera negra en el medio, sus jeans azules estaban decorados con una correa negra.
Mmm quiero que me ahorque con eso.
—¡Podemos seguir!. —Murmuró el rubio de ojos verdes.
—Quiero cambiar el juego. —Insistí.
—Pero... —Intentó hablar Tobias. —Yo ya tenía todas mis preguntas pensadas.
—¡A nadie le importa!. —Repitieron, Luke, Chris y Scott.
Yo reí levemente, Liam me miró a los ojos por un momento antes de tomar del trago que le ofreció Connor.
—Luego podemos jugar otro Lana, sigamos. —Masculló mi mejor amiga, yo tragué grueso antes de asentir.
Ojalá y no sean preguntas tan personales.
—Yo nunca he chupado un pene. —Soltó mi mejor amigo bebiendo.
—Que directo. —Ironizó Karol antes de beber.
Chris y Scott también tomaron, Connor, Liam y Tobias solo reían disimulando una mueca.
Yo nunca he chupado un pene.
Todos se quedaron mirándome por alguna razón, luego capté que es por que no había tomado.
—Alanna, ¿no vas a tomar?. —Las manos comenzaron a sudarme cuando negué con la cabeza, casi se les cae la mandíbula.
—Difícil de creer pero prosigamos. —Soltó Scott.
Connor reprimió una carcajada y Karol simplemente estaba relajada por que me conoce tanto.
—Di una Liam.
—Yo nunca he fingido una sonrisa cuando estoy destrozado por dentro. —Soltó.
Demonios... Que profundo.
Ellos se miraron por un momento, Liam tomó de su vaso mirándome fijamente, Karol también lo hizo, Luke y Chris.
¿Estaba destrozada por dentro?.
Podía engañar a todos, excepto a mí, y sabía cuál era la respuesta.
Dirigí el vaso a mis labios y bebí un poco.
—Yo nunca me he enamorado. —Añadió Tobias levantando su vaso.
Todos bebieron excepto yo.
No había estado enamorada, claro que no, era el término que había utilizado, si, pero ahora mismo que lo pienso lo que yo sentía era solo un gusto.
—Así que Alanna es la mejor rompe heart.
—Así es. —Bromee.
—Yo nunca he estado con una mujer. —Habló Chris.
Me tensé cuando noté a Luke tomar.
—Espera...¿Tuviste sexo con una mujer?. —pregunté.
—Si no lo hubiese probado no sabría que me gustan los hombres. —Se encogió de hombros.
—Bueno, yo quiero jugar 7 minutos en el paraíso.
—En mi caso serían 10 minutos en el paraíso. —Insistió Luke. —Pero solamente si la otra persona está de acuerdo, si adentro no quieren hacer nada no lo hacen y ya.
—Estoy de acuerdo. —Habló el idiota de Liam mirándome.
—¡Una botella vacía por favor!. —Gritó Luke al barman, aquel le tendió un recipiente de una gaseosa, lo pusieron en el piso.
—Al los que apunten los dos extremos, les toca.
—¿Se están divirtiendo?. —Preguntó una rubia.
—Apenas vamos a empezar.
—Entonces supongo que puedo jugar. —Susurró cerca de Luke.
—Si tesoro, pero soy gay, así que a mi ni me mires.
—¿Haz visto a Jou?. —Indagó Karol, Connor la miró unos minutos.
—Oh, si, esperen ya lo traigo.
Oh, Jou, Jou, Jou, quiero follarte.
Aunque tengo mas ganas de Liam que de Jou.
Esperamos unos momentos antes de que apareciera la rubia trayendo al chico de la mano, un alto de cabello negro y ojos grises.
Carajo, tiene un cuerpo musculoso.
—¿Tú eres la famosa Alanna?. —Preguntó sentándose a mi lado, la rubia en cambio se sentó al lado de Liam empezando a hablar sin parar de reír.
—Exacto. —Susurré más cerca de lo que debería.
—Espero que me toque contigo. —Rozó mis labios pero yo aparté la cara divertida.
—Yo también espero. —Mentí.
Luke giró la botella, dando inicio a la primera ronda, en la cual calló la rubia con Tobias, entraron al baño cerrando la puerta, adentro solo se escuchaba como caían las cosas.
—Parece que lo disfrutan. —Inquirió mi mejor amiga riendo, yo simplemente miraba a Liam divertida.
Jou no paraba de susurrarme lo que quería hacerme en el baño, más yo seguía sin mojarme, no es que no me pareciera sexy, solamente que estaba tan distraída en los ojos del tipo que tenía al frente que ni prestaba atención a las palabras del oji gris.
—¡Cinco!. —Gritamos todos al unísono dando inicio a la cuenta regresiva.
—¡Cuatro.
—¡Tres!.
—¡Dos!.
—¡Uno!.
—¡Se acabó el tiempo!.
Justo en ese momento salieron ambos hechos un desastre, la rubia tenía los botones de su blusa dañados y la falda torcida, Tobias solo yacía con el cabello revuelto y labial en su cara.
—Vaya chicos, que revolcón se dieron. —Se burló Scott.
—Sigamos.
La segunda ronda dió inicio, yo solté una sonora carcajada cuando apuntó a Luke y Karol.
—Ni loca. —Habló aquella.
—Ni borracho. —Continuó él.
—Ni pendeja.
—Pendeja estas.
—Estarás tú.
—Vamos Karolina, a echar chisme en el baño. —Mi mejor amigo le tendió la mano, ella sonrió antes de aceptarla, se encerraron y solo se escucharon murmullos.
¿De que estarán hablando?.
Pasados los diez minutos los dos salieron intactos, nl me imagino a esos teniendo sexo, sería demasiado extraño.
En la tercera ronda los afortunados fueron Chris y Scott.
Aquellos salieron como si no hubiesen hecho nada, la rubia que estaba frente a mi cambió de lugar con Jou, cosa que me tensó y sabía para que lo hizo.
Así habían más posibilidades de tocarle con Liam.
—Ahora que cambiaron de lugar, se pondrá divertido.
Giró la botella y como lo supuse, apuntó a la rubia y al chico de ojos azules oscuros.
Ella se levantó riendo y le ofreció su mano, el aceptó metiéndose en el baño con ella.
Calma, calma.
No son nada, no tienes por que alterarte.
Calma.
Repiquetee mis dedos en mis rodillas, Luke me miraba con una ceja enarcada mientras Karolina solo me miraba preocupada.
Pasados los diez minutos salieron de allí, casi rogué por que no hubiera pasado nada entre ellos, pero verlos con la ropa fuera del lugar me decepcionó.
Fue mas decepción de mi misma, por querer lo imposible, esta claro que para el también soy un polvo mas.
Giraron la botella mientras yo evadia su mirada, mi rostro se desencajó cuando me apuntó a mi y al chico que tenía en frente.
Me quedé en mi lugar, el solo se levantó esperándome en la puerta.
—¿Y si no quiero?. —Pregunté.
—Dios mio, ¿como no vas a querer?. —Habló la rubia mordiéndose los labios, Jou se río y al final me levanté entrando al baño.
Me senté en la tapa del sanitario y Liam quedó parado frente a mi.
—¿Empezamos o...?.
—¿Empezamos qué?. —Pregunté en un tono agresivo.
—Vale, lo siento.
—Dime algo Liam, ¿Crees que soy tu zorra?.
—¿Qué? ¡Claro que no!.
—¿Entonces?.
—¿Entonces qué?.
—¿Hiciste...? —Me callé de golpe.
¿Estaba a punto de preguntar eso?.
—Tú lo haz hecho. —Se encogió de hombros.
—Se supone que yo soy libre. —Me excusé.
—Yo también.
Tiene razón.
—Eres un raro.
—Y tú una pesada indecisa.
—¿Yo indecisa?.
Vale, tiene razón otra vez.
—No hice nada con Lex por si quieres saber. —Se cruzó de brazos.
—¿Enserio?.
—Solo le dije que moviera su ropa para que pensaran que si. —Explicó. —Yo no tengo ganas de nadie mas.
Su mano fue a dar en mi mejilla, cerré los ojos cuando sentí sus labios sobre los míos.
Por alguna razón me sentí aliviada, algo que no debería.
—¿Estabas celosa?.
—No, simplemente estaba preguntando por si nos tocaba, no quería que estuvieras conmigo habiendo estado con otra, las enfermedades...
—Ajá. —Me interrumpió con otro beso. —Mejor déjanos aprovechar los ocho minutos que quedan.
No tardó en ponerme en la encimera y bajar mis Bragas por debajo del vestido, bajó la pretina de su pantalón liberando el enorme miembro con las venas marcadas.
—Así que estás duro.
—Más duro que pan viejo. —Bromeó.
—Idiota. —Reí.
Las bromas y risas fueron cambiadas por gemidos y jadeos de parte de ambos, me movía fuertemente contra mi, magreando mis senos por encima de la tela antes de sacarlos por arriba.
Me sacudía toda, joder.
—Si... —Enterré mis dedos en sus hombros mientras me comía su boca.
Solo me metía la mitad de su miembro y ya me tenía gimiendo como una perra en celo.
Pasados los diez minutos salimos apresurados.
—Odio que hablen cuando interrumpo. —Suspiró Luke.
—¿No es odio que interrumpan cuando hablo?. —Se burló Karol.
—¿Y la música?. —Pregunté disimulando mi cara de recién follada.
—Se acabó la fiesta, Jou avisó que hubo un imprevisto con sus padres y se van a devolver, así que las sirvientas están limpiando.
Señaló a las chicas que recogían todo del suelo a un tiempo récord.
—Establos esperando a que terminarán de follar. —Sonrió como un angelito señalandonos, Chris, Tobias, Scott y la rubia Lex ya se habían ido.
—Bueno, me tengo que ir, mi mamá sale del turno a las cuatro así que todavía tengo una hora para llegar a casa.
—¿Te llevo?. —Preguntó Luke, yo negué con la cabeza.
—Vine con Karol.
—Karolina siempre me roba tu atención. —Hizo un puchero, Connor y Liam rieron.
—Nosotros nos vamos. —Informó el rubio.
—Está bien. —Habló Karol.
Liam y Connor salieron empujandose el uno al otro como si fueran niños pequeños.
—Bueno Diosa, vamos las acompaño hasta el auto, tengo sueño. —Luego de decir eso bostezó.
Karol y yo asentimos saliendo de la mansión.
—Yo te llamo cuando haya otra fiesta. —Anunció el gay hermoso mirando a mi mejor amiga.
—¿Cambiaste de número?. —Pregunté subiendo al auto.
—Dile a Karol que te lo dé. —Bostezó de nuevo antes de cerrar la puerta a mi lado.
Fruncí el ceño cuando mi mejor amiga empezó a conducir, yo no paré de mirar si se subía a su auto pero no lo hizo.
—¡Karol, Espera!.—Susurré, ella paró un momento.
—¡¿Qué?!.
—Mira. —Apunté por la ventana como Luke volvía a entrar en la mansión mirando hacia ambos lados.
—No me digas que...
—Si, Jou es gay.
—¿Quién tiene preguntas sobre el tema? —Murmuró la profesora Dora la exploradora, estaba en clase de español mientras mis ojos están por cerrarse, era extremadamente aburrido ésto cuando ya sabias bien el idioma.
—No. —Rodé los ojos.
—Juliens. —Llamó mi atención. —Nos podría decir, ¿Se sentiría cómoda en un mundo sin hombres. —Escuchaba a todos a punto de estallar en risas, probablemente creían qué no viviría sin sexo.
—¿Acaso está es la clase de Ética y no me di cuenta?.
—Solo responda.
—Si, no los extrañaría para nada. —Mascullé dejando a todos con la boca abierta.
—Eliot. —Llamó la atención a uno de mis compañeros del fondo, el típico chico malo que llega tarde y se cree el badboy. —¿Vivirías en un mundo sin mujeres?.
—Creo qué no. —Aquello llamó la atención de todos. —Las mujeres son el motor para que este mundo funcione, sin mujeres no hay reproducción, al igual pasa con los hombres, se necesitan mutuamente para no extinguirse. —Bufé con fastidio.
—¿El malo tiene corazón?. —Se burló Lila, todos soltaron una carcajada.
—Si, y a mi me gusta vivir. —Susurró Karol a mi lado.
—Bueno, como les decía, el idioma español es uno de los más difíciles ya que consta de muchas…
Bla bla bla.
—Entonces, ¿Cuáles son los pronombres...?. —Despierto de golpe a escuchar que de lejos habla la profesora, limpié la saliva que se encontraba a un lado de mi mejilla.
—¿Estás escuchando?. —Preguntó Karol a mí lado.
—Esas ancianas valen tres kilos de mierda. —Susurré, mi forma tan grotesca de expresarme la hizo reír.
—Luego te escucha y hasta ahí llegó tu vida. —Murmuró aquella.
—Sinceramente no es que me importe mucho que se acabe… —Expliqué, paré de hablar cuando noté qué me fulminaba con la mirada.
—Vuelve a decir eso y te arranco los ojos. —Me señaló con el lápiz, levante mis manos.
—Oye calmada. —Ironicé riendo.
—Míralo. —Murmuró girando su cabeza había el lado derecho del salón.
—¿Qué?. —Me giré “disimuladamente”.
—No disimulas para nada bien. —Protestó ella.
—¿Connor?. —Inflé mis mejillas empezando a amenazar con reírme.
—Dónde te rías… —Me advirtió de nuevo con el lápiz.
—Karolina Smith y Alanna Juliens, ¿me podrían hacer una presentación en español?.
—¿Una en español?. —Giré mi cabeza mirando a Karol.
—Si claro profe. —Masculló levantándose del asiento.
Sinceramente mi español estaba bastante bien así qué no me preocupaba, desde pequeña mi mamá me había enseñado a hablar éste idioma, en realidad eran como tres idiomas qué había aprendido alrededor de mi vida, por las distintas nacionalidades que tiene mi familia.
Un rato después en el qué Karol hizo el ridículo, no cabe decir qué me burlé de ella y prometió vengarse.
—Pueden salir. —Habló la profe de artística unas horas después, la última clase. Suspiré antes de guardar mis cosas y dirigirme a la puerta, hoy Karol iría de compras con su madre así qué ni modo, tendría qué ir sola.
Salí por el gran portón sintiéndome libre, iba caminando tranquilamente y de nuevo un auto se me acercó por el lado derecho, bajando su vidrio y mostrando a un Liam muy guapo.
—Hey Ally, si gustas te llevo a tu casa. —Murmuró tratando de llevar su porte de caballero, aunque claramente si lo tenía.
—Puedo ir sola. —Hablé evadiéndolo, seguí mi camino, pero como siempre no podía dejarme en paz.
—Lo sé, pero también sé que no quieres caminar, en realidad, no te gusta mucho caminar.
—Brujo. —Ironicé, gruñí por lo bajo, abrí la puerta del copiloto y tiré mi mochila adentro, se quejó por mi brusquedad, después de todo me subí a su hermoso auto.
Él acomodó mi mochila entre mis piernas, miré por la ventana, empezó a conducir en silencio.
—¿Qué te gusta hacer en tus tiempos libres?. —Pregunté de repente, rodó los ojos divertido.
—Casi no tengo tiempo libre, pero el que tengo lo uso para acosarte. —Bromeó encogiéndose de hombros.
—Habló enserio. —Formulé cruzando los brazos en medio de mis pechos.
—Es enserio. —Soltó, no se qué demonios le dio risa pero empezó a reírse.
Su risa es hermosa.
—¿Hace cuanto me acosas pervertido?. —Digo coquetamente, puse una mano en su pierna, la empecé a subir suavemente hasta su entrepierna, me relamí los labios.
—Haces muchas preguntas. —Con una mano libre retiró mi mano del lugar dónde la tenía.
—Eres un grosero. —Murmuré haciendo un puchero.
—Hablas mucho, pequeño Umpa Lumpa. —Fruncí el ceño ante su apodo.
De nuevo silencio.
Estacionó en una cuadra antes de mi casa, debo de informar qué me molesta qué me digan qué hablo mucho, ósea lo odio más qué a nada, es lo qué más me molesta en éste mundo por una razón desconocida.
O por que papá te lo decía muy a menudo.
Qué te calles, no opines.
Agarré mi mochila y abrí rápidamente la puerta del auto, no miré hacía atrás, solo caminé rápido hasta llegar a la puerta de mi casa, busqué las llaves en mi bolsillo y las metí en la cerradura.
Giré hacia la derecha y entré, me sentí un poco aliviada, pero todo aquello se fue cuando antes de cerrar la puerta sentí qué algo lo atajó, miré hacía abajo en busca de la molesta cosa qué no dejaba cerrar, él zapato de Liam estaba allí, bueno era su pie.
Suspiré con los ojos cerrados tratando de no explotar.
—¿Acaso estas acostumbrado a meterle los pies a las puertas?. —Murmuré abriendo un poco la puerta para verle la cara, yacía con su ceño fruncido al igual qué él mío.
—¿Te enojaste?. —preguntó.
—No. —Dije sin más, cruzándome de brazos.
—Te conozco, sé que cuando estas enojada, frunces el ceño y arrugas la nariz. —Seguido de esto tomó mi cara entre sus manos.
Iugh demasiado romántico.
—¿Desde cuando crees qué me conoces?, sólo tuvimos sexo un par de veces, no te confundas.
—¿Por qué estás enojada?.
—Pues para que luego no digas que hablo mucho, entonces no me vuelvas a hablar. —Retiré sus manos de mis mejillas bruscamente.
—Sigue soñando. —Murmuró, puso de nuevo sus manos en mis cachetes para atraer mi cara a sus labios, tiró un poco de mi labio inferior.
Enredé mis dedos en su lindo cabello castaño, así el beso se intensificaba más, y daba paso a mi lengua y a la suya, para que danzaran dentro de nuestras bocas.
Transmitía cada vez más anhelo, más deseo.
Me mordió el labio y lo chupó como quiso, cerró la puerta detrás de él, me cargó, yo enredé mis piernas en su cintura mientras seguía besándome. Subió torpemente las escaleras conmigo encima, me besaba con tanto deseo que me hacia ver que yo lo deseaba tanto como él a mí. Pero no era más que eso, solo era deseo, de solo pensar en la idea de enamorarme me daban ganas de vomitar.
Alanna es anti amor.
Llegamos a mi cuarto y él me tiró en la cama, empezó a bajar las tiras de mi blusa dejando mi sostén libre, mordió las tiras de aquel y besó mi hombro, llevó sus manos a mi espalda, desabrochando los botones de mi brasier, dejando mis pequeños pero lindos pechos al aire.
Empezó a lamerlos y chuparlos como si no hubiera un mañana, me besó una vez más antes de proseguir, me sentía atraída por aquellos labios color fresa y con sabor a menta qué eran el cielo, Liam es el cielo.
Soltó los botones de el pantalón que llevaba puesto, subió a besarme de nuevo y sonrío en mis labios, bajó mi pantalón y acarició mi coño húmedo, haciendo que solo quedase en bragas, yo no me quería quedar atrás así que le quité la camisa y con mis dedos le empecé a dar forma a sus bíceps haciendo que él se excitara más por la manera en la que lo estaba tocando, besé su cuello y lo acosté en la cama, tomando yo la iniciativa, así me gustaba, controlarlo.
Me senté en su regazo y empecé a bajarle los pantalones junto con su ropa interior para luego dejar a la vista a un grande y lindo miembro que creo que ya extrañaba verme.
No lo pensé dos beses solo empecé a lamerlo y chuparlo, esto ya era el colmo, nunca me había atrevido a hacer eso, y menos ahora que sabe que es mi primera vez.
—Demonios Ally... —Jadeo tomando mi cabello en un puñado, metiendo mas su miembro en mi boca.
Moví mi lengua y mi boca como si fuera una experta en el tema he intenté complacerlo, disfrutaba de verlo gemir, de verlo retorcerse del placer, se vino en mi cara llenándome de sus líquidos en todas partes, sonreí al ver que él se plantó encima de mí para bajar y lamer mi intimidad, me hacía desear más, me hacía retorcerme de la excitación, esto no me gustaba, que tuviera ese efecto en mí, no sabía si era bueno o malo, pero uno en momentos así no piensa en esas cosas, solo disfrutaba, solo dejé que me hiciera suya una vez más, entregándome en cuerpo, por que mi alma hace mucho que se había ido.
En medio de recuerdo feos y tristes estaba yo, alguien que seguía atascada en el pasado, y por más que quisiera olvidarlo eso siempre me iba a atormentar.
Después de que se vino dentro de mí, decidimos darnos una ducha para relajar el ambiente, igual ya en varias ocasiones me ha visto desnuda bañarse va a ser algo superficial, tuvimos un poco más de contacto en el baño, estaba quitando todo el jabón cuando escuche un grito.
Era Dayan.
Si, estaba jodida.
—Alanna, ¿estas en casa? Ya llegue, compré unas cosas riquísimas para la cena.
Escuchaba que subía las escaleras y yo cerré la regadera para taparle la boca a Liam antes de que se riera por la situación o dijera cualquier estupidez como solía hacer.
—Estoy en el baño, puedo tardar un poco.—Grité.
—Ok. —Habló desde abajo. ¿Ahora como iba a sacar este tipo de mi cuarto sin que ella se diera cuenta?.
—Dios, debes irte. —Lo empujé un poco pero se encargó de volver a sostenerme por la cintura.
—Solo no hagas mucho ruido, no seas gritona. —Murmuró, de nuevo me besó el cuello mientras me rodeaba con sus brazos en mi cintura.
—Debes irte ya de aquí, ni mi mamá ni me hermana deben saber que me acosté contigo o con alguno de mis compañeros. —suspiré, no podía imaginarme estar en esa situación.
—Tranquila, nadie lo va a saber, será nuestro pequeño secreto. —Puso un dedo en mi boca, sonreí cuando sus labios besaron mi hombro.
Por el Dios de las bragas, cuando me susurraba así quería tirarmele encima. Me besó de nuevo con suavidad y cuando terminó me dio pequeños piquitos por toda la cara para luego juntar nuestras frentes.
—De verdad que me gustas Alanna. —Susurró, pude jurar ver la sinceridad en su mirada, pero no eran mas que solo trucos, no me dejaría engañar de nuevo, no otra vez.
—Debes irte. —Susurré evadiendo sus palabras, él asintió con la cabeza.
Salió del baño cómo Dios lo trajo al mundo, agarró su ropa de mi cama y se vistió con mi mirada sobre él, agarré la bata de encima de el armario y me la amarré a la cintura, busqué la ropa en mí closet y me vestí, sentí su mirada encima de mi en todo momento.
—Que linda. —Susurró, se levantó de la cama y se dirigió hacia a mí, sus manos sostuvieron mis mejillas y dejó un beso en mi frente.
—Ya sé qué lo soy. —Ironicé, él rió.
—Eso es obvio. —Rodó los ojos. —Nos vemos luego.
—Si. —Susurré.
—Saldré por la ventana.
—No apoyo lo cliché. —Bromee.
—Sabes qué si. —Susurró, acarició mis mejillas con sus pulgares. —Si hubiera otra forma de salir lo haría, pero como no hay, a menos que quieras bajar y que tu hermana me vea y eso...
Dejó un beso en mis labios y se retiró de mí, salió por el árbol cerca de la ventana.
Que buen orangután.
Toqué mi cabello mojado y mi vista fue hacia la encimera, dónde yacía una pequeña peineta, la tomé entre mis manos con la intención de quitar los nudos de mi cabello.
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