Capítulo Diez

Yacía nerviosa en medio de el consultorio de una doctora, Karol estaba a mi lado con Vanesa, su madre, Liam estaba sentado frente a mí esperando los resultados de las pruebas de agresión.

—Si tú mamá se entera de que estoy aquí firmando los permisos por ella, me va a matar. —Habló Vanesa un poco nerviosa.

—No es para tanto, estoy segura de que si le digo no vendrá de todos modos.

—¿Le contaste a tu hermana? O bueno, lo que sea esa idiota. —Preguntó Karol con cierto fastidio en su voz.

—Dayan no está en casa, siempre se larga. —Expliqué.

—Igualmente solas a poner la denuncia no podían, y perdona la palabra Lanita preciosa, pero la hija de puta de tu madre no sirve ni para lamer culos.

Y si, allí estaba ese odio que le tenía Vanesa a mi mamá, ¿por qué razón?.

Verán, mi mamá se acostó con su ligue, pero ella no sabía que era el ligue de ella, que pequeño es el mundo, a parte de que siempre han tenido indiferencias porque no se parecen en nada, por el cambio, Karolina y yo somos distintas pero nos entendemos.

—Bueno. —Dijo la doctora Marcy entrando al consultorio. —tengo los resultados.

—¿Y...?.

—Tiene ematomas en las partes internas de los muslos, maltratadas las paredes vaginales, sin nombrar los moretones que tienes en la espalda y la muñeca.

—¿Van a meterlo a la cárcel?.

—Las citaremos en un juicio, para ésto tendrá que tener, o la autorización de la madre o que se presente con ella, ya que la señorita Alanna es menor de edad, si no se presenta ninguna de las dos cosas, no se levantará la denuncia y para terminar, se iniciará un proceso de investigación a la madre y forma en la que vive con su hija.

—¿No puedo venir yo en caso de que su mamá no pueda?. —Insistió Vanesa, Marcy negó con la cabeza.

—No, tiene que ser su acudiente, y por lo que sé, usted es solo la madre de su mejor amiga.

—Esta bien... —Susurró Vanesa acariciandome el cabello con una sonrisa cargada de melancolía. —Hablaré con su madre y veremos que sucede.

—El ginecólogo te recetó los medicamentos que estan escritos en el papel, retiralos en la recepción antes de salir.

—Gracias.

Nos dirigimos a la salida no sin antes pedir los medicamentos, Vanesa se subió al auto indicándome que entrara en la parte de atrás con su hija. Sonreí, Vanesa había cambiado demasiado, su vida antes era prostituirse, cobrar y tener a su hija cuidada por medio de niñeras.

Aquello cambió, ojalá mi madre me amara tanto como para cambiar por mi, ahora, es dueña de uno de los restaurantes más hermosos y lujosos de Estados Unidos y ha modelado para algunas marcas de ropa.

—Lo siento mucho nena. —Susurró encendiendo el carro. —Hablaré con la nefasta de tu madre, trataré de no tomarla a puñetazos.

—¿Sigues teniendole rencor por...?.

—No linda, no, yo odiaba a tu mamá desde hace tiempo ya.

—Ah. —Musité.

Ella empezó a conducir encendiendo la radio, Karolina tomó mi mano entre la suya mirándome preocupada, acarició mi rodilla dándome a entender que amigas como ella no se encuentran en ningún lado.

—Y deja de decir que es una costumbre, ser tocada, abusada, violentada y violada, no es algo de lo que debas acostumbrarte, es malo, y no, no porque disfrutes de tu vida sexual tienen el derecho de tocarte, si tú dices que no, es no.

—Gracias por todo Vane, eres la mejor.

—Ya lo sé.

—¿Le diremos a mi madre?.

—¿Quieres decírselo?.

—No.

—¿No quieres encerrar al maldito que te hizo eso?.

—Si, pero...

—Se lo diré yo, tu solo debes confirmarlo, en caso de que no te crea, veremos que hacemos, pero esto no se queda así, te he dicho que ven a vivir con nosotras, no es un problema, plata tenemos, casa tenemos, lujos tenemos, deja de humillarte en esa casa solo por un plato de comida que en mi casa podría darte más que eso y nadie te estaría echando nada en cara.

—No quiero ser otro dolor de cabeza, con Karolina te basta y sobra. —Expliqué, Karol me pegó en el brazo antes de reír.

—Si lo consideras, no dudes en decírmelo, que las puertas de mi casa están abiertas para ti.

Siguió conduciendo en silencio, cada que nos acercábamos a casa me ponía más nerviosa.

Al llegar estacionó el auto enfrente de mi querido hogar, nos bajamos y Karol me sostuvo la mano todo el tiempo.

Por el Dios de las Bragas, la adoro.

Abrí la puerta de casa con mis llaves, esperando a encontrar a mi madre, ya que hoy no tenia que ir al trabajo, dejé pasar a las dos mujeres que venían conmigo y cerré la puerta a mi espalda.

Las invité a pasar por el pasillo de la sala dando con el comedor, mi madre estaba sentada en una silla mecedora, leyendo una revista, tardó en levantar la vista de aquel artículo.

Bajó sus lentes antes de mirarnos de arriba a abajo y suspirar pesadamente.

—¿Qué hace ese pedazo de mierda en mi casa?. —Preguntó con molestia en su tono de voz.

—No vine a pelear María Linda. —La llamó por sus dos nombres. —Vine a que escuches y apoyes a tu hija, por una vez en tu maldita vida.

—Ah, vienes a darme lecciones sobre como debo críar a mi hija.

—Al parecer si, porque hasta eso te quedó grande.

—Tienes tres minutos para largarte o yo misma te sacaré.

—Ven y sacame. —La invitó.

—Mamá, el tipo... —Hablé capturando la atención de todas. —El último que trajiste, Julián...

—¿Qué pasa?. —Enarcó una ceja sentándose derecha y cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Yo le dije que no quería... —Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas. —Y él... Él...

—Abusó de ella. —Terminó Vanesa cubriendome con un brazo para abrazarme. —Y todo por tu culpa maldita ciega.

—¿Qué?.

—Ya no puedes decir que no le crees como las anteriores veces que han sucedido, por la simple razón que el ginecólogo y la doctora Mercy lo comprobaron.

—¿Llevaste a mi hija a hacerse estudios sin mi consentimiento?. —Me acurruqué en los brazos de la madre de mi mejor amiga, llorando sin sollozar.

—Si, tú hija está mal y el que no le creas, sólo hace que se rompa más.

—Alanna, mirame... —Habló, yo me separé de lo brazos de Vanesa para mirar a la mujer que ahora yacía de pie frente a mi. —¿Es cierto?.

—Si...

—Dios... —Sollozó llevándose las manos a la cara. —N-No sabía.

—Si sabias, sólo no querías aceptarlo y gracias a eso, tu hija está destruida.

—Lo siento mucho mi amor. —Lloró de nuevo extendiendo los brazos hacia a mi, yo fruncí el ceño ante la confusión, está actuando, fue lo primero que pensé.

Dejé que me envolviera en un abrazo incómodo.

—Están citadas en el Courthouse el día viernes, a las ocho de la mañana. También asistiré, así que más te vale que vayas, o a la que voy a denunciar es a ti. —Amenazó, mi mamá solo asintió con la cabeza rozando su nariz por mi cabello.

—Me voy que tengo que preparar el día. —Me separé de mi madre mirando a Vanesa.

—Las acompaño a la puerta. —Insistí.

Sonreí cuando empezaron a caminar hacia la salida, les abrí la puerta amablemente dándole un beso en el cachete a cada una.

Karol me tomó por los hombros tirando de ellos para abrazarme.

—Te adoro Lana. —Dijo dándome un beso antes de salir.

Cuando se montaron en el auto cerré la puerta y...

—¡Ven aquí, ahora!. —Como lo supuse.

Me encaminé hasta el salón de nuevo, mi mamá estaba preparada y yo también.

Cuando estuve frente a ella no me sorprendió la cachetada que me hizo voltear la cara con los ojos llenos de lágrimas.

—¿¡COMO SE TE OCURRE HUMILLARME DE TAL MANERA!?.

—No tengo la culpa de tus errores...

—¡ERES UNA DESAGRADECIDA! TRAS DE QUE ESTAS COMIENDO EN MI CASA...

—¡¡VETE A LA MIERDA CON TU COMIDA!!. —Exploté. —¡ME VALE MUY POCO AL IGUAL QUE TU!. —Ella retrocedió como si mis palabras la quemaran.

—Maldita perra...

—Llámame como quieras, pero todo lo que me digas me importa tres kilos de verga.

—Insolente grosera.

—Mujer que no sabe ser madre... —Susurré girando sobre mis talones, deseando llegar a mi habitación.

El golpe de su puño contra mi espalda me hizo retorcer del dolor, tenía un ematoma gigante, y ella acababa de empeorar eso.

Me levanté la blusa mirándome hacia atrás, ella se quedó intacta al ver lo que yacía en mi espalda.

Me acaricie un poco tratando de alivianar el dolor, ya que era muy fuerte.

—¿Qué es eso?.

—Me lo hizo tu novio. —Hablé.

—Tengo que desinfectarte eso Alanna. —Se volteo buscando algo.

—No quiero que me toques. —Retrocedí cuando volvió con una bolsa con hielo.

—Se te va a...

—A ti eso no te importa, te valgo mas mierda que la que cagas.

No dejé que respondiera, subí con la frente en alto como si no me doliera nada, cuando me dolía tanto por fuera como por dentro.

Cuando estuve sola ya no tuve que fingir mas, me rompí de nuevo, llorando sola como estaba acostumbrada a hacer.

No dormí, no bajé a comer ni nada parecido, estuve concentrada en mis tareas el resto de la tarde.

Bajé las escaleras rápidamente, ya había pasado casi una semana desde que fuimos al juicio, Dayan estaba poniendo la mesa mientras tatareaba una canción, por alguna razón no dije nada solo me senté esperando a que sirviera, me sentía un poco incómoda pero nada iba a intervenir en mi almuerzo.

—¿Qué era eso tan delicioso?. —Murmuré.

Mis morados habían sanado un poco, Julián Arango un colombiano con familia Estadounidense, preso por abuso a menor de edad, nunca había estado tan feliz por una noticia, mi mamá ayudó en todo el proceso, por aquello estaba un poco agradecida con ella.

—Patatas fritas con carne asada. —Aclaró, mi hermana, mi estómago rugió de solo pensar lo exquisito qué debe de saber.

—Por favor, qué sea rápido. —Bromee.

—Si Alanna, trátame cómo tu sirvienta. —Ironizó, yo reí sonoramente.

—Lo siento Dayan, es que tu cara me recuerda a la de Excelsa, la sirvienta de la familia peluche. —Reí de nuevo, eso solo ocasionó que me metiera un golpe en la cabeza.

—Come más bien, tanque sin llenadero. —Puso un pedazo de carne en mi plato, me desconcentré por completo, la comida era mi perdición.

Y pensar que hace una semana no quería comer nada.

Empecé a comer en silencio, ni siquiera había notado la punzada de dolor que emanaba mi vagina, fruncí el ceño con malestar, seguía así incluso después de dos semanas, crucé mis piernas intentando calmar el dolor.

Dayan luego salió no sé a donde mierda, me quedé sola viendo películas y jugando alguna cosa en el celular, llegaron las seis de la tarde y no tenía ganas de nada.

Cómo si el chisme me llamara comenzó a sonar mi celular en la mesa de la encimera, miré el nombre de “Mi mejor amiga” en la pantalla, sonreí contestando.

—Hola chiquita hermosa, mamacita rica, diosa de diosas, cuenta chisme.

—Dios Alanna yo muriendo y tú solo interesada en chismes.

—Desde la mañana no me hablas, ¿sucede algo?.

—Es que he tenido un problema, no es nada grave pero por aquello es por lo que no podré ir la siguiente semana a estudiar.

—Ya se me hacía raro que no vinieras por mi a la hora del recreo.

—Alanna, tengo que contarte algo, pero debe ser en persona, ¿Dónde nos vemos?.

—Pues mi casa está sola, mi hermana salió, me imagino que con su amigo del curso, yo también tengo algo que contarte.

—Esta bien nena, entonces voy para allá, espérame.

—Aquí te espero linda, no te tardes.

Colgué la llamada.

Seguí viendo los teletubies, ya me estaba quedando dormida, sinceramente no sabía que hacer con el idiota de Liam, era demasiado tierno, todos los días me llamaba preguntándome mi estado, si necesitaba algo, si quería salir, no puedo decir qué estoy enamorada porque apenas fue unas semanas, es imposible enamorarse de una persona en solo ese tiempo y más si estamos hablando de Alanna Juliens.

Esperé otros veinte minutos, tenía tanta emoción por saber qué era lo importante que quería contarme, yo no busco al chisme, el chisme me busca a mí.

El sonido del timbre me hizo sobresaltar, me levanté del sofá y apagué el televisor, luego estaría riéndose de mí porque veo los teletubies y no porno como hace ella.

Me dirigí a la puerta de entrada y giré la manija, Karol estaba afuera con sus brazos cruzados, frotaba sus brazos por el frío qué hacía.

—Pasa Karol g. —La invité bromeando, me hice a un lado para darle paso, que me frunció el ceño sin saber quien era.

—Perdón por no haberte llamado pero es que estaba devastada. —Informó, entró a la sala, cerré la puerta detrás de mí.

—¿Y por qué no me dijiste?, te hubiera ido a cuidar. —Dije mientras me sentaba en el sofá señalándole para que se sentará también, ella se frotó los ojos, los tenía rojos.

—Si por eso no te hablé, sabía qué irías y no quería que mi mamá se enterara todavía. —Murmuró mientras jugaba con el cordón de su chaqueta.

Estaba nerviosa, la conozco desde siempre, suele jugar con sus dedos o algo que tenga su ropa cuando no quiere decir algo por miedo.

—Ya deja de dar vueltas y ve al grano. —Estaba un poco entusiasmada y estresada por la situación, era un chisme a nivel Dios.

—Alanna, el problema es, bueno no es un problema básicamente solo que… —Siguió dándole vueltas al tema, estaba tan nerviosa qué hasta había empezado a tartamudear sin darse cuenta.

—¡Ya suéltalo!. —Le grite un poco angustiada por que algo malo, como una enfermedad, le estuviese afectando.

—Estoy embarazada.—Mis ojos se abrieron como platos, ¿eso había salido de la boca de Karol?.

Seguía en ese estado de shock, mi mente no captaba qué saldría un bebé de esa mujer.

La miré, ella tenía los ojos llorosos, una lágrima se derramó por su mejilla, pero en cambio una sonrisa se formó en mi boca, de alguna o otra forma ese bebé me hacía feliz, era otra vida, sería una mini o un mini Karol, otra persona sincera en el mundo.

Seguí callada, mi sonrisa era siniestra, ella me sacudió un poco y mi mirada se clavó en la suya.

—¿Y qué?, ¿no vas a decir nada? —Me preguntó, yo la miré, sus mejillas estaban llenas de lágrimas, pero, ¿por qué?.

—No tengo que decir nada, no te niego que me molesta que no te hayas cuidado lo suficiente y qué ahora imagino que no sabes de quien es el bebé. —Continúe—Pero es un bebé, es tú bebé, es mi sobrinito, me pone feliz, aunque hayas cometido errores, y te hayas vuelto una loca acostándote con medio mundo cada día, te apoyo, porque eres mi hermana de otra madre, porque eres la persona que me apoyó cuando estaba en la completa mierda y eso ha sido demasiadas veces, ahora es decisión tuya si lo quieres tener o no, solo te digo que lo pienses muy bien porqué el bebé no tiene la culpa de nada, solo es un angelito inocente que está creciendo dentro de ti sin saber que pasa fuera de tu vientre, si decides abortarlo ,es tú decisión te voy a apoyar igual, no te digo que no me pondría triste porque igual estarías matando a un pequeño, le estarías quitando la vida a un bebé, a tú bebé, y pues si decides tenerlo estaré feliz, y te ayudaré con todos los gastos del bebé, sabes que eres una persona increíble, toma la mejor decisión.

—El bebé es de Connor. —Murmuró, mi mente fue hacia las miradas raras, ¿así qué ya tenían su rollo?.

—¿El imbécil de Connor? —Pregunté, una sonrisa se formó en mis labios, todos sabían qué Karolina suspiraba por él.

—Él no es un imbécil, desde que está conmigo es muy lindo. —Masculló, solté una leve risita, Connor no era mal chico, pero si era un poco mujeriego, tal vez y la tóxica de Karol había logrado domarlo, pero claro, ¿quién no asienta cabeza con semejante bombón?.

—¿Y él está de acuerdo?. —Pregunté a la defensiva.

—No he hablado con él, solo nos acostamos las últimas tres semanas, digamos que tuvimos un encuentro bastante lindo para ambos y nos quedó gustando, es que, demonios la tiene grande y…

—Por favor, omitamos los detalles que no son necesarios. —Levanté las manos sacudiéndolas en el aire. —Debes decirle, llámalo y dile que venga ahora mismo, antes de que venga mi hermana y no podamos hacer nada. —Yo estaba decidida, tengo que apoyarla y necesito que ese chico responda por el bebé, igual si no responde no necesita papá, para eso tiene a su tía Alanna.

—Está bien, gracias por ayudarme. —Me dio un beso en la frente.

Ella sacó su celular y marcó su número, lo puso en altavoz antes de que me pegará a su oreja como buena chismosa qué soy.

—Hola linda, dime ¿qué necesitas preciosa?. —La verdad estaba impresionada con su trato, Connor no era de tratar tan bien a las chicas, incluso había jurado que las tenía como juguete sexual.

—Connor necesito que vengas urgente a la casa de Alanna. —Habló ella, si no estuviera allí posiblemente ni se hubiera atrevido a llamarlo.

—¿Eh?...¿Y para qué?. —Parecía confundido, claro, cualquiera pensaría que lo cito para un trío, todos esperan todo de mi.

—Solo ven, es que es algo urgente y delicado como para hablarlo por teléfono.

—Esta bien nena, voy para allá, hasta luego. —Habló rápidamente.

—Hasta luego. —Dijo ella con una sonrisa.

—Y hey.. —Murmuró aquel antes de cortar.

—¿Qué?. —preguntó suavemente mi mejor amiga.

—Te quiero. —Lo escuché decir a través de la línea, me sorprendió mas ver a la “sin sentimientos” sonreír.

Colgó la llamada, yo la miré con un intento de ceja arqueada.

—Menos mal que dijo que si. —Masculló con un suspiro, seguido esbozó una sonrisa.

—¿Así que te quiero Mm?. —Susurré para molestarla, ella soltó una risita nerviosa.

—Oh cállate. —Me golpeó un poco en el hombro, cosa qué me hizo estallar en una carcajada.

—Karolina Smith se enamoró, eso es algo que no se ve todos los días, tú y yo tendremos que hablar el por que no me habías dicho esto antes.

—¿Y tú qué?, ¿Qué tenías que contarme?. —Preguntó cruzando sus brazos.

—¿Recuerdas a Liam?. —Pregunté, ella asintió con la cabeza. —Bueno, digamos que…he hecho cosas con él, que no he hecho con nadie.

—¿Con nadie?. —Murmuró levantándose. —Espera, para el chisme. —Levantó su mano en señal de que no hable mas, la observé pararse de su sitio llendo a la nevera, rebuscó algo allí y sacó un helado qué había comprado Dayan en la tarde, no dije nada, era aportado para una buena causa y esa causa era el bebé.

—¿Listo?. —Pregunté divertida, ella se sentó a mi lado divertida.

—Sígueme contando tus penas. —Murmuró divertida, yo rodé los ojos.

Estuvimos hablando 15 minutos sobre mis penas amorosas, luego de un rato el sonido del timbre me hizo levantarme de mi lugar, me encaminé para abrir la puerta, dejando lucir a un Connor recién bañado por su cabello mojado.

Tenía una camisa blanca con los botones principales desabrochados, un pantalón de Jean y unos tenis del mismo color de la camisa.

Connor, el único chico que se salvó de mis garras, en realidad es guapo pero nunca me gustó, tiene demasiada cara de idiota, su loción llegó a mis fosas nasales, vaya qué me encanta el perfume de hombre pero el de Liam era otra onda, tal vez cada quién sabe a quién tiene que comerse, y yo sentía en mi interior qué nunca tuve qué meterme con él y así lo hice, porque mis manos nunca llegaron a tocarlo, ni mi voz a hablarle.

Bien hecho, al menos no estuviste con el padre de tu sobrina.

Me molestas Cheryl.

Ya había tardado en hacerlo.

Eso es cierto.

—Ah, hola Alanna, buenas noches. —Rodó los ojos, digamos que no nos caímos muy bien, pues sinceramente me llevaba súper mal con su hermanita ya qué era la perrita faldera de mi enemiga de la secundaria, Lila.

—Buenas noches Connor, puedes pasar. —Después de lo dicho me retiré un poco para que él pudiese entrar y así lo hizo. Cerré la puerta detrás de mi y me dirigí hacía el sofá dónde Connor se había acercado para saludar a Karol con un beso de lengua tres mil.

—¿Estas bien?, ¿No te pasó nada malo verdad?. —Pregunto él acariciándole el cabello. Ver esto casi me hizo vomitar, pero pues, hay que aceptar que no todos están condenados a vivir sin amor.

—Estoy bien cariño. —Murmuró ella después de reír un poco. —Solo no quiero imaginar como te tomarás esto.

—Respira un poco. —advertí con un poco de gracia.

—No me asustes y mas bien ve al grano, ¿no te dicen la directa?.

Me senté en el otro sofá al frente del de ellos y sonreí, ya sabía lo que iba a decir, tenía todo el discurso en mi mente.

—Bueno, ¿podemos jugar parchís?. —Preguntó Karol, yo reí, ella también lo hizo, pero estaba tan nerviosa que sabía que no le hacía ni un culo de gracia.

Connor nos miraba un poco confundido, lo miré sonriendo.

—Connor, sabes que es cierto y todo lo suelto de una, así que prepara los pantalones porque te vas a cagar. —Mascullé sin parar de reír.

Que lenguaje tan soez.

Cállate.

—Ya suelta lo importante que tenían que decir. —Me retó.

Preparada, lista y...


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Advertencia ⚠ :
Este libro contiene escenas no aptas para todo público, como lenguaje explícito o escenas +18 , te sugiero que si no te gustan éste tipo de libros, no
lo leas.

NO OLVIDES VOTAR SI TE HA GUSTADO, UNA ESTRELLITA ME AYUDA MUCHO.

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